Amor Filial | 15.092 lecturas |

Caprichosa desvirgada por su hermano

Esto que les contaré me sucedió hace un año. Bueno me describiré: mido 1.56, estoy delgada pero bien proporcionada, mis tetas son grandes al igual que mi culito, además lo tengo bien paradito. Todo en su lugar como debe estar. Ricky, mi hermano, es alto, musculoso, hace mucho deporte por lo que tiene un cuerpo de encanto, es muy guapo y sano. Es muy inteligente y callado, no es de los que les gusta ir de fiesta todos los días pero tampoco se la pasa encerrado en casa… al menos no hasta que comenzamos con nuestros juegos.

Tengo 19 años, esto pasó cuando el estaba por cumplir los 21 y yo apenas tenia 18, debo confesar que desde que comencé a crecer los chicos me llamaban mucho la atención, pero sobre todo mi hermano; este deseo de carne se incrementó cuando un sábado por la mañana me desperté, era un poco tarde y pensé que no habría nadie en casa, mis padres estaban en sus actividades con sus amigos y de seguro Ricky había salido a hacer algo de ejercicio; pensando esto bajé a la cocina por un vaso de leche, tenia puesta una bata de seda que me había regalado mi madre, era rosada, muy fina, no llevaba ropa interior pues hacia mucho calor y dormí desnuda, solo cuando me levante me puse la bata. Cuando entré me di cuenta de que ahí estaba Ricky, con su abdomen desnudo, solo llevaba el pantalón del pijama; se veía tan sexy, estaba desayunando y me preguntó si quiera algo de comer, le dije que si, la verdad no tenia hambre pero quería estar ahí para verlo mas tiempo, entonces me dijo que el haría algo para mi y me senté, comenzó a preparar el desayuno y se le cayó una cuchara, entonces aproveché esto para abrir mis piernas y que viera mi lindo coñito depilado, pensé que si lo había visto pues se tardó un poco en levantarse. Luego comencé a idear planes para hacer que se excitara con mi presencia, quería notar una erección en su entrepierna, quería verlo excitado. Entonces tuve una idea, me acerqué a él por detrás como para ver que preparaba y entonces hablé.

– Quiero leche – le dije en un tono medio meloso.

El giro su cabeza hacia mí y me miro a los ojos luego me dijo:

– Enseguida te la doy.

Esas palabras me excitaron mucho, sabia que no pasaría nada entre nosotros, pero ya había entrado al juego y estaba dispuesta a seguir.

– ¿Puedes darme una salchicha? Me gustan mucho y además combina muy bien con los huevos – lo dije en un tono natural.

Su sonrisa y el brillo en su mirada me hicieron saber que el tenia pensamientos sucios con su hermana. Así que disimuladamente vi su entrepierna y tenia un gran bulto, lo cual hizo que me mojara mucho, una vez listo el desayuno nos sentamos a la mesa y entablamos una conversación normal, cuando terminé de comer me dijo que iría a ducharse, entonces me quede ahí un rato; pensando en él y en lo loca que me volvía su presencia, entonces llevé una mano a mi coñito y sentí que estaba muy mojada, decidí ir a mi cuarto para masturbarme, subí las escaleras en silencio y escuche gemidos en el cuarto de mi hermano, la puerta estaba entreabierta así que no hubo problema en que yo viera lo que pasaba, estaba sentado en su cama masturbándose, aquella visión me excitó aun mas, hacia años que no veía su verga, claro que antes no me interesaba como ahora y nunca la había visto erecta, mide 20 cms y no es muy gruesa, y debo decir que me encanta tanto chuparla como sentirla, es deliciosa.

No se si el sabia que yo estaba ahí detrás de su puerta viéndolo e intentando no masturbarme, el movimiento rápido de su mano me excitaba mucho, y al verlo correrse lo oí gemir, fue un gemido fuerte y delicioso, su leche salto y cayó en el piso y en su pecho. Entonces se quedó ahí, inmóvil, con la verga todavía erecta, dura como una roca, si que estaba excitado, después de unos minutos de estar así se levantó y entró al baño; yo me fui a mi cuarto, me encerré y me dedique a masturbarme en silencio, no quería que se diera cuenta; fue una corrida buenísima, termine sudorosa, me temblaba todo el cuerpo, me dolían los pezones de tan duros que estaban y mi clítoris pedía auxilio, estaba totalmente excitada. Después de eso cada que veía a mi hermano recordaba lo que había visto y me mojaba, procure salir mas de casa para no encontrármelo, aunque no fue necesario porque el estaba muy ocupado con la escuela; así que no nos habíamos visto y, cuando lo hacíamos, actuábamos normal.

Una semana antes de su cumpleaños me propuse desvirgarme con él, pero para eso tenia que provocarlo; el lunes llegaría temprano a casa, entonces me puse de acuerdo con uno de los chicos de la universidad, Leo, para tener sexo en mi casa, tuve que hacerle creer que no habría nadie y que moría por el. No fue difícil pues es el chico mas mujeriego de la universidad, tenía entonces 21años y era compañero de mi hermano, tiene un buen cuerpo, pero jamás sabré si tiene una buena verga.

Resulta que cuando llegó fuimos directo al grano, entramos a mi cuarto besándonos y acariciándonos, dejé la puerta abierta a propósito para que Ricky lo notara de inmediato, puse música muy fuerte, como nunca lo hacia esto le llamaría más la atención, Leo era agresivo, me quitó la blusa rápido, yo la verdad estaba muy nerviosa, ya quería que llegara Ricky; sin darme cuenta y cuando Leo estaba a punto de quitarme el sujetador entro Ricky a mi cuarto, comenzó a dar gritos y corrió casi a patadas a Leo, alegando que yo era muy joven todavía. Cuando regresó a mi cuarto, cerro la puerta estaba furioso, apagó la música y comenzó a gritarme.

– ¿Estás loca? ¿Qué no sabes quien es?

Yo me quede callada, nunca había visto así a mi hermano, no podía verlo a los ojos.

– ¿Te das cuenta de lo que ibas a hacer?

– No me grites – conseguí decir casi en un susurro – déjame sola.

– No.

Entonces me recosté en la cama, el hizo lo mismo, estaba ahí a mi lado, me abrazó.

– Lo siento peque, tuve miedo de que te lastimara, no es el indicado para ti.

– Entonces ¿Quien lo es?.

– Un día llegará, no te desesperes.

Después de pensar un poco hablé:

– Ricky, ¿Eres virgen?

– No, pero cuando lo haga otra vez será con alguien que ame.

Esto me hizo recordar lo que pasó ese sábado, y entonces le pregunté mirándolo a los ojos:

– ¿Me amas?

Me miró profundamente y sonrió:

– Te amo más que a mi vida nena – y después de decirlo me abrazó.

Los días siguientes estuve meditando lo que había hablado con mi hermano, estaba convencida de que él seria quien me desvirgara, ya no tenia dudas y el fin de semana anterior a su cumpleaños sucedió lo que yo tanto quería.

Nos quedamos solos pues mis padres habían salido de viaje, yo no quería ir y Ricky tenía que estudiar para un examen muy difícil así que nos quedamos en casa, yo estaba a su cuidado. El viernes por la noche me propuse provocarlo, estaba sentado en el sofá de la sala viendo el TV, me puse una mini falda muy sexy con una blusa a juego y zapatos altos, estaba a punto de salir cuando Ricky se levantó y me siguió hasta la puerta:

– ¿A dónde vas?.

– A bailar con unas amigas.

– ¿Por qué vas tan arreglada?.

– Hay que lucir bien.

Ricky se quedo callado y me miro a los ojos, pensó que tenía planeado desvirgarme esa noche.

– No sales.

Me hice la indignada aunque por dentro estaba feliz

– ¿Qué? ¿Estás loco? Yo me voy.

Entonces me tomó en sus brazos y entre forcejeos me llevó hasta la sala y me sentó en el sofá.

– Tengo que cuidarte y no me arriesgaré más.

Después de una discusión acalorada cedí, prefería tener acción a discutir con mi hermanito, fui a mi habitación a cambiarme, me puse un bóxer de los que dejan ver la mitad de las nalgas y una blusa de tirantes a juego, sin sujetador. Bajé y me senté al lado de mi hermanito quien se quedó con la boca abierta, le quite el control remoto y comencé a cambiar de canal hasta que llegue a un canal porno, había una película la chica estaba haciéndole una mamada al tipo.

– ¿Te molesta si le dejo ahí?.

Ricky se quedó atónito y me dijo que no con la cabeza. Después de varios minutos de ver la peli decidí continuar con mi plan. Volteé a ver a Ricky, estaba empalmado; el bulto que tenía me puso más cachonda y le dije:

– ¿Te molesta si me masturbo? Es que estoy muy mojadita.

El brillo en sus ojos me hizo sentir un escalofrío lo que produjo que mis pezones endurecieran, esto lo volvió loco y se lanzo sobre mi, me besó la boca mientras acariciaba mis tetas y pegaba su bulto en mi coñito, el roce que producía me hacia mojarme mucho mas, me besaba con mucha pasión y entrega, entonces lleve mi mano a su entrepierna y comencé a frotar su verga por encima de su pantalón.

– Mámamela – me dijo con la voz entrecortada.

Sin decir nada me hinque frente a el y comencé a chupar su rica verga, primero di unos pequeños besos a su glande, estaba muy mojado y el sabor me encantaba, luego recorrí el tronco con la punta de mi lengua, desde los huevos hasta el glande y luego metí su verga en mi boca, comencé a chuparla, de arriba hacia abajo mientras el gemía y tomaba mi cabeza con una mano para ayudarme con la mamada, esto me prendía mucho mas, tanto que mis jugos escurrían por mi coñito o mojaba cada vez mas mi bóxer, con la otra mano acariciaba mis tetas y pellizcaba mis pezones, me los ponía mas duros, estuvimos así unos diez minutos hasta que me dijo que se correría y entonces aumente la rapidez de mi mamada mientras con mi mano acariciaba sus huevos y entonces me dio su rica leche, tome todo lo que pude, sus gemidos eran mas fuertes y ricos; después de eso limpie su verga, todavía dura y bien parada. Me puso de pie y me quito la ropa, comenzó a besarme todo el cuerpo, entreteniéndose con mis tetas que le encantaban, mientras metía un dedo en mi vagina, yo solo gemía por tan rico placer que sentía. Me acostó en el sofá y comenzó a mamar mi coñito, su lengua hacia maravillas, lamía mi clítoris mientras introducía dos dedos en mi vagina, luego metía su lengua en mi vagina y acariciaba mi clítoris rápidamente, no tarde en correrme aquello me tenia extasiada.

Estando así me penetró, con mucho cuidado para que no me doliera pero por lo mojada que estaba entro con facilidad su hermosa verga así que de inmediato comenzó a follarme duro, sus huevos chocaban con mis nalgas y esto nos ponía a mil, yo gritaba de placer y el me decía lo rica que estaba, hicimos varias posiciones, cada una mas intensa que la otra y cuando estaba listo para correrse le hice una rusa, de tal manera que su leche cayó en mi cuello y en mis tetas, ese fin de semana dormimos en su habitación, follando mañana, tarde y noche. Hace unos meses desvirgo mi culito, pero eso lo contaré después; lo cierto es que ahora somos muy unidos y cada que podemos follamos donde sea. Amo a mi lindo hermanito y el me ama a mi, estamos planeando irnos a vivir a estados unidos, para amarnos como queremos sin que nadie nos moleste.

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