El hermano de Mario me hizo mamar

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Hola, soy hombre de 42 años y quiero confesarles una experiencia que tuve hace ya muchos años con el hermano de uno de mis mejores amigos.

Como les digo, ya hace muchos años de esto aunque aún recuerdo esa poca con añoranza y excitacion.

Mi amigo se llama Mario. De complexión fuerte, de 1.80cm de estatura y bastante moreno de piel, acostumbraba a llevar el pelo largo, no era guapo, pero si atractivo. 😂

Mario y yo éramos inseparables, siempre juntos. El venía a casa, yo a la suya. Jugamos fútbol juntos… Experimentamos en el sexo juntos… Tomamos alcohol juntos…

El caso es que ir a su casa era lo habitual. Sus padres eran separados por lo que teníamos más libertad allí.

Cuando empezamos a descubrír la sexualidad, queríamos comprar una revista porno para poder pasar nuestros ratos. Como no teníamos la edad, recurrimos a su hermano mayor. Tenía 3 años más que mi amigo.

Su hermano se llama Rafa, es igual de alto de Mario, más grueso y más blanquito de piel.

Su hermano, siempre ha sido más rebelde, más atrevido fumaba antes que los demás, salía hasta más tarde que los demás, y bebía más que los demás.

Cuando le pedimos que comprase la revista, lo hizo. Nos llamó pajilleros, pero nos la dio.

No me considero gay

Mario siempre ha tenido un lindo cuerpo, no me considero gay, más bien bisex, pero he de decir que me gustaba su cuerpo, y sobre todo, me atraía su pene… Era más grueso que el mío, moreno, con el capullo oscuro y grandes huevos

Nos masturbabamos en su habitación, con la revista que nos compró su hermano, mientras fantaseabamos con chicas de nuestro barrio.

Como dije, Mario y yo experimentamos con el sexo… Nos mirábamos mientras nos masturbabamos… Veía a Mario tocarse… Disfrutar… Como su pene crecía aún más en su mano… Nos mirábamos mientras lo hacíamos… Me sonreía, yo a él… Disfrutábamos de nuestra sexualidad, de la situación… Como no podía ser de otra manera, Mario me permitió masturbarle, al igual que el me masturbo a mi…

Algo que lo cambió todo fue un día que fui a buscar a Mario. Ese día, fue Rafa quien abrió la puerta. Mario no estaba, pero me invitó a entrar a casa, a esperar a Mario a que volviese.

No dude y entre, no era algo extraño. Esperar a que Mario volviese de algún recado. Así que pase. Rafa, como de normal, no me hizo mucho caso, de forma casual, me dijo que lo esperase en la habitación a que llegase su hermano. Por aquel entonces, compartían habitación. Dormían en camas diferentes, por lo que yo me senté en la cama de Mario, y el se tumbó en la suya, pendiente del móvil.

  • Ya os habéis acabado la revista? Os habéis másturbado mucho? Me espetó
  • Eh.. No, la hemos ojeado… Solo eso… Le conteste
  • Venga, pero si no paráis de tocaros, parecéis monos!
  • Que, noo… Proteste
  • Si me ha dicho mi hermano que hasta se la has chupado

Vi que me miraba, sonriendo. Me quedé bloqueado, traicionado, asustado… no había ocurrido eso exactamente, nos habíamos masturbado… No le había chupado… Aunque ganas no habían faltado..

  • Venga, me lo vas a negar? Si estás todo el día con el… Me lo creo que lo hayas hecho
  • Eh… No, no… Eso no es cierto… Nosotros… No… Yo no le he chupado…

Noto como dudaba, como no se lo negaba… Me había pillado, había caído en su mentira… Había descubierto que algo si habíamos hecho… Algo más que solo ver la revista

Se incorporó de la cama… Riendo…

  • Lo sabía… Sabía que erais unos maricas… Sabía que os habíais mamado, jajaja, serán putos.. Jajaj… Ya verán cuando se enteren sus amigos
  • Eh, yo… yo.. No he dicho eso… No es verdad.. No ha ocurrido
  • Ya, ya… Jajaja… Y que vas a hacer para convencerme que no lo cuente?

Se puso delante mío. Yo seguía sentado en la cama… Su paquete frente a mi.. Se apreciaba un bulto bajo su pantalón corto, se le dibujaba el perfil de su pene… Abultado, largo, bien formado… La situación era extraña, tenía sensaciones contrapuestas. Por un lado estaba asustado, enfadado, avergonzado… Y excitado.

Deseos de mamar

El deseo de mamar que había tenido con su hermano, ahora se presentaba de nuevo, pero digamos, que x100. La situación, sin saber como ni porque, me había excitado, me había cegado… Casi deseaba que me pidiese que le mamara.

– Yo, yo.. Eh… No lo contarás.. Eh.. Por favor..

En ese momento casi yo deseaba más que él que bajase ese pantalón

El estaba tranquilo, también un poco sorprendido como estaba evolucionando la situación… No esperaba mi reacción, más de sumisión que se rebelión

El movió su mano, acercandola a mi cabeza, a mi nuca… Casi como una caricia… Me hizo una señal, un pequeño movimiento, un suave toque en mi cabeza, como acercándome a él.

Yo, ante esa señal, y aún sin saber que se me pasó por la cabeza, comencé a bajarle el pantalón. Tenía curiosidad por ver lo que escondía ahí, por descubrir el bulto que se adivinaba atraves del pantalón, pensaba en el pene de Mario, en lo bonito que era, en las veces que lo había visto masturbarse… En las veces que lo había deseado

Baje su pantalón

Frente a mi quedo un enorme pene. Era más grueso que el de Mario, piel blanca, capullo grande y rojizo. Estaba aún flácido, pero ya se adivinaba lo grueso que iba a ser.

Rafa mantenía su mano en mi costado, en mi cabeza. Lo hacía de forma suave, me reafirmaaba que lo hacía correctamente, que quería que siguiese

Tome ese trozo de carne en mi mano. Lo sospese… Estaba caliente, suave, pesado…o descapulle frente a mi… Notoba como crecía en mi mano…como se hacía grande.. Su cabeza grande frente a mi cara

Acerque la boca, quería probarlo. Chupe la punta, dubitativo, quería saber a que sabía, probarlo, como si fuese un dulce o un helado, esperando un sabor dulce, algo delicioso

El gemido de Rafa fue la que, de repente, me regresó a la realidad.

Me vi con el pene de Rafa en mi mano, ya duro, grande… Más bien enorme, con su punta roja junto a mi boca..

Rafa me miraba, con deseo, excitado, con ganas… Tenía su pene en mi mano, el entregado a mi, a mi voluntad… Le apretaba, y su cara cambiaba, lo movía, su cara cambiaba, le gustaba.. Esa sensación me gustó.. Poder darle deseo, según lo que hiciese… Además que su pene era enorme, bonito, grueso… Me gustaba esa sensación

Seguí un poco más, apretandole, moviendo su pene, jugando con el. Me divertía la situación, me excitaba, veía como Rafa disfrutaba. Lo oía gemir, apretar la boca, suspirar, con cada uno de mis movimientos o cuando me llevaba su pene a la boca..

Notaba como cambiaba su sabor a la medida que le tocaba y que el gemia. Llegó un momento que nos fundimos en un movimiento único. El movía su cadera de forma rítmica, con movimientos lentos, entraba su pene en mi boca. Mientras yo lo sujetaba en mi mano y lo guiaba para que entrase y saliese de mi boca.

Los jadeos de Rafa fueron más continuos, el movimiento de su cadera más rapido, la presión de su mano más fuerte. Me sujetaba contra el, para que no parase, para que siguiese ese movimiento, para continuar con el placer que estaba sintiendo.

De repente, se planto, cesó el movimiento, su pene en mitad camino, entrando a mi boca. Cuando note como su pene palpitaba y un chorro de algo caliente, espeso, líquido invadía mi boca.

Rápidamente se llenaba mi boca de ese líquido, con un sabor fuerte. Mi reacción fue apartarme, por miedo a que me atragantase, por la velocidad que se llenaba mi boca de su semen.

El me sujetaba, no quería que cesase ese momento, que me apartarse. El seguía bombeando semen, trataba de escupirlo, para respirar, para quitarme ese sabor fuerte.

Su pene grande a medio dentro, con su tamaño, la fuerza con la que me sujetaba, impedía que me quitase

No se como, me vi forzado a tragar ese líquido que llenaba mi boca. A tragarme el semen de Rafa. Aún recuerdo su sabor, la manera de brotar, y tomar la decisión de tragar por miedo a ahogarme.

El se relajo, y seguía saliendo su chorro.. Cada vez en menos cantidad, que yo seguía tragando

Cuando terminó, la sacó, y frente a mi, toda roja, quito con sus dedos los restos de mis babas, de su semen, y los paso por mi cara, limpiandose.

– Bueno, Mario no tardará, limpiate un poco, y lo esperas aquí, yo tengo que salir.

El hermano de mi amigo Mario (II)

Tras el encuentro con Rafa, el hermano de mi amigo Mario, en el cual le mame el pene hasta que se corrió en mi boca, no había regresado a casa de Mario.
Le daba largas para no ir. Tenia sensaciones en encontradas. Por un lado, pensaba que había traicionado a Mario, me daba vergüenza que se enterase que había chupado el pene de su hermano, tenía miedo a que se enfadase conmigo. Además, me daba vergüenza ver de nuevo a Rafa, como reaccionaria. 
Por otro lado, me gustaría verme de nuevo en la situación, me había másturbado pensando en ese encuentro, y deseaba que volviese a ocurrir, algo que pensaba era improbable. Un par de semanas después, ya no pude evitar a Mario, y le acompañe a su casa. 
Parecía que no había nadie, bien, no tendría que ver a Rafa. Entramos a su habitación, y Rafa estaba allí, en su cama, acostado. Nos miró y nos dijo:

  • Ya están aquí las mariquita, jaja, que vienen, a tocarse? Jajaja
  • ja, ja. Que gracioso, no tienes nada que hacer? Vete por ahí, anda! Le espeto Mario. Yo no podía mirar a Rafa de la vergüenza, me hacía el distraído. Vi que se levantaba.
  • Os dejo, nenitas

Al salir, se detuvo junto a mi, y en un tono medio, me dijo: Te espero el Jueves 

Sabia que me gustaba la verga

Me quedé petrificado. Muerto de la vergüenza y miedo a que Mario nos hubiese oído. Además del hecho, que Rafa quería volver a verme
 Mario me hizo una seña, como preguntándome que ocurría. 
– eh.. No…nada… Tu hermano, no dice más que tonterías… Le dije casi tartamudeando. 
La semana se hizo larga, no estaba dispuesto a ir. Que querría? Que le mamase de nuevo? Burlarse de mi? Contárselo a Mario? Por otro lado sentía curiosidad de ver que quería, excitacion por qué se repitiese el encuentro. 

Mario, ese Miércoles me dijo que Jueves se tenía que ir con su padre, no estaría en casa. Rafa lo sabía, por eso me había invitado, para asegurarse de que iría y estaría solo. 

Llegó Jueves y fui a casa de Mario. Me parecía mala idea, pero quería saber que pretendía Rafa. Llegue a su casa y toque como tantas veces, solo, que abrió Rafa. Al verme, la cara le cambió.
 Se le dibujo una sonrisa. 
– Has venido, me alegro. Pasa 
Entré a su casa. 
– ven, pasa al cuarto. Me señaló Rafa
Entre al cuarto, y como de costumbre, me senté en el borde de la cama de Mario.

Rafa, allí de pie, me contemplaba, sonriente. 
– ven, ponte aquí. Me dijo 

Me levante y fui donde estaba él. Me indicaba que me colocase sobre el reposabrazos del sofá. Me recoste, el cuerpo sobre el sofá, y los pies, fuera de el, de espaldas a Rafa. 
– Bájate el pantalón. Me dijo sin más. 

Enseguida comprendi la situación. Quería tomarme, encularme, penetrarme. Ahí dude que estaba haciendo allí. Pero a la vez, quería probar, ver que se sentía, me excitaba la situación. Así que me baje el pantalón, dejando mi culo expuesto a Rafa. 
Se acerco a mi, note como palpaba mi culo, separaba mis cachetes… Como algo duro trataba de entrar en mi ano. Sentí un dolor.

Rafa trataba de dedearme, pero no entraba nada en mi ano. Estaba tan nervioso, sin experiencia, que lo tenía muy cerrado.

 Rafa comprendió enseguida la situación, y en lugar de pasar a otra cosa, me dijo:
– Espera, ahora regreso. 

Al rato, lo vi regresar con un bote metálico, azul, redondo de Nivea. 

De reojo, vi como lo abría, y metía dos dedos en el. De repente, note algo húmedo, resbaladizo, en mi ano, algo más duro que deslizaba, que entraba dentro de mi.
Eran sus dedos! No dolía, era un poco molesto, pero había conseguido introducirlos.

 Me relaje con satisfacción que no había dolido. Vi, que continuo con su pene. Su pene ya estaba totalmente parado, grueso, mirando hacia arriba. Estaba exitado De lo unto de crema, casi dejándolo blanco. Cuando terminó de ponerse crema, se puso detrás mío. Note algo hurgar en mi ano… Era la punta de su pene Sentí una presión en mi ano, Rafa empujaba. Note como mi ano se abría, como algo duro entraba dentro de mi. Más que dolor, sentí que mi ano se abría mucho, que me llenaba algo, sentí ganas de hacer caca.
Me notaba lleno Rafa entraba despacio, se iba ajustando. Dejaba que mi ano adaptará. Note que me mojaba, me había corrido solo con sentir el pene de Rafa dentro de mi.

Rafa comenzó a moverse, despacio, profundo. Notaba su peso, su presión contra mi. Sus jadeo.
Empujaba, salía, empujaba, salía.
Despacio, rítmicamente, llegando muy dentro de mi.
Recuerdo como me sentía lleno, vacío, lleno, vacío. Como si hiciese caca. 

Rafa aumentó el ritmo. Me empalaba profundo, su enorme pene entraba sin problemas ya. Apenas sentía nada, solo los embistes de Rafa y sus gemidos. 

Cada vez más rápido, y más, y más… Su peso sobre mi. Su pene taladrando mi ano. Hasta que se tumbó sobre mi, y totalmente dentro, lo oí gemir, gruñir, casi gritar. 
Sabía que se había corrido dentro de mi. Me había tomado, me había follado, me penetrado y había dejado sus restos dentro de mi culo. Se levantó, y me dejó ahi. Exhausto. Regreso limpiandose el pene – Toma.
Me ofreció papel para que hiciese lo mismo. 
Me miraba mientras me limpiaba.  – No estaba seguro si vendrías, y si lo has hecho. Ahora, vendrás cada vez que te lo pida 

Skype: sanchopanda (a) hotmail (.) com

By: Rubenhot198

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AlfredoTT
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