Compañera sumisa – I, II
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Hola, este relatos es de cuando era yo joven de 20 años aprox. Trabajaba yo de encargado de una imprenta, tenía yo una compañera de trabajo era joven pero casada, flaquita, morenita nada del otro mundo, su esposo iba a recogerla de vez en cuando, era muy distraída no ponía atención cuando le daba indicaciones así que le llamaba la atención.
Un día normal como cualquiera ya casi cerrábamos y le decía yo lo que hizo mal, ella escuchaba, se me acercó me dijo – pues castígame!, me beso y entendí que debía hacer la agarre del cabello y la lleve al baño, la arrodille, le di una caquetada mientras me sacaba la verga y la puse a mamar, ella lo hacía con muchas ganas, yo agarraba su cabeza y trataba de hundir mi verga en su garganta, ella traba de sacarla pero le daba cachetadas, para que obedeciera, la pare, le baje sus leggins y la subí a la barra del lavamanos, la abrí de piernas para chuparle su panocha, gemía como perra.
La penetre fuerte y constante hasta que me vine dentro de ella, mi verga estaba muy mojada de sus jugos y los míos y le dije – mira lo sucio que me dejaste, ponte a limpiar – obedeció como la sumisa que era y me mamo la verga de nuevo hasta limpiarla.
Nos vestimos cerramos el local y nos fuimos cada quien a su casa, me entere al día siguiente que encontró a su esposo siendo infiel y decidió ser mi sumisa así que pusimos repetir estas escenas a los días siguientes.
Ya les contaré como le abrí su culo virgen.
PARTE II
Como les decía esta compañera era buena sumisa en los días siguientes en el trabajo se ponía a mamar, así que decidí salir temprano un día junto con ella y dirigirnos a un hotel en fin estaba peleada con su esposo y si llegaba tarde a casa el no lo sabría porque lo corrió de casa,
Entrando a la habitación nos fundimos en besos y toqueteos, la denude y la lleve a la regadera nos enjabonamos y la puse mamar, de verdad me encantaba porque lo hacía con hambre, saliendo de la regadera la puse en cuatro y le abrí las nalgadas para comerme su culo, me dijo que era virgen de ahí porque a su esposo nunca se le ocurrió pedírselo, yo se lo chupaba y le metía el dedo hasta que vi que abrió un poco y decidí meterme la verga.
Esta mi verga babeando y la apunte hacia ese culo, un poco de fuerza y entro la punta, grito la putita, fui empujando hasta que entró lo más grueso y ella quería safarse le pegue una nalgadas para que obedeciera y empecé a meterla y sacarla hasta que se acostumbro o tal vez deje de escucharla jaja, cambiamos de posición la puse con las piernas hacia arriba y mientras se la metía por el culo, ya se imaginarán que imagen tan rica, me corrí dentro de ella y así nació un vicioso del anal.
Ya les contaré otras ocasiones que me dio el culo
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