Me enamoré de una caderona

Buenos días, les comparto una experiencia que tuve en el año 2007. La bella caderona que conocí en un supermercado. Ella impulsaba galletas importadas y yo era personal de un supermercado en Lima-Perú.

Fue un fin de semana donde la concurrencia de público era mayor que otros días. Cuando la conocí, la vi desde unos 10 metros de distancia. Era una mujer de 23 años aproximadamente, con blusa blanca y un pantalón negro apretado que permitía apreciar su bella figura. Mi pasillo era el de limpieza, donde se vendía detergentes, jabones, cloros, escobillas y todo tipo de utensilios y herramientas para la limpieza.

Al llegar las 9 de la noche, ella terminaba su turno y tenía que pasar por el pasillo donde yo era encargado, ya que la puerta que llevaba a la escalera y dirigía al casillero del personal estaba cerca, aunque admito, soy algo tímido, la saludé y ella respondió con amabilidad, pasó alrededor de 5 minutos cuando mi jefe me dice: sube a tu refrigerio, y eso hice, cuando subía las escaleras a toda velocidad, me crucé con ella y vi que una de las bolsas que llevaba se le cayó y la ayudé, le dije que tenga cuidado y me presenté, y ella me respondió: Me llamo Claudia, así fue nuestro primer encuentro.

El viernes siguiente ella fue nuevamente al supermercado a trabajar y la saludé desde lejos con una señal y ella hizo lo mismo, cuando llegó las 9 PM ella volvió a pasar por «mi pasillo» y le dije que era muy trabajadora y ella sonrió y fue cuando le pedí su número de celular y yo le di el mío. Cuando llegó el día martes en la mañana, recibí su llamada y nos pusimos a conversar cosas sin importancia, fue cuando no perdí la oportunidad y le dije para verla el jueves, ya que ese día era mi descanso, y ella aceptó.

Nos vimos en Risso, un centro comercial en Lima. De allí fuimos a comer tacos y, como era diciembre, fuimos al supermercado y compramos panetones, mantequilla y una Coca-Cola. Habría pasado casi 3 horas desde que nos vimos y me dijo que la acompañara a su casa en el distrito de Surco. Cuando llegué, me invitó a entrar y sirvió el panetón con mantequilla más la Coca-Cola. Aunque ya me sentía satisfecho, comí lo que sirvió, nos pusimos a charlar y me contó que vivía con su tía, que su padre la abandonó cuando era niña y su madre ya era fallecida, etc.

De tanto estar juntos en el sofá a oscuras, comenzamos a besarnos y dejé que mis instintos me gobernaran y le empecé a tocar sus piernas y ella me dijo que eso no era lo correcto, pero yo insistí y dije que no había nada de qué sentirse mal, ya que somos los dos solteros y que me gustaba muchísimo y, si ella no aceptaba, le pedí que no me besara, ya que me ponía muy caliente.

Ella me dijo que yo le gustaba mucho desde antes que me acercara, eso hizo que tomara confianza y la volví a besar y tocar. Le dije ponte de pie y la cargué, le pedí guíame hacia tu habitación. Ella se negó, pero yo le besaba los labios, oreja y el cuello y con la mano derecha que sostenía sus piernas acariciaba la vagina y el ano por encima del pantalón. Cuando llegamos a su habitación la puse de pie y en menos de dos segundos le bajé el pantalón, ella usaba un calzón de abuela que también se lo bajé, me arrodillé y le lami sus labios, clítoris y vagina, pude notar que estaba mojada. Entonces hice que girara y pude ver esas enormes Nalgas blancas, las abrí y comencé a oler, besar y chuparle el culo, ese culo que desde lejos me inquietaba. Así pasó algo de 20 minutos y vi sus fluidos como se deslizaban entre sus labios, le dije hoy serás mi mujer y la desnude completamente, lo que tenía en abundancia, es decir, sus nalgas, le faltaba en senos, porque parecían dos limones, la acosté y puse encima de su boca mi pene erecto y chorreando, le dije chúpalo y tímidamente comenzó a hacerlo. Fue entonces que le dije abre más tu boca y comencé a penetrarla, de sus ojos brotaron lágrimas, pero no me importaba, después bajé a sus piernas y las levanté tanto como para que se le diera un vol tanto y le pasé la lengua desde su vagina hasta su ano, al sentir un calambre en la lengua la penetré con fuerza, ella solo gemía y apenas decía que rico, dame más, que rico. Así pasó aproximadamente media hora; ella dio un alarido y yo terminé con ella de manera casi sincronizada.

Mientras volvía a retomar fuerza, la volteo y le doy una chupada de ese enorme culo blanco y ano rosado, ella solo gemía, pude ver su espalda sudorosa, después de unos 20 minutos de chuparle el ano, vagina, piernas, espalda, la pongo como perra y la vuelvo a penetrar mientras jalaba su cabello y le daba nalgadas, ella gemía, mordía la sábana y apretaba la almohada con sus manos, ya cuando estuve a punto de terminar le dije date la vuelta y ella obedeció y subí a sus labios y terminé, le salpicó un poco en sus mejillas y cabello. Luego fuimos a la ducha nuevamente, le di su chupada de culo y metí mi pene en su boca, intenté darle por el ano, pero se negó, me dijo que eso no era correcto, quedamos para vernos antes del lunes en la mañana, pero eso lo contaré en otra oportunidad. Gracias por su atención y paciencia.

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Amantefiel
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