Transexuales | 5.997 lecturas |

Una aventura especial de mi polla y mi culo

Una aventura especial de mi polla y mi culo 2

Después de leer varios relatos por la web acerca de los travestís y cosas así, me entro la curiosidad y el deseo, creo que fue mas por morbo que otra cosa pues tengo 19 años, moreno, 1.70, delgado, apuesto según me he dado cuenta y mujeres no me faltan, el caso es que los vestidos y ropa interior de las mujeres me estaban empezando a atraer.

Así paso una semana de descubrimientos en mi casa, las medias negras de mallas de mi hermana fueron los que empezaron con el juego, me sentía muy sensual con ellas puestas mis piernas largas que eran acariciadas una y otra vez por mis propias manos, era algo muy raro yo mismo me estaba excitando cada vez que me veía en el espejo, luego me puse una pequeña tanga negra muy pequeña que me apretó el pene y tuve que colocármelo hacia atrás puesto que ya había adquirido un poco de experiencia en los relatos, por fin logre en esa semana encontrarle un corset a mi hermana que me quedaba excelente y me apretaba perfectamente haciendo brotar mis pechos, la transformación estaba en proceso ahora una pequeña minifalda y una blusa con encajes, casi era una vampiresa, con el pelo corto fue perfecto para una peluca mis nuevos cabellos lacios colgaban hasta mi mentón, el labial rojo, unos senos postizos que tuve que comprar por la obsesión que ya tenia, unos sujetadores casi transparentes de encaje guau mi libido estaba a mil.

Tenia que salir y aventurarme pues me veía como toda una mujer, el problema es que parecía una puta y para salir de mi casa fue lo difícil. Salí abrí rápidamente la cochera y tome el carro acelere y… por supuesto me pase el alto, lo que hizo que un policía me detuviera, dijo:

– Señorita por favor su licencia.

No lo podía creer, pero no podía dárselo ya que parecía una chica y con lo bien que me sentía no podía dejar romper aquella ilusión, quise ver hasta donde llegaba esto.

– Disculpe pero voy solamente a una calle a dejarle el carro a mi papi – con una voz no fingida pero delgada.

Esperaba a que se diera cuenta y no lo hizo porque apenas la escucho.

– Entonces que hacemos linda yo no puedo dejarla conducir sin licencia…

Antes de que terminara le dije:

– Le voy a dejar tocarme si me deja ir.

Abrí la puerta del carro dejándole ver mis piernas al policía, vi como empezaba a sudar de nerviosismo, se acerco me toco la pierna, yo ya no aguantaba me sentía tan puta así que le toque el bulto que tenia apenas la podían agarrar mis manos luego le baje el ziper, se lo saque el tamaño creció y no lo pude creer sentía una desesperación por tenerlo en mi boca… en eso se acerco otra patrulla, provoco que el se retirara bruscamente saco su mano de mi trasero guardo el trozo, el rico trozo de carne.

– Ya vete y aquí no paso nada y más cuidado con los altos, vete, vete! – dejándome con unas ganas increíbles de saborear aquella delicia.

Las botas comenzaron a molestarme unos cuantos pasos después de que bajara del carro, aun más porque tenían unos tacones muy altos, me senté en una de las bancas del parque a descansar en eso se acerco un señor algo apuesto, me pregunto la hora, algo clásico, olía muy rico, pregunto si esperaba a alguien le dije que solamente a una linda compañía, le estaba coqueteando, galantemente me dijo.

– Cerca hay un bar, te invito un trago.

Claro que acepte estando en la mesa empecé a tocarle la entrepierna con mis botas sentía muy rico pues la piel de estas le provoco una erección instantánea, me miro a los ojos y me beso, la lujuria me hizo temblar tanto deseo no lo resistía, le insistí en que me llevara a la cama, inmediatamente pago la cuenta, salimos y a la vuelta por suerte había un hotel, entramos me tomo de la nuca y empezó a besarme como loco me tocaba la pierna, las nalgas en realidad quería que fuera suya, caímos en la cama y antes de que me besara en los pechos rápidamente le baje el cierre y por fin pude quitarme el antojo que traía desde hace rato, sentía que creció aun mas en mi boca, empecé a toser porque casi me atraganto, sin tardar seguí, empezaba en la cabeza con la lengua le recorría el falo sus gemidos me incitaban a mas, casi se vino cuando le chupe los testículos, sentí como si me hubiera hechado un balde de agua fría cuando me toco los senos, le quite las manos y como aun estaba vestida y ya me había dado el gusto de mamarle el pene, antes de que pasara algo mas le tome la verga y le dije:

– Sabes que soy un chico ¿no? – diciéndole con la voz un poco frígida.

Sin dejar de jugar con su trozo me lo acomode en mis nalgas y me moví dando pequeños movimientos.

– Sigue así, putita, mmmm…

Esa fue la respuesta con la que aprobó lo que estaba pasando y me excito aun más, me dio un lubricante y un condón que nos dieron en la entrada del hotel, se lo puse me lubrique el culo y sentándome poco a poco me estaba penetrando, no dejaba de acariciarme mis piernas luego me agarro de las caderas y comenzó a moverme fue muy fácil manipularme porque soy delgadita y el era muy fornido comenzó un vaivén que hizo que el dolor de un principio se fuera haciendo un escalofrió en toda mi espalda, un gran placer que termino cuando lo sentí venirse adentro y el calor que expulso fue lo ultimo que supe.

Me desmaye cuando desperté ya era de día, el estaba encima de mi y me estaba acomodando la peluca y el corset, no tenia mucho que se había levantado, continuo acariciándome el cuerpo y me dijo que jamás lo había hecho con alguien así, antes de que le dijera algo me beso, fue muy tierno pero después comenzó otra vez la calentura cogimos otra vez.

Aun seguimos cogiendo, pero ya me gusto ser una puta.

Scroll al inicio