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Haciendo realidad nuestra fantasía (II)

Haciendo realidad nuestra fantasía (II) 2

Después que Roberto me hiciera el amor y me dejara casi desfallecida de tanto sexo y cuatro orgasmos en seguidilla, me bañé y nos quedamos en su suite… Mi idea era de pedirle a Ivan que nos vayamos, realmente me quedó mi vagina estremeciéndome del placer que había sentido, pero mi esposo me dijo que no, que quería seguir viéndome haciendo el amor con Roberto, que me de una ducha fría y que saliera que el y Roberto estaban planeando algo para mi.

Eran las 9 de la noche aproximadamente, yo al salir de mi casa pensé llegar no mas tarde de las 10, y al escuchar esto sabia que iba a quedarme por mucho mas tiempo… en mi cabeza me preguntaba, por que Roberto no acabó… mi esposo no había eyaculado, yo con cuatro orgasmos en seguidilla y uno en la boca de Ivan, ya llevaba cinco, me duché y salí. Estaban los dos solo con toallas metidos en Internet viendo fotos de orgías y de tríos.

Abrimos otra botella de Cliquot, que delicia de Champagne, para los que leen les recomiendo, no se pero creo que es en realidad un afrodisíaco excelente… tomamos y Roberto preguntó que tal te sientes Adriana para estar nuevamente los tres en plena acción, le contesté medio muerta pero con ganas de que me hagan todo entre los dos.

Pues no fue mas y Roberto vino, me cargó y me llevó a su cama, le dijo a Ivan, vamos ahora es el turno de los dos para tu bella mujer. Me quitaron mi toalla y empezó Roberto a besarme mi vagina de una manera especial, succionaba mi clítoris delicioso, me metía un dedito y lo sacaba, Ivan me besaba mis senos y mi boca, me estaba muriendo de placer, Roberto se concentró en mi vagina y era Ivan quien recorría mi cuerpo totalmente, me abrieron de piernas y Roberto empezó a lamerme toda mi vagina y mi ano. Debo confesar que con mi esposo hemos tenido sexo anal muy esporádicamente, realmente no le gusta a el hacérmelo.

Roberto seguía y de mi boca salían palabras que nunca las decía, que rico me mamas, que rico es sentir tu lengua en mi chucha, Ivan me besaba los senos y bajo a mis pies, me puse nuevamente como loca pues me mordía mis deditos uno a uno y me tenia loca totalmente. Me vine en la boca de Roberto, una vez mas, ya eran seis orgasmos que me habían provocado, Roberto pidió que Ivan me penetre, Ivan me penetró en el filo de la cama sentado el y yo encima de el que rico polvo tambien experimente, pues mis piernas rodearon su cuerpo y Roberto me estaba echando champagne en mis pies y me los lamía, que delicia, mientras mi esposo me penetraba muy fuertemente, me decía al oído, eres una puta completa, como culeas, que rico lo haces. Se vino a chorros dentro de mí y nuevamente quedé echada en la cama realmente agotada.

Roberto se costó a mi lado y empezó nuevamente a acariciarme, los senos, el ombligo, me tocaba, se reía, me hacia cosquillas hasta que nuevamente sentí su erección tremenda y no aguanté un minuto mas, le cogí con mi mano su pene y me dijo este día nunca lo olvidaré, eres realmente hermosa y una mujer muy ardiente, y de aquí en adelante gozarás siempre al hacer el amor con tu marido.

Sonó el celular de Iván y lo llamaron de urgencia por un robo que había sufrido la empresa donde el trabaja y me dijo que nos vayamos, le dije quiero quedarme un rato mas, Ivan me miró y me dijo, llámame al celular y te paso recogiendo cuando me digas, quiero que goces como nunca. Roberto no espero esta respuesta mía se acercó, me besó y me dijo que iba nuevamente a hacerme sentir cuatro orgasmos en seguidilla para que aprenda a ser multiorgasmica. Iván se fue dándome un beso en los labios y me dijo chao mi putita, eres mi reina y quiero que estés bien, Roberto le dijo que se despreocupe, que el no habia terminado aun y que iba a hacerme muy feliz, miré el reloj, ya marcaba las 10 y media de la noche.

Roberto empezó nuevamente a besarme a ponerme a mil con sus palabrotas en mi oído, me decía, que ricas tetitas, que rica tu nalga, la tienes divina, que bellos pies y me estaba haciendo morir del placer poco a poco, fue subiéndose encima de mí y me dijo que íbamos a hacer nuevamente lo que habíamos hecho pero esta vez quería que yo me suba encima de el hasta que el me lo diga… su pene estaba nuevamente gigante y duro, me senté encima sintiendo todo eso dentro de mí y empecé a subir y a bajar lentamente, hasta que logré estar clavada nuevamente toda, Roberto me alzó hacia su cuerpo y nos abrazamos y besamos y empezó a moverse de una manera feroz, muy rápido, era un mete y saca que me llevaba al cielo, era una máquina para tirarme, me decía puta, me decía de todo, le decía que me encantaba su vergota, que era un culeador excepcional, le dije eres mi macho y acabé en un orgasmo delicioso, el seguía y nuevamente me hizo venir y así fueron cuatro veces que yo no tenia ni sentía mis piernas.

Después me dijo que ponga mis pies en sus hombros, que delicia, me veía mis dedos de los pies apretándolos y moviéndolos, mi color rojo de mis uñas perfectas, me sentía una mujer muy satisfecha, me culeó como quería mi esposo, que yo gozara a plenitud, me tiró como no tienen idea, su verga entraba y salía y al final me dijo que el no acababa, que quería acabar en mi culo, le pedí por favor que no, que ese tamaño me iba a doler mucho, me dijo que aguantara, que era el placer de el y que le diera ese gusto… me dijo que en la posición de perrito no le gustaba, que le gustaba en la posición que estábamos, es decir con mis piernas en sus hombros, pues empezó a introducirme su vergota en mi culito, y entró todo, con gritos y desesperación igual entró, cuando lo tenia a dentro me decía aprieta tu culito, hazme sentir que tengo una puta real en mi cama, se lo hacía pero exhausta, no tenia fuerza para nada, me culeó, se movió como perro, muy rápido, sentía que sangraba por el ano, pero el placer que me daba con sus dedos en mi clítoris era superior a cualquier cosa. Logré acabar delicioso y en eso siento que me dice me vengoooo… dentro de mí, echó su semen delicioso, caliente, espeso, nos abrazamos, nos besamos con lengua apasionadamente… le pedía que quería bañarme, nos bañamos juntos, vi su verga flácida aun más grande que la de mi esposo… la enjaboné, el me enjabonó a mi y me pidió le regalara mi calzón. Como decirle no si había hecho de mi la mujer que todas deseamos ser… una putita que goza todo un día.

Me vestí se vistió el y me dijo que bajemos al Atrium donde había empezado todo y que esperemos a Ivan, yo no tenía fuerzas para nada… pero estaba en la gloria. Que hermoso placer haber recibido tanto semen, tanta verga, todo lo que soñe se cumplió. Fue mi fantasía más bella realizada, al fin llegó Ivan siendo las 12 y media de la noche y nos despedimos de Roberto. Pero lo que no sabe mi esposo es que lo volví a llamar después de una semana y estuvimos nuevamente los dos en ese hotel en esa habitación 608, era un semental… ¿Como no aprovecharlo nuevamente?.

Un beso a todos, seguiré contando mis historias…

Adriana
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