Mi vecina gordita
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Hacia años que no veía a mi vecina. Se había mudado a un pueblo por causas de la enfermedad de su madre. Su madre falleció hace un año y ahora está restaurando el piso donde vivía, pues no lo vendió.
Me la encontré en la calle, y después de saludarnos, fuimos a un bar a tomar unas cervezas y recordar viejos tiempos. Aunque es 7 años mayor que yo, incluso desde pequeño, me gustaba a pesar de su gordura. Recuerdo que de pequeño, siempre me excitaba el movimiento de su culo cuando andaba, o como botaban sus tetas grandes y firmes cuando jugaba con mis hermanas al elástico, o corría.
Bueno, a lo que interesa. Después de tomar las cervezas y recordar viejos tiempos y ponernos al día, al decirle que había hecho dos cursos de electricidad, me comentó que si podía revisar la instalación de su piso, a lo cual accedí. Quedamos para el día siguiente, pues ella tenía que hacer varias gestiones.
Llegó el día, y yo estaba en la puerta de su casa, herramientas en mano, para revisar la instalación eléctrica. llamé al timbre y me recibió mi vecina. Me quedé unos segundos sin poder moverme. A pesar de su gordura, salió con un vestido holgado, pero ceñido en la parte de arriba, resaltando sus tetas ( . )( . ), grandes y por como se marcaban los pezones, no llevaba sujetador.
.- Hola… Me saludó, volviendo en mi… Pasa
.- Buenos días… Saludé… Por donde empiezo.
.- Tu mismo… Contestó… Yo no entiendo y no sé como va esto.
.- Vale… Comenté… ¿Dónde está el cuadro de mandos?
.- Aquí está… Respondió, señalando tras la puerta.
.- Empezaré por aquí… Expliqué… Y seguiré por el piso con las cajas de registro.
.- OK… Respondió… Yo estaré en mi habitación trabajando en el PC, si necesitas algo me avisas.
.- De acuerdo… Respondí, mirando el movimiento de su culo, mientras recorría el piso hacia la habitación.
Comencé con la revisión. Cuadro de mandos, cajas de registros de cocina, comedor, salón, baño, cocina, dejando para la última la habitación donde estaba ella.
.- Perdona que te moleste… La interrumpí… Es la última habitación que me queda por revisar.
.- Ah, vale… Respondió… dame un momento que apague el PC.
.- No hace falta que te vallas… Comenté… La caja está arriba de la puerta y no me estorbas.
.- Como quieras… Respondió.
Me puse a revisar la caja de registro. Mientras desde la escalera, tenía una buena visión del canalillo de sus tetas, que se insinuaba por el escote. Mi polla empezó a dar señales de vida, dentro de mi pantalón. Revisé todo.
.- Ya he terminado… Expliqué… Todo en orden. Solo he tenido que sanear un enchufe y todo listo.
.- Gracias… Respondió con una sonrisa… No sabes como te lo agradezco. ¿Cuánto te debo?
.- No puedo hacerte factura… Le expliqué antes de contestar… No pago los seguros, y no estoy en condiciones de facturar.
.- Eso no es problema… Me comenzó a explicar… Solo quería saber como estaba la instalación. Encontrar un electricista autorizado, tan rápido, hubiera sido difícil. Menos mal que tu sabes, por eso te lo dije.
.- En ese caso… Comenté… Te cobro 50€. ¿Te parece bien, o es caro?
.- Me parece estupendo… Comentó… Voy por el dinero.
De nuevo me hipnoticé con su culo, mientras iba por el bolso. Cuando volvía, me pareció que se dio cuenta de como la miraba, pues esbozó una pequeña sonrisa. Me pagó y nos sentamos en el sillón a tomarnos unas cervezas que trajo de la cocina. Mientras hablábamos, mis ojos se iban hacia su escote, aunque intentaba que no se diera cuenta. No se si fue queriendo, o sin querer, pero se levantó y se agachó frente a mi para recoger las botellas de cerveza, dejándome ver sus tetas a través del escote, corroborando que no llevaba sujetador, pues vi sus deliciosos pezones. Yo intentaba disimular mi erección, cruzando las piernas. De regreso, pasó por delante de mí, de espaldas, casi poniéndome su culo en la cara, al agacharse para poner los otros botellines que había traído. Mi polla quería reventar mi pantalón. Cuando se sentó, se subió un poco el vestido, dejando ver sus rollizos muslos. Yo ya casi que no aguantaba más.
.- Voy un momento al servicio… Comenté mientras me levantaba.
En el servicio, intenté bajar mi erección echándome un poco de agua fría en la polla. Cuando bajó un poco, salí del servicio, pero al llegar al salón, volvió a empalmarse mi polla, pues desde mi ubicación pude ver las braguitas semitransparentes de ella y como se le notaba el triángulo negro de bello púbico a través de la tela. Me senté rápido a su lado, rozando un poco sus muslos con mi mano al sentarme. Su reacción fue mirarme y acercar su boca a la mía dándome un beso en los labios, al cual respondí metiendo mi lengua en su boca.
Puse mi mano en su muslo, y comencé a acariciarlo suavemente, cada vez acercándome más a su entrepierna. En el momento que llegué, comencé a acariciar su coño, a través de las braguitas, subiendo y bajando mis dedos siguiendo el sendero de sus labios vaginales. Le eché las braguitas a un lado e hice el mismo movimiento pero esta vez en su coño desnudo, enredándome con sus pelitos. Ella soltó un pequeño suspiro cuando llegué a su clítoris y comencé a dar suaves masajitos. Ella colocó su mano en mi polla, y al notar que estaba lista, me quitó el botón y bajó la cremallera de mi pantalón, bajándolo junto con mis bóxer, saliendo mi polla como un resorte. Empezó con una suave paja, para acto seguido lamer mi glande y metérsela en la boca, subiendo y bajando suavemente con sus labios, por todo mi tallo. Mientras yo seguía jugando con su coño, metiéndole varios dedos, follándola con ellos.
Los dos llegamos al orgasmo, casi a la par. Yo, en su boca, llenándosela con mi corrida, que se tragó hasta la última gota y ella en mis dedos, mojando mi mano con sus flujos. Nos recuperamos y fuimos a su habitación, desnudándonos por el camino. Al llegar a la habitación, la agarré desde atrás , colocando mi polla, de nuevo dura, entre sus nalgas. La coloqué de bruces sobre la cama y apunté a su coño, ( Y ), insertándola de una sola estocada hasta el fondo. Ella soltó un gemido de placer, mientras comenzaba con el bombeo y jugaba con sus tetas. Me volvía loco el movimiento de su culo, mientras mi pelvis chocaba con el mete y saca. Agarraba sus nalgas, las palmeaba, mientras ella soltaba gemidos tras gemidos. Antes de correrme, me paré notando como me apretaba la polla con las contracciones de su coño con el orgasmo. Cuando ya me recuperé, no lo pude evitar, y sacándola de su coño, apunté a su culo ( ! ), y se la fui metiendo poco a poco, soltando unos gemidos entre placer y dolor.
.- Despacio… Susurraba… Hace tiempo que no me dan por el culo.
Al oír esas palabras, me calenté aun más, pues, no solo me daba permiso, sino que parecía como que le iba a romper el culo. Eso me dio la excitación suficiente para notar como mi polla, 8===>, crecía más dentro de su culo. Comencé con un suave bombeo al principio, para aumentar la velocidad, conforme se iba dilatando su ojete, hasta que solté varios chorros de lefa en su interior, mientras ella llegaba de nuevo a un orgasmo. Nos dejamos caer en la cama, con mi polla aun dentro de su culo, hasta que se salió sola debido a la flaccidez. Mientras nos recuperábamos, nos besábamos y acariciábamos.
Una vez recuperados, salimos desnudos al salón y tomamos un par de cervezas. Volvimos de nuevo a la habitación para una nueva sesión de sexo. Pero esta vez, mientras la volvía a follar por el culo, ella se metía un consolador, que sacó de la mesita, en el coño, llegando los dos a la vez al orgasmo, volviendo a inundar su culo con mi lefa.
Cuando nos recuperamos, nos vestimos, tomamos un par de cervezas, fumando un cigarro y salimos al bar, pues me invitó a almorzar.
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