Novios cachondos en Guanajuato

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Les relataré la aventura sexual que tuve cuando éramos novios con la que ahora es mi esposa. Ella es una mujer atractiva, delgada, pelo rizado, tetas de excelente tamaño, pezones medianos, unas nalgas redondas, apretadas y en pocas palabras perfectas, a pesar de 3 hijos y 47 años sigue conservando una figura envidiable por jóvenes y mujeres adultas.

Ella no es atrevida hablando de intimidad, nunca lo ha sido, bueno, casi nunca. Cuando éramos novios me costó poco trabajo poder tener intimidad con ella, y no porque fuera una mujer fácil, más bien era todo lo contrario, pero si era una mujer ya en edad de querer experimentar con su pareja su sexualidad. Éramos una pareja normal, universitarios en aquel entonces, con ganas de amarnos, y en poco tiempo comenzamos con una vida sexual muy activa. 😆

Tuvimos encuentros sexuales en cualquier lugar imaginable, desde el coche, pasando por el campo, mi recámara, la sala de mi casa, lugares públicos, balnearios, lugares poco concurridos, en fin donde pudiera con seguridad poder desvestirla sin ser observados. Poco a poco fuimos agotando las diferentes opciones que teníamos para nuestros encuentros sexuales y también poco a poco fue disminuyendo la frecuencia de nuestros encuentros y la intensidad con la que los vivíamos.

Les platicaré entonces para comenzar uno de los recuerdos más excitantes que tengo

La primera vez que me masturbó fue en el coche un viernes poco antes de las 6 de la tarde, a un costado de un parque un tanto solitario llamado Florencio A. en la ciudad de Guanajuato en México, llegamos nos estacionamos, comenzamos rápidamente con los besos, las manos se movieron de tal manera que cuando menos pensé mi pene estaba ya afuera, escurriendo, erecto a lo máximo, bastaron unos cuantos minutos de caricias para que eyaculara chorros y chorros de un semen espeso y caliente, sin temor a equivocarme.

Es la vez que más rápido me ha hecho llegar al cielo, me excitó tanto el momento, el lugar y la situación que terminé a chorros en menos que canta un gallo, jajaja, fue la primera gran chaqueta, un trabajo formidable de aquella mujer poco experimentada, que sin embargo sabía cómo se hacían las cosas.

Ese lugar se convirtió en uno de nuestros favoritos, había un gran árbol que, con unas enormes ramas nos cobijaba y hacía de ese espacio, el ideal para poder hacer lo que quisiéramos sin ser molestados, fácilmente tuvimos intimidad ahí más de cien ocasiones, pero bueno, todo tiene un comienzo y un fin, hace ya varios años que no tenemos intimidad en lugares públicos por temor a ser descubiertos, principalmente por ella, a mí me sigue excitando la idea de ser observado. 😍

Como en todo noviazgo el clímax sexual no duró muchos meses, pero aquellos meses de dura actividad sexual los disfrutamos al máximo. En una ocasión llegamos a nuestro espacio en el parque, nos estacionados y antes de comenzar a meter mano, ella me pidió bajarnos a caminar. Ese parque es famoso porque las parejas gozan de su tranquilidad y frescura, en aquel entonces poca iluminación, y ya en la noche un lugar apacible para poder hacer de todo sin ser molestados por curiosos o por la policía.

Mi novia en aquel entonces y hasta la fecha era temerosa

No digo que no disfrutara la intimidad, pero no era tan abierta como para prestarse a situaciones muy riesgosas o menos aún a exhibirse declaradamente, así que su invitación a bajarnos del auto y caminar por el parque nunca me dio alguna señal de querer tener intimidad fuera del coche ya que aunque solitario el lugar, era frecuentado por algunas parejas.

Bajamos del automóvil caminamos y dimos algunas vueltas, escogimos una banca, en un rincón poco iluminado y nos sentamos, charlamos un poco, de todo y nada, y cuando menos pensé, su boca y su lengua estaban trenzadas en la mía, era un beso apasionado pero diferente a cualquier otro beso que ella me hubiera dado, sentía como su lengua recorría mi boca queriendo encontrar ese espacio jamás explorado, sentía como estaba agitada.

Casi podía escuchar el palpitar de su corazón acelerado, disfruté tanto ese beso que es uno de los momentos que guardo y más atesoro, pensé rápidamente, es el momento de aprovechar y poder desnudar a esa mujer que amo con toda mi alma, y poder hacer de todo en un lugar público, con los riesgos que aquello conllevaba, dentro de mi pensaba que era la oportunidad de oro y no podía desaprovecharla, pero mi otro yo decía, tranquilo no traes dinero para pagar la multa si llega la policía. 😁

Decidí comenzar a atacar, primero su espalda suave y aterciopelada como durazno, la recorrí cada centímetro con mis manos, mientras mi lengua recorría el total del interior de su boca, con calma y mucha facilidad, desabroché su sostén, y por encima de su delgada camisa comencé a acariciar sus respingados pezones, duros, erectos y que parecían querer salir.

Entre los botones de la camisa, metí un par de dedos, comencé a deslizarlos entre la punta de uno de sus peones, sentía claramente como apretaba la boca cuando mis dedos tocaban las puntas de sus tetas, yo estaba mojado como nunca en la vida, sentía mi ropa interior completamente húmeda y viscosa, hábilmente comencé a desabrochar los primeros botones de su camisa, ahora si ya con facilidad podía acceder a ese par de tetas, perfectas, blancas redondas, con pezones cafés claros, de tamaño mediano y unas ligeras pecas alrededor de ellos, mis dos manos estaban ocupadas masajeando esas hermosas tetas que rebotaban de la fuerza de mis movimientos que gracias a la excitación cada vez eran más vigorosos. 😜

Las manos de ella temblorosas y un poco titubeantes comenzaron a frotar mi pene por encima del pantalón, era una sensación inexplicable, sentía cada movimiento de sus dedos y se agudizó la humedad de mi ropa interior. En mi mente pedía a gritos que bajara el cierre, mi verga estaba a tope, babeaba incansablemente y sentía que iba a explotar, pero ella solo la acariciaba por encima de la ropa.

Ella vestía una camisa de manga corta delgada y blanca semitransparente, con facilidad podía observarse su sostén entre el cuello y las tetas, en la parte baja traía un pantalón negro sin presilla ni cinturón, la gloria estaba tan lejos y tan cerca como bajar un ciper.

Mis manos continuaban apretujando sus hermosas tetas, los besos eran interminables, húmedos, con mordiscos suaves y lenguas con movimientos continuos y exploratorios, era un momento sublime, lleno de erotismo, miedo, sensualidad, preocupación y ganas, muchas ganas de quitarle por completo la ropa. Continuamos no sé por cuánto tiempo más así, debieron ser 15 o 20 minutos de un intenso manoseo, cuando de repente escuchamos voces, y ahí el momento incómodo de acomodar la ropa y en mi mente pensar, ya valió madre, se acabó este momento, lo disfruté al máximo y ni modo. 😂

En efecto, se acercó una pareja un poco más jóvenes que nosotros, en ese entonces nosotros de 20 y ellos de 18, 19 años aproximadamente. Mi coraje incrementó cuando decidieron sentarse exactamente frente a nosotros, ¿por qué hacerlo ahí? Habiendo 20 bancas más en todo el parque, maldita suerte y mi molestia se dejó notar en un gesto de desagrado, mi novia lo notó y me dio un beso tierno en la nariz.

Pasaron un par de minutos y nosotros tratando de disimular entablamos una plática la verdad no recuerdo ni de qué. Estábamos entre hablando y susurrando cuando algo llamó nuestra atención, la pareja que había interrumpido nuestro excitante encuentro estaba abrazada en un beso apasionado y largo.

Nos volteamos a ver como diciendo, mira que bonitos se ven. Pasaron unos segundos y para sorpresa de nosotros la parejita de tortolitos incrementó la intensidad de sus movimientos, él acariciaba su cabello y su mano recorría parte de su espalda, ella acariciaba sus piernas hasta llegar a sus cintura por un costado, nosotros solamente estábamos de observadores, por dentro pensaba que si ¿acaso no se fijaron que estábamos frente a ellos?, ¿Acaso son exhibicionistas?

Mil ideas pasaron por mi mente, mi mirada estaba puesta en aquella pareja que minutos atrás odié con todas las fuerzas de mi alma, y que ahora no sabía que pensar de lo que estaba viendo, mi novia quedó pasmada, nunca me dijo algo, en ese momento no intercambiamos miradas, lo menos que quería era que me dijera vámonos, así que mejor continué observando con atención. 🤣

Ellos estaban en su mundo al igual que nosotros unos minutos atrás, sus caricias comenzaron a ser más explícitas a nuestros ojos, ella ya tenía una de sus manos sobre el pene de él, él una de sus manos sobre una de sus tetas, fue un momento de morbo y excita ion que es muy complejo de explicar, por mi mente pasaba estar en un sueño por lo antes vivido con mi novia y por lo que ahora estaba viendo, cuando de repente mi corazón casi sale de mi pecho, comenzó a latir presurosamente.

La mano de mi novia comenzó a hacer movimientos circulares en la punta de mi pene, sobre el pantalón, fue increíble con la facilidad que bajó el cierre y sacó mi verga, chorreando y dura como pocas veces en mi vida, ella con una mano jugaba con la punta de mi miembro, estaba de frente también observando a la pareja que continuaba en una guerra de caricias cachondas, él ya tenía una de sus manos debajo de la falda, ella mordisqueando una oreja, mi novia frotando la punta de mi pene y yo de frente observando con mil ideas en mi cabeza, excitado pero asustado.

Mi novia hizo un movimiento rápido y se montó en mí

Sus brazos los colocó al rededor de mi cuello y comenzó a besarme, sabía dentro de mí que lo que estaba pasando era único e irrepetible, que tenía que dejarme llevar y hacer todo sin complejos e inhibiciones. Comencé a responder a sus besos, que ya habían dejado de ser temerosos, ahora eran besos calientes, llenos de saliva y fuerza, una lengua que quería penetrar mi garganta y por momentos ahogaba mi ser físico y mi ser interior porque ella jamás se había comportado así, desinhibida. 😜

Mis manos comenzaron a desabrochar nuevamente su camisa, su sostén ya estaba libre, así que hice a un lado su camisa, levanté su sostén y comencé a comerme sus ricas tetas, las lamía con fuerza y cuando llegaba a sus pezones los mordía suavemente, sentía como apretaba el trasero cada que mis dientes se clavaban y gemía casi en silencio, veía como lo disfrutaba.

Una de sus manos bajo a mi pene y comenzó a frotarlo, chorros y más chorros de baba salían sin papar, ella hacía movimientos como si estuviera cabalgando, su mano estaba pegada a su pelvis, se movía ella y al mismo tiempo me frotaba, su pantalón tenía cierre por la parte trasera, así que mi mano derecha dejó una de sus tetas y fue directo a la llave de la gloria, comencé a bajar el cierre, no hubo oposición alguna.

Quedó libre su cintura y mi mano entró a su nalga derecha, comencé a acariciarla y a jalar su tanga gris, tratando que los jalones acariciaran su culito, mi mano jaló cada vez con más fuerza, se sentía y escuchaba como tronaban las costuras de la tanga, ella murmullaba en cada jalón con algo de dolor y de placer al mismo tiempo, la pareja intrusa dejó de importarnos y en ese momento no sabíamos si nos observaban o seguían en su encuentro. 😁

Bajé mi mano izquierda y ahora ya eran mis dos manos las que acariciaba su culo redondo, bien formado. Intenté bajar en lo posible su pantalón, ella montada con una mano en mi verga, su boca en mi boca y mis manos en sus nalgas nos movíamos sincronizadamente, entonces decidí arriesgar todo, saqué mis manos de su trasero, y comencé bajar despacio su camisa, no hubo resistencia, ahora si mi corazón estaba por estallar, en ese momento no sentí la mano masturbándome, solo quería ver ese par de tetas al aire, relucientes, rebotando con los movimientos que hacíamos.

Terminé de bajar por completo la camisa, ella colaboró y se quitó el sostén, los colocamos por un lado y comencé a observar ese par de tetas y sus movimientos, como rebotaban y brillaban los pezones por la saliva que había dejado en ellos.

Fue espectacular ese momento, sublime y fantástico

Acerqué mi boca a una de sus tetas y comencé a mordisquearla, suave y con cuidado de no lastimarla ya que sus movimientos eran vigorosos. En un momento dejamos de movernos y comenzamos nuevamente a besarnos, ella ya sin camisa ni sostén, mis manos en sus tetas, mis dedos en sus pezones, mi lengua entre su lengua, yo sentía como mi piel se erizaba, mi cuello húmedo de sudor y mi mente en ese momento pensando en la otra pareja.

Ella decidió ponerse de pie yo abrí mis piernas y la acerqué, fue más fácil comer sus tetas en esa posición, así que comencé succionar con fuerza primero uno y después otro de sus pezones, estaban duros, podía sentir con claridad lo erectos que estaban, mis manos nuevamente comenzaron el ataque, pensé es el momento y no puedo dejar que se escape, entre más mordía más se estremecía. 😎

Mis manos entraron en su pantalón ya con el cierre abajo, comencé lentamente a bajarlo, despacio y sin dejar de morder sus pezones, su pantalón quedó a la altura de sus rodillas, mis manos en sus nalgas, su boca en mi boca. Mis manos comenzaron a recorrer su trasero que ya estaba al aire libre, solo con una pequeña tanga que dejaba ver su hermoso y torneado trasero.

Recorrí mis manos por todas sus nalgas

Las apreté con fuerza y comencé con mis dedos índice a bajar por los costados aquella tanga diminuta y sensual, no hubo resistencia, me despegué de su boca, la separé un poco de mí y bajé más su ropa interior, mi mirada se fijó en ese triángulo obscuro de vellos tupidos, no dejaba ver más allá, eran vellos espesos, chinos pero a la ves delicados, con mi mano separe un poco sus piernas para facilitar el trabajo, bajé la tanga y los hilos de baba brillaron.

Estaba empapada de sus jugos, su pantalón y ahora su tanga estaba a la altura de sus rodillas, ya era sencillo poder acariciar parte de sus piernas, sus nalgas y su espalda, mis manos la recorrían, de arriba a abajo, mi boca entretenida con sus pezones, y ella ahí, indefensa, presa de la lujuria y de la ocasión, vulnerable y hermosa, lista para todo. 😊

Mis manos continuaron trabajando, ahora la mano izquierda en su cintura y la derecha acariciando sus vellos, tratando de abrir la puerta a la gloria, sintiendo como se mojaban mis dedos de sus jugos abundantes, viscosos y tibios, mis dedos húmedos y lubricados comenzaron a separar sus labios, se sentían hinchados, apretados y calientes, los separé y se escuchó claramente ese chacualeo de humedad.

Todo estaba silencio, y de repente me vino a la mente la otra pareja, ¿aún estarán? La gran incógnita, disimuladamente moví mi cabeza y mi sorpresa fue mayúscula, ahí estaban los dos, contemplando el espectáculo que estábamos brindando, regresé mi cabeza despacio y bajé a la altura del abdomen de mi novia, seguí besándola y lamiendo su ombligo, bajé más hasta comenzar a sentir esos vellos chinos y con olor a sexo, ese olor amargo que prende la mecha.

Mi lengua parecía liga, quería estirarse hasta encontrar lo buscado y deseado, comencé a percibir ese sabor amargo de sus fluidos, se hicieron hilos entre mi lengua y sus partes, con mis manos separe sus labios y ahí estaba, listo y brillante ese botón al placer femenino, mi lengua lo encontró y comencé a succionarlo. 😁

Fue inmediata la reacción de placer, dejó escapar un quejido y ella misma tomó su vulva y la abrió, hizo un movimiento sacando y arrimando su intimidad a mi boca y fue más sencillo acceder a su panocha velluda, mojada e hinchada.

Entretenido comiendo sus labios vaginales y su clítoris, escuché el murmullo de la pareja, era imposible esta vez poderlos observar, me desconcentré por un momento, quería saber que ocurría, me retiré de aquel monte de venus y nuevamente de manera disimulada moví la cabeza para ver lo que ocurría.

Ella estaba hincada mamando el miembro erecto y la verdad sea dicha, mucho más grande que el mío, lo sacaba de su boca y lo frotaba en su cara, ella traía puesto un vestido completo que ya estaba a la altura de su cintura abajo, podía ver su espalda blanca y dependiendo de sus movimientos, sus tetas grandes, si, más grandes que las de mi novia, pezones grandes y claros, no erectos, ni puntiagudos, más bien planos pero hermosos. 😎

Regresé mi cabeza y comencé a mordisquear los labios vaginales de mi hermosísima novia, mis manos las coloqué en sus nalgas y mi sorpresa fue mayúscula, sentí algo, estaba ajustado, despacio estiré mi mano derecha y pude sentir una piel suave y tibia, ahora todo había cambiado, moví mi cabeza y estaba ella detrás de mi novia, completamente desnuda, vagina depilada, tetas grandes y pezones claros, pelo chino y una cara hermosa, labios gruesos, carnosos, de la misma estatura que mi novia.

No sabía qué hacer, regresé a comer labios y mis manos temblorosas se estiraron y toqué nuevamente esa piel delicada, con los dedos caminé hasta llegar a ese par de nalgas pequeñas pero bien formadas, las tomé y las atraje hacia mí, con mi novia no hubo resistencia, ahora estaba yo comiendo labios vaginales de mi novia y con mis manos en las nalgas de una mujer que jamás había visto en mi vida, la apreté aún más, tratando que su vagina tocará las nalgas de mi novia. 😍

Mientras seguía comiendo mis manos abrían aquellas nalguitas y mis dedos recorrían despacio y con precaución el camino para llegar a ese lugar prohibido para muchos, mi dedo medio de la mano derecha sintió las arrugas de ese lugar, estaba ya en el culo de aquella mujer, la jale hacia mí, del lado derecho, todo fue más fácil, me despegué de mi novia, y mi mano entera pudo entrar entre las piernas de la otra chica, estaba mojada, escurría entre sus piernas.

Mi dedo pulgar entró en su vagina como cuchillo en mantequilla, comencé a moverlo en círculos y voltee hacia arriba, las manos de la desconocida estaban ya en los pechos de mi novia, su boca en la oreja y con movimientos ascendentes frotaba parte de su intimidad con el trasero de mi novia.

Mi mano izquierda comenzó a trabajar en la panocha más que mojada de mi flaca, mi dedo pulgar entró con suma facilidad, mi dedo índice sobre su ano, era el momento perfecto. Dos mujeres siendo penetradas por mis dedos.

Moví nuevamente mi cabeza para ver que hacía la pareja de la muchacha, increíblemente estaba con la cabeza agachada y vestido, parecía como si no estuviera ahí, regresé rápidamente mi cabeza y sentí como mi novia se retiró, ahora quedó de frente con aquella mujer, desnuda, la tomó por los hombros y la aventó hacia mí, mi pene estaba de fuera, chorreando y listo para trabajar. 😜

La muchacha sin dudarlo abrió las piernas y me montó

No hubo necesidad de hacer ningún movimiento extra, entré a la primera y hasta el fondo, comenzó a moverse de forma muy rápida, no gemía, no se quejaba, mi novia se agachó me besó y comenzó a lamer las enormes tetas blancas de ella, ahí fue cuando la escuché por primera vez gemir, fue un pequeño gemido de placer que me prendió aún más.

Mi novia continuó mamando tetas y yo disfrutando de los movimientos bruscos de aquella desconocida, no tardé mucho y me vine dentro de aquella vagina húmeda y caliente, no pude contener mi placer y grité lo menos escandaloso que pude, no sé si lo logré, ella dejó de moverse, se quedó así unos instantes, bajo una de sus manos, abrió su vagina se levantó un poco y dejó salir sobre mi pene. Gran parte de la leche que le había dejado dentro.

Se retiró, fue con su novio y comenzó a vestirse, en ese momento me entró un sentimiento de preocupación por lo que había sucedido, se levantaron se tomaron de la mano y se fueron, mi esposa aún parada, sin sostén y camisa y con los pantalones y tanga a las rodillas, seguía ahí como estatua, sin hacer ni decir nada, así se sentó, a mi lado y comenzó a acariciar mi pene, así, lleno de fluidos y de leche.

Su mano me apretaba como con coraje, pero suavizó sus caricias y comenzó a frotar con cadencia y suavidad hasta que mi pene nuevamente se puso firme, se agachó y comenzó a mamar, suave y delicadamente, como si estuviera limpiando cada centímetro, después de un par de minutos, se agachó, desabrochó sus botas las retiró, se quitó su pantalón y tanga y se desnudó por completo. 😘

Sin medir me montó y al igual que con la desconocida, entré a la primera, comenzó a moverse despacio y sensual, de a poco comenzó con mayor velocidad y fuerza, jadeaba y temblaba, estaba desnuda, teniendo relaciones sexuales con su novio que previamente había tenido intimidad con una extraña. Se había comido los jugos de una extraña.

Ahora estaba montada jadeando en medio de un parque con riesgo de ser observada por cualquiera, no paraba seguía moviéndose, cada vez más fuerte y rápido, yo estaba que explotaba de placer por todo lo vivido, nos trenzamos, no abrazamos y nos besamos, no paramos de movernos hasta que juntos terminamos, unidos como llegamos ese día al parque y con una vivencia única e irrepetible, que sin duda alguna nos marcó para siempre. 😎

By: Rafael

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AlfredoTT
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