Yo. La más puta de todas? eso dicen mis amigas envidiosas

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PARTE 1

Es así como me llamaban mis amigas, bueno, más que amigas, conocidas envidiosas, porque no toleraban que pudiera vivir mi sexualidad con la misma moral que la vive un hombre, y qué? cual era el problema? Me gustan las vergas, más grandes, mejor, las palabras de quienes me juzgan? pues me las meto en el culo?

Así que les contaré un poco de mi vida, haciendo foco en especial de la forma que teniendo todo, por puta, me quedé sin nada, después ustedes juzgarán?

Mi nombre, Paola, estoy llegando a los treinta, tuve muchos hombres en mi vida, soy muy sexual, y me gusta ser complaciente, digamos que mucho de mi placer pasa por ser sumisa con mi hombre, me excita verlo caliente, y hago cualquier cosa por lograrlo.

Soy alta, de rostro delgado y cabellos castaños a media espalda, de ojos almendra, nariz un poco prominente y labios carnosos, delgada, de bellas piernas, de ir de frente, sin pelos en la lengua, un defecto? mis pechos, casi no tengo tetas, en fin, una virtud? mi cola, tengo cola de esas para filmar una película pornográfica, sin dudas, lo mejor de mi?

A los veinte ya había decidido algo, en la intimidad no llamaría a ningún hombre por su nombre, solo le diría ?papi?, después de un par de veces de estar con alguien en la cama y llamarlo por otro nombre, es que bueno, una puede equivocarse, cierto? No era lindo estar cogiendo con Juan y en el mejor momento decirle Pedro, así que nada de nombres, ?papi? para todos?

A los veinticinco me casaría, Alberto, un niño rico, de padres ricos, con demasiado dinero, era lo que buscaba, pegarme a alguien que me asegurara el futuro, al firmar los papeles, la mitad de lo suyo sería mío, y puede sonar a interesada, si, cierto, porque negarlo.

Sabía desde el principio que estaría con el solo por su dinero, en la cama era bastante mediocre, digamos, entre cero y diez, le pondría un cinco, por más que se esmerara, y en verdad lo hacía, el jamás me cogería como otros que me habían cogido, jamás estaría a mi altura, pero no me quejo, sabía que iba a serle infiel en la primera de cambio, los hombres estaban en mi camino, en mi naturaleza.

Lo mío puede resultar muy frío, muy calculador, cierto, no me preocupa admitirlo, si por una buena chupada podía tener a Alberto bajo control y con eso todo el dinero que tenía, bueno, esa era yo?

Ya le había metido los cuernos un par de veces, él era muy ingenuo para darse cuenta, vivía en una burbuja, en un mundo de príncipes y princesas?

Tiempo atrás empecé a ir al gimnasio, a hacer fitness, a marcar mi cuerpo y sacar más cola, por si me hiciera falta, ja! fui a hacer pesas, un tanto por eso, otro tanto para que los chicos del gym me miren, es que se me hace muy sexi cuando me miran, siento el deseo de los hombres sobre mi cuerpo, y yo me visto para ellos, para que me desvistan con la mirada.

Y de esas primeras clases en máquinas para musculación, agregué clases nocturnas de bailes de zumba.

Roberto Carlos era el profesor, brasileño de origen, argentino por opción, un moreno alto, de casi dos metros, musculoso, piel bronceada, con numerosos tatuajes, de cabellos oscuros y ojos negros como la noche, con ese perfil de macho recio, de esos que dejan bien parado al sexo masculino.

Movía las caderas al compás de la música como pocos, diablos? solía usar musculosas caladas las cuales se pegaban a su cuerpo producto de la transpiración, y pantalones holgados que no impedían adivinar algo demasiado generoso entre sus piernas, algo que era evidente y motivo de comentarios de las chicas.

Y en ese entorno, ese moreno se había transformado en el premio codiciado, quien sería la afortunada en llevárselo a la cama, y ese desafío se me hacía demasiado difícil de evitar, ese era mi juego, el que me gustaba, porque quería que él me eligiera por el resto de todas?

Y sabíamos algo más, Roberto Carlos era casado, padre de familia, y yo estaba dispuesta a ser infiel, pero no sabíamos que opinaba el, porque él hablaba muy bien de su esposa y sus hijos, así que bueno, solo me quedaba averiguarlo?

Es que ese mulato me podía, no podía mirarlo sin deseo, quería que fuera mío a como diera lugar?

Tracé mi plan de seducción, en esta competencia valían todas las armas, y yo no dudaría en usarlas para conseguir el premio, una mujer sabe que cartas jugar, desde las miradas, las palabras, los gestos, y hasta la vestimenta, porque si de puta se trataba, en esos días no había quien me ganara?

Llegaron mis peinados en cola de caballo, mis labios pintados, dejé de lado las largas remeras para pasar a pequeños top de gimnasia, tangas de infarto bajo short blancos de licra, de esos que se transparentan y como dije al principio, solo para resaltar mi culo pornográfico, empezaron roces casuales, palabras inocentes, y poses sugerentes, todo para atrapar al pez?

Pronto conseguiría dos cosas, la atención de Roberto Carlos, ser su alumna preferida con la cual intercambiaba sonrisas cómplices, ser su centro de atención, tener sus ojos clavados en mi cuerpo y además? estar en boca de todas las chicas del gym, me transformé en la puta del lugar, en la típica calienta vergas que andaba detrás del profesor, pero poco me importó?

Y las cosas se hicieron más que evidentes, éramos cómplices, nuestro destino era la cama, las chicas del gym me preguntaban qué tal cogía asumiendo algo que aún no había sucedido, pero que no tardaría en darse…

Una tarde como cualquiera me ayudaba a elongar, se puso tras de mí en un plan acostumbrado, solo que yo busqué intencionalmente pegar mi trasero a su bulto, él tomó la indirecta y empujó hacia adelante, disimuladamente para no levantar sospechas, y yo volví a empujar, ahora refregando un poco, entonces me dijo

No seas puta, dejá de provocarme porque te voy a meter la verga en el culo y después vas a llorar?
Ja! para tanto es? sabes que me muero de ganas? Cuando quieras, donde quieras?

Había algo más que me enloquecía de ese hombre, como dije, el hecho que fuera casado, tenía familia, y yo quería corromperlo y llevarlo a la cama, como sea, como diera lugar?

Viernes, día de gym, ya casi había terminado cuando le dije a Roberto Carlos que estaría sola por la noche, Alberto, mi marido, quien era totalmente ajeno a lo que termino de escribir, tenía una cena de amigos, yo ya lo conocía, y esas cenas duraban hasta altas horas de la madrugada, fui directa, le dije que quería coger y que le metiera alguna excusa a la tonta de su mujer.

El miraba un tanto incrédulo, como adivinando si hablaba en serio o no, así que le dije, que le mandaría un WhatsApp y que si le parecía bien tipo veintitrés podríamos encontrarnos.

Y así fue, apenas mi esposo dejó el hogar con un dulce beso en mis labios, le avisé a Roberto Carlos y fui corriendo a cambiarme, ya estaba bañada, depilada y perfumada, me puse un vestido floreado, algo holgado pasando mis rodillas, si algo quería en ese momento, es pasar desapercibida al salir, no necesitaba llamar la atención de las viejas chusmas del barrio, pero, de todas maneras, tenía una sorpresa para ese mulato.

Tomé un taxi para encontrarme con él en un sitio apartado, llegué, pagué me bajé, él ya me esperaba, me hizo un guiño con las luces de su coche y me dirigí a su encuentro, subí y me acomodé a su lado.

Estás muy bonita! – me dijo con una sonrisa compradora mientras me besaba en la mejilla.

Este muchacho me sonó un tanto ?lento?, estábamos a minutos de revolcarnos en una cama y solo me besó en la mejilla?

Arrancó camino a algún motel, mientras conducía lo miraba atentamente, él se concentraba en el tránsito, así que tomé su mano derecha con la mía y la llevé a mi muslo, levanté suavemente el vestido y lo hice subir lentamente, quería que llegara a la sorpresa, cuando llegó a mi vagina depilada notó que no tenía ropa interior, le arranqué una sonrisa y empujé más su mano entre mis piernas, intentó infructuosamente colar uno o dos dedos en el interior de mi raja, pero el acceso no era fácil, por lo que la retiró y la coló por el escote de mi vestido, para comprobar que tampoco tenía sostén?

Esos juegos en el viaje lograron que estuviéramos a punto caramelo llegado el momento?

El cuarto era amplio, en tonos de rojo sangre combinados con pálidos rosas, había unos chocolates acomodados estratégicamente sobre la cama, fueron mi primera tentación, mientras él fue el frigo bar por una botella de champagne, estábamos en silencio, podía escuchar mis muelas masticando esos placeres del cacao, y hasta el repiquetear de las burbujas en las copas recién servidas, apenas me mojé los labios, estábamos ahí para otra cosa?

Me incorporé a un lado de la cama, bajé de mis tacos, aflojé mi vestido y lo dejé caer al suelo, me quedé como dios me trajo al mundo ante sus ojos atontados, me pidió que girara, para ver mi trasero, previsible?

Entonces apagué la luz, apenas tenues reflejos de las farolas de la acera se colaban por los gruesos cortinados, dando una imagen de casi oscuridad total, me acerqué a él y ahora si nos besamos profundamente, sentí su respiración agitada, aún tenía sus prendas y contrastaba con mi total desnudez, le fregué la verga por sobre la ropa, aun apuntaba al suelo, pero ya pude notar algo interesante, me apretó las nalgas y ahora si, sin problemas metió un par de dedos en mi conchita, bien profundo, bien rico?

Me estremecí en sus brazos, comenzó a llenarme de besos, esos besos profundos, y yo a recorrer la perfección de sus músculos, me acurruqué en su cuerpo varonil, y sentí su pija crecer rápidamente hasta refregarla en mi vientre, mierda, no pude resistirlo, me arrodillé a sus pies, aflojé sus ropas con premura para llegar a su sexo, no podía verla con claridad, pero la abracé con una mano y aún quedaba mucho por cubrir, tenía un aroma embriagante, la sentí latir entre mis dedos, solo hizo que me mojara más y más?

Me dispuse a torturarlo, pelé bien su glande, besé sus ricos testículos, y recorrí esa preciosura desde la base hasta la punta, lentamente, una y otra vez, muy lento, demasiado?

Roberto Carlos pronto empezaba a estremecerse, quería que se la comiera toda, que se la chupara con ganas, pero yo solo apretaba mi húmeda lengua contra la bese de su cabeza llevándolo a una lenta agonía, incluso pude saborear una pequeña gota acuosa de un incipiente semen que escapaba por la punta de su sable?

El parecía estar en trance, hasta que me levantó por la fuerza, tomando el control de la situación, me tiró sobre la cama, se terminó de desnudar, se arrodilló en el piso y escabulló su cabeza entre mis piernas, me mantuvo con la fuerza de sus brazos, dando pequeños pellizcos en mis pezones y me pagó con la misma moneda, empezó a rozar con su lengua los labios de mi sexo, en un lento y eterno camino que me llevaban a la nada, porque deseaba que lamiera mi clítoris pero no lo hacía, apenas lo rodeaba y hacía que me retorciera en deseo.

Estaba en desventaja, abusaba de su fuerza masculina para mantenerme a raya y yo nada podía hacer, solo retorcerme y gemir, le implore

Basta hijo de puta, cógeme, ¡quiero toda tu verga dentro!

Él se apiadó, vino sobre mí y me la metió por completo, tan rica, tan grande, tan gruesa, me hizo vibrar, me arrancó un gemido de puta, empezó a moverse dentro mío, lo besé, sentí sus propios gemidos, ensartándome hasta el fondo, una y otra vez, quise acariciar mi clítoris para llegar a ese orgasmo que lo tenía a flor de piel, pero él me lo impidió, nuevamente abusando de su masculinidad me retuvo los brazos para que yo no pudiera tocarme, y me cogió en cuanta forma y posición imaginen, hasta que recordé la charla del gym y le dije directamente

Y papi? no me dijiste que me ibas a romper el culo? supongo que no me dejaras con las ganas?
La verdad? habría que hacer unas ?sentadillas? para fortalecer esos glúteos?

Bastardo, solo se recostó boca arriba con su verga erecta mirando al cielo, mientras yo lubricaba mi esfínter, me puse en cuclillas a su lado, bajé lentamente y solo la dejé entrar, hasta donde se podía porque toda no me entraba?

Y como si estuviera en una de sus clases, flexionaba sobre él, parada en las plantas de mis pies, regalándole las curvas de mi culo, arriba y abajo, diez veces, y otra serie más, y una tercera, se sentía hermoso, y me sentía muy puta, con esa verga hermosa en mí culo.

Al fin pude masturbarme libremente, apretando mi clítoris entre mis dedos, me sentí venir, que rico orgasmo con su enorme verga en mi trasero?

Volvió a tomar la iniciativa luego que no pude más, en mezcla de cansancio y placer, puso un almohadón sobre la cama y me recostó sobre el boca abajo, de manera que mi colita quedara levantado, como si acaso hiciera falta, lo sentí acomodarse como para cabalgarme, y me la metió nuevamente?

La posición favoreció la penetración tan profunda que me arrancó un grito, mezcla de placer y dolor, y empezó a darme, sin prisa, sin pausa, rompiéndome bien el culo, como a mí me gustaba?

Al fin la sacó y empecé a sentir su semen caliente quemando mi piel, mis nalgas, mi espalda, un chorro, otro y otro más?

Se retiró y cayó rendido a mi derecha, nos besamos apasionadamente?

Aun había tiempo y cogimos un buen rato más, luego nos bañamos y emprendimos el regreso.

Ese viaje de regreso no fue lo que una mujer recién cogida por un amante espera escuchar, el estúpido comenzó a contarme sobre su matrimonio, sobre cuanto amaba a su mujer y cuanto le pesaba la conciencia por lo que había hecho, y me preguntó que había de mí, si no me sentía mal pensar que hacía un rato había puesto mis labios en su verga, y en breve los pondría en la boca de mi esposo, preferí no hablar, me mantuve en silencio, hombres…

Me contó entonces que en Brasil trabajaba de stripper, debía imaginarlo con la verga que tenía y con los movimientos de baile que nos enseñaba en el gym.

Que todo fue bien hasta que conoció a la que sería su mujer, y que obviamente empezaron los celos, y los planteos, y los problemas?

Fue cuando un chico argentino que trabajaba con él en esos lugares nocturnos, le propuso cambiar de ambiente, venir a mi país y empezar una nueva vida, y que esos fueron los motivos por los cuales terminó dando clases en un gimnasio en la República Argentina.

Le dije que me dejara a un par de cuadras de casa, tenía un sabor agridulce en la boca, después de una revolcada espectacular me salió con prejuicios moralistas, no entendí bien como era el juego.

Llegué a casa, me acosté y me quedé dormida.

Poco después lo sentí llegar a Alberto, con sigila, como acostumbraba, sentí los ruidos de la llave, lo sentí pasar por el baño y venir a mi lado, me abrazó, y entredormida recordé lo que me había dicho Roberto Carlos en el auto, sobre lo moral del tema, así que solo le di un profundo y eterno beso en la boca a mi esposo, sintiéndome diabla por dentro, me quedé con una sonrisa pintada en los labios, todo antes de quedarme dormida nuevamente?

Y este podría ser el final de la historia, pero es el principio, alguien más aparecería en mi vida?

PARTE 2

Mi vida deambulaba entre mi esposo, el tipo ricachón, mediocre en la cama que me llenaba de dinero, quien estaba totalmente ajeno a mi amorío con mi profesor de Zumba Roberto Carlos, un hombre sin muchas ambiciones pero que me cogía maravillosamente, con una verga hermosa y que me la daba seguido por el culo, algo que mi marido lo tildaba como un acto sucio y de prostitutas, algo que me negaba y que yo deseaba.

Pero a pesar que Roberto Carlos me hacía sentir plena en la cama, su torpeza masculina empezaba a hastiarme, con esa manía de hablar de su mujer, ya sea de sus tontos remordimientos o para contarme lo que hacía con ella, y a pesar que sutilmente le hacía saber que no me gustaban sus relatos de matrimonio perfecto después de haberme cogido, el parecía no darse cuenta de que lentamente llevaba todo a un fin.

Esa tarde de setiembre algo sucedería, fui al gym como cada día, al llegar, al flanquear la puerta me topé con Roberto Carlos, pero él no estaba solo, lo acompañaba un amigo según me lo presentó, él se acercó y nos besamos mejilla a mejilla, y me quedé unos minutos por cortesía, unos minutos que me bastaron para fotografiar mentalmente a mi recién conocido, mucho más alto que yo, fornido, piel cobriza, cabello negro bastante largo que recogía fuertemente por detrás de su cabeza, ojos claros, de mirada inquieta, nariz aguileña que le daba un toque masculino y recio, labios gruesos, de hablar en forma un tanto nerviosa.

Favio, tal cual se llamaba, tenía manos grandes, con varios anillos y pulseritas en sus muñecas, con un par de aros en su oreja izquierda y algunos tatuajes que lucían bonitos, incluso noté uno en su bíceps derecho disimulando una vieja cicatriz, producto de alguna diputa o de alguna operación.

También noté en esos minutos que a pesar que él hablaba con Roberto Carlos, mi cuerpo, como un imán se había transformado en centro de sus miradas, un acto que a cualquier mujer hubiera intimidado, pero yo solo sentí excitarme.

Por ser el primer cruce casual decidí que era suficiente, así que lo despedí con otro beso y me encaminé a mis rutinas, moviendo el culo como a mí me gusta cuando sé que un macho me lo está mirando.

Esa tardecita, como tantas otras, hice el amor con Roberto Carlos y cuando vi que otra vez hablaríamos de su mujer, preferí tomar la iniciativa y sacarle información de este nuevo ?proyecto?

Quién es Favio? de donde lo conoces? nunca me contaste de él?
Favio? Un amigo? no te cuento la vida de mis amigos? te gustó?
Ya se? siempre me hablas de tu esposa? – mis palabras sonaron a reclamo, por lo que él, como haciendo de cuenta que nada había escuchado, retomó desde el punto anterior
Favio es un amigo de años, lo conocí en Brasil, él era un novato argentino en un club de strippers buscando su futuro, le di una mano, estaba solo y bueno, así empezó todo?
Ahhh? stripper?

Mis palabras sonaron demasiado a interés de puta, por lo que Roberto Carlos empezó a reírse a carcajadas?

De que te ríes bobo? ? reproché tirándole una de las almohadas que tenía a mano
Es que te interesa putita? y si vieras el aparato que carga! Ja! ja! ja!

Y en verdad me interesaba, así que voltee la mirada y bajé la cabeza. El prosiguió

Oye, si quieres te lo presento! El está interesado en vos, de hecho, me preguntó muchas veces por ?la chica de culo perfecto?

Me reí, la chica del culo perfecto? pero todo esto ya me causaba escozor en mi sexo, así que le dije

De acuerdo, pasale mi WhatsApp, decile que me escriba, me interesa ver que tanto tiene entre las piernas?

El volvió a reir, pero me advirtió.

Ok, se lo paso, pero te doy un consejo, anda con cuidado, es un buen tipo, pero tiene gustos un tanto raros?
A que te refieres? ? pregunté con típica curiosidad femenina
No sé, yo no quiero crearte una falsa expectativa, solo te diré que tengas cuidado?
Es gay? ? pregunté inocentemente

El se largó a reír a carcajadas, y me dijo que no, que por ahí no venía la historia, que solo era un tipo complicado con algunos temas legales?

Se había hecho tarde, demasiado tarde, así que no pudimos hablar mucho más, solo que camino en el auto hacia mi casa me contó algo más de él, me dijo que cuando empezaron sus problemas matrimoniales, fue el quien le sugirió trasladarse a Argentina, y fue el quien le devolvió el favor al llegar a mi país, quien lo ayudó a ser parte de nuestra sociedad, quien le consiguió el trabajo en el gym y que en verdad habían hecho una amistad demasiado fuerte.

Favio empezó a escribirme por WhatsApp y con el correr de los días se me hicieron adictivas sus palabras a espaldas de mi esposo, me trataba como una puta, directamente, sin vueltas, iba al hueso, profundo, y tenía el poder de hacerme mojar toda solo con sus palabras, en sus delirios me arrancaba risas y orgasmos, pronto pasó a ser más interesante para mi hablar con el que tener sexo con mi marido y hasta con el mismo Roberto Carlos, es más, cuando ellos me hacían el amor fantaseaba que era Favio quién me lo hacía

Me tomé varias selfies, solo para mostrarle mi culo que tanto me halagaba, ya sea en lencería o totalmente desnudo, le preguntaba si le gustaba y si ?quería hacérmelo?, ah! sueno tan puta al escribir esto? pero me mojo de solo recordarlo?

En algún punto tuve que cambiar de rumbo, sencillamente no podría estar con Alberto, mi esposo, Roberto Carlos, mi amante mulato y dejar entrar también a Favio, este tipo perverso que empezaba a enloquecerme, no podría llevar una triple vida a espaldas de mi esposo, en algún momento todo volaría en pedazos?

Lo pensé, decidí soltarle la mano a Roberto Carlos, ya había tenido demasiado de su sexo, y también de su esposa, le expliqué los motivos, adiós gimnasio, tenía otros objetivos por delante.

Así que esa tarde fui con un poco de nostalgia a hacer mis rutinas, las últimas, recuerdo que tenía un culotte less bajo un pequeño pantalón corto, ajustado, en tono gris, con una pequeña remera azul que me llegaba al ombligo, en ese momento no me pareció nada importante el detalle de mi vestimenta.

Cuando llegué Roberto Carlos me pidió ir al barcito del club, a charlar, era nuestra despedida y no había ánimos para ejercicios.

Nos sentamos, pedimos unos refrescos y nada hacía pensar en más que unas sanas palabras?

En medio de la conversación entró un WhatsApp, miré de reojo, era Favio, reí, contesté, Roberto Carlos lo notó y empezamos sin querer en un juego dialéctico entre los tres, cambiando palabras eróticas y porno, con un hombre presente y otro a través del móvil, mierda, empezaron a hablarme de tal manera, ellos hablaron de mi de una forma tan loca, que solo hicieron que me excitara como una puta, empecé a mojarme, más y más, les decía que terminaran con este juego, pero ellos no lo harían, y sencillamente yo no quería hacerlo, me halagaban, mi cola, lo puta que era, lo que me gustaba que me la dieran por el culo, si quería chupárselas un rato y no sé cuánto más, sentía que me mojaba a mares, que estaba fuera de control, fuera de eje, sentí enrojecer mis mejillas, sentí agitarse mi respiración, apreté las piernas inconscientemente, a tratar de evitar lo inevitable, una electricidad fulminante recorriendo los pezones, el clítoris, los hombres no imaginan el poder que las palabras tienen sobre mi cuerpo, un orgasmo escapó entre mis piernas, en ese lugar, en ese momento? que vergüenza?

Pero si ese orgasmo me había dado vergüenza y la risa socarrona de Roberto Carlos más roja me ponía, aun me faltaba lo peor?

Miré hacia abajo, entre mis piernas, mierda, tenía toda esa zona íntima, el pubis, todo empapado, el short gris estaba húmedo como si hubiera vertido un vaso de agua en esa zona, ahh! quise que el infierno me tragara! como pude humedecerme de esa manera? como no me di cuenta? Ahora si cobraba importancia tener una remera corta al ombligo, no tenía forma de cubrirme!

Le conté con pena a Roberto Carlos, pensó unos minutos sin dejar de burlarse, al frente estaban los vestuarios y los baños, así que pagó la cuenta y nos dirigimos al lugar con la idea de mojar un poco más la prenda y disimular la situación, al menos eso pensé, pero él tenía otros planes?

El llegar, cuando iba a flanquear la puerta él me tomó del cabello y me arrastró al de hombres, casi sin darme tiempo a protestar, a resistirme, cuando me di cuenta ya estaba dentro de los vestuarios, conté a cuatro chicos semidesnudos que miraron atónitos sin entender nada, seguimos al final, donde están los baños, me metió a un cubicle y cerró la puerta en ese apretado y nauseabundo lugar, fue cuando me miró, me besó profundamente y me susurró

Te voy a extrañar, quiero despedirme de vos?

Solo me giró y me hizo apoyar mis brazos en la puerta, lo sentí agacharse un poco y sentarse sobre el inodoro adiviné que su rostro estaba a la altura de mis glúteos, sentí sus manos comenzar a acariciarlos, me dejé acariciar, sus dedos se colaron en los elásticos de las prendas y bajo con un poco de esfuerzo la pantaloncito y el culote apenas a medio muslo, suspiré rendida y perdida, el orgasmo del bar no había sido suficiente y necesitaba más?

Su lengua recorrió entonces mi piel, mis cachetes, me encorvé para dejarlo llegar, mi esfínter, mis labios, estaba empapada?

Se incorporó nuevamente, con una mano desnudó su verga y mientras me pegaba como si fuera un martillo en mi culo, con los dedos de la otra llevaba jugos de mi conchita a mi esfínter, abriéndolo lentamente?

Al fin apuntó y me la enterró por completo en el culo! ahhh! me sacó un grito contenido y me obligó a pararme en puntas de pies? que hijo de puta!!!

Roberto Carlos empezó a dármela por el culo y en cada empuje me arrancaba un gemido, no podía evitarlo, y más empujaba más gemía, me tapó con fuerza la boca y me susurró

Puta reventada, dejá de quejarte? querés que pierda mi empleo?

Apreté los labios, como decirle? Como decirle que su verga hermosa me llenaba de incontenible placer, como decirle que quería gritar, acaricié mi clítoris al ritmo de la penetración anal, metiendo mis dedos en el hueco jugoso, jugando a una doble penetración, me llené de espasmos en eternos orgasmos? pero claro faltaba su obra maestra?

Lo sentí venir, me iba a llenar el culo de leche, pero el bastardo la sacó justo y apuntó adrede sobre la intimidad de culote que reposaba poco más abajo entre mis piernas, de manera que la humedad de mis flujos se mezclara con todo su semen?

Sin decir palabra, me subió la ropa dejándola como estaba haciéndome sentir un pegote exquisito entre las piernas? ahhh!!! me encantó? pero en ese momento quise matarlo?

Roberto Carlos me dejó sola en ese lugar, odié y maldije a ese hombre en ese momento, tuve que salir a la fuerza, sentía mi entrepierna como si hubieran vertido en ellas un cremoso postre casero, manchada por detrás y por delante, lo único que se me ocurrió fue cruzar rápido al vestuario de damas, ignorando a los muchachos que estaban expectantes por lo que había sucedido, los mismos que estaban cuando ingresamos, como esperando el final de la película.

Y si bien no levanté la mirada del piso, pude sentir que ellos me clavaban la suya, riéndose por lo que estaba atravesando?

Solo una persona podía salvarme, mi santa madre? así que la llamé y le imploré porque me trajera algunas prendas limpias mientras yo me daba una ducha, inventé una tonta excusa, sé que no me creyó, pero solo necesitaba salir de ese mal momento?

Fue mi despedida de ese gimnasio, y mi última ver con Roberto Carlos, él era parte de mi pasado, y en mi futuro, solo había un nombre, Favio?

PARTE 3

Alberto, mi esposo, seguía ajeno a mis aventuras, el solo tenía ojos para su perfecto trabajo y se mofaba de tener un matrimonio ejemplar, roberto carlos era parte del pasado, me había dejado un sabor agridulce en la boca, muy bueno para coger, una verga hermosa, pero la monotonía con su esposa, y en especial esa tarde de gimnasio donde se portó muy poco caballero fueron suficientes para dar vuelta de página, por lo que ahora mi objetivo se centraba en esos whatsapp que tan puta me hacían sentir, que me hacían mojar a mares, que me hacían masturbar como adolescente, el dueño? favio?

las cosas no fueron como yo había imaginado, el me citó a su departamento, una tarde en la que alberto estaba de viaje, me depilé como de costumbre y me puse un sugerente conjunto de encaje blanco que había comprado para mi nuevo amante, me bañe en perfume y solo me puse un jean y una camisa celeste, nada despampanante, nada que llamara la atención, solo me recogí el cabello en un amplio rodete y me puse unos aros para dar un toque femenino.

luego un taxi, no solía usar el coche para encuentros casuales, para no dejar cabos sueltos, para no tener que dar explicaciones por si alguien viera mi auto en un lugar inusual.

llegué, toqué portero y llegó mi primer contratiempo, tuve que insistir un par de veces, favio no atendió, lo llamé al móvil, entonces me dijo que lo aguardara, que estaba tomando una ducha.

pasaron veinte minutos, que clase de hombre hace esperar tanto tiempo a una mujer que está a punto de llevar a la cama? quise mandarlo al demonio pero tenía tanta intriga que tragué mi orgullo en la puerta del edificio.

cuando al fin se dignó a dejarme pasar, tomé raudamente el ascensor, llegué al séptimo piso, golpeé la puerta con los nudillos y sentí su voz en un casi grito pasá! está abierto!

la imagen de ese hombre me cautivó, solo lucía un slip tipo bóxer, en negro con elásticos blancos, fue donde inconscientemente apuntó mi vista, y más notando algo enorme que le era imposible disimular, luego recorrí sus curvas perfectas con mi mirada, esos tatuajes, esa cicatriz, ese torso impregnado de humedad por la reciente ducha, hasta llegar a sus lacios cabellos que aun chorreaban agua, mi mirada se cruzó con la suya, me miraba en forma lasciva con una mueca en sus labios, me dijo

podes mirarme a los ojos y dejar de mirarme la verga? no seas ansiosa, ya te la vas a comer toda? mientras me termino de secar y perfumar, haya está la cocina, prepará un par de cafés?

no dijo mucho más, solo se dirigió a lo que intuí el baño, y que pasaba conmigo? este tipo me trataba como a un trapo de fregar el piso, me había hecho esperar, me trataba de puta y me hacía preparar el café, seguramente debí mandarlo al demonio, pero esa verga que se mostraba enorme era demasiado tentadora como para simplemente dar la vuelta y dejarlo todo?

mientras preparaba el café en la cocina, él estaba en el baño y nos hablábamos casi a los gritos, diez minutos más tarde estábamos sentados al sillón bebiendo de sendas tazas.

fabio estaba demasiado apetecible reposando solo con esa ropa interior que poco disimulaba la grandeza de su miembro, empecé a perderme, a mirar insistentemente ahí a ese lugar, quería sentirlo de una vez por todas, me mordí los labios intentando contenerme y no ser tan obvia, pero el me observaba, me observaba en detalle y se adelantaba a cada movimiento, a cada pensamiento, dejó la taza a un costado, se acomodó en una forma grosera y masculina y me dijo

dale putita, date el gusto? es a lo que viniste cierto?

dejé yo también la taza a un lado, en mi apuro solo había bebido la mitad, fui al piso, entre sus piernas, las cuales había abierto convenientemente, empecé a acariciar por sobre la tela esa verga que se mostraba temerosa, mirándolo fijamente a los ojos, palpé en mi mano lo que se venía y como crecía, el corazón me latía con furia y mi boca deseaba ese manjar y notaba como su pija era contenida por su ropa interior.

bajé su sugerente boxer para desnudarlo por completo, mi dios, me encantaban las vergas grandes, y la suya era gigante, casi no alcanzaba a rodearla con mi mano, solo quería chupársela?

me entregué por completa, a lamerlo de punta a punta, tan largo y grueso como era, con un glande circunciso enorme, rosado, exquisito, y un tronco venoso fuertemente curvado hacia arriba, me sentí mojar en mi intimidad, más lo hacía más lo deseaba, con mi vista perdida en ese pedazo de hombre, lo sentí latir entre mis dedos?

fabio estaba entregado, cada tanto lo miraba y podía notar como el observaba la escena, concentrado, degustando el placer que yo le daba, no solo sintiéndome en su pija, sino también con sus ojos, en su cerebro, yo solo trataba de poner lo mejor de mí, inspirando profundo, sentí que era esa típica escena porno, de la mujer rendida lamiéndole la verga a su macho, dejando que el lleve el control pero sabiendo que ella tiene el control?

Él tomó la iniciativa entonces, me apartó de su lado, y me pidió que me desnudara por completo, lo hice, luego me pidió que desfilara para él, también lo hice recorriendo el piso del apartamento de punta a punta, moviendo mi culo de lado a lado, luego me pidió que me sentara y me masturbara para él, en un principio me negué, me daba cierto pudor, pero favio era un tipo muy convincente, solo me senté en un sillón, a su lado y empecé a tocarme, pero el me detuvo y volvió a sorprenderme.

me dijo que no, que no lo hiciera sobre el sillón, que el sillón era para las personas, y que las ?perras? iban al suelo, y como yo era su puta perra, pues que me tirara al piso a masturbarme, que esa era ?mi sitio??

intenté protestar, pero el era como un imán, no me pregunten porque le hice caso, pero me dejé caer al piso y empecé a tocarme, primero los pechos, los pezones, su mirada me quemaba, el disfrutaba con lo que hacía, lentamente bajé la mano entre mis piernas, mi clítoris hervía, estaba inundada en jugos, me metí un par de dedos en mi conchita, se hacía inevitable, me sentía puta ante ese extraño, miraba su verga dura, como un monumento, enorme, apetecible, lo deseaba y el ni se inmutaba, empecé a gemir, ahhh!!! cerré los ojos, incliné mi cabeza, exploté en un orgasmo?

el aplaudió secamente, se incorporó y fue hasta un viejo pantalón que descansaba sobre una silla, observé en silencio, lo tomó entre sus manos, sacó el cinturón y vino nuevamente sobre mi y lo pasó por mi cuello y lo ajustó, y tiró, no debí dejarlo hacer, sentí que me empezaba a asfixiar, protesté me haces? mal? cállate perra, las perras son fieles y complacen a su amo!

un furibundo cachetazo en una de mis nalgas acompañó a sus palabras y sentí enrojecer mi piel, era una mezcla de dolor y placer, entonces empezó a caminar en círculos, y yo lo seguía caminando en cuatro patas, de rodillas, totalmente entregada, en una situación que jamás había vivido, me tiraba del cinto permitiéndome apenas respirar, verdaderamente me trataba como si fuera su mascota?

al fin me amarró a una columna, si, como leen, literal, me amarró a una columna, vino por detrás y me la metió toda en la concha, ahhh!!! me arrancó un grito, era enorme?.

y empezó solo a cogerme y cogerme, bien profundo, muy profundo, yo trataba de zafar, pero el me aferraba con fuerzas por las caderas, empecé a gritar en cada empuje, no podía evitarlo y seguramente los vecinos del lugar hubieran escuchado mi placer?

el me dijo mientras me cogía con fuera

puta? no eran que te gustaban las vergas grandes? ahora te la aguantas? o te parece demasiado grande??

yo no decía nada, que podía decir? solo disfrutar de la cogida que me pegaba, me sentía una puta, una perra, me sentía en medio de un sexo salvaje, frenético, al borde de la asfixia?

favio dio el siguiente paso, sacó su verga de mi conchita y empezó a fregarla en mi culito, amenazante, punzante?

luego llegó y me sodomizó, me acomodé y me abrí bien para recibirlo, me pidió que con mis manos abriera mis nalgas para verme mejor, le hice caso, y me relaje para recibirlo?

pronto su pija invadió mi esfínter, que pija?

me dio con lujuria, e inició un juego dialéctico

puta? te gusta que te rompa el culo?
si? si? papi? rompémelo todo?
pero que puta resultaste? te lo voy a dejar todo abierto?
siii!!! dale! dale! abrímelo todo? me gusta! dale!!! ahhh!!!

y no iba a ser solo partener, el empujaba, pero yo reculaba, quería que me la metiera toda, tan larga, tan gruesa?

perdí la cuenta de los orgasmos que ese hijo de puta me arrancó? bastardo?

y volvería a sorprenderme?

cuando se cansó de hacerme el culo vino sobre mi rostro masturbándose con fuerzas, pensé que lo haría en mi boca, pero me retuvo con su mano libre por los cabellos, con fuerza, a distancia, para que yo solo observara?

su glande estaba a centímetros de mi rostro, a un costado, yo seguía inmóvil, atada con el cinto por el cuello y sostenida por mis cabellos, de pronto empezó a acabar, un largo y fino chorro de semen saltó con fuerza, cayendo al piso, cubriendo casi un metro de distancia, y otro, y otro más, se siguió masturbando hasta que cayeron las últimas gotas?

largas líneas blancas parecieron decorar los cerámicos brillantes del lugar, fabio entonces me soltó de la columna y me dijo

bueno puta? es tu turno de limpiar? haz un buen trabajo, como las perras obedientes?

yo me quedé observándolo, sin entender si realmente pensábamos en lo mismo, pasaron unos segundos, en silencio, en calma, en tensa calma, pero el fue mas directo entonces indicándome el camino, me tomó con fuerza por la nuca y llevó mi rostro hacia el piso, donde estaba sucio con leche, si? evidentemente pensábamos en lo mismo?

me incliné un poco más, y otro poco, saqué la lengua y la pasé por el piso, por donde estaba su semen, el solo observaba, y lo hice otra vez y ahhh!!! mierda, como una perra empecé a limpiar el piso con mi lengua, absorbiendo y tragando cada rastro de semen, con cadencia, con paciencia, hasta no dejar rastros?

fue algo tan loco, tan sexual, tan caliente?

favio sin dudas era el comienzo de una nueva vida sexual, el había movido mis cimientos, y me empujaba a hacer cosas que jamás había hecho, tenía una verga enorme y hermosa, y sabía usarla? pero eso no era todo, el era como un torbellino que arrastraba todo a su paso?

seguimos cogiendo por un tiempo más, hasta que se hizo tarde.

nos despedimos, el fue tan frío y parco como cuando había llegado, ni siquiera me acompañó por caballerosidad hasta el palier del edificio, nada, apenas pasé el umbral de la puerta de su departamento, la misma se cerró pesadamente a mis espaldas, así era el, dejándome saber que no debía esperar mucho mas de él, así era, tomarlo o dejarlo?

tomé un taxi para regresar a casa, miré la hora, era tarde, el chofer intentó darme charla, pero una vez que le dije mi destino hice oídos sordos a sus palabras, acomodé mi cabeza contra el vidrio de la ventanilla y mientras miraba al azar las multi coloridas luces de los negocios céntricos empecé a cerrarme en mis pensamientos?

favio era un tipo raro, frio, parco, pero ejercía un dominio en mí que no podía entenderlo, me preguntaba que diablos hacía en ese taxi regresando a mi domicilio, si le había dicho que mi esposo no estaría en la ciudad y que deseaba quedarme a dormir con él, pero él casi me había echado de su departamento, dejándome saber que no tenía intenciones de un falso amor para con mi persona, era solo coger y nada más?

supuse que lo mejor era olvidarme del tipo este, no era lo que yo quería a pesar de que había descubierto un mundo nuevo?

llegué a casa, estaba destruida, pero necesitaba darme una ducha, puse un poco de música apenas audible, por la hora no quería incomodar a ningún vecino, me sumergí en la tina, que rico?

y seguí pensando y pensando, sumergida en ese baño de agua tibia y espuma?

casi no recuerdo como llegué a la cama del cansancio que tenía?

me desperté a media mañana, me dolía todo, como si un tren me hubiera pasado por encima, la concha me punzaba en lo profundo y sentía la colita terriblemente adolorida?

fui al baño a higienizarme, mientras me cepillaba los dientes me vi al espejo, mierda, mi cuello presentaba marcas violáceas que habían sido causadas por el cinto, me miré entonces como acto reflejo las nalgas, también lucían moreteadas por las fuertes palmadas que ese bastardo me había propinado?

me preparé un te caliente, con algunas galletitas que encontré por ahí, me senté normalmente, despreocupada, pero un fuerte dolor en mi esfínter me hizo replantear mi postura, así que me acomodé sobre una de mis nalgas, ahhh! porque tenía que ser tan puta?

mientras desayunaba tomé mi móvil, encontré mas de veinte mensajes de whatsapp de mi esposo, era urgente que le contestara, pero más me urgió llamarlo a favio, no sabía porqué lo hacía, pero lo que no suponía que esa llamada abriría la puerta al infierno que me esperaba?

PARTE 4

en ese momento estaba segura de tener todo bajo control, pero lo cierto es que sin sospecharlo me estaba metiendo en un laberinto sin salida, la situación con alberto, mi marido empezaba a ser cada vez mas distante, mas tirante, hablábamos poco, casi no teníamos intimidad, imaginaba que tenía una o varias amantes, no me importaba, solo me importaban sus billetes?

por otro lado, la palabra sexo en mi vida era sinónimo de un nombre, favio, el me cogía como quería, me hipnotizaba, me tenía rendida a sus pies?

decidí anotarme en otro gym, pero en esta oportunidad uno diferente, era uno en el que daban clases de box. en mayoría eran hombres, lógicamente, pocas chicas, pero yo solamente iba a hacer rutinas de entrenamiento, nada de guantes?

el motivo de esta nueva dedicación era obviamente mantenerme en forma, pero también había otro motivo, los encuentros con mi amante eran rudos, el me golpeaba y me humillaba y yo conseguía los mejores orgasmos con esto, pero mi cuerpo hablaba lo que mi boca callaba, aparecían moretones, marcas, difíciles de explicar, y aunque mi esposo no me prestaba mucha atención, tampoco era un tonto, así que los ?supuestos encuentros en un ring? fueron la excusa perfecta.

mi vida, poco a poco empezó a centrarse en ese amante, no podía controlarlo, no me daba cuenta, era solo sexo, nada más, pero me metí tanto en esa historia que quise acapararlo, intenté controlarlo, como si fuera mi hombre, algo que estaba claro que nunca lo sería, pero mis sentimientos me traicionaban, lo celé tontamente, esperando que el fuera solo mío, una locura? el nunca sería mío, el estaría con cuanta mujer quisiera estar, pero no podía verlo en ese momento?

después de haber cogido mucho con él se produciría mi primer traspié, por mis tontos celos?

ese domingo estaba aburrida en casa, sola, y tenía unas ganas locas de coger, lo llamé, se lo insinué primero, fui directa después, pero él le dio vueltas al asunto, respondió con evasivas, pude notar que tenía otros planes, otra mujer?

recuerdo que monté en cólera, estaba de entre casa, solo tomé las llaves del coche y enceguecida fui para su departamento, rompía en ese momento la premisa de no usar mi coche, pero estaba tan fuera de eje que nada me importaba, ni siquiera me había arreglado un poco al salir?

al llegar me pegué a su portero eléctrico, como siempre tardó demasiado en responder, pero dada mi insistencia, al final se dignó a hacerlo?

discutimos por el intercomunicador, acaloradamente, yo quería subir, él no quería que lo hiciera, me invitó a retirarme, pero yo no pensaba irme, en eso algún casual vecino salió del edificio y yo aproveche la puerta abierta para escabullirme dentro, subí por ascensor, llegué y tomé la puerta a golpes de puños?

fue entonces cuando fabio abrió, molesto, me tomó con fuerza por la muñeca y me metió en el departamento.

mis ojos comprobarían más de lo pensado, no era una mujer como yo imaginaba, eran dos?

a un lado, expectantes de lujo de la discusión que se iniciaba estaban dos chicas casi desnudas, aparentaban unos veinte años como mucho, una rubia delgada, demasiado delgada, sus largos cabellos trenzados a los lados llegaban casi hasta su cola, estaba con un body de encaje negro, medias caladas al tono, zapatos tacos altos, y su pubis completamente depilado y desnudo brillaba llamativamente, la otra, una pelirroja tenida, rellenita, tirando a obesa, con unos llamativos pechos que eran centro de atención, esta chica tenía el cuerpo plagado de tatuajes, estaba completamente desnuda a no ser por un pequeño culotte rojo que apenas tapaba lo justo y necesario.

favio me sacó de mis segundos de inspección ocular de la escena, empezaron los reproches y le devolví reproches, me gritó y le grité, me amenazó y lo amenacé, hasta que al final, arto del paupérrimo espectáculo sentenció

está bien puta de mierda? queres jugar? pues juguemos?

me tomó por el brazo y me llevó donde estaban esas chicas y me tiró al medio y? ahhh? mierda?

el solo se sentó a observar, ellas merodearon y empezaron a besarme, una por delante, otra por detrás, sentí sus manos en mi cuerpo, sus labios en mi piel, sus lenguas recorriéndome?

estaba rodeada, indefensa, mi enojo fue cambiando a excitación, poco a poco me fueron desnudando y me vi envuelta en un juego lésbico para complacer a ese hombre que solo observaba, en silencio, sin decir palabra?

en unos minutos la dulce paola estaba al medio de un trío lésbico con dos desconocidas, con un tipo que era espectador de lujo de lo que sucedía?

honestamente estaba incómoda, esos besos entre mujeres, sentir la lengua de otra mujer meterse en mi boca, eso no era lo mío, que otra chica besara mis tetas, o que metieran sus dedos en mi concha, claramente distaba de ser placentero, pero creo que en verdad lo que me molestaba era sentirme una más, nada especial para favio, que veía en mi otra de sus putas?

como fuera ya estaba ahí, ya me había metido en ese juego, y un tanto resignada empecé a disfrutarlo, que opción tenía?

la chica delgada, la de las trenzas empezó a besarme en forma muy efusiva, y poco a poco cedí a sus juegos, sus besos eran dulces, suaves y me abstraje del resto? y saben? empecé a mojarme?

la chica de los tatuajes me sorprendió por detrás? sus dedos se metieron en mi conchita y empezó a jugar en mi interior, mierda? por qué me hacían esto?

yo estaba en cuatro patas, y la joven que me había besado en forma tan rica me había dejado, había ido también por detrás y me había empezado a chupar el culito en una forma muy rica mientras la otra seguía hurgando en mi conchita y acariciando mi clítoris, haciendo todo muy sexual, ante la atenta mirada de favio, quien disfrutaba como un niño con el show lésbico que le regalaban sus tres putas.

y favio tenía todo bajo control, como siempre, entonces trajo lubricante, y les habló a las otras dos, les dijo que yo era ?la nueva? y quería que me dieran la bienvenida?

fue la pelirroja la que ahora vino a mi lado, la mas morruda y quien evidentemente era quien tenía más fuerza, ella me sostuvo por los brazos y empezó a besarme en la boca, como intentando aislarme del entorno, pero sabía que algo no estaba bien en todo esto.

sentí la viscosidad del lubricante chorrear por mi sexo, la chica de las trenzas empezaba a hacer su trabajo, y arremetió con unos dedos en mi conchita, y más profundo y más fuerte.

era todo nuevo y todo rico, era algo que me gustaba y me desconcertaba al mismo tiempo, yo, la mujer que siempre tenía todo bajo control, la que elegía sus víctimas, en un abrir y cerrar de ojos estaba perdida, entregada, sin saber qué hacer, solo esperando lo que sucedería?

y en un punto sentí que mi vagina sufría? la chica delgada me había colado el puño completo y jugaba como tirabuzón? la colorada me decía al oído

te gusta? te gusta putita? bienvenida al club?

pero que podía contestar yo si solo me retorcía de gozo, si me estaban colando un brazo en mi conchita, si apenas podía gemir sordamente?

y pronto comprobaría que esto era solo el comienzo, luego sentí los dedos jugando en mi trasero, y adiviné que correría la misma suerte?

mierda? con paciencia me fue dilatando, mas y mas hasta colar su puño en mi trasero, para meterlo y sacarlo, una y otra vez?

y por alguna razón todo eso se me hacía adictivo, me trataban como una puta y me gustaba?

favio paró el juego una vez más, su nuevo capricho fue que yo les chupara las conchas a esas extrañas, cosa que me negué rotundamente, aunque ellas se acomodaron sin chistar, con sus piernas abiertas, lado a lado?

recibí como respuesta una bofetada de parte de ese hombre, luego me tomó con fuerza por la nuca, llevándome casi a la rastra hasta hundir mi cabeza entre las piernas de la chica tatuada, no había opción, solo lamí sus jugos, lentamente, y cada vez que trataba de levantar la cabeza el volvía a hundirla al medio.

luego pasé a la flaca, a chupar su sexo, ellas dos parecían muy profesionales y sumisas, y mientras yo alternaba entre ambas, ellas se besabas y se acariciaban alternadamente pechos y vaginas? de donde había salido todo este puterío?

favio volvió a cambiar de opinión, se sentó nuevamente en el sillón, con sus piernas abiertas y su verga enorme apuntando al techo, textual pidió que sus perras le chuparan la pija, y ahí fuimos las tres como cachorras en cuatro patas, acurrucadas, metidas entre sus piernas, peleándonos para mamarlo como si peleáramos por un hueso, alternando entre sus bolas, tronco y glande?

era todo muy porno, el cuadro era porno, su pija se confundía entres nuestros labios, nuestras lenguas, entre besos lésbicos, en gemidos, no sé, ser parte de eso me encantó, solo darle placer, esperar a que explotara, sin saber dónde, quien sería la afortunada que se llevaría el premio, imaginar compartir el semen entre nosotras?.

llegado el momento el se paró, yo estaba al medio y ahí me di cuenta de que no había sido casualidad, el eligió acabar sobre mis pequeñas tetas, y literalmente me baño en esperma, varios chorros de leche caliente saltaron sobre mi pecho, ahh!!! fue tan rico, tengo un morbo especial con el hecho de que me acaben en las tetas?

entonces las chicas empezaron a lamerme, ya no parecían perras, mas bien parecían gatas, pasando sus lenguas por mis afiebrados pezones, para luego besarme profundamente, con esos besos llenos de semen, tan ricos, tan únicos, primero una a mi derecha, luego otra a mi izquierda?

estaba templando en placer?.

a todo esto, fabio ya estaba en otra cosa, nosotras aun no salíamos de la excitación, pero él ya estaba ajeno a nosotras, cuando reparé en el se había colocado una basta de seda, había encendido un habano, y estaba concentrado en su celular.

fue un poco cómico, pero mientras nosotras nos vestíamos al mismo tiempo nos presentábamos, había tenido mi debut lésbico son dos extrañas?

entonces el me llamó aparte, me preguntó si me había gustado, si lo había disfrutado, que me había parecido la experiencia, era todo raro, era la primera vez que este tipo parecía interesado por mis sentimientos, por mis opiniones?

antes de despedirnos, me dijo que sería una buena puta, sin dudas, ?la más puta de todas??

volví a casa, me metí en la tina, como de costumbre, necesitaba lavar mi cuerpo, pero mas necesitaba lavar mi alma, ahora, lejos de la excitación, con el cuerpo frío y la mente caliente, noté todo mi ser adolorido, en especial mi conchita y mi culito, y el solo hecho de recordar que me habían metido los puños completos me hacía dar escalofríos?

mi cabeza era un tambor, confusión, locura, realmente no sabía dónde me estaba metiendo?

fui a recostarme, con la piel aun húmeda por el baño de inmersión, solo quería dormir un rato, descansar, mi cuerpo y mi cabeza?

pero era imposible conciliar el sueño, mi cerebro era una máquina de pensar, y pensar?

qué sentido tenía mi vida con alberto? ya éramos dos extraños, apenas cruzábamos palabras cada tanto, y cada vez que hablábamos era solo para discutir, pero era favio lo que yo buscaba? esa adrenalina, esa locura, esa inconciencia?

recordé las palabras de mi antiguo profesor del gym, cuando me dijo que su amigo era un tipo extraño, y vaya que lo era?

cuando al fin logré conciliar el sueño dormí como un ángel, tuve ricos sueños desperté al día siguiente?

esa mañana tenía ya la mente despejada, había logrado acomodar el rompecabezas de mi vida, estaba decidida a cambiar algunas cosas, por un lado, el divorcio de mi esposo, nada me unía a él, así que contactaría a mi abogado para iniciar los trámites y sacarle todos los pesos que pudiera, por otro, despedirme de favio, él era demasiado peligroso, no ero sano estar a su lado.

tomé mi móvil, marqué su número dispuesta a despedirme, pero cuando el atendió me dijo anticipándose a mis palabras

buen día paola! adivinaste mis intenciones! justo iba a llamarte! el sábado tengo una reunión de negocios y pienso llevarte conmigo, arregla con el tonto de tu marido, no aceptaré un no por respuesta?

PARTE 5

maldito el momento en que me dejé convencer por favio, se suponía que esa llamada era para terminar una relación, pero en cambio solo fue abrir las puertas del infierno?

ese sábado las cosas habían comenzado mal, con alberto nos llevábamos como perro y gato, en un final aun no escrito, pero inevitable.

le dije que por la noches saldría con mis amigas, una explicación la que el respondió con una sonrisa, me contestó que para que seguir mintiéndonos, seguro andaría de puta revolcándome con algún macho, y a esa respuesta vino un nuevo reproche de mi parte, tampoco era el esposo ejemplar, tampoco me respetaba y que yo no dijera nada de sus salidas, de sus llamadas, de los olores a perfumes de mujer en sus ropas, o alguna que otra mancha de rush que había observado, no implicaba que fuera tonta, solo lo dejaba pasar?

una cosa llevó a otra y una simple ventisca de primavera se transformó en una peligrosa tormenta de verano?

al dejar el hogar, tras cerrar la puerta, sentí quitarme un peso de encima, empezaba a odiar a mi esposo, como mierda había llegado a ese punto en mi relación?

como fuera, como de costumbre, tomé un taxi rumbo a casa de mi amante.

fabio me recibió, estaba excelentemente vestido, con una remara en tono claro con algunas inscripciones, pantalón jean ajustado, zapatos cafés y un saco sport del mismo tono, una cadena con crucifijo adornaba su pecho.

el se arremangó el saco, tirando las mangas hacía atrás, me besó y dijo mirando el reloj

estamos atrasados, andá al dormitorio y cámbiate, creo que es toda tu talla, lucirás bonita?

fui al cuarto, él era así, una caja de sorpresas, sobre su cama había prendas muy bonitas y delicadas, me gustó la idea, me desnudé dejando mis prendas a un costado, quedándome apenas en ropa interior, me puse una remera super ajustada en negro con detalles en plateado, que llegaba apenas a mi ombligo, con un escote redondo mayúsculo que hacía sobresalir mis tetas, a pesar del discreto tamaño me sentí provocativa.

luego vendría lo mejor, una minifalda demasiado pequeña, de licra roja super adherente, cubría con lo justo mi trasero, que por cierto se veía magnífico, demasiado llamativo, de esas faldas que una tiene que cuidar cada movimiento para no mostrar nada indiscreto, mis piernas estaban completamente desnudas, por último, unos zapatos, también en rojo sangre con finísimos y altos tacos, y que más? nada más? eso era todo, estaba tan puta, desde mi adolescencia que no me vestía de esa manera?

favio era un espectador de lujo de todo lo que sucedía, recostado en silencio contra el marco de la puerta, me miré al espejo y mientras acomodaba mi cabello pregunté

donde vamos? me veo una puta?
sos una puta ? dijo en su tono tan vulgar, ese que tanto me excitaba?

fui a su lado, me reí, puesto que con esos tacos le llevaba como diez centímetros, y el respondió con una fuerte y rica nalgada.

ya en su coche me moría de intriga, una cena? un baile? una fiesta? fuera lo que fuera preguntaba una y otra vez, y una y otra vez el respondía con evasivas, era lógico, si yo hubiera sabido seguramente me hubiera negado?

llegamos, una vieja casona en un lugar privado, muy de gente de plata, supuse una de esas fiestas de gente de nivel, era raro, porque fabio no era de esa clase de tipos?

desde fuera se escuchaba música a alto volumen, y observé varias luces encendidas, pero al ingresar comprendería la situación?

un tal carlos nos recibió en la puerta, supuse el anfitrión, dijo que aun no habían llegado todos, mientras estrechaba la mano de favio y comerme con la mirada, al punto de hacerme cohibir?

cuando entramos? eran solamente hombres, que mierda? yo no dije nada, hasta que llegaron los restantes, ocho hombres y yo?

fabio entonces me explicó, era noche de hombres, como el acostumbraba a decir, bebidas, copas, naipes, cigarros, y claro, siempre acostumbraban a llevar alguna putita para que los atendiera, me quise morir? yo era la putita? solo eso era yo? ese era el plan?

uno de los tipos dijo en voz alta, preguntando a fabio

está rica la putita que trajiste, es verdad que le gusta tanto que se la den por el culo?

ellos se reían, otro agregó

lindo culo? aunque le faltan tetas?

y saben que sentía? como esos ganados en exposición, que me examinaban como un objeto a disputar, faltaba que miraran en detalle mi dentadura, o cosas así?

era humillante, un pedazo de carne, ?la putita?, ni nombre tenía, solo la putita de turno?

pero debo ser honesta? al mismo tiempo me excitaba, ser centro de una rueda de machos, la única concha entre tantas vergas, mas cuando me enteré de que eran todos strippers compañeros de favio, y cuando imaginé las armas que cargaban, ahhh!!!! somo pude mojarme?

y así empezó la rueda de juegos, ellos repartían naipes, fumaban y bebían, reían, cosas típicas de hombres, y yo había poco a poco entrado en el juego, como una camarera silenciosa repartía rondas de bebidas, cada tanto me quedaba observando como jugaban y mi cuerpo era centro de miradas?

cada tanto, mientras servía una copa, alguna mano indiscreta se colaba ente mis piernas, o acariciaba mis nalgas, yo sabía que tarde o temprano iban a cogerme y eso me mantenía a la expectativa, ardiente, esperando mi momento, porque aunque sea por una noche, sería la reina del lugar?

pero evidentemente, yo no estaba todo lo relajada que ellos pretendían que estuviera, o seguramente dispuesta a hacer lo que ellos quisieran, así que me dieron, mejor dicho, me forzaron a tomar algunas bebidas fuertes?

hasta ahí todo iba mas o menos bien, me hacían sentir como una puta y yo lo permitía, me tocaban como una puta, y yo lo disfrutaba, me mojaba como puta, y yo me excitaba?

pero algo cambiaría las cosas, estaba preparando una rueda de bebidas cuando favio me llamó, sobre la mesa donde estaban jugando, habían preparado unas líneas de cocaína, y cada uno aspiraba la suya, reían perdidos en la nada, y obviamente había una para mi?

fue cuando me negué, no quería hacerlo, la droga no era lo mío, dije que no, pero ellos me tomaron por la fuerza y me llevaron contra la mesa, me pusieron los brazos hacia atrás, me tomaron por la nuca y me hicieron inclinar, alguien metió una pajilla en mi nariz y apretó mi fosa nasal libre, escuché unas palabras que me sonaron a orden

dale puta, dele con fuerza?

cerré los ojos y aspiré? mierda?

sentí sus carcajadas mientras intentaba recuperarme de lo que acababa de hacer, me sentía rara, pero poco a poco esa mierda hizo efecto, un éxtasis de locura pareció invadir cada poro de mi piel, me sentí flotar en el aire, con una alegría indescriptible, desinhibida, con ganas de conquistar el mundo, fui sobre favio, me tiré sobre el y empecé a besarlo tan profundo como podía hacerlo, el me pasó a uno de sus amigos, y a otro, y a otro, los besé a todos, solo quería que me cogieran?

alguien me llevó nuevamente contra la mesa, hizo que me inclinara sobre ella, quedé parada sobre mis altos tacos, con mi pecho recostado en la fría madera, con mi culo expuesto, cerré los ojos, sentí como alguien levantaba mi corta pollera, como corrían la tanga a un lado, aspiré?

recibí una hermosa y perfecta penetración, profunda, enorme, quien fuera que me cogía se movía muy rico, empecé a gemir, alguien tomó una de mis manos, lo que hizo por instinto que abriera mis ojos, era favio que me acercaba su pija para que lo masturbara, empecé a jugar con dos, luego alguien empezó a cogerme por la boca, una pija hermosa y grandota que me llegaba hasta la garganta, y me acercaron otra verga, y otra, y me perdía entre tantas, nunca había estado en una situación así, no sabía como manejarlo, solo sabía que esas vergas eran solo mías y yo era única en ese momento?

alguien probó mi trasero, era lógico, sin muchos problemas me metieron una verga enorme, los oídos me zumbaban, pero podía escuchar sus palabras hablando de lo puta que era, de lo buena que era, palabras mezcladas con mis gemidos que ya se habían transformado en gritos de placer?

no sé si era por lo que había aspirado, pero mi conchita estaba muy sensible y me fluían ricos y hermosos orgasmos, tan profundos, tan incontrolables?

y yo no podía hacer nada, estaba entregada a la voluntad de esos tipos que hacían de mi lo que se les antojaba?

sin darme cuenta me vi completamente desnuda, chupando pijas de un lado a otro, tan ricas, tan grandes, me la daban por el culo, por la conchita, estaba fuera de si?

uno se subió a la mesa, y me llevaron a mi también sobre ella, hicieron que lo cabalgara, que rico! manejé los tiempos con su sexo en mi sexo, me tocaban las tetitas, de pronto uno se coló por detrás y me la metió en el culo, que rico! nunca lo había hecho y me sentí penetrada por ambos lados, por delante, por detrás, estaba entregada a esos hombres que se iban rotando, uno a uno, probando mis agujeros, noté que favio había sacado su móvil y había empezado a filmar y fotografiar todo, y yo era la reina de la noche?

cambiamos posiciones, una y otra vez, alguien me la daba por la cola y sentí otro acomodarse y forzar al mismo tiempo mi culito, no dije nada, creo que ellos probaban mis límites y yo no tendría límites, me habían metido dos pijas en el culo y yo solo quería que me rompieran toda?

favio como siempre daba las órdenes, y protestó porque no lograba tomar buenos planos de la doble penetración anal, sentí que uno de los tipos llegó de repente en mi culito, fue muy rico, me sentí hermosamente sucia, mi hombre me pidió que le mostrara mi trasero abierto chorreando semen, que le regalara los mejores planos y que mirara a la cámara, como buena puta que era?

y lo que supuse el final, también fue muy porno, fui al piso, todos se masturbaban en derredor, esas pijas enormes, y yo esperando el premio, la luz de la cámara del móvil de favio me quemaba el rostro, de pronto empezaron a acabar sobre mí, en mi boca, uno a uno, dos al mismo tiempo, un coctel se semen como volcanes estallando todos al unísono?

y mi rostro en primer plano, llenándose de líquido viscoso, mis mejillas, mi boca, mi pera, mis ojos, mi cuerpo, el semen caliente corría por mi piel, y ellos me pidieron que disfrutara ante la cámara, muy puta, que les enseñara como tragaba todo eso, gota a gota, y lo hice, con sumo placer?

como dije, supuse que ese era el final, pero me hicieron limpiar, y fabio me llevó a solas para cogerme, en privado, dio riendas sueltas a sus instintos, me dio nalgadas, fuertes nalgadas por lo puta que era, me hizo lo que quiso?

cuando el se fue de la habitación, vino otro a seguir cogiéndome, y otro, y luego otro, me cogieron toda la noche sin parar, interminable noche de placer?

me desperté sin entender nada, era de día, la luz del sol entraba por la ventana, me dolía todo, todo mi cuerpo, estaba confundida, mi mente deba vueltas, trataba de ubicarme en tiempo y espacio sin éxito, parecía clavada al colchón, no tenía fuerzas para mover un músculo?

dejé correr un par de minutos, traté de concentrarme, las cosas empezaron a hacerse familiares, los decorados de las paredes, las cortinas, la luz del cuarto, los muebles, mierda, estaba en mi casa, en mi cama, como había llegado? toqué mi cuerpo, estaba vestida con la minifalda roja, como la puta, con las ropas que fabio me había dejado?

cerré los ojos, quise levantarme, no tenía fuerzas, sentí el agua de la canilla de la cocina correr, al menos eso me pareció, quien estaba en la casa? era real o estaba soñando? tal vez divagaba por la droga que había aspirado?

cuando mi esposo entró al cuarto supe que no habría retorno, todo había sido calculado por favio, paso a paso, minuciosamente, como una partida de ajedrez?

el me había quitado la máscara frente a alberto, en verdad solo le había dado las herramientas para probar lo que él quería probar, en lo que me habría transformado?

no había retorno, mi marido tenía a su esposa vestida como una perra sobre la cama, drogada y llena de semen, ebria, entregada, él tenía además un montón de fotos y filmaciones que le había entregado, la trampa se cerraba, el divorcio se iniciaba?.

no salí bien parada, alberto me hecho a la calle como a un perro sarnoso, sentí en carne propia la fuerza que tienen unas fotos y unas filmaciones, lo intimidantes que pueden ser, mi plan de vida de estar junto a un hombre adinerado para que me mantuviera se había ido al demonio?

firmé cada papel sin chistar, que podía decir?

partí con mi maleta a cuesta y las pocas ropas que pude retirar, no tenía a muchos a quien recurrir, alberto me dio un sobre con billetes que no me durarían mucho, y todo se lo tenía que agradecer al bastardo de favio? un tipo peligroso?

y saben qué? volví a él? necesitaba hablar con el? además eso que había aspirado me había gustado y quería repetir la experiencia?

yo solo pensaba en arreglar mi vida, y sin saberlo, solo me seguía enterrando?

nuevamente fui a lo de favio, a su departamento?

PARTE 6

Favio me recibió en su departamento, yo solo tenía lo puesto, mi maleta de mano y un sobre con dinero, en ese momento odiaba a mi esposo, también odiaba a favio, sabía que todo había sido armado por él, y que él le había dado a alberto todas las fotos, los videos e incluso me había dejado en casa vestida como una puta.

pero la verdad es que no tenía donde ir, donde caerme muerta, y favio, a pesar de todo parecía ser mi mejor opción, además el tenía algo que yo deseaba, quería volver a probar esa mierda que me había metido en la nariz?

tuvimos una larga charla, el un poco se excusó y me dio algunos motivos del por qué había hecho lo que había hecho, algo me dijo sobre que mi marido lo había contactado y que lo había amenazado, que yo me había transformado en una carga para el y que quería sacarse el paquete de encima, al menor costo posible?

en algunas cosas me convenció, y en otras fingí que lo había hecho, el me ofreció techo y comida por un tiempo, hasta que yo acomodara mis cosas, pero claro, en ese momento no intuí que mis cosas se arreglarían según sus planes?

por un mes todo pareció funcionar, era como su mujer, hacía la limpieza, acomodaba sus cosas, y por las noches me daba a probar un poquito de coca y después cogíamos como locos?

siempre dije que tenía todo bajo control, pero no era cierto, me estaba metiendo en una adicción sin retorno y las cosas con favio empezaron a cambiar?

me dijo que no podíamos seguir así, que el no podía mantenerme indefinidamente, y que lo que me metía por la nariz salía demasiado dinero, así que empecé a pagar por mi droga y en poco tiempo de lo que mi esposo me había dejado solo me quedaba el sobre vació.

y todo siguió cuesta abajo, ya no tenía como solventarme, así que una noche me llevó a cenar, estaba muy coqueta, parecía todo muy lindo, muy formal, hasta que de improviso llegó alguien a quien me presentó como su amigo, pero palabra va, palabra viene, poco a poco entendí de que se trataba, ese supuesto amigo pondría el dinero por esa noche para que yo tuviera mi droga, y claro, yo terminaría en la cama con el?

fue el primero, empecé a prostituirme, favio me conseguía los clientes, yo ponía el sexo, el se quedaba con el dinero y yo con la coca?

y ese maldito monstruo empezó a ajustar las cuerdas, conforme yo caía mas y mas en una adicción sin control el mas me exigía, cada vez mas sexo por menos droga, de un casual amante pase a hacer orgías, shows, mujeres, lo que fuera, llegué a pasarme a siete hombres unos tras otro en apenas unas horas, y si no usaba preservativos se pagaba mejor?

favio era una basura, me convenció de ponerme siliconas, unos pechos más voluptuosos armonizarían mi figura y sería más fácil conseguir clientes, accedí?

admito que me veía mucho más llamativa, atractiva, pero me odiaba a mi misma por ser tan estúpida, mas cuando me enteré de que yo debería pagar los gastos de esos implantes, nunca me lo había dicho, odié a mis tetas en esos momentos?

y ese bastardo siguió y siguió humillándome, cada vez abusaba más de la situación y yo solo quería drogarme, me dijo que así no podíamos seguir, que debía dejar su departamento, que no tenía privacidad y que bueno, el tenía una pensión donde yo podría vivir con otras chicas, si es que no tenía nada mejor que elegir?

me fui a vivir a una pocilga, a compartir mi prostitución con otras chicas, que al igual que a mí, favio se había encargado de hacer un trabajo fuera de serie.

solo cogíamos para él, todas, cuando él quería, como él quería, el solo elegía, éramos sus títeres, sus marionetas y el nos pagaba con un poco de esa porquería blanca y un poco de comida?

mi vida era como estar en un pozo, en un gran pozo cavado en la tierra, de esa forma que miras el cielo, que quieres salir, que parece que puedes lograrlo, pero que cada vez que rasgas las paredes solo logras que mas tierra caiga sobre tu cabeza, lo intentas, una y otra vez, hasta que al final solo te resignas?

drogarme antes de tener sexo se había transformado en una necesidad impostergable, siempre me mostraba predispuesta, puta, gemía como a los hombres les gusta que gimamos, a todos les decía que tenían la verga más grande y hermosa, y a todos les decía que jamás me habían hecho gozar así, pero en verdad la mayoría de las veces ponía la mente en blanco y solo dejaba que me penetraran, y solo me repetía una y otra vez ?da lo mejor de ti? ?da lo mejor de ti? ?da lo mejor de ti?, esa frase daba vueltas en mi cabeza sin cesar?

saben qué? empecé a preferir a las chicas, al menos ellas no me penetraban y si lo hacían, era con juguetes, pero sabían lo que yo sentía, porque éramos iguales, éramos putas que solo hacíamos un servicio para complacer a nuestros clientes, a los que ponían los billetes?

mi deuda con favio era ya impagable, no tenía vuelta atrás?

mi final con el sería abrupto?

fuimos a una casa de fin de semana, supuse que sería una de sus fiestas, él amaba esas tardes de naipes, dinero, alcohol, drogas y putas, muchos hombres, pocas mujeres, eso era moneda corriente?

pero esta oportunidad sería diferente?

al llegar fui por mis prendas, el las elegía como siempre, esta vez todo en negro, una diminuta tanga que se perdía en mis glúteos, transparente haciendo notar mi pubis completamente rasurado, medias de red, de esas que ajustan bien arriba en los muslos, unas botas de tacos altos que llegaban por encima de mis rodillas, y por encima un corsé super ajustado, que hacía resaltar mis tetas como dos globos exultantes.

en la cocina me encontraría con amalia, una morena cubana de largos cabellos negros que le llegaban a la cintura, de piel oscura como la noche, de mirada intimidante y carnosos labios pintados en un carmesí discreto, era muy bonita, y ella lucía prendas sexis en tonos de blancos.

ella estaba aspirando unas líneas, tan tonta como yo, nos saludamos y me convidó, no lo dudé y metí esa mierda en mi cuerpo, una vez más?

y empezamos con nuestro trabajo, a servir copas, a ser manoseadas, a regalar sonrisas, solo que en esta oportunidad no eran solo juego de cartas, había algo más, algo pesado, estaban haciendo arreglos, drogas dinero, dinero drogas?

algunos de los tipos con los que hablaba favio tenían acento extranjero, en un momento uno de estos hombres tomó un paquete, lo perforó con su cuchillo y trazó un par de líneas sobre la mesa, luego nos llamó a nosotras y nos invitó a disfrutarlas?

aspiré con fuerza, ella también? entonces nos pidió que le regaláramos un rico show

ellos se hicieron a un costado y nos invitaron a subir a la gran mesa redonda en la cual estaban discutiendo negocios, era como la arena del circo romano, ella subió y yo la seguí mientras alguien puso música, muy melosa, muy strip, y solo hice lo mío?

amalia y yo empezamos a bailar, una muy cerca de la otra, nos miramos fijamente, cada vez mas cerca, cada vez mas caliente, sus manos llegaron a mi cuerpo y yo la correspondí, besé sus labios carnosos y ella metió su lengua en mi boca, refregamos pechos contra pechos, ella me tomó por la cintura y yo acaricié sus suaves y duros glúteos.

los tipos reían y se jactaban, son tan predecibles, se calientan como animales, pero yo solo me concentré en mi partener de turno?

sentí inmediatamente una atracción natural hacia esa chica cubana y noté que era recíproco, danzamos muy pegadas meneando las caderas, lado a lado, traté de abstraerme de todos esos estúpidos tipos que aullaban como lobos hambrientos y solo concentrarme en los bonitos ojos negros de amalia, que me miraba en forma intimidante, de esa forma que te hacen bajar la vista?

de hecho lo hice, y sin intención mis vista cayó sobre sus pechos que eran cubiertos por un ajustado sostén blanco como la nieve, haciendo relieve contra el tono apagado de su piel, solo lo solté y ella permitió que lo hiciera, sus tetas eran pura silicona, al igual que las mías, pero tenía unos enormes pezones, eran largos y llamativos, empecé a pasar las yemas de mis pulgares muy dulcemente, incluso metí mis dedos en su boca para salivarlos y luego volver a esos botones que me excitaban?

la cubana jugaba mi juego, pasó su mano entre mis prendas, bajo mi tanga y empezó a acariciar mi conchita con ritmo, incluso metiendo sus dedos en mi jugoso hueco, giré sobre mi eje poniendo mi espalda contra su frente, me dejé seducir, ahora sus manos pasaban a mi frente, acariciando mis pechos por arriba y mi sexo por debajo, yo solo miraba a los tipos que nos rodeaban y pensaba que pronto nos cogerían a su antojo, como pedazos de carne, pero a pesar de todo hacía mi trabajo, les regalaba cuanta sonrisa quisieran tener?

el final del tema musical y el comienzo del siguiente nos dejó saber que era tiempo de cambiar las cosas y pasar a algo mas fuerte, amalia moviendo sus caderas desnudó la mitad inferior de su cuerpo, y se recostó suavemente con sus piernas bien abiertas, en una posición demasiado porno, me llamo la atención el contraste entre sus oscuros labios prolijamente rasurados y el casi rojo del interior de su sexo, sabía mi rol, solo me arrodillé al frente, en cuatro patas, cerré los ojos y empecé a lamer su clítoris?

era un tanto incómoda la posición, para ambas, porque en verdad nuestro real objetivo era excitar a los machos con lo que hacíamos, por lo cual ellos tenían que ver con el mayor detalle posible, no era lo mismo pegar mi boca como sopapa, a estirar mi lengua todo lo posible fuera de mi boca, abrir toda su vagina y apenas rozar su clítoris, ella debía gemir en un gozo fingido, yo era mujer, yo sabía como hacerlo?

los tipos a mis espaldas empezaron a acariciar mis glúteos y no pasó mucho tiempo en que alguno se las arregló para meterme dedos, por ambos lados, era el siguiente peldaño en la escalera del placer, empezaba la entrega?

pero no duraría muchos más, estábamos todos tan concentrados en eso que nadie notó lo que pasaba afuera, de repente irrumpieron los comandos especiales antidroga, parecía una película de swat, hubo disparos y pensé que moriría en ese momento, la cubana y yo nos arrojamos al piso y nos acurrucamos bajo la mesa envueltas en una crisis nerviosa?

no duró mucho, el lugar estaba copado, ellos se rindieron, incluso favio, para quien vendrían muchos años a la sombra?.

fue vergonzoso, los efectivos policiales nos sacaron del lugar esposadas, casi desnudas, nos dieron unas frazadas para que nos ocultáramos apenas el rostro, afuera estaba la prensa, ellos siempre se enteran de todo?

imaginen la situación, te invaden con las cámaras, con los micrófonos, con las preguntas, y digas lo que digas, la sociedad ya dictó sentencia?

nos trasladaron en un camión cerrado, en total silencio, los tipos estaban encapuchados y parecían estatuas, eran atemorizantes, llegamos a un centro de detención provisorio y adivinamos que la situación no sería fácil?

me tiraron a un calabozo mal oliente, casi desnuda, como estaba, mis pies sintieron el frío y la humedad de ese cuarto oscuro, y amalia corrió la misma suerte, solo que, al otro lado, donde no podía tener contacto visual.

yo sabía la suerte que podíamos correr chicas como yo, en un sitio a si, temblaba, un poco por miedo, un poco por frío?

vi pasar unos tipos de la custodia por frente mis rejas, y luego sentí el chirrido del que supuse sería la puerta del calabozo de amalia?

entonces empezó el infierno, las voces de los tipos, tratándola como puta, y las protestas de la joven, entre sollozos y enérgicos reclamos, como un animal acorralado, sentí golpes, me acurruqué y me tapé los oídos con mis manos, pero era imposible aislarme, era imposible?

de repente el silencio, un silencio aterrador, esos silencios que hela la sangre, esos silencios que hacen pensar lo peor, amalia, una cubana, una prostituta, quien extrañaría su ausencia? quien preguntaría por ella? sabía de muchas historias como estas?

el chirrido de la puerta volvió a repetirse, solo que ya no había palabras, todo parecía sordo?

entonces llegaron a mi puerta, comprendí que era mi turno, uno de los tipos sentenció

espero que seas buena chica, no como esa sucia negra? o correrás la misma suerte?

no voy a dar detalles de lo que sucedió, porque no fue grato para mí, solo cerré los ojos y con lágrimas rodando por mis mejillas me sometieron a su gusto, como imaginen, por donde imaginen, fue humillante, pero al menos pude salir viva?

en los días siguientes me transformé en la puta del lugar, turno a turno venían por mí, me desgastaron, me humillaron, me quitaron la estima, me hicieron un títere dulce, cariñoso y complaciente.

cuando terminó el proceso legal en el cual se comprobó que yo solo era una putita que estaba en el lugar inadecuado en el momento inadecuado me lanzaron a la calle, supe que favio estaría muchos años tras las rejas y que amalia?. la pobre de amalia nunca había existido?

no tenía nada, ni donde caerme muerta, solo la necesidad de drogarme, empecé a prostituirme en la calle, lo que sea, por dos pesos, cualquier cosa con tal de conseguir algún polvo para meterme en la nariz, y ya no era pura calidad, como me proveía favio, no, ahora solo conseguí basuras que me quemaban el cerebro?

empecé a adelgazar, perdí muchos kilos, casi no comía, porque lo poco que juntaba era para comprar drogas, lo único que se mantenía firme en mi cuerpo eran esas tetas siliconadas, y empecé a odiarlas, esas tetas perfectas eran solo el símbolo de mi decadencia?

saben qué? el suicidio empezó a ser una opción, ya no quería más de este maldito mundo?

y lo intenté? y fracasé, me desperté en un hospital, fue un milagro, una segunda oportunidad?

me ofrecieron una alternativa, un centro de rehabilitación?

y acá estoy, empezando nuevamente, pasito a pasito, incluso me dieron la posibilidad de sacarme esas horribles prótesis, ya tengo nuevamente mis pechos como la vida me los dio?

el sol entra por la ventana y calienta mi rostro, varias hojas de papel con mi caligrafía se apilan sobre la mesa, termino de escribir mi historia, una mujer que lo tenía todo, y la ambición la llevó a quedarse sin nada, y no hablo de dinero? hablo de afecto, hablo de amor, hablo de alma, hablo de estima, hablo de corazón?

FIN

si eres mayor de edad puedes escribirme a con título ?yo? la mas puta de todas?? a [email protected]

By: Dulces.placeres

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