Me pidió si podía llevarla a su casa de campo y se mostró muy agradecida

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Nos conocemos desde hace mucho tiempo, somos buenos amigos y nos llevamos muy bien.

Carmen es una mujer de 40- 41 años (entonces) no muy guapa, pero muy simpatica, agradable, siempre de buen humor y gastaba bromas, era (hablo en pasado porque de esto hace algunos años) muy abierta, se podía hablar con ella de cualquier cosa sin tabús, es pequeña, de culo respingón y bien formada a pesar de todo. Algunas veces se hacía 2 trenzas y le hacian muy graciosa, yo le llamaba algunas veces con un mote simpatico por su aspecto y ella se reía, jamás la vi enfadada.

Somos buenos amigos, entonces haciamos cosas juntos con nuestras respectivas parejas, íbamos a cenar, a salas de fiestas, al cine, a las fiestas de alguna población cercana, en fin, casi todos los fines de semana nos juntábamos y preparábamos algún plan a veces los 4 solos y a veces con otras parejas, nos reiamos de cualquier cosa el caso era pasarlo bien y siempre lo lográbamos. Carmen tiene la costumbre de sacar la lengua a modo de burla, defensa y contraataque cuándo se sentía “atacada” le decias algo y te sacaba la lengua con un gesto gracioso, a mi me encantaba y la provocaba a propósito para ver ese gesto en su cara y le decía algunas veces “esa lengua te la voy a morder” (cuando no oia nadie mas, claro) me gustaba mucho esa mujer

Un domingo nos invitaron a la boda de una sobrina de Carmen, fuimos los 4 en mi coche y todo el camino riendo y haciendo gracias cuando no uno, otro, en la boda Miguel (su . pareja) y yo no entramos a la iglesia, nos metimos a un bar cercano y alli empezamos a entrar en juerga. Tomamos 2 o 3 cubatas cada uno mientras se casaban, salieron de la iglesia y nos dirigimos a los salones donde se celebraría la boda. Comimos, bebimos, bailamos y puteamos a los novios en lo que pudimos, había una barra de bar y alli estábamos nosotros y algunos mas (casi todos) el whisky corria por el mostrador y alli permanecimos largo rato, Miguel se retiró del bar para ir a saludar a alguien y yo quedé alli conversando con otra gente.

Al cabo de un rato y como es lógico tuve necesidad de ir al baño, me disculpé y me dirigí a un ancho pasillo que desembocaba en un espacio mas ancho a cuyos lados se encontraban los aseos, tengo que reconocer que yo estaba ya bastante pasado con el alcohol, casi al final del pasillo me crucé con Carmen que salía del aseo y enfilaba el pasillo, al estar frente a mi me sacó la lengua, yo la agarré por la cintura y la llevé hasta el hall de los aseos, nada mas torcer la esquina la apreté contra la pared y le dije “venga sacame la lengua ahora” y em pecé a besarla y le metí la mano bajo el vestido entre sus piernas, ella me besó también y aguantó que la manoseara pero al momento dijo “no, aqui no” se colocó el pelo y el vestido y siguió su camino, yo regresé a la barra y Miguel seguía por ahí con amigos y familiares.

Terminó la celebración y nos marchamos a casa llevé a Carmen y Miguel a la suya y nos dirigimos a la nuestra. Los dias siguientes continuaba todo igual Carmen no me comentó nada de lo ocurrido en el baño y continuamos con nuestras salidas con toda normalidad aunque nuestras miradas del uno al otro habián adoptado un cierto tono pícaro y complice. Lo seguiamos pasando bién y nos gustaba estar juntos, aquel sabado estuvimos en un centro comercial tomando algo y picando tapas, había algo liquido derramado en el suelo Miguel lo pisó resbalando y cayó abriendose mucho de piernas, se hizo mucho daño, no podía levantarse y se quejaba mucho, llamamos a una ambulancia que le llevó al hospital, tras largas horas de espera le dijeron que tenía un desgarro muscular y que debía taner reposo absoluto algún tiempo.

Estuvo en el hospital todo el domingo y el lunes, el martes por la mañana le dieron el alta mandándole reposo absoluto y otra ambulancia le llevó a casa. La madre de Carmen tenía una pequeña finca en el campo con una casa de esas de piedra en la que ya habiamos pasado muchos fines de semana los 4. Carmen me llamó por telefono y me dijo si podía llevarla a la finca que tenía que echar comida y agua a los perros, le dije que no había problema y quedamos para el jueves siguiente a eso de las 12. Allí estaba yo a la hora acordada,subí a su casa a ver como seguía Miguel y habia un tipo con él que había ido a interesarse por lo ocurrido.

Yo hasta la llegada a su casa me hice muchas ilusiones -iba a estar solo con Carmen en su casa de campo- Carmen me preguntó

– ¿te importa que nos acompañe? refiriéndose al otro que estaba allí, yo dije que en absoluto, se puso un chandal bastante holgado y bajamos los 3 al coche, yo llevaba una cara larga de frustración ya que me había hecho alguna ilusión. La finca se encontraba (y se encuentra) a unos 80-90 kms de Madrid en otra provincia limitrofe, al pasar por el penúltimo pueblo antes de llegar me pidió el tipo aquel que le dejase junto a una panaderia que estaba próxima ya que vivía en aquel pueblo , cuando bajó del coche algo me dio un cosquilleo que me subió mucho la espectativa, Carmen dijo de comprar algo para comer en la casa y así lo hicimos. Continuamos viaje como 40 minutos mas y llegamos a destino, no hacía nada de frio pero el cielo estaba gris y había llovido en dias anteriores y había zonas con barro y muchos charcos, Carmen decidió encender la chimenea y la verdad que se estaba muy a gusto.

Echamos comida y agua a los perros y al cerrar el cobertizo donde se guardaba el pienso Carmen se pilló un dedo con la puerta de hierro y empezó a sangrar, entramos en la casa y le hice una cura con las vendas y medicinas que había en un botiquin en el dormitorio. Ya vendada estábamos ambos sentados en el sofá, se me quedó mirando y preguntó ¿y ahora que? la abrace y la cogí la mano con el dedo dañado y la daba besitos en el dedo que luego fuí extendiendo al brazo, al cuello y a la boca, la besé y ella me correspondía con deseo, luego puse la mano entre sus piernas y comencé a acariciar su coño, ella solamente se abrió de piernas para facilital las caricias pero no hacía nada, solo me besaba la boca, el cuello y el pecho. la puse de pie y le quité el pantalon del chandal quedando a la vista unas braguitas blancas muy ajustada, se le marcaba la raja y me excitó mucho se me puso el pene muy duro.

Carmen me dijo “aquí en la alfombra se está muy bien y mas comodos” ella llevaba puesta la parte de arriba del chandal todavia, se sentó en la alfombra y yo me tumbé boca arriba pero sin dejar de besarla y acariciarla, de repente dio un salto y se colocó sobre mi cara con las rodillas en la alfombra tenía el coño a unos centimetros de mi boca y me preguntó

– ¿que decías que me ibas a morder? (facil adivinar lo que quería), me daba algo de reparo pero me invadió un aroma embriagador a gel de baño o algún perfume que se había puesto junto con el olor natural del coño, sucumbí, empece a darle mordisquitos por encima de las bragas y movia la cabeza para morder todo el espacio intimo

A rato intenté apartar a un lado la braga pero la tenia muy ajustada al muslo y no pude hacerlo, ella se levantó y se las quitó dejando ante mis ojos aquella bella raja depilada de anchos labios y los labios interiores sobresalian un poquito cosa que lo hacía mas bonito con su corte irregular en forma de S suavizada, se había dejado una fina linea de pelos en dirección al hombligo que hacía parecer mas larga aquella raja preciosa, también se quitó la parte de arriba y el sosten quedando al aire sus diminutos y tensos pechos. Ahora si, la tumbé boca arriba y comence a morderle las tetas, el cuello el hombligo e iba bajando hacia el objetivo comencé a cogerle los pelillos de la linea con los labios (dios, aquel aroma me volvia loco)el pene me iba a reventar, por fin llegue al objeto de deseo y comencé a mordisquear sus labios inferiores y metí por fin la lengua en aquella hermose raja, la movia de arriba abajo y hácia los lados le mordisqueaba el clitoris y la intoduje la lengua en el agujero.

Ella comenzó a jadear y soltar gruñiditos como una gata en celo, ella me apartó la cabeza y se metió mi tranca en la boca (solo el capullo), no se movía lo hacia todo con la lengua, yo la cogí de la nuca y la apreté para que se tragase todo mi miembro. le dio tres o cuatro largas de principio a fin y volvió a lo que estaba, a mover solo la lengua en torno a mi capullo. Le dije vamos a follar y ella se la saco de la boca y se puso boca arriba muy abierta de piernas, me puse sobre ella y comence a restregarsela en los labios hasta que poco a poco se la metí toda muy despacito, en ese momento me detuve y ella empezó a culear, estaba ya muy excitada y yo también, la saqué fuera se la volvia meter y a bombear salvajemente, lo hice así varias veces, ella gimio algo mas fuerte y lanzo un largo aaaaah corriendose y retorciendose, antes de acabar ella me corrí yo también.

Me invadió un placer muy acentuado y tambien gruñí fuerte mientra descargaba el gran chorro de semen dentro de ella que me agarró y me apretó contra ella y permanecimos así un largo rato, ella me miraba con los ojos muy abiertos y la boca tambien abierta, sin pestañear y sin moverse y así permaneció unos minutos. Al rato nos vestimos y nos pusimos a comer algo junto al fuego, durante la comida me preguntó

– ¿ya se te han quitado las ganas de morderme la lengua?

– no, le dije yo, ahora quiero comerte entera se echo a reir en una carcajada y me dijo – ¿todaaa? ya será menos con que me comas el coño me vale y echó una larga carcajada. Acabamos de comer y mantuvimos una tertulia muy amena y extendida con risas bromas y, como no, me sacó la lengua un par de veces.

Ella estaba ahora sentada en el sofá sin la chaquetilla del chandal y yo en la alfombra tumbado con el torso desnudo, me llamaba la atención el fuego y estaba de espaldas a ella, me ofreció una copa y acepté, me la puso y me la tomé muy agusto, despacito y mirando la lumbre me encontraba feliz. Carmen se tumbó a mi lado y me preguntó

– ¿te gusta el fuego eh?

– me encanta le contesté

– oye pues yo soy todo fuego y nos queda poco tiempo tenemos que irnos ya

otra vez la abracé, le besé los diminutos pero duros pechos, la desnudé y me desnudé yo-. Ésta vez se puso ella encima de mi me cogió el pene y se lo metió en el coño, empezó a bombear primero suavemente disfrutando de cada centrimetro que le entraba y al poco fue acelerando y ya como una loca desbocada apretaba mucho para llegar al fondo y estalló en un chillido largo y pausado, al poco yo hice lo propio y le solté otra descarga de semen.

Ahora si, nos vestimos, recogimos todo un poco y salimos de vuelta a casa, ibamos hablando como si nada hubiera pasado y ya llegando a Madrid le dije

– hace tiempo que te deseaba y ella me dijo que se había dado cuenta, que notaba como la miraba y que a ella le pasaba lo mismo y se excitaba mucho hasta que se humedecía.

– Mira, me dijo, nos deseabamos el uno al otro, ha sido dificil poder lograrlo pero ya hemos conseguido cumplir nuestros deseos, me ha gustado mucho y se que a ti tambien pero este es el principio y fin de esta aventura, no se va a repetir nunca mas, tenemos pareja, somos amigos y no debemos hacer daño a nadie sigamos como amigos y olvidemos este episodio por bien de nuestra amistad,

– lo olvidarás tu, le dije, yo no creo que pueda en mucho tiempo, dije

– pues tiene que ser así, me dijo y le di la razón, todo siguió igual que antes yo iba con cierta frecuencia a visitar a Miguel y no hubo ni miradas provocadoras, ni gestos insinuantes, nada, todo como siempre.

Pasados unos dias hubo que volver a la finca a atender los perros y me volvió a pedir si podía llevarla dado que miguel continuaba bastante dolorido y no podía andar. La misma rutina que la vez anterior, la recogí en su casa (esta vez sin viajeros molestos) fuimos a la finca y dimos de comer a los perros, ese dia había un sol radiante y abrió las ventanas y quitó las mantas de las camas para que se aireasen

– Así se airean mientras comemos, dijo.

Yo permanecí sentado en el sofá, ella acabo lo que estaba haciendo y se sentó a mi lado

– Cuando tengas hambre comemos, dijo.

– Pues, por mi, cuando quieras, dije

Nos sentamos a la mesa y comimos lo que anteriormente habiamos comprado en el pueblo, terminamos de comer y me preguntó si me apetecia un cafe, acepté y se marchó a la cocina a poner la cafetera.

No me había fijado en que ésta vez llevaba unos vaqueros muy ajustados y se le marcaba mucho el culo y la raja de su coño, la miraba fijamente cuando se movía de un lado a otro, ella se dió cuenta un par de veces y una de ellas se me quedó mirando a los ojos como con mirada interrogante pero no dijo nada. Sirvió los cafés y se sentó frente a mi pero le descubrí alguna mirada furtiva, tomamos el café charlando de varios temas y Carmen se puso en pie y dijo que iba a preparar las camas, entró en un dormitorio y yo permanecí sentado, salió de ese dormitorio y se metió en otro y fuí detras de ella. Carmen estaba de espaldas a mi y no había notado mi preséncia, me acerqué a ella y desde atras le cogí los dos pechos con mis manos, ella me miró y preguntó

– ¿ que haces?

– ya lo ves dije, te deseo y vas marcando paquete

– te deseo mucho, añadí

– ¿y de lo que habiamos hablado? preguntó

– lo dejamos para a partir de hoy ¿que mas te da una vez mas?expliqué

– Yo también te deseo pero tenemos que atenernos a lo hablado, dijo

A todo esto yo habia empezado a desabrochar el botón de su pantalon y le bajaba la cremallera mientras la besaba muy despacito en el cuello, le metí la mano entre sus piernas y ella lejos de impedirlo comenzó a respirar entrecortadamente echando la cabeza hacia atras mientras yo la acariciaba el coñoy la besaba el cuello y las orejas, ella volvió la cabeza y me besó dandome su lengua que se entrelazó con la mia.

Comencé a desnudarla y la eché sobre la cama, ella abrió sus piernas y la comencé a besar y lamer su coño que olia igual que la vez anterior (no se que perfume se ponía pero me encantaba). Ella se dió la vuelta y se puso a 4 patas muy abierta de piernas, le metí la polla hasta que lanzó un quejido largo y suave y comencé el mete saca ferozmente haciendola gritar cada vez que le llegaba al fondo de su coño, aumenté el ritmo y en poco rato me corrí yo primero jadeando y seguidamente ella dando un grito fuerte y seguido (menos mal que estábamos en el campo y no había nadie por allí), le solté una buena descarga de bastante semen pero no saqué mi pene de su coño y antes de que se arrugase comencé a darle movimiento nuevamente, no tardó en ponerse a tope nuevamente y seguí dandole meneos y ella a dar gritos cortos y al rato otro grito atronador corriendose, yo seguía dando alante y atras con fuerza y a ella le encantaba esa rudeza, tardé un poco en correrme pero descargué nuevamente dentro de su coño. Permanecimos un rato en la misma postura y nos pusimos en pie, al rato nos vestimos y ella continuó haciendo las camas mientras yo la esperaba en el sofá recuperando el ritmo cardiaco, al cabo cerró todas las ventana y se sentó a mi lado.

– Espero que a partir de ahora no vuelva a ocurrir ésto nunca mas, dijo

– ¿por qué?, pregunté

– Habiamos quedado en que ésto no volvería a ocurrir y si continuamos con esto acabaremos mal, dijo

– de acuerdo, última vez, dije pero eso es por que no te gusto, añadí

– Me gustas mucho y follas muy bien y ese es el problema, dijo

– si continuamos nos engancharemos el uno al otro y luego será peor dejarlo y ademas haremos daño a otras persona, aclaró

– Prometeme que no volveras a intentarlo, dijo

– prometeme tú que no te volveras a dejar, dije

nos echamos a reir los dos a carcajadas y nos pusimos en camino de regreso. Durante el viaje de vuelta hablamos de ello y terminamos la relación formalmente.

Hasta el dia de hoy no ha vuelto a haber provocaciones ni propuestas. Y ésta es mi verdadera aventura con mi gran amiga Carmen (que sigue sacando la lengua. Tengo la duda de si en verdad pensaba aquello que dijo o es que no cumplí sus espectativas o las dos cosas pero fue bonito ,aún fuimos tres veces ma a echar de comer a los perros pero ya no ocurrió nada, ni siquiera un roce. Y todavía seguimos siendo amigos y de vez en cuando salimos en pareja a cenar

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