Momentos agradables con David

📋 Lecturas: ️
⏰ Tiempo estimado de lectura: min.

Mi nombre es Marymar soy de México, me considero una chica linda y muy intensa en el sexo, morena clara, de ojos cafés, cabello lindo de color negro y muy lacio, boca de labios carnosos de cuerpo estoy bien, pues mis tetas son medianas, duritas de pezón chiquito y oscuro, caderona y piernas torneadas. Mi relato se titula “Momentos agradables con David”; pues es un hombre que a pesar de ya no verlo me la pasé rico con él.

Nos conocimos en una fiesta de la Universidad, desde que lo vi me encantó, pues es alto 1.85, de cabello chino, de piel clara, algo narigón, de ojos claros, una boca hermosa de labios rojos y velludo, cosa que me encanta en un hombre. Después de que nos presentaron no nos separamos en la fiesta, pues estuvimos bailando, tomando algo de cerveza y platicando, así transcurrió la noche hasta que tuvo que irse intercambiamos número telefónico, para poder salir un fin de semana, pero antes nos dimos un beso muy cachondo.

Al siguiente fin de semana me llamó y quedamos de vernos para tomar un café, ya en el café empezamos a platicar de nuestras vidas, hasta que llegamos al tema del sexo, fue ahí donde no pude evitar excitarme, ya que imaginarlo desnudo encima de mí con su pecho velludo, me hizo empezar a humedecerme, él noto que me puse inquieta y me preguntó si me parecía estar en un lugar más solitos e íntimo, para nosotros, accedí rápidamente, pensé que nunca me lo iba a pedir!!! ya para ir hacia el hotel, noté un bulto en su pantalón y me acerqué a darle un beso en el cuello para excitarlo aun más y le di una frotadita suave para sentir su verga bien dura y él me respondió metiendo su mano entre mis piernas apretando mi húmeda panochita.

Llegando al hotel en el elevador, nos íbamos besando y tocando, ya no aguantábamos la calentura que teníamos, ya por fin en la habitación y tirándonos en la cama nos tocamos únicamente por encima de la ropa yo podía sentir una verga grande y quería comprobarlo. David empezó a desvestirme me quitó mi blusita y besaba mis tetas encima de mi sostén al mismo tiempo que me frotaba su mano encima de mi panochita aun con pantalón después le quité su camisa y me encantó ver y más aun sentir su pecho lleno de vellos, después los dos nos quitamos el pantalón, quedando únicamente en ropa interior estaba desesperada por sentir esa verga adentro y también sentirla bien caliente en mi boca, así que la saque de su calzón y fue realmente agradable sentir el grosor y el tamaño. Más agradable fue verla en su máximo esplendor una verga de aproximadamente 25 cm de largo (juro que no exagero) y muy gruesa no se que tanto no soy buena calculando grosores, pero si bastante gruesa, de color café claro con unas venas gruesas que saltaban de lo caliente que lo tenía, una cabeza rosita jugosa y unos huevos peludos y bien grandes, no dudé e inmediatamente me la metí a la boca, succionando lo más que podía y al mismo tiempo acariciando sus huevos, para después pasar su verga por toda mi cara sintiéndola caliente, y metiendo mi lengua entre sus huevotes al mismo tiempo que le apretaba la verga.

Después él tuvo la fabulosa idea de hacer un rico 69, me mamaba la panocha de una forma que nunca nadie me lo había hecho así logro que terminara, pero después vendría lo mejor. Estando él de frente a mí, abrió mi puchita y frotaba su gran verga en ella, para después darle de golpecitos a mi clítoris con su pito, yo estaba como perra en celo, gemía y le suplicaba que por favor la metiera, me hizo sufrir un poco más, pero al fin vino la recompensa, una metida de verga bien dura él metía y sacaba con fuerza y podía sentir como sus huevos rebotaban en mis nalgas, después me acomodo de a perrito y me hizo lo mismo, esta vez podía ver en el espejo que estaba a lado como se balanceaban mis tetas y yo me frotaba un poco mi clítoris así estuvimos un rato hasta que se vino adentro de mí, me encantó lo que sentí, pero todavía tenía más para mí.

Después de la rica venida que tuvo y sentir su leche caliente dentro de mi panochita y como escurría por mis pelitos, nos quedamos descansando unos momentos, platicando, besándonos y tocándonos suavemente; para recuperarnos. Hay una cosa que me encanta y es el sentir como me soplan detrás del cuellito y me pasan la lengua, eso lo hizo y me empezaba a prender otra vez.

Ya bien descansados decidimos volver a lo rico de ese momento, así que empezó a tocarme de nuevo la puchita de una forma suave abriéndome en circulitos, para después tomar más ritmo, por toda la lujuria que teníamos y empezar más rápido e intenso el movimiento de sus dedos adentro de mi panocha, yo empezaba a gemir y mis pezoncitos empezaban a ponerse duros y poco a poco yo misma me pellizcaba y me apretaba las tetas.

Después yo acostada boca arriba él bajo, y empezo a lamer mi vagina para después abrir mis labios carnosos y meter de nuevo su juguetona lengüita, mmmm…! Así estuvo un buen rato, a mi me encantaba estar así, pero no sabía que iba a pasar. Ya estando lubricada, debido a su saliva y a mis mismos jugos, me puso de nuevo en la posición de perrito; se acercó y me dijo que esta vez sería diferente, ya que la penetración sería por mi apretado culito, al principio me espanto esa idea, ya que sí lo había hecho anal, pero no con un tamaño y grosor así, me dijo que no me dolería y bueno, dije que sí.

Ya con toda mi calentura encima accedí y él me empezó a sobar las nalgas, las abría y las cerraba y se acerco a lamer un poco mi culo, sentí extraño. Después con su saliva y mis jugos mezclados metía un dedo y así estuvo metiendo y sacando, mientras yo me bajaba más mi espalda y dejaba más arriba la cadera, así me dedeo un ratito, para después meter otro dedo, y ya teniendo dos de sus dedos, los movía en círculos, metía y sacaba y me escupía para lubricarlo más.

Cuando él sintió mi ano dilatado, solamente paso su verga por mi cola, para después poner la cabeza de su verga en la entrada, intentándola meter la cabecita rosada y mojada despacio, poquito a poquito, yo sentía como me abría y me dolía un poco así que me dijo que bajara más la cadera y le obedecí. Sentía un dolor insoportable cuando la iba metiendo, me desespere y me empuje totalmente hacia atrás sintiendo como entraba su verga dura, caliente y parada, que hasta le lastime un poco los huevos al echar mi cadera hacia atrás, exclame un fuerte “aaaaay!” y él un rico gemido, de que le había gustado la sensación de tenerme bien ensartadita por mi culo. Ya bien adaptado mi culito él metía y sacaba fuertemente me apretaba las nalgas, era algo diferente a otras veces y me encantaba sentirme cogida por mi ano por aquél hombre, sentía como se aceleraban sus metidas y sacadas de verga hasta que no aguanto y me dio más leche en mi culo llenándolo todo de su caliente y espeso semen.

Sugerencias y comentarios a: [email protected]

Compartir en tu redes !!
AlfredoTT
AlfredoTT
Relatos: 4237