Nuestro primer encuentro algo inolvidable

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Una noche conectada a un chat de mi provincia conocí a un hombre, un abogado, doce años mayor que yo (yo tengo 21 y él 33) y casado, alguien que desde un principio me pareció interesante, buen conversador y que al igual que yo buscaba evadirse de las apariencias que soportamos en el trabajo, además tenía un punto loco que me encantaba.

Me cortaba mucho el hecho de que él estuviera casado y yo tuviera novio, él me tiraba los tejos continuamente y yo siempre pensé que de broma, hasta que cuando empezamos a vernos a través de la cam me fui dando cuenta de que no, además fue cambiando mucho en el aspecto sexual, dejó de fijarse en todas las chicas y, según él, solo deseaba verme. De forma que ante tanta insistencia decidí quedar con él en la oficina uno de los días que estaba sola, quedamos allí porque era el único lugar donde podíamos hablar tranquilamente sin que nadie nos viera.

Quedamos para hablar únicamente, me pidió que me pusiera un vestido que me había visto en una foto y que le gustaba mucho y así lo hice, yo no quería nada con él, pero me apetecía mucho agradarle. Cuando le ví en persona se me cortó la respiración, era más alto de lo que imaginaba y su voz era encantadora, grave, muy viril, la verdad que me deslumbró y por la cara que puso yo a él también. Me dio dos besos y pasamos a mi despacho para hablar.

Él no paraba de mirarme con ojos que denotaban malicia y decirme lo guapa que estaba. Se levantó y se puso detrás de mi y comenzó a tocarme los hombros, me dijo que era algo que me debía por todos los masajes que prometía darme mientras chateábamos y que nunca me daba, me hizo poner de pie y empezó a recorrer mi cuello despacito con la punta de los dedos, mientras me acercaba cada vez más a su cuerpo, traté de separarme y él me cogió por la cintura apretando mi culo contra su pene, que ya estaba muy crecido, empezó a levantar mi vestido y a meter su mano por debajo, cuanto más me resistía mas ganas tenía él de poseerme, era la eterna conversación que manteníamos, quien podría con quien, yo sabía que él me podría, pero se lo quería poner difícil.

Le quité las manos de encima y él me volvió a coger con más fuerza, cogiéndome las tetas y amasándomelas, lo volví a separar y me dio la vuelta, me agarró por las muñecas y me echó encima de la mesa, besándome, lamiéndome el cuello y el escote, para ese momento yo ya estaba empapada, notaba mi humedad, nunca había estado tan excitada. Cuando notó que cedí me soltó las muñecas quitándome el vestido y la ropa interior, me volvió a tumbar boca arriba en la mesa y cogió uno de mis pies, empezó a besármelo y poco a poco a subir por mi pierna, cada vez se acercaba más al tesoro que tantas veces había deseado, subía muy despacio y yo me excitaba más y más al sentir su respiración tan cerca. Cuando estuvo delante de mi coño lo miró y me miró a los ojos, me dijo que era eso lo que mas deseaba y que se lo iba a comer todito, y así fue, me hizo la mejor comida que me hayan hecho jamás, me corrí enseguida, mientras él seguía lamiendo todos mis flujos. Tras esto fue subiendo con su lengua por todo mi cuerpo mientras yo me relajaba.

Le quité toda la ropa y lo fui recorriendo suavemente, pasaba mi lengua por cada rincón de su cuerpo, hasta llegar a su polla, era inmensa, la mas grande que había visto nunca y la tenía ahí parada por mi y para mi, empecé a pasarle la lengua despacito recorriéndola de arriba abajo, luego subí para arriba y cogiéndola con los labios de la punta la fui presionando muy suave al principio y cada vez mas fuerte, mientras que una de mis manos subía y bajaba por esa enorme polla y la otra acariciaba sus huevos, se volvió loco, su cara delataba cuanto estaba gozando, me agarraba del pelo y acercaba mi cabeza hacia él, cuando noté que iba a correrse le pedí que lo hiciera que quería tragarme todo y así lo hizo, se corrió y me comí todo su semen, seguí chupándosela hasta que no quedó nada y volvió a parársele al mirarme allí de rodillas ante él.

Me hizo levantarme y echarme en la mesa boca abajo, cuando me tuvo así acercó su polla a la entrada de mi coño y de un solo golpe me la ensartó entera, al principio no se movió para que yo me acostumbrara al tamaño de ese miembro, pero cuando notó que ya estaba cómoda comenzó a bombearme como un loco, yo gemía de placer no podía parar estaba enloquecida por ese hombre, le pedí que se subiera a la mesa, que quería cabalgarle, me encanta sentir que yo soy la que lleva el mando. Me corrí dos veces subida en él y aún así el aguantaba follándome con una potencia indescriptible, me puso de pie y empezó a chuparme el ano, con lo excitada que estaba no pensé en lo que esa verga podría hacer en mi culo virgen, le dejé hacer, quería ser suya por todos lados y así fue como me la metió y me culeó como un loco hasta correrse e inundarme de él, teniendo yo otro orgasmo más. Tras eso quedamos tumbados en la alfombra un buen rato, besándonos y disfrutando de aquello que tan deseado había sido.

Este fue nuestro primer encuentro, aunque no el último, nos hemos visto en multitud de sitios y hemos hecho el amor en los lugares más insospechados. Ahora somos amantes “formales”, me asocié con él y trabajamos juntos. Lo que más me excita de nuestra relación es jugar debajo de un mantel cuando cenamos juntos con nuestras respectivas parejas o con algún cliente y saber que nadie se imagina lo bien que lo pasamos juntos, pero eso ya os lo contaré.

Ariadnna
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AlfredoTT
AlfredoTT
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