Mi perro sedujo a mi mujer
📋 Lecturas: ️15873
⏰ Tiempo estimado de lectura: 4 min.
Hace algún tiempo mi novia y yo decidimos vivir juntos, pero no estaba de acuerdo en convivir con mi perro, pues a ella no le gustan las mascotas.
Mi perro desde que la vio se encariño con ella.
Pasaron los días y ella fue acostumbrándose a la presencia del perro en casa, él siempre la mimaba y le movía su cola con la alegría y amor.
Poco a poco se la gano y siempre estaba echado a sus pies, ella acostumbraba acariciarlo con sus pies y se preocupaba por su aseo y alimentación, la confianza entre ellos fue aumentando.
Mi perro un buen día olio la entrepierna de ella y se puso muy excitado, ella lo regaño pero él le respondía con juegos y saltos.
El siguió por varios días intentando olerla, finalmente fue tanta la insistencia de él que le permitió olerla y se volví parte de la rutina, ella se sentaba a la mesa y él llegaba y olía su entrepierna y se echaba a sus pies, yo le hacía bromas al respecto, notamos que cuando tenía la regla o estaba ovulando él se ponía muy intenso y trataba de montarla, mi perro nunca había tenido perra entonces pensamos que era por eso, el siempre estaba metiendo su nariz en la entrepierna como monitoreando su olor, lo intento tanto que no le prestaba ya mucha atención a eso.
Puede notar que cuando el perro hacia eso ella mordía sus labios inconscientemente, a veces el dejaba su cabeza entre las piernas de ella y en tanto clara le acariciaba su cabeza mientas hacia sus actividades, era inconsciente, pero cuando nos acostábamos ella estaba muy lubricada, me di cuenta que ella se excitaba inconscientemente.
Un día estábamos en ropa interior, solo tenía sus pantis y nos sentamos a la mesa a tomar algo y a charlar, el perro llego como de costumbre y metió su cabeza en la entrepierna, note que clara mordió sus labios y vi como sus senos se ponían erectos, ella acariciaba la cabeza de mi perro como de costumbre, pero como estaba desnuda pude observar sus cambios inconscientes, me acerque por detrás y abrí sus piernas, toque su vagina estaba muy húmeda, ella gimió y me beso.
El perro al ver sus piernas abiertas presiono su nariz, clara trato de cerrar sus piernas para evitarlo pero yo se lo impedí, le corrí la tanga y el perro lamio con fuerza y constancia su vulva, ella poco a poco se entregó a los estímulos que le daba mi perro con su lengua en su vagina y yo besándola, gemía de placer y sus caderas se movían al ritmo de la lengua de mi perro, le quite su tanga, mientras, mi perro intentaba montarla, la acosté en el piso mientras la besaba y de inmediato abrió sus piernas para disfrutar de esa lengua, mi perro siguió lamiendo y tomando sus jugos que no paraban de salir.
Me retire un poco para ver como se lo hacia el perro, con cada lamida se movía toda su vagina y ella se estremecía de placer, se dejó llevar del placer y de su instinto, cuando sintió la necesidad de ser penetrada se puso en cuatro ofreciendo su vulva húmeda y bastante hinchada a mi triunfador perro, con torpeza lograba penetrarla por ratos y se le salía pero inmediatamente seguía lamiendo el culo y la vagina de mi mujer haciéndola gemir de placer.
Finalmente logró penetrarla en la posición correcta haciéndola llegar en un explosivo orgasmo, podía ver como los fluidos de ella se revolvían con el semen de mi perro y salían de su vagina, el pene de mi perro creció tanto que quedaron pegados, los dos estaban tenido los espasmos del orgasmo al mismo tiempo, estaban quietos pero sus sexos unidos se contraían rítmicamente.
Un año de constancia le costó a mi perro montar a mi esposa, pero valió la pena, perdió su virginidad y enamoro totalmente a mi mujer.
En cuanto a mi mujer dice que es la experiencia más maravillosa que ha tenido en su vida sexual y ya es costumbre verlos apareándose permanentemente por toda la casa.