Un baile con mi hermana
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Era una velada de nuestra barriada. Contrataron a una orquesta para amenizar la noche con música retro y actual. Estábamos mis padres y mis hermanas. En una de las canciones, mi hermana mayor quiso que bailara con ella. Era bachata, y aunque no sabíamos bailarla, nos fijábamos en las otras parejas e imitábamos las poses, como podíamos. Con el roce de su culo en mi polla, yo me estaba calentando. Lo que no sabía era que ella también. Cuando terminó la música, fuimos a la barra a pedir consumiciones.
Mis padres se fueron y nos quedamos mis hermanas y yo. Al rato, mi hermana menor se fue también, y nos quedamos mi hermana mayor y yo solos. Tomamos varios cubatas, y volvimos a casa. Por el camino íbamos cogidos de la cintura.
.- Me he calentado con los bailes… Me susurró al oído… Me puse cachonda.
.- Yo también Respondí… Sobre todo al sentir el roce de tu culo.
.- Esta noche entra en mi habitación… Me dijo mordiéndose el labio… Nos quitaremos la calentura.
.- ¿Y la hermana?… Pregunté.
.- No te preocupes por ella… Explicó… Le puse una pastilla en su último cubata. ¿Por qué crees que se fue tan pronto?
.- Que pillina… Le dije.
Nos echamos a reir los dos. Llegamos a casa, y nos al entrar vimos que todos estaban acostados. Nos dimos un pico y nos despedimos hasta dentro de un rato. Me desnudé, y solo me quedé con mis bóxer, pues era verano y hacía calor.
Antes de entrar en su habitación, miré desde la puerta a mi hermana. Estaba tumbada, boca arriba y en ropa interior. Mi otra hermana estaba dormida, bajo el efecto de las pastillas, por lo que no había peligro de que me descubriera.
Me acerqué despacio a su cama y allí la pude observar, boca arriba, con unas braguitas transparentes, por lo que se le notaba el triangulo de su entrepierna y el sujetador a juego, sin tirantas, por lo que se transparentaban las aureolas redondas y sonrosadas de sus tetas, coronadas por dos deliciosos pezones.
La observé durante un rato, deleitándome con esa bella imagen. Poco a poco me incliné y puse una mano sobre una de sus tetas, jugando con mis dedos en su pezón, que se ponía duro por momentos. Coloqué la otra mano en la otra, acariciando las tetas de mi hermana. Bajé el sujetador y las dejé al aire. Se veían deliciosas y firmes.
Me agaché y comencé a besarlas, lamiendo las aureolas, haciendo círculos alrededor de los pezones notando como se endurecían aun más, y empezar a mamar de ellos. Seguidamente bajé mi mano, metiéndola por las braguita y notando la suavidad de sus pelitos, busqué sus labios vaginales y separándolos comencé a subir y bajar mi dedo anular por toda la rajita, hasta que llegué a la entrada y se lo metí muy despacio, comenzando a follarla con mi dedo. En ese momento mi hermana se despertó y comenzó a tocarme la polla por encima del bóxer.
Luego me la sacó y comenzó a chupármela, por lo que le bajé las braguitas, dejando su coño a mi vista y comenzando a meterle los dedos. Ella gemía con mi polla en su boca. Me quité mi bóxer y me coloqué encima de ella, terminándole de quitar las braguitas y comencé a rozar mi polla por su coño. Busqué su entrada y la ensarté lentamente, comenzando un delicioso bombeo, mientras le quitaba el sujetador y jugaba con mi boca en sus tetas. Antes de correrme, la saqué y solté mi descarga sobre su vientre. La limpié con una toallita que traje previamente del servicio, le di una ultima mamada en sus tetas, un beso en los labios y me fui al servicio a limpiarme y tirar la toallita.
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