Pradre miron relatos eróticas

Autor: Lahechicera | 11-Apr

Heterosexuales

Curiosidad de padre (Voyeur Dad) La luz se encendió de repente. Bryan se apartó de un salto de la ventana, sobresaltado. El albornoz que llevaba puesto se le abrió al darse la vuelta. "Creía que estabas dormida," dijo desafiante. Su hija estaba de pie bajo el marco de la puerta. Dirigió la mirada a su dura polla que asomaba por entre los bordes a rayas de su albornoz como la trompa de un elefante intentando salir de su jaula. Bryan se envolvió rápidamente en el albornoz, intentando ignorar el enorme bulto que sobresalía por debajo de su cintura. Cerrando la boca, que se le había quedado abierta al ver la excitada polla de su padre, Deirdre sonrió. "Y lo estaba, " contestó ella. "Pero me levanté y no he podido volver a dormirme. Ni tú tampoco, por lo que veo." "Es sólo que estoy algo inquieto" dijo Bryan. "Oye. ¿Qué estabas mirando?" preguntó ella, acercándose a la ventana. "No se ve nada desde ahí." "¡No!" gritó para que no se acercase, pero ya estaba al lado de él, mirando abajo, hacia la casa del vecino. "Stephanie, cómo te gusta lucirte," se rió, casi para sí misma. Cuando se mudaron a la casa de al lado hace cinco años, Deirdre se había mostrado algo excéptica ante su nueva vecina, una chica de su misma edad que parecía mucho menos madura que ella. Tan solo unas pocas semanas después eran muy buenas amigas. Todavía seguían siéndolo, aunque algunas veces, las citas de Deirdre con el hermano de Stephanie daban lugar a momentos de tensión en su relación. Deirdre sabía de la afición de su amiga a bañarse en agua perfumada con pétalos de rosa, pero lo que no sabía era que los tomaba a medianoche... ni que dejaba las persianas abiertas. "Es muy guapa, ¿verdad?" preguntó Deirdre a su padre. "Eso creo, cariño. Deberías volver a la cama. Es tarde y mañana tienes que ir a clase." "¿Y qué hay de ti, papá? Tú tienes que ir a trabajar. Normalmente te duermes antes que yo, al menos cuando mamá está aquí." Bryan se estremeció al oír nombrar a su mujer, pero se recuperó enseguida. "No me es tan fácil dormir desde que se no está aquí, ni siquiera después de una semana. Especialmente, después de una semana." "Así que te quedas levantado mirando a Steph y te masturbas, ¿verdad? ¿Se baña así todas las noches? ¿Y tú? ¿Te masturbas también todas las noches?" "¡Deirdre!" exclamó, incapaz de pensar en algo útil que decir. "No pasa nada, papá. Todo el mundo lo hace, aunque la verdad es que nunca había pensado que tú lo hacías, ¿sabes?" "Vete a la cama ahora mismo." "Sé que todos los chicos de clase lo hacen," siguió hablando, sin importarle que su padre se estuviese poniendo rojo. "El pasado otoño nos fuimos de excursión a un rancho, un sitio en el que hacían carreras de caballos, y uno de los caballos se estaba restregando contra una bala de paja. Fue lo más divertido de la excursión. Su polla era grande, enorme, y todos los chicos estaban avergonzados. Apuesto a que todos se pusieron rojos al pensar que su secreto había sido descubierto o algo así. Y luego, cuando al final el caballo se corrió..." "Ya está bien, Deirdre. Ahora, los dos vamos a tomarnos un rato de descanso, ¿vale, cariño?" Deirdre estiró el cuello alrededor de su padre y vio que Stephanie había acabado. El cuarto de baño estaba a oscuras. Se encogió de hombros. "Buenas noches, papá," dijo, besándole en la mejilla y tocándole la cadera con sus dedos. "Que tengas buenos sueños." Bryan la observó volviendo a su dormitorio. Sus caderas se balanceaban rítmicamente y admiró su figura, sólo parcialmente disimulada por su amplio pijama. Hace solo cuatro o cinco años que empezaron a crecerle los pechos, pensó para sí. Y mírala ahora, con esa forma de andar, con ese cuerpo, hablando de caballos masturbándose. ¿Cómo pasa tan rápido el tiempo? La noche siguiente, la del Viernes, Deirdre volvió a salir con el hermano de Stephanie, Patrick. Era casi un año mayor que Deirdre, sus cumpleaños estaban separados sólo por seis días. Bryan tenía miedo de que su hja le contase a Stephanie que la había estado observando. Mientras los segundos pasaban pasada la medianoche para convertirse en minutos, ella era muy puntual, empezó a temer que llegase una llamada de los padres de la chica, luego de la policía, que traería consigo a los periodistas, tras lo cual todos sus compañeros de trabajo se burlarían de él sin piedad. Su mujer probablemente no vería el lado divertido del asunto. Cinco minutos después de la medianoche, el cuarto de baño de Stephanie se iluminó. Dejó caer su albornoz al embaldosado suelo y, ya desnuda, se inclinó para llenar la bañera de agua para su baño.Mientras jugueteaba con los grifos, intentando conseguir la temperatura correcta, Bryan estudió con atención su adorable y desnudo culo y empezó a acariciarse la polla. Esta noche, no iba a tener que preocuparse de que Deirdre entrase a escondidas otra vez y le descubriese. Stephanie estaba cada vez más guapa, pensó, mientras esta entraba en la bañera y empezaba a enjabonar sus pechos. Diecisiete años debía ser la edad perfecta. Empezando por la forma de su cuerpo, casi de mujer, pasando por su perfecta piel que nunca volverá a ser tan perfecta, y acabando por los brillantes y claros ojos que no han visto aún problemas de verdad. Sí, los diecisiete era la edad más cercana a la ideal. Sus dedos no estaban a la vista, pero por el angulo de sus brazos casi se podía decir que estaban jugueteando entre sus piernas. Algunas veces tenía suerte y ella también se masturbaba, acompañándole a él, algo que había olvidado mencionar a Deirdre. Su hija ya tenía demasiado con lo que sabía. Bryan apartó una silla de su camino y dejó caer su albornoz en el suelo. Desnudo, se arrodilló sobre él, tocándose su hinchada polla. Cuando Stephanie echó su cabeza hacia atrás, con la boca abierta, obviamente disfrutando del jugueteo de sus dedos en su coño, Bryan empezó a acariciarse con más rapidez. Seguramente me correré antes, pensó. Es lo que suele pasar. Las luces de la habitación que estaba al lado del cuarto de baño de Stephanie se encendieron de repente y las persianas se entreabrieron. Era el dormitorio de Patrick, eso lo sabía, aunque Patrick nunca había abierto las persianas antes. A través de los finos listones blancos que formaban la persiana, y mirando al dormitorio de Patrick por vez primera, Bryan vio a su hija apartarse de la ventana y subirse a la manta azul que cubría la cama del chico. Se dio cuenta de que ,seguramente, había sido Deirdre la que había abierto la persiana. Dejó de acariciarse la polla y observó a su hija. Luego miró a Stephanie, cuyos pechos subían y bajaban entre sus hombros que se movían sin cesar al masturbarse. Volvió a mirar hacia Deirdre que estaba despasándose los botones de la blusa. ¿Cuál era la obligación de un padre? ¿Matar al cabrón con el que estaba? ¿Llamar por teléfono y decirle que volviese a casa? ¿Ignorar todo y hacerse una paja con la adorable Stephanie? Perplejo y curioso por lo que su hija estaba haciendo, se levantó quedándose agachado, con la polla apuntando directamente al techo. Patrick la estaba besando, mientras sus manos la rodeaban para desabrocharle el sujetador. Como muchos de los chicos de su edad, aún no tenía maña en el asunto y Deirdre le ayudó, girando 180 grados su sujetador y desabrochándolo desde delante. Los dos, Patrick y su padre, sonrieron complacidos ante la vista de los senos que habían salido atropelladamente de las copas del sujetador. El padre se mordió la comisura de los labios con ansiedad. Al mismo tiempo, Bryan vio a Stephanie sentarse lentamente dentro de la bañera para luego dejarse caer hacia atrás, obviamente corriéndose, con los ojos cerrados y la boca abierta. Se acarició nuevamente la polla y tocó una gota de líquido preseminal que había salido de la punta. Con un estremecimiento final, la cabeza de Stephanie desapareció bajo el agua y luego volvió a salir. Sacudió la cabeza como si fuese un perro mojado. Bryan vio que su hija estaba ahora tan desnuda como él, viéndola así por primera vez en varios años. Patrick estaba quitándose la ropa tan rápido como podía y, ya desnudo, empezó a tirar de las sábanas para meterse en la cama, pero Deirdre sacudió la cabeza. Indicándole que se tumbase junto a ella sobre la cama, metió la mano entre las piernas del chico, utilizando su tiesa polla a modo de palanca para hacerle tumbarse de espaldas. Se arrodilló de forma que quedaba de cara hacia su propia casa y bajó la cabeza sobre el regazo de Patrick metiéndose su polla en la boca. Los ojos de Deirdre miraron hacia arriba, hacia el oscuro salón de su casa y le dio un largo lametón a la polla de Patrick. Incapaz de mirarla a los ojos, aunque sabía que era imposible que ella pudiese ver el interior de la habitación con las luces apagadas, Bryan echó un vistazo a Stephanie. Estaba de pie en la bañera de espaldas a él, secándose lentamente con una toalla. Su culo era exquisito, totalmente distinto a la fofa masa de carne de su mujer, redondo y con la piel tan tirante que estaba seguro de que sería duro como una piedra. Volvió la mirada a su hija, que estaba bombeando la base de la polla de Patrick con la mano, sus labios envolviendo con firmeza la hinchada cabeza. Le está haciendo una paja dentro de su boca, pensó Bryan. ¿Dónde aprenden los chicos estas cosas? ¿Cómo puedo hacer para que se lo enseñe a su madre? Bryan era una persona totalmente tradicional en lo referente al sexo, sin contar su vena de mirón, y nunca podría armarse del suficiente valor como para pedirle directamente a su mujer que le hiciese algo así. Su forma de practicar el sexo era bastante normal, nada de cuerdas ni de cadenas, nada perverso... nada. Aunque le habían practicado la vasectomía, solo practicaban el sexo muy de vez en cuando. Bueno, quizás alguna mamada de vez en cuando, pero incluso en esas ocasiones ella nunca se tragaba el semen, sino que le hacía correrse con la mano. El padre con la vida sexual más correcta de todo el barrio, o al menos eso es lo que suponía, vio a su hija dejar de chupársela a Patrick y subirse encima de él. Deirdre se detuvo, con su coño rozando la punta de la polla de Patrick. Cogiéndola con la mano derecha, empezó a moverla de atrás a adelante, frotándola contra la abertura de su coño. Luego, mientras inclinaba la cabeza hacia su padre, con la punta de la lengua asomando por entre sus labios, sus pechos se elevaron con una profunda aspiración y descendió suavemente sobre la polla de Patrick hasta que su culo rebotó sobre el vientre del chico. Bryan se dio cuenta de que se estaba masturbando otra vez. Había dejado de prestar atención por completo a Stephanie y miraba fijamente la polla de Patrick bombeando dentro y fuera de su hija. De repente, las caderas de Patrick se elevaron sobre la cama y los músculos de su culo se contrajeron con fuerza. Se está corriendo dentro de mi Deirdre, pensó Bryan, sin dejar de menearse la polla. Una placentero cosquilleo apareció bajo sus huevos, retumbando en su interior, y Bryan expelió un largo y perlado chorro de semen sobre su albornoz. El semen siguió fluyendo sobre la mano de Bryan mientras Patrick se estremecía dentro de su hija. A pesar del rato que hacía que había empezado a correrse, las caderas de Patrick propinaron una última sacudida contra los muslos de Deirdre varios segundos después incluso de que Bryan hubiese acabado de correrse. Entre los huevos de Patrick y el coño de Deirdre podía verse una gran cantidad de espuma blanca. Dios mío, pensó Bryan, ese chico se ha corrido como un caballo. El chico, Patrick, sacó suavemente su dura polla del interior de Deirdre y se deslizó por la cama de forma que el coño de la chica quedó justo sobre su cara. Su lengua serpenteó dentro de ella. Deirdre echó la cabeza hacia atrás con fuerza, obviamente disfrutando de la sensación. Bryan enrolló su albornoz formando una bola y salió para tirarlo al cesto de la ropa sucia. No espero a ver cómo Patrick hacía correrse a su hija. Una hora después, su hija llamaba a la puerta de su dormitorio. "¿Qué quieres, Deirdre?" preguntó. "Es muy tarde." Ella abrió la puerta y entró en el dormitorio de su padre, encendiendo el interruptor de la luz. Desatado, el albornoz que un rato antes había dejado en el cesto de la ropa sucia, estaba ahora sobre el cuerpo de su hija, dejando a la vista su recién follado coño. "¿Nos has visto?" preguntó. "Quería que lo hicieses. Te has corrido en tu albornoz. Me gusta su tacto sobre mi cuerpo." Cogió las solapas del albornoz y las apartó, mostrando todo su cuerpo, moviendo el albornoz de un lado a otro, restregándose así el semen de Bryan por la espalda. Este pensó en mentir, pero luego cambió de opinión. "Sí. He visto cómo te lo follabas... Sí, tú a él y no al revés. Eso lo he visto muy claro. Y me he masturbado, y me he corrido. ¿Vale? ¿Ya estás contenta? Ahora, tienes que dejar de hacerme esto. La próxima vez, dile que se ponga un condón. ¡Buenas noches!" Dijo las últimas palabras con mucho énfasis y enterró la cabeza bajo la almohada, lejos de la luz, lejos de su hija. No cerró la puerta al salir, ni siquiera la oyó marcharse, pero cinco minutos después levantó la vista para ver que ya se había ido. Bryan no volvió a dormirse aquella noche, su mente llena de imágenes de su hija desnuda y de la polla de Patrick.

* * * * * * *

A la noche siguiente, Bryan cogió un viejo libro, uno de misterio que años atrás le había gustado mucho. Planeó leerlo un rato hasta que se cansase, y luego irse a la cama. Su mujer estaría de vuelta al día siguiente, y él sería capaz de ignorar lo que estaba pasando en la habitación de al lado por una noche, fuese lo que fuese. El primer capítulo pasó enseguida. Bryan no tenía ni idea de qué hacer sobre lo de su hija. Dejó el libro a un lado y caminó hacia la ventana. No había ninguna luz encendida. Allí de pie y en silencio, miró en el oscuro cuarto de baño donde Stephanie probablemente se tomaría un baño más tarde aquella misma noche.

Me pregunto si sabe que Deirdre se folla a su hermano, se preguntó. Claro que lo sabe. Son muy amigas.

El dormitorio de Patrick se iluminó con una repentina luz. A través de las abiertas persianas, Bryan vio almohadas fuera de su lugar natural en la cama, y sábanas blancas retorcidas y desordenadas. Deirdre apareció en la ventana y frunció los labios en su dirección, mandándole un beso. Empezó a desabrocharse los botones de la blusa y se dio la vuelta hacia la habitación donde Patrick yacía tumbado sobre su cama, bajándose los vaqueros, su polla y sus huevos abultando sus calzoncillos cortos. Alguien llamó a la puerta de casa de Bryan. Con algo parecido al alivio, se acercó para ver quién era. De camino decidió que si se trataba de un testigo de Jehová, le llevaría a la ventana para enseñarle algo que seguro le hacía salir volando de allí. O quizá no... "¡Stephanie!" exclamó Bryan. "Hola, señor Stone," dijo ella con una brillante sonrisa. "Dre me dijo que no le molestaría a usted que viniese. Gracias." Pronunció el nombre de su hija algo así como "Dray". "La verdad es que no sé..." empezó a decir. Stephanie pasó rodeándole y entró rápidamente en el salón, yendo directamente a la ventana. "Creo que le debo diez pavos," se dijo Stephanie en voz alta. "No creía que Dre fuese a atreverse a hacerlo de veras. Estaba mirando, ¿verdad, señor Stone?" Bryan se puso detrás de ella. El perfume de la chica penetró en su cerebro y puso los ojos en blanco. "Creo que no deberías ver eso. Ninguno de los dos deberíamos. ¿Estais locas las dos?" Stephanie se volvió hacia él, frotando sus senos contra el pecho de él. Bryan ya se había dado cuenta de que no llevaba sujetador por la forma en que le habían botado cuando iba hacia la ventana. Nadie le había provocado de esa forma desde hacía mucho tiempo y la verdad es que le divertía. Dudaba que la chica llegase muy lejos. "Sé que me observa desde aquí," dijo Stephanie. "Usted cree que no puedo verle, y la verdad es que no puedo ver demasiado, pero sé que hay alguien moviéndose aquí arriba. ¿Se ha hecho alguna paja, quiero decir, mientras me miraba?" Le miró con una mirada de honesta curiosidad, con las cejas alzadas, la cabeza atenta. Su mano encontró la cremallera de sus vaqueros y pasó un dedo por toda la serie de dientes de metal. Bryan no dijo nada. Miró por la ventana hacia Deirdre, y vio que Patrick yacía tendido entre sus piernas, chupándole un pezón mientras su dedo entraba y salía de su coño. Sin separar la mano de su bragueta, Stephanie rodeó a Bryan hasta colocarse detrás y apretó sus pechos contra su espalda. Rodeándole con la otra mano, le despasó el cinturón. Bryan intentó pensar, pero la parte racional de su cerebro funcionaba más lentamente por culpa del perfume de la chica, de repente, cuando sus pechos le tocaron, se paró del todo. "Patrick tiene un culo realmente bonito, ¿no lo cree así, señor Stone?" comentó Stephanie, bajando la cremallera de Bryan y posando la mano sobre su polla. " Y usted tiene una polla preciosa y muy dura." Se quedó en silencio, sin moverse, disfrutando del tacto de su mano. Más abajo, aún metiéndole el dedo a Deirdre, Patrick había descendido casi hasta los pies de la cama para lamerle el coño. Los dedos de Stephanie rodeaban y apretaban la tiesa polla de Bryan. Sin dejar de hacerlo miró por encima de su hombro, deslizando un pezón de atrás a adelante contra él. "Nunca antes había visto follar a otra gente," dijo. "¿Y usted, señor Stone? Pensándolo bien es bastante extraño, especialmente tratándose de mi mejor amiga y de mi hermano. ¡Mire que grande tiene la polla! Aunque creo que la suya es más grande, eh, señor Stone..." Con una mueca, Bryan miró al hermano de la chica. El culo de Patrick estaba elevado en el aire, y cada vez que se balanceaba hacia adelante para lamer el coño de Deirdre su polla descendía en picado y rozaba el colchón. Durante uno de esas caídas en picado, su polla no volvió a subir, sino que siguió apretada contra la sábana. Sus caderas empezaron a bombear atrás y adelante. Mientras Patrick le comía el coño a Deirdre, su polla buscaba la fricción del colchón que le hacía sentir como si estuviese follando. Stephanie empezó a bombear la polla de Bryan, conscientemente o no, al mismo ritmo con el que su hermano se estaba follando el colchón. "Los hombres sois tan peculiares," dijo ella, acariciando a Bryan un poco más rápido. "Seríais capaces de meterla en cualquier sitio, ¿verdad?" "Haces muchas preguntas," le contestó Bryan, con voz áspera, nada contento porque había perdido la iniciativa con esta chica, pero no sabía porqué le molestaba tanto eso. Stephanie jadeó, y apretó su polla más estrechamente, ya sin bombear. Su hermano de pronto había arqueado la espalda, la cara mirando al techo, su polla saliendo por el agujero que había hecho con su propio puño. Tras unos pocas y muy cortas caricias, eyaculó sobre el desnudo cuerpo de Deirdre, un largo chorro de semen que alcanzó la barbilla de la chica y que fue cayendo luego justo por encima de sus pechos. Esta separó las piernas todo lo que pudo y se frotó el coño, quizá intentando correrse, quizá intentando estimular al chico aún un poco más. Un segundo chorro de leche dio de lleno contra uno de los pechos de Deirdre y mientras empezaba a gotearle, cayendo por un lado, otra andanada de semen fluyó sobre su vientre y entre sus dedos que frotaban sin cesar su coño. "No se la ha follado de verdad," dijo Stephanie, siguiendo con sus caricias y meneos a la dura polla de Bryan. "No creo que vaya a tener que pagarle los diez pavos después de todo. ¿Qué piensa usted, señor Stone? Dre dijo que se lo follaría, pero solo se ha hecho una paja encima de ella." Bryan volvió la cara hacia ella. "Creo que se ha acabado el espectáculo. Aunque odio preguntarte esto, ¿no deberías irte? Lo que me estás haciendo me está volviendo loco de placer, jovencita. Quizá demasiado." Stephanie se puso de rodillas y se metió su polla en la boca. Mientras le chupaba la verga, sus dedos jugueteaban suavemente con sus huevos. "De acuerdo," cedió Bryan. "Puedes quedarte un poco más. Pero, vayamos a mi cama. Lejos de la ventana." Los dos se tendieron desnudos sobre la cama, y Bryan la abrazó con fuerza, masajeando su culo con ambas manos. Lo tenía duro como una piedra, justo como él había pensado. Quería obsequiar a la chica con algo más que un orgasmo rápido. Veintinosécuántos años de experiencia, aunque fuese bastante puritano, tenían que valer para algo. Y, aunque conscientemente no lo sabía, deseaba que el hipotético informe que Stephanie le iba a dar a Deirdre de aquella experiencia fuese sensacionalmente positivo. Deslizó sus manos a lo largo de toda su espalda y le besó la frente. Ella le acarició la polla. "¿Así que sabías que te observaba cuando estabas en la bañera?" le preguntó. "Tenía que ser usted. Bueno, pensé que podía haber sido la señora Stone, pero no me parecía de esa clase de mujer. Buscaba un movimiento o un rayo de luz reflejada y le imaginaba a usted masturbándose. Era increíblemente excitante. De hecho, aunque no podía decir con seguridad que era usted el que me observaba y se masturbaba, yo le imaginaba con tanta viveza que no me hacía falta estar segura. Mientras me acariciaba el coño, usted siempre estaba allí para hacerme compañía." Bryan la besó en los labios, tocando su lengua con la suya. "La próxima vez," continuó Stephanie, "será sensacional. Yo sabré que usted me está mirando. Sabré cómo es su dura polla. ¡Me muero de ganas de que llegue ese momento!" Bryan inclinó la cabeza y tomó un pezón con su boca. "¿Me comerá usted el coño, señor Stone?" preguntó la chica. Sin esperar una respuesta, se montó sobre su cara y le colocó el coño en su boca. Es tan dulce, pensó él. Ya casi había olvidado su sabor. Tiene el coño jugoso como un melocotón, el clítoris como una mora madura. "Que bien lo hace," gimió Stephanie cuando la lengua de Bryan penetró en su interior. Bryan lamió la parte interna de sus muslos, chupó los labios de su coño, mordisqueó su entrepierna. Sus manos se volvían locas, intentando acariciar al mismo tiempo aquellos musculosos muslos y el duro vientre que latía con contracciones cada vez que su lengua tocaba el clítoris de la chica. "¿Podríamos probar una cosa, señor Stone?" Él se detuvo, indeciso. "¿Qué?" "Quiero verle masturbarse y usted puede verme a mí. Así, la próxima vez que esté en la bañera, los dos sabremos exactamente lo que el otro está haciendo." Levantando la vista por encima de su coño, por entre sus pechos, Bryan vio una brillante sonrisa iluminar la cara de Stephanie. "Yo... esto... tenía la esperanza de follarte, cariño." Stephanie se bajó de la cara de Bryan y se arrodilló entre sus piernas, con la espalda recta. "No se preocupe, señor Stone," dijo tímidamente ella. " Sé que su polla necesita un buen coño, húmedo y caliente. Pero, hagamos esto primero." Sacudiendo los hombros como un deportista relajando los músculos, la chica separó las piernas, sus rodillas tocando la parte interna de las de él, y le tocó los huevos una vez, como para darse suerte. Stephanie se elevó sobre Bryan y este pudo admirar sus formas, su aroma, su juventud. Su rígida verga empezó a moverse como el segundero de un reloj, con cortas y rápidas sacudidas al ritmo de los latidos de su corazón. Stephanie tomó sus abundantes pechos con las manos y gimió con fuerza. "¿Le ha gustado ver a Dre y a Patrick, señor Stone? ¿No es una chica increíble? Aunque Patrick es un chico bastante raro, corriéndose encima de ella de esa forma. ¿Por qué no se está masturbando ya, señor Stone? Subiéndose uno de sus pechos todo lo que pudo, Stephanie inclinó la cabeza y lamió su duro pezón. Su otra mano se deslizó por su abdomen y empezó a acariciar los labios de su coño. Bryan agarró la sábana con fuerza entre sus puños, los nudillos blancos. "Tengo miedo de empezar," dijo. "Tengo algo de vergüenza, pero esa no es la razón principal. Lo que pasa es que quiero correrme dentro de ti y no encima de mí." Un movimiento en el exterior de la habitación captó la atención de Stephanie y echó un rápido vistazo hacia la puerta. Fuera, en el pasillo, apartada de la puerta para que su padre no pudiera verla, Deirdre se tapó la boca con la mano para ocultar el asombro que mostraba su rostro - ¿o era diversión? - después de haber oído las palabras de su padre. Llevaba puesto un salto de cama rojo como si fuese una finísima capa de helado de cereza realzando el postre de debajo. "Vale," dijo Stephanie, "esto es lo que haremos. Le taparé los ojos con la almohada, para que así no se sienta tan violento." Su coño rozó la polla de Bryan cuando fue a coger la almohada, y sus pechos se balancearon de un lado a otro con el movimiento. El padre de Deirdre ronroneó de placer como un gato. Después de haberle cubierto la mitad superior de la cara con la almohada, Stephanie le cogió la mano derecha e hizo que envolviera su verga con ella. Como si estuviese dándole cuerda a un juguete, Stephanie movió arriba y abajo la mano de Bryan con la suya unas cuantas veces para luego soltarla enseguida, sentándose sobre sus talones. Su "juguete" cooperó tan solo unos instantes, continuando con el movimiento un par de veces más antes de detenerse. "Tengo que cambiar de mano," se disculpó Bryan, con la voz amortiguada por la almohada. "Soy diestro." Su mano derecha levantó la polla hasta dejarla en posición vertical y entonces empezó a masturbarse. Stephanie le hizo señas a Deirdre para que entrase en la habitación. "No me había dicho usted lo mucho que le gustaba espiar a Dre, señor Stone. De todos modos, apuesto a que si ella estuviese aquí le encantaría verle masturbarse tanto como a mí." Deirdre besó suavemente por detrás la cabeza de su amiga, y con la palma de su mano abierta empezó a masajear el cuello de Stephanie bajando luego para acariciarle la espalda. "Espero que no puedas ver lo colorado que me estoy poniendo," dijo Bryan. "Bueno, imaginaré que como yo no te veo tú tampoco puedes verme a mí. Deberías saber que quiero muchísimo a mi hija." Diciendo esto, la otra mano de Bryan se deslizó por entre sus piernas y empezó a manosearse los huevos, mientras su puño derecho aumentaba casi imperceptiblemente la velocidad de bombeo. Deirdre se inclinó sobre Stephanie y le besó la nuca, rodeándola con la otra mano para juguetear con uno de los pezones de su amiga. Por su parte, esta estaba usando los dedos índices de ambas manos para acariciar cada uno de los lados de la abertura de su coño. Seis manos pero que muy ocupadas. "Creo," continuó Bryan, "bueno no... Sé con seguridad que verla me excitó. Joder, ya la tenía dura y me estaba haciendo una paja mientras te miraba masturbándote en la bañera. Y cuando Patrick empezó a follársela, me puse increíblemente celos y, lo cierto es que empecé a imaginar que era yo el que estaba en su lugar, entre las piernas de Deirdre." Stephanie introdujo dos dedos en su húmedo coño. Luego los sacó para frotarse el clítoris. Sin apartar la vista de la polla de Bryan, alargó la otra mano hacia atrás y la puso sobre el coño de Deirdre, palpando hasta que su dedo índice encontró la mojada abertura de Deirdre. "Los dos nos corrimos al mismo tiempo, ya sabes, tu hermano y yo," dijo Bryan. "Sentí como si me estuviese corriendo dentro de ella. Me muero por follarte, cariño, igual que Patrick se folló a Deirdre." "Tiene usted una forma muy guay de masturbarse," dijo Stephanie, "primero rápido, luego lento, después jugueteando con sus huevos. Estoy disfrutando mucho viéndole. Pero creo que tiene razón." Sujetó la almohada firmemente sobre sus ojos, asegurándose de no apretar demasiado y que pudiese seguir respirando. "Aguante un poco mientras me subo encima de usted, encima de su enorme polla. Es monstruosamente grande, señor Stone, y está para comérsela. Debe estar usted orgulloso de ella." Stephanie salió de un salto fuera de la cama como una gimnasta, las manos firmemente apoyadas sobre la almohada, y Deirdre se arrodilló junto a su padre, cerró los ojos y se metió su verga en la boca. "Oh, Stephanie," dijo él, "qué bien lo haces. Me voy a correr enseguida. Fóllame, por favor. Fóllame." Deirdre miró a su amiga que estaba sonriendo abiertamente, le guiñó un ojo y cubrió el cuerpo de su padre con el suyo. Sus pezones se apretaron contra el pecho de él a través del salto de cama, su cabeza tocando apenas la almohada, y, poco a poco, su coño se fue tragando la polla de Bryan hasta que quedó completamente enterrada en él. "¿Llevas algo de ropa encima?" preguntó Bryan. ¿Cómo lo has hecho?" Aplastando su culo contra las caderas de su padre, Deirdre trató de meterse aquella polla aún más hondo. Apretó la verga con los jóvenes músculos de su coño, y él le respondió follándola con fuerza, estableciendo un ritmo, los huevos de Bryan balanceándose de atrás a adelante entre ellos dos. "Usted solo fólleme," dijo Stephanie con voz tranquilizadora, "Me encanta sentirle dentro de mí." "Tu voz," dijo Bryan. "Es como si..." Soltó sus manos de las caderas de Deirdre y apartó ásperamente las de Stephanie de la almohada. A dos centímetros de su cara, mirando a los ojos de su padre, Deirdre le besó en los labios. Empezó a follarse a su padre con más rapidez. "Oh, cariño," dijo él, girando la cabeza y deteniendo sus movimientos. " Yo nunca... No deberías... No podemos..." Stephanie le acarició la cara con sus dedos. Deirdre apretó su coño. "Lo haces de maravilla, cariño," admitió Bryan. "Qué coño tan estrecho, había olvidado lo bueno que era uno así." Agarrando con fuerza los muslos de su hija, se levantó de golpe quedándose sentado. Al caer Deirdre de espaldas sobre la cama, Bryan tiró de ella con fuerza hacia él de forma que su polla no se saliese de su caliente y mojado coño. Un segundo más tarde se la estaba follando en la postura del misionero, su culo bombeando con energía, su polla taladrándola, abriéndose camino hasta lo más hondo de su ser. Desde atrás, Stephanie acariciaba el culo de Bryan con una mano y le cogía los huevos con la otra, mojándose los dedos con el jugo que salía del coño de Deirdre. "Fóllame, papá," susurró Deirdre, pero subiendo el volumen de su voz poco a poco. "¡Vas a hacer que me corra! ¡Fóllame! ¡Más fuerte! ¡Ya!" Bryan se ayudó de sus rodillas para separar más las piernas de Deirdre y le levantó el culo un poco más alto, incrementando el ángulo de su polla en su interior así como la fricción sobre su clítoris. Aumentó la rapidez de sus movimientos. Sabía que estaba a punto de correrse. Deirdre envolvió las piernas de su padre con las suyas y sus muslos se tensaron, poniéndose rígidos. Stephanie le introdujo un dedo a Bryan por el culo y lo movió dentro, consiguiendo que los músculos de su culo se apretasen y que gimiese con fuerza. "Eso es, papá, córrete dentro de mí. ¡Córrete conmigo! ¡Oh!" En el vestíbulo, una puerta se cerró. "Cariño, ya estoy en casa," llamó una voz femenina. Un silencio. "¿Qué es todo ese escándalo que se oye ahí dentro?" Las piernas de Deirdre atrajeron a su padre con más fuerza apretando su cuerpo contra el de ella mientras sus estremecimientos iban apagándose. Stephanie le rodeó con un brazo, apretando sus pechos contra su espalda, su dedo aún semienterrado en su culo. Encajado entre las dos chicas, sin ningunas de ganas de moverse aunque hubiese podido hacerlo, Bryan oyó a Stephanie decir, "Hola, señora Stone. ¿Qué tal su viaje?"

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14-Jul
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[Heterosexual] Detrás del rostro de un ángel se puede esconder un diablo... bueno, en este caso una diablilla. Esto fue lo que sucedió una tarde de septiembre cuando mi primo llevo a su novia a mi casa. Vivo en Madrid, España y soy de Palestina, Medio Oriente, o sea, soy árabe. En mi país no acostumbramos a hacer todo lo que a continuación voy a contar, es más, hasta hace dos años (el tiempo que transcurrió desde que llegué a España con mi familia) yo era un buen musulmán, era virgen... hasta que perdí mi invicto por completo a mis 19 años al poner un pie en Occidente con nadie mas y nadie menos que la novia de mi primo.
15-Aug
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Hola, soy maestra en preparatoria de 32 años, soltera, no tengo novio, así que sin problemas seguido entro al chat a conocer personas, para charlar, sin ninguna intención de tener encuentros reales porque soy tímida y reservada. El 27 de diciembre de 2012 entré al chat de lesbianas (debo aclarar que tengo la fantasía de hacerlo con una mujer). Ahí estaba un chico, ya saben, los hombres también entran a las salas de lesbianas por curiosidad o qué sé yo. Empezamos a charlar, su seudónimo era El amante, estuvimos platicando...

20-Sep
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[Lesbico] La mujer del corsé rojo se sube pausadamente los guantes negros de cuero hasta los codos. El corsé se adapta tan perfectamente a su anatomía, que le realza los pechos hasta casi dejar al descubierto sus pezones. Es consciente de que está enseñando sus firmes nalgas y eso le gusta. Unas botas altas, negras, también de cuero, ocultan parcialmente unas largas piernas que se adivinan atléticas. El tanga, también rojo, es tan mínimo que apenas alcanza a ocultar a mis ojos su sexo rasurado. Su oscuro cabello se desparrama como una cascada sobre sus níveos hombros desnudos hasta la mitad de su espalda... Es muy guapa. Me avergüenzo hasta de mirarla, porque yo me siento inferior. Por eso le sugerí esta idea. Tiene unos enormes ojos azules y apenas va maquillada.
04-Mar
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Mi Sobrina y yo teniendo sexo, les cuentos estas historia de mi sobrina Ruth ella tenia 13 años, Sin darme cuenta estaba siendo espiada por mi sobrina desde su cama, como ella se alojaba en el mismo dormitorio de mi y de mi esposa e sabes que ella nos estaba espiando yo estaba teniendo sexo con mi pareja, después 3 días mi esposa viajo a su casa de su madre, después que se retiro mi esposa lo llame a mi sobrina para preguntarle si tenia cortejo ella me respondió que...
29-Aug
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Hace tiempo estaba trabajando en un conjunto industrial lleno de bodegas almacenes,etc . Cuando entre pense que iba ser todo aburrido estando ahi encerrado acomodando documentos toda la bendita noche (mi horario era nocturno) Aunque no duro mucho por que entrando ya al area de almacenes inmediatamente me di cuenta de que habia varias chicas trabajando al otro extremo del almacen. A la primera oportunidad que tuve fue a presentarme ,,, luego luego escaneando a las chicas me gustaron solo 2 de las que habia una se llamaba laura era morena,...
17-Mar
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Bueno tengo 14 años mi tia tere tiene unos 38 años pero unas nalgas grandes y pechos jugosos un dia cuando mi tia organizo una comida para su nieto ya que cumplía años ella le pidio si le podíamos ayudar a poner las mesas y a todo lo que se necesitabao para la fiesta mi mama acepto yo me tube que meter a bañar con mi tia ya que no tendriamos tiempo de regresar a la casa a cambiarnos yo a penas me estaba bañando cuando empezo a llegar los...
31-Oct
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Miraba su cara..a pesar de su edad pues es muy jovencita, tiene 17 años se veia distinta y no era el hecho de estar maquillada, ni esos evidentes gestos de placer, se veia diferente, mas..mujer!! habia madurado, tal vez la reciente maternidad pues ya es una joven madre le habia cambiado la fisonomia de su rostro que aunque guardaba todavia algo de rasgos inocentes se veia distinta, al menos asi lo percibia yo de ella. evidentemente habia quedado atras esa pequeña niña que yo conocia para dar paso a la...
30-Jun
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