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Mi hermano cachondo me rompió el culo 2

Mi hermano me rompió el culo parte 2

MI HERMANO ME HACE SU PUTA PARTICULAR

Como narré en el capítulo anterior mi hermano se metió en problemas por que comenzó a fumar marihuana y junto con sus amigos entraron a robar a una casa de la colonia, pero unos vecinos llamaron a la policía y todos ellos fueron detenidos.

Lógicamente cuando mis padres se enteraron fueron de inmediato a rescatarlo, por suerte por ser menor de edad después de pagar una multa y una reparación de los daños y con la ayuda de un abogado fue puesto en libertad, como siempre fue el consentido de mis padres al final lo perdonaron; solo le hicieron prometer que nunca lo volviera a hacer.

Por supuesto que mi hermano no cumplió su promesa pues en menos de un mes ya andaba en la calle con sus amigos… Como siempre al ser el consentido de mis padres terminó siendo perdonado. Lo peor es que pese a prometer que nunca volvería a fumar marihuana volvió a las andadas ahora se sentía como una especie de héroe y en dos meses todo volvió a la normalidad.

Por mi parte yo seguí con mis puterías pues cada día me volvía más y más morboso, pues ahora no me podía pasar un solo día sin vestirme de mujer y meter el palo de escoba… Se puede decir que mientras mi hermano se hacía cada vez más adicto a la marihuana yo me hacía adicto a meterme objetos en el culo. Para ese entonces yo había cumplido los 12 años y había alcanzado la estatura de mi mamá, así que ahora ya no usaba la ropa interior de mis hermanas pues me parecían ropas de niña y la lencería de mi mamá era más sexy y provocativa ahora sus zapatillas me quedaban a la perfección y mi cabello era más largo así que me podía arreglar mejor; además ya me maquillaba mejor y la imagen del espejo me mostraba a una linda jovencita.

Comencé a usar las cremas hidratantes y humectantes de mis hermanas y mi piel era más suave y tersa que la de mis amigos, si bien durante mis juegos en la calle me comportamiento era el de un niño normal en la intimidad del cuarto de servicio yo daba rienda suelta a mi femineidad y mi putería. Como mis padres se preocupaban más de mi hermano que de mi nadie en casa se daba cuenta de mis cambios.

Debido a que mis padres estaban más atentos a las entradas y salidas de mi hermano él comenzó a salir y entrar por la barda trasera de la casa y por eso tenía que pasar por el cuarto de servicio, yo obviamente estaba tan entusiasmado con mis juegos anales que no me dí cuenta hasta que sucedió lo inevitable.

Una tarde de sábado mis padres y mis hermanas fueron a una fiesta a casa de mis tíos yo dije que no quería ir pues era una fiesta para niños pequeños pues era cumpleaños de uno de mis primos más pequeños y por supuesto mi hermano se negó a ir, así que en cuanto mis padres se fueron mi hermano salió a la calle para reunirse con sus amigos y yo corrí a encerrarme al cuarto de servicio para mi acostumbrada sesión de masturbación anal.

En esa ocasión me puse un brassier negro con violeta con su pantaleta a juego, rellené las copas del brassier con dos globos llenos de gelatina para simular un par de chiches de buen tamaño, me puse un liguero negro y un par de medias negras transparentes, ése día aprovechando que mis padres iban a regresar tarde me pinté las uñas de pies y manos con esmalte rojo brillante, peiné mi cabello con dos coletas adornadas con moños rojos, elegí un vestido negro sin mangas y con la falda por encima de la rodilla, después de maquillarme me puse un par de zapatillas negras de charol, de tiritas para poder admirar las uñas de mis pies perfectamente pintadas, me puse algo de bisutería que había robado y unos aretes de clip.

Cuando estuve listo comencé a posar frente al espejo y lógicamente me puse muy caliente, tomé el palo de escoba que usaba desde meses atrás, hice a un lado la pantaleta y comencé a meterlo y sacarlo de mi culo disfrutando de la deliciosa sensación, estaba tan entusiasmado con el rico metisaca que no me dí cuenta de que mi hermano había saltado la barda y cuando pasó frente al cuarto de servicio me vió por la ventana… Sin hacer ruido entró al cuarto y cuando abrió la puerta del baño me encontró empinado sobre una silla que había metido al baño, con las nalgas al aire y un palo metido en el culo!

Casi me cago del susto cuando me gritó:

– Qué estás haciendo, pinche maricón?

De inmediato saqué el palo de mi culo y sentí que la sangre se me congelaba en el cuerpo, muerto de miedo me incorporé y de manera inconsciente arreglé mis ropas como si fuera una mujer, sentí que mi cara ardía de vergüenza. Estaba tan asustado que no supe que decir; perdí la erección del susto mi hermano me sujeto del cuello y se puso a mis espaldas oprimiendo mi cuerpo contra la pared mientras con su otra mano me agarró de la muñeca doblando mi brazo contra mi espalda haciéndome daño, comencé a llorar rogándole que no me golpeara… Siguió torciendo mi brazo mientras me decía:

– Pinche maricón de mierda!… Qué haces vestido así cabrón puto de mierda?!… Te voy a partir la madre hijo de la chingada!.. te voy a matar hijo de puta!

Yo entré en pánico y llorando le rogué:

– No!… Por favor hermanito no me pegues!… Por favor!… Te juro que nunca volveré a hacerlo!

– Claro que no pendejo!… Claro que nunca volverás a hacerlo!… Por que te voy a romper el hocico hijo de la chingada!

No!… Por favor hermanito no me pegues!… Por favor!… Te juro que nunca volveré a hacerlo!

Repetía yo sin dejar de llorar muerto de miedo y vergüenza…

Por fin me soltó el brazo y sujetándome por el cuello me hizo dar vuelta paradas quedar frente a él, yo estaba histérico, aterrado pensando que me iba a dar una madriza, pues lo había visto pelear en la calle en varias ocasiones y era muy salvaje cuando se enojaba… Sin quitar su mano de mi cuello recorrió mi cuerpo con su mirada y dijo:

– Mira nada más cabrón… Pareces una pinche puta… No mames cabrón!… Por qué chingaos estás vestido así güey?… Contesta pendejo!

Llorando sin poder contener mi miedo contesté:

– Por que me gusta hermanito… Por favor no me pegues…

– Así que te gusta vestirte de puta cabrón… Pero por qué güey… Contesta pendejo!

– No sé porque manito… Te juro que no sé porque me gusta vestirme así… Te lo juro.

– Y no nada más te vistes de puta… Además te estabas metiendo un palo en el culo cabrón puto, mas te vale que me expliques por qué te vistes de vieja… O te juro que te voy a partir la madre pendejo…

Tratando de evitar que me madreara decidí decirle la verdad.

– Pues es que me gusta vestirme de mujer… Porque… Porque… Me siento mujer… Quiero ser mujer.

– Ah si cabrón?… Quieres ser mujer?… Pues te voy a hacer mujer hijo de la chingada!… Ahora vas a ver lo que se siente ser mujer… Súbete el vestido y empinate hijo de la chingada… Quieres ser mujer?… Pues yo te voy a hacer mujer pinche maricón.

Yo me quedé paralizado pues no comprendí bien lo que me estaba diciendo, como no me moví me dió una cachetada muy fuerte y dijo:

– Te dije que te empines en la silla cabrón!… Obedece o te juro que te voy a partir la madre!

Muerto de miedo obedecí y me puse de rodillas sobre la silla apoyando mi pecho en el respaldo… entonces me dijo:

– Súbete el vestido pendejo… Quiero verte las nalgas… Pero muévete pendejo!… O te parto la madre.

Obedecí y cuando me vió las nalgas envueltas en la pantaleta negra me dijo:

– Mira nada más cabrón!… Si hasta tienes nalgas de puto… Quítate los calzones y ponte otra vez empinado como estás… Pero rápido güey!

Cuando estuve empinado y sin pantaleta ofreciendo mis nalgas desnudas, me pegó un par de nalgadas muy fuertes que me dolieron mucho. Pero por temor no me moví.

Cuando sacó su verga del pantalón ya la tenía bien parada y tieza, parecía que se había excitado al abusar de mi, entonces me tomó de las caderas y colocó su verga en la entrada de mi culo mientras decía:

– Conque quieres ser mujer cabrón?… Pues yo te voy a enseñar a ser mujer ojete!… Te voy a demostrar que tú no eres mujer… Tu no eres más que un pinche puto.

Y sin más me dejó ir la verga de un solo golpe, como me había puesto vaselina para meterme el palo de escoba mi culo estaba lubricado, me dolió horrible instintivamente traté de zafarme pero me tenía bien agarrado de las caderas y además cuando ya me tenía bien ensartado me dijo al oído:

– Ahora te chingas pendejo… Querías ser mujer?… Pues ahora te aguantas pendejo.

Comenzó a culearme sin piedad, con zaña, castigandome disfrutando de mi sufrimiento mientras yo a duras penas contenía el llanto, me estaba lastimando. El culo me dolía mucho pero a él no le importaba siguió cogiendome con fuerza yo ya no tenía fuerzas para defenderme así que aflojé mi esfinter anal para permitir que me violara a gusto… Y entonces sucedió lo inevitable: mi verga comenzó a ponerse dura y el dolor en mi culo poco a poco se fue convirtiendo en placer… Hasta que minutos después !yo estaba gozando con la culeada que me estaba dando mi hermano!… Por fin tenía una verga de verdad ensartada en mi culo y lo estaba disfrutando!… Mi hermano notó mi erección y comenzó a cogerme más duro y me dijo:

– Cabrón!… Eres un auténtico puto hijo de la chingada… Te gusta como te estoy cogiendo verdad ojete?… Contesta cabrón!

– Si manito me gusta mucho cómo me estás cogiendo!… Ay qué rico me coges hermanito!… Siento muy rico como me metes la verga!… Méteme toda tu verga papi!… Métemela toda!

– Pinche José que culito tan rico tienes cabrón!… Aprietas bien rico!

Me siguió cogiendo por un largo tiempo y no pude evitar venirme sin tocar mi verga pues yo me agarraba con fuerza en el respaldo de la silla para no caerme pues me estaba culeando con mucha fuerza, cuando notó mi orgasmo aceleró sus embestidas hasta que minutos después se vino dentro de mi culo llenando mis intestinos de rica y abundante leche… cuando se vacío sacó su verga aún dura de mi abierto culo y comenzó a salir de mi ano una mezcla de sus mocos y mi mierda.

Comenzó a reír y dijo:

– Pinche José te saqué la mierda jajaja… Deveras que eres bien puto cabrón… Pero que rico culito tienes ojete jajaja.

Comenzó a desvestirse y ya desnudo se metió a la regadera para lavarse, después me dijo:

– Órale güey!… Encuerate y lávate para que te limpies la mierda.

Yo sumisamente obedecí pues siempre le tuve miedo porque es muy violento y aún no estaba seguro de si me iba a golpear o no, cuando me desvestí entré a la ducha junto a él y me jaló diciendo:

– A ver… pon tus nalguitas bajo la ducha para lavarte el culo… A ver empinate.

Obedecí sumisamente y cuando comenzó a lavarme las nalgas con sus dos manos separó los cachetes y me dijo:

– Jajaja… Pinche José… Te dejé el culo bien abierto… Ya ves guey?… Querías ser mujer y ahora tu culo está abierto como una panocha… Jajaja.

Después de bañarnos salimos del baño y él completamente desnudo se sentó en un sillón y sacó un cigarro de marihuana y mientras fumaba me dijo:

– A ver güey… Quiero que te vistas de mujer otra vez.

Continuará.

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