Sexo y lujuria a todo dar con un doberman

Era tarde pero yo no tenia sueño, estaba alterada, deseosa, mi novio me había dejado calentita con sus juegos en la calle y sinceramente no tenia ninguna gana de irme a la cama sin acabármelo. Eran casi las 3 de la mañana y me decidí por poner la película x de la tele. Casi nunca la veía pero estaba segura de que hoy me ayudaría en mi fin de no irme a la cama con el calentón que me había dejado mi novio.

La primera escena, entre dos chicas la verdad es que me aburrió. Pensé para mis adentros, veras ahora será toda la película igual y me tendré que masturbar sin ayuda, cuando las dos chicas acabaron casi rece para que la siguiente escena de la peli me viniera mejor y vamos que si lo hizo. Salió una chica morena, delgada y muy guapa sola en su cuarto, como yo, viendo que no había nadie con ella me propuse hacer lo mismo que hiciera ella y cuando empezó a desnudarse yo hice lo mismo. La verdad es que su ropa era mucho más sexy que la mía que solo llevaba un pijama de estos de ositos y una ropa interior color negra de lo más normalita.

Se desnudo por completo y chupándose los dedos se acaricio los pechos. La seguí, a mi me encantaba hacer eso y pensé para mi, esta chica se va a masturbar así que yo haré lo mismo hasta el final. La sensación de mis dedos húmedos por mis senos me encantaba, me producía un hormigueo muy agradable que recorría todo mi cuerpo desde mis pechos hasta mi sexo que también reaccionaba bajo las caricias a mis pechos con pequeñas contracciones.

La chica abrió sus piernas, tenia el sexo depilado y se le veía húmedo y abierto. Abrí mis piernas y al meter la mano entre ellas, como había echo la chica, comprobé como el mío también estaba empapado. El mío no estaba depilado del todo ya que me gusta dejarle un pequeño triangulito en la parte superior decorándolo. La chica se lo fue abriendo con los dedos acariciando su clítoris cada vez más rápido. Yo hacia lo mismo, me estaba encantando y me sentía estremecer.

Sentí mi primer orgasmo justo en el momento en el que la chica dejo de acariciarse el coño y cambio uno de sus dedos a su hermoso culo redondo. Yo nunca lo había probado, nunca me había metido un dedo en mi culo pero después del orgasmo seguía excitada y deseosa, y volviéndome a prometer hacer todo, absolutamente todo, lo que hiciera la chica empecé a empujar con fuerza uno de mis dedos dentro de mi culo. Me dolió un poco, le costo entrar, pero una vez que estuvo dentro y comencé a moverlo me volvió loca. Era una sensación tremendamente excitante y sentí venir un nuevo orgasmo a mi estremecido cuerpo mientras me metía y sacaba el dedo di mi recién desvirgado culito. Me volvió loca hacer aquello mientras veía como la morena disfrutaba de sus juegos que tan bien estaba aprovechando yo. Era mi mejor maestra.

Se sentó en la cama y abrió una mesilla, saco de ella un bote de mermelada y como un resorte yo salí de mi cuarto para ir a la sala a coger uno de la despensa. Me estaba volviendo loca y estaba tremendamente excitada con todo lo que hacia aquella chica y no me pensaba perder nada. Llegue a mi cuarto con el bote de mermelada en la mano y con los flujos de mis orgasmos aun resbalando por mis piernas. Me senté delante de la tele y vi como la chica había embadurnado todo su sexo con la mermelada de fresa y seguía extendiendo una mayor cantidad. Me apresure a hacer lo mismo y extendí gran cantidad de mermelada por mi sexo. Estaba fresquita y gelatinosa y la sensación fue muy agradable, embadurne todo mi coño, incluido mi clítoris y los labios interiores, tal y como hizo mi maestra.

Entonces ella paró… casi me dio algo, ¿Porque para? pensé para mi. Ahora no, no podía parar ahora y mordiéndome los labios casi desespere. Pero cuando vi porque paró me quede atónita, sentada encima de la cama con la boca abierta, alucinada. En ese momento entro en la habitación un increíble ejemplar de doberman, ella abrió sus piernas y el perro comenzó a lamerla el coño embadurnado en mermelada. Yo me quede parada, sin saber que hacer, no hacia mas que pensar que aquel perro la iba a morder. Pero no, ella se volvió loca, comenzó a gemir como una histeria muerta del gusto y a mí oírla me excitaba, y pensé… ¿Porque no?. Yo no tenia un doberman en casa, pero si un pastor alemán y la verdad es que la idea se me paso un par de veces por la cabeza, aunque acababa descartándola, me daba miedo.

Sus gemidos eran cada vez más intensos, y yo estaba excitadísima, con el coño embadurnado en mermelada y metiéndome dos dedos y no pude más. Abrí la puerta de mi cuarto y llame a Harry, mi perro, lo oí acercarse y cerré la puerta de mi cuarto cuando el entro. Me tumbe en la cama, deje mis piernas colgando y aun con un poco me miedo pero llena de excitación lo volví a llamar. Se acerco a mi, olio, y paso su áspera lengua por mis piernas. ¡¡Dios mío!! me volví loca, increíblemente loca. Me agarre a las sabanas de mi cama y deje que Harry me chupara. ¡¡Que bien lo hacia!! Creo que debió acabar con toda la mermelada, pero mis jugos le debían gustar porque seguía lamiendo y yo no hacia más que correrme en la boca del perro.

Abrí los ojos para mirar a mi maestra, disfrutaba como yo de las buenas lamidas de su perro. Dios como me alegraba de haber echo aquello, nunca nadie me lo había comido tan bien. Mi maestra aparto a su doberman, yo no quería parar pero lo hice, quería seguir y observe. Volvió a untarse de mermelada y esta vez se arrodillo en el suelo de espaldas al perro. Hice lo mismo, por el otro lado de la cama para así poder ver a mi maestra mientras Harry me lamía. Y no tardo en hacerlo, al olerme se puso tras de mi y volvió a meter su larga lengua entre mis piernas, una nueva corrida me hizo estremecer.

El doberman acabo de lamer a mi maestra y poniendo las patas sobre la cama se la empezó a follar. Esta vez no me sorprendí, sinceramente estaba tan excitada que me lo hubiera follado yo misma. Harry también puso sus patas sobre la cama, yo estaba deseando que me cogiera y vamos que si lo hizo, sentí entrar su enorme polla dentro de mi y me estremecí, una vez que la tuvo dentro comenzó a moverse y me follo como poseído, yo deje de mirar la tele, solo podía gemir y sujetarme a la cama.

Fue la mejor cogida de mi vida, hasta ese momento, sentí como Harry se venia dentro de mi y como poco después se salía poco a poco. Yo me quede tumbada en la cama, la escena de mi maestra había acabado hace un rato y apague la tele, no recuerdo las veces que me corrí pero fueron muchas y desde aquella noche ya no me importan los calentones que me pueda dejar mi novio.

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AlfredoTT
AlfredoTT
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