Penetrado por un completo desconocido

Por trabajo llegue a un hotel todo incluido en Margarita, Venezuela y me quedé allí varios días. Había un grupo de jóvenes de un liceo que en las noches hacían desastres. Vi sexo de todo tipo en los jardines, piscina, escaleras, y cuanto espacio se ofreciera para ello. Me excitaba viendo aquello y compré unos binoculares. Una noche vi a un hombre negro masturbandose tirado en el suelo de su habitación y me excité mucho con la escena. Cada noche lo veía masturbarse y yo mismo empecé a hacerlo viendo su hermosa polla.

No tenía idea que algo así me agradaría, pero descubrí que sentía deseo por aquel hombre, y empecé a deslizar objetos en mi ano mientras me masturbaba, excitandome mucho y teniendo orgasmos como nunca.

La siguiente noche llegué temprano y después de cenar me fui a beber algo en la piscina después de lubricar un poco mi ano con vaselina, porque quería sentirme listo para ser penetrado, si lo veía, y fantasear con ello. Me senté y aquel hombre se me acercó y me dijo si podíamos compartir la mesa, también estaba solo. Sentí que me ruborizaba y asentí, el notó mi turbación y comenzó a hablar. Me miraba con interés y noté que me atraía mucho, y era evidente que yo también a el. Mi pene estaba semi erecto y decidí que había ido muy lejos y me despedí. Caminé hacia las escaleras para subir a mi habitación, cuando sentí que me tomaba por los brazos y me decía: “VEN”, lo dejé llevarme a un lugar escondido bajo aquellas escaleras, allí oculto me beso con lujuria. Respondí muy excitado a sus besos y el me hizo tomar su polla en mis manos. Era un sexo grande, grueso, duro, y muy cálido. Su piel era muy suave y su glande estaba muy baboso, entre besos me hizo girar y bajó mis pantalones. “No, no, pueden descubrirnos”, dije, entonces el respondió a mi oído, “nadie puede vernos ni oírnos a menos que hagamos ruido”. Sentí su glande en mi ano y él empezó a empujar su sexo dentro de mi. Al comienzo sentí que me abría para el facilmente, pero al continuar con su empuje empezó a dolerme. El retrocedió sin apuro muchas veces, hasta que finalmente se hundió en mi cuerpo por completo. Sentirme así, cogido, lleno, hizo explotar un orgasmo increible en mi. Mi amante empezó a cogerme sin apuro, prolongando lo más que pudo la llegada de su orgasmo, hasta que finalmente se vino en mi cuerpo derramando todo su semen profundamente en mi ano. Al salir me beso con ternura y me dijo: “Gracias por dejarme ser tu primer macho, ve a tu habitación, bañate, y ven a la mía a las 11, es la 205, y sin más se fue.

A las 11 fuí a la cita, al entrar me llevó al baño, donde depiló totalmente mi cuerpo, luego me ofreció su sexo para que lo satisfaciera oralmente, lo que hice fascinado. Por 3 días lo satisfice plenamente, dejandolo incluso exhibirme como su hembra en la playa, solo verlo me volvía loco y descubrí que me había enamorado de él.

Cada uno volvía a su destino e intercambiamos teléfono e e-mail para continuar viendonos, pero el desapareció. Su nombre no era real, su teléfono era desechable, y su e-mail no existía. Deduje que era un hombre casado que buscaba satisfacer sus deseos homosexuales dominantes en sus viajes. Ese desconocido me dejo recuerdos y placeres increíbles y por primera vez en mi vida sentí envidia de ser mujer

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AlfredoTT
AlfredoTT
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