Una sucia historia de sexo anal (real)

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Hola, mi nombre es Paola y quiero contarles una anécdota con mi pareja, es la primera vez que hago esto…así que espero que les guste.

Comenzare describiéndome un poco, soy ya una mujer madura, tengo 40, me considero con un buen cuerpo, vientre plano (cosa rara siendo ya madre de 2 hijos), piel morena, de la cara no soy muy agraciada pero tampoco fea, pechos de tamaño mediano, pero lo que siempre ha sido mi atractivo principal es mi cola, grande y esponjosa, de piel suave, tersa y sin celulitis ni nada de eso, desde la adolescencia he tenido buenas nalgas y ha sido lo que les llama más la atención a los hombres.

Es por eso que casi desde que inicié mi vida sexual mis parejas me han pedido sexo anal, es imposible no ver mi culo y desear chuparlo, besarlo y penetrarlo, yo como la mayoría, al principio me mostré renuente pero con el tiempo tuve que acceder hasta que se volvió algo normal para mí.

Hasta que me ocurrió un vergonzoso accidente…

Como dije antes el sexo anal ya era una práctica habitual entre mi pareja y yo, hasta aquel día…no sé si se debió a que acababa de comer hace poco.. o que paso…pero me encontraba en 4, recibiendo la deliciosa pinga de mi hombre en el culo…cuando de repente…ese mal olor…y él se detuvo…

Se me había salido un poco de mierda mientras lo hacíamos, y había ensuciado el pene de mi hombre…rápidamente me disculpe y entramos a la regadera para limpiarnos…que vergüenza…ambos nos lavamos, yo estaba muy apenada, pero mi hombre tan maravilloso supo comprender que había sido un accidente y ahí quedo todo.

Sí, yo sé que muchos de los que lean esto me dirán que ensuciar el palo con mierda en el sexo anal es normal, que suele pasar y que no hay que avergonzarse ni enojarse, pero a mi si me dio mucha pena ya que jamás me había pasado algo así…y me negué a que me dieran por atrás en un tiempo.

Durante semanas todas las penetraciones fueron orales o vaginales, seguíamos disfrutando de buen sexo, pero necesitaba dejar pasar un tiempo ya que tenía miedo de que sucediera lo mismo.

Hasta que una noche, llegue de mi trabajo y mi hombre estaba ansioso de mí, me quite el uniforme y deje que me contemplara un poco en ropa interior, un lindo conjunto de encaje negro, pero entonces decidimos entrar a la regadera primero…

Me desnude por completo y el también, el agua caliente comenzó a salir y comenzamos a abrazarnos y besarnos, su pene comenzó a endurecerse tan solo con este toqueteo, entonces comenzó a tocar mi panocha y luego… mi culo… ya sabía por dónde iba la cosa…

Me di la vuelta para quedar de espaldas… él se agacho y comenzó a lamer y besar mi enorme cola…y a darme de nalgadas… cada golpe y lamida me excitaba cada vez más…entonces el separo mis nalgas, dejando mi ano completamente expuesto…y comenzó a chupármelo…dándome un rico beso negro, metiendo su lengua en lo más profundo de mi hoyo sin ningún temor, se escuchaba el ruido del agua cayendo con el de sus chupeteos…

Pasamos a la cama y continuamos con los besos…pero era mi turno, sujete su enorme verga que tanto me gustaba y comencé a mamarlo como a él le gusta, lento y después rápido, metiendo todo hasta donde daba mi garganta, y golpeando la punta contra mi lengua, mamaba y mamaba, me encanta dar sexo oral a mi hombre..

Entonces me coloque de cucharita para que me la metiera de lado (es una de mis poses favoritas) sin embargo…el comenzó a frotar su verga en mis nalgas…ya sabía lo que quería…¿ estaba lista para retomar la practica anal? No lo sabía, trate de disuadirlo con una mirada pero el insistió y yo solo quería complacerlo.. entonces me acomode mejor…

Y lo sentí de nuevo después de mucho tiempo, su gran pito abriéndose paso en mi cavidad anal, rompiendo todo, invadiendo mis intestinos, y empezó a embestirme una y otra vez…su verga ya estaba completa en mi culo, que delicioso, había olvidado ese dolor punzante y placentero a la vez, los aplausos creados por sus caderas y mis nalgas, voltee la cara y nos besábamos apasionadamente mientras los aplausos no dejaban de sonar: clap, clap, clap , clap!!!!

Su mano bajo hasta mi panocha húmeda y comenzó a acariciarme, pero la verdad…yo se la aparte y yo misma comencé a meterme los dedos para aumentar mi gozo, así tenia mis dedos en la cuca y un vergon en el culo, para más placer, que increíble momento, entonces su mano paso a sujetarme por el vientre para apoyarse y aumentar de velocidad los movimientos de su cadera…

Finalmente, el trabajo con mis dedos me hizo venir, y unos segundos después pude sentir un mar de esperma llenándome las tripas, como siempre mi hombre había explotado en mi culo, después de mucho tiempo tuve ese líquido espeso y caliente en el interior de mi cola, ya lo extrañaba.

Terminamos jadeando, recuperando el aliento, yo tome la mano de mi hombre y la puse sobre mi pecho para que sintiera los acelerados latidos de mi corazón. Cuanto amo a ese hombre.

Más tarde fui al baño y el semen bajo por mi culo…pero no me importaban las molestias, ni el dolor del día siguiente al momento de sentarme en mi silla del trabajo y que casi hace que grite en voz alta…habíamos recuperado una de nuestras prácticas favoritas y me sentía muy contenta.

Esperen pronto una más de mis experiencias.

Paola.

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jarochaal100
jarochaal100

Relatos 100% reales vividos por ardientes mujeres desde la tierra mas caliente: Veracruz.

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