Mi tía Julia de 26 años me desvirgó
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Julia es mi tía, tenía en ese entonces 26 años. Es hermosa. Es la hermana de mi padre, quién ya falleció hace dos años. Mi madre salía a trabajar muy temprano y mi tía nos venía a cuidar a mi hermana Isolda y a mí. La verdad es que ya me tiene muy excitado su cuerpazo y su actitud. Desde hace unos meses estaba muy zalamera, no perdía oportunidad de tocarme, acariciarme, y le gustaba jugar a las luchas, así descubrí que le encantaba cuando la tomaba desde atrás y la abrazaba primero por que casi siempre terminaba con mis manos en sus hermosas y llenas tetas, y además siempre ella echaba el culito hacia atrás buscando el contacto con mi verga.
Yo soy apenas unos centímetros más alto que ella, por lo que cuando jugamos, mi pija queda justa para acomodarse entre sus nalgas. Por otro lado, si bien la vida nos quitó a mi papá muy joven, me dio un atributo que él también tenía, una buena verga. Recuerdo los gemidos de mi madre cuando hacían el amor, a veces casi gritaba. La verdad es que nunca le di mucha importancia al tamaño ya que no sabía usarla tampoco. Pero gracias a mi tía, descubrí que mi rabo es una gran herramienta pues tenía una verga de 19×6,5cms, realmente es una muy buena verga. Lo que sí notaba que muchas veces en el colegio, principalmente en las clases de gimnasia, donde usábamos un short deportivo, las chicas no dejaban de mirarme la entrepierna. Mi tía me hizo entender y me enseñó un montón de cosas respecto al sexo.
Todo empezó cuando una tarde en que hacía mucho calor, estábamos solos con mi hermana y en el living la temperatura era muy alta. Yo me saqué toda la ropa y me puse un short de baño, mi hermana para no ser menos fue a la habitación y volvió vestida solamente con una bikini, que como creció tanto el último año, ya le quedaba chica, sus tetas buscaban salirse del corpiño, y su vulva se marcaba mucho, lo que obviamente a mí me produjo cierta conmoción. Es que hasta ese día sólo pensaba en mi hermana como motivo de una buena paja. Pero esa tarde estaba hermosa. Sus nalgas casi al descubierto me mostraban un culo redondo y firme. Sus largas piernas invitaban a enredarse en ellas.
Tanta impresión fue verla con ojos diferentes que inmediatamente la pija se me puso dura y no pude evitar el bulto en mi short. Como casi siempre que estábamos solos, mi hermana me ataca, me tira sobre el sillón y se me sube a caballito. Su hermoso culo sobre mis piernas y su vagina directamente sobre el lomo de mi verga. Ni hablar de que sus pechos eran dos puntas calientes contra mi pecho.
Mi tía me explicó luego que mi hermana y sus hormonas están a mil, por lo que por unos meses iba a estar así. Seguimos con el ataque de mi hermana y de a poco la cosa se iba calentando, mi hermana al sentir en su entre pierna mi verga dura comenzó a cabalgarla y de a poquito iba subiendo la intensidad de su movimiento. Sus pezones estaban duros. Los podía sentir a través de la tela del sujetador.
Sin mucho que pensar me apoderé de las nalgas de mi hermana y le tocaba bien el culo, es más, pude sentir en la punta de mis dedos el agujerito cerrado de su ano. Suavemente lo piqueteaba con la punta de mi dedo mayor. Mi hermana seguía masturbándose con mi verga, luego ya se ubicó más arriba con lo que la punta de mi pija puerteaba su vagina y masturbaba su clítoris, de pronto Isolda gime un par de veces y quedó laxa en mis brazos, había alcanzado un orgasmo.
Sus jugos mojaron su bombacha y mi short.
Para esto mi verga estaba que no daba más de dura, sin pensar en las consecuencias de lo que hacía, simplemente aparté a mi hermana, aflojé el cordón del short y me lo bajé lo suficiente como para que mi tripa quede libre, mi hermana al verla se sorprendió, pero no se hizo para atrás, al contrario, se acomodó a costado, tirada en el diván con la cabeza ala altura de mi entrepierna, y tomando mi rabo por el tronco, la olfateó, le dio un beso en la punta y se metió la cabeza a la boca.
Guauuu!!!! Sentí como si una descarga eléctrica me recorriera el cuerpo, yo solo acariciaba la cabeza de mi hermana mientras ella me mamaba bien la verga, lo hacía despacito, suavemente, pero de a poco cada vez se metía más pija a la boca, y no aguanté mucho, y cuando suelto el primer chorro de semen en su boca se abre la puerta de calle y entró mi tía Julia, Isolda saca la verga de su boca y mi verga lanzó tres chorros de semen al aire.
Todo esto lo pudo ver mi tía que abrió grande los ojos.
Mi hermana y yo medio aturdidos y confusos por la situación quedamos helados.
Mi tía pasó derecho a la cocina como para darnos tiempo de acomodarnos, Luego nos llamó a su presencia, los dos fuimos muy acongojados a hablar con la tía. Lo primero nos preguntó si era la primera vez que hacíamos eso. A lo que ambos contestamos que sí, que era la primera vez y que no sabíamos bien qué había pasado. Solo sucedió. Luego mi tía manda a mi hermana al baño a ducharse y ponerse ropa, mientras yo seguía sentado en una banqueta a la espera de qué decisión tomaría mi tía Julis.
Me sorprendió cuando mi tía me dice, vos bájate el short. quedé impactado, pero obedecí sin chistar, la mano venía complicada. Al bajarme el short todavía mi pija estaba algo morcillona. Mi tía se acerca, toma mi poronga por el tronco, la sacude un poco y le corre la piel unas veces, a lo que mi tripa comenzó a ponerse dura y crecer de vuelta.
Mi tía sin decir palabra alguna simplemente me hace señas de que me suba a la mesada, lo hago y mi verga queda a la altura justa para que mi tía Julia agachándose un poquito pueda meterse la verga a la boca. Inició con una tremenda mamada, se tragaba casi toda la pija, me acariciaba los testículos, y como ya había acabado antes, mi pija estaba dura y aguantaba la chupada. La tía para, me mira y me pregunta si me gusta. Le contesto que sí. Bueno dice, ahora te voy a dar algo que nunca olvidarás.
Y subiéndose la falda se baja la bombacha, puedo ver su monte de venus totalmente depilado. Me dice sácate el short. Y sentate en esa silla. Yo obedecía totalmente caliente e intrigado. Mi tía se arremangó la falda, se sentó de frente a mí, acomodó la verga entre sus labios vaginales y se fue sentando de a poquito, al principio al estar poco lubricada costó que la pija entrara, se la sacó, puso saliva en la cabeza de la verga y se la volvió a posicionar entre sus gorditos labios vaginales, esta vez sí al sentarse la verga entró casi toda en la primer sentada, mi tía exclama, sobrino, que buena pija que tenés. Y se volvió a sentar y esta vez su concha se tragó toda la verga.
Fue mágico sentir ese calor suave y húmedo, su concha latía y pulsaba como la lava de un volcán, entre lo estrecha de su concha y el grosor de mi pija, la fricción era tremenda, mi tía comenzó a gemir y se volvió loca con la verga dentro, cabalgaba como una salvaje y pronto tuvo un orgasmo, no contenta con el primero siguió otro poquito y sobrevino un segundo y enseguida un tercero. Mi verga seguía dura como un tronco.
Mi tía entonces se bajó de mis piernas, se arrodilló entre las mismas y volvió a darme otra gran mamada hasta hacerme acabar en su boca. Estuvo genial. Había tenido por primera vez contacto con una concha de verdad. Mi tía luego de limpiarse la boca, se da vuelta para ir al baño y allí parada en la puerta estaba mi hermana que había observado todo el ejercicio. Mi tía Julia lejos de amilanarse, simplemente le preguntó a mi hermana si había visto como se hacía, a lo que mi hermana Isolda afirmó con la cabeza.
Entonces mi tía le dice, buen, mañana vos y yo vamos al ginecólogo para que te recete las pastillas anticonceptivas para que no haya problemas. También hay que comprar gel lubricante por que con la verga que tiene tu hermano te va a romper toda si no la lubricas bien. Y que esto quede en secreto entre nosotros. Y para que quede claro, cada vez que ustedes cojan, vos Quique me tendrás que cojer a mí a la noche en mi pieza.
Es un buen arreglo que nos satisface a los tres, estamos de acuerdo? Miré a mi hermana y a dúa contestamos, claro Tía. Nuestros labios están sellados. Y sonriendo la muy puta de mi tía se fue al baño a ducharse.
Mi hermana se acercó a mí, me abrazó y me dice, esta noche probamos, te parece? A lo que yo respondí que buscaría con qué lubricar mi verga. Y sonriendo nos fuimos juntos a ver TV.
No perderse la parte II, cuando nuestra tía nos enseñó a disfrutar del sexo anal.
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