Mi socio 32 yo una madre de 55

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Madura con socio pendejo.

Tenía yo unos 55 años, 35 de casada, 3 hijos ya grandes, 55 kilos, muy buena figura, un buen momento y decidí que era tiempo de ampliar mi horizonte, quise tener una empresa personal, no depender de mi marido.  Iba todo muy bien, elegía mis clientas los ingresos eran muy buenos aunque no los necesitaba.

Un día una clienta y amiga me presenta a un jovencito 32 años, muy buen mozo, buena percha, que me propone ampliar el negocio, el pondría el dinero y yo los conocimientos.  En principio no, no me lo había propuesto pues no me interesaba tener socios, pero reconozco que era una persona perseverante, no se dio por vencido, cada dos o tres días me llamaba, hasta que por fin decidí aceptar tomar un café con él y mi amiga.  Ella tuvo un papel importante en mi decisión de aceptar o por lo menos considerar la propuesta.😂😍

Pasaron un par de semanas y me invita a conocer un local, que me entero ya había reservado para que comencemos el negocio, una forma de presionarme, al principio y falta de reacción le busque mil escusas, que era muy grande, que la zona, en realidad estaba bien, muy bien.

Lo que me condiciono fue que al recibir mis criticas me propuso buscar otro, y ahí no me pude negar, fueron varias semanas en las que me pasaba a buscar por lo menos dos o tres veces para visitar locales.  Él se encargaba de todo, buscar y concretar las citas, reservarlos, les conté que el dinero lo ponía él y yo el trabajo.  Siempre terminábamos hablando en un café y alguna vez almorzando.

En medio de todo esto, les cuento que el trato conmigo era respetuoso y por otro lado no perdía oportunidad de sacarme una foto o radiografía con los ojos, en algún momento como que me molestaba un poco, pero me fui acostumbrando.

Cuando el local estaba ya en pleno funcionamiento, comenzó a visitarlo cuando se acercaba el momento de cerrar, para conversar sobre cuentas, compras, alguna que otra idea de marketing, me interesaba mucho y realmente crecimos rápido y muy bien.

Paulatinamente, y tomo conciencia mucho después, comienza un trabajo conmigo, me saluda con un beso en la mejilla, de vez en cuando me deja pasar y me acompaña de la cintura, note que muchas veces tomaba una carpeta y se acercaba mucho a mi haciendo que con ella me rozara las tetas, y dato siempre la apoyaba en los pezones despacito como quien no quiere. 

Yo no quería pero quería, me excitaba que estuviera tan pendiente de mí, de cómo cortejarme, no se olviden 55 a 32 yo siempre el mismo marido.  Pasaban las semanas y dos cosas, el cada vez más acosador y yo cada vez más permisiva sin darme cuenta quizás.

Ya cuando me saludaba acercaba más sus besos a la comisura de mis labios, y nunca solos, siempre delante de las clientas, no me permitía una reacción negativa.  Las reuniones de última hora eran cada vez más prolongadas, muchas veces con mi marido y mis hijos esperándome en el estacionamiento pegado al local, llegábamos a estar solos en la oficina después que se iban todas las empleadas, he tenido reproches de ellos por la espera.

Un día, viernes me acuerdo estábamos hablando y de repente me besa en los labios, primera reacción mía de enojo, creo que de   inmediato me fui sin siquiera saludarlo y cerrar, lo deje solo.

Pasaron dos semanas y no nos hablamos ni vino al local.  Aparece un lunes también a última hora, yo había ido al local con mi auto de lo que se percató y aprovecho para otra vez, digamos, para encerrarme en la oficina, se disculpó y me confeso que estaba caliente conmigo, pero muy caliente, por supuesto le dije que no podía ser, que esto y que el otro, pero de una bajo la cremallera de su pantalón y saco su pene.

Sin darme lugar a reaccionar se sacó una foto con su celular, en la además aparecía yo en segundo plano.  Y ahora qué vas a hacer me dice, como le explicas a tu marido la foto, solos en la oficina, en la que decenas de veces habíamos estado solos.  Me dejo helada, pero lo que más me llamo la atención, es que volvió su pene a su lugar, guardo el celu y que se aseguraba de nos mas berrinches de mi parte.

A partir de ese momento, volvió todo a la Normalidad, con una salvedad, yo muy caliente, como despechada, como si un pendejo teniéndome a tiro de hacer de mi lo que quisiera, no le importara, que yo no era suficiente.  Eso fue en octubre, fin de diciembre decidimos hacer una despedida del primer año con todo el personal, cuatro chicas, un empleado administrativo y el novio de una de ellas que nos hacía tramites.

Decidimos reservar mesa en un restaurante para los ocho en el centro de la ciudad, no en nuestro barrio, todo bien, buena comida buena bebida, muy alegres, como a la una de la mañana decidimos ir a tomar algo a otro lugar, el propone una ronda de fichas pagas por la empresa para ir al casino, todos de acuerdo y salimos inmediatamente. 

Apenas llegamos, reparte una cantidad importante de dinero en partes iguales para todos y a probar suerte cada uno por su lado, habíamos ido en el auto de una de las chicas y en su camioneta, cuando estamos por entrar a la sala me doy cuenta que deje el celular en el estacionamiento, le pido si me acompaña, los demás entraron ya a jugar. 

Cuando tomo el celular y quiero cerrar la puerta de la camioneta me toma de la cintura me da vuelta y me besa, y me dejo besar, realmente lo estaba esperando, después de la foto, solo esperaba un beso, que me toque, que me registre, que me quiera coger, fantasía mía lo que sea, pero no indiferencia.  Era un lugar oscuro del estacionamiento, no sé lo que duro y lo que me manoseo en ese ratito, me toco el culo, las tetas, sin decir palabra me ayudo a entrar en el auto otra vez, no avisamos nada y creo que en 15 minutos me estaba metiendo en una habitación de hotel.

Confieso que yo inconscientemente o no, estaba deseando y preparada para esto.  Me había puesto un palazo negro ajustado que me marcaba el culo como ninguna otra ropa que yo tuviera, un corpiño de encaje hermoso que resaltaba mis pechos y una tanga negra hilo dental que no dejaba nada a la imaginación.

Ya en la habitación, me apretó contra una pared, y volvió a recorrerme con sus manos, besándome el cuello, la boca con un juego de lengua que ni de adolescente había tenido yo, en un momento me toma de los hombros y hace fuerza como para que yo me arrodille, al principio no me di cuenta pero sin solución de continuidad volvió como en la oficina a sacar su pene.

Me dijo que terminara lo que habíamos empezado hace meses, mareada, excitada nerviosa, no dude, lo tome con una mano y después de levantar mis ojos para verle la mirada, metí su pija en mi boca, la saque la volví meter, bese su cabeza una y otra vez, la recorrí con mi lengua, cambio el mando, ahora yo lo tenía enloquecido, casi creo que si sigo un minuto más acababa en mi boca.

Me incorpora, nos acercamos a la cama y comienza a desvestirme sin quitar sus ojos de mí, yo hago lo mismo y no quito mis ojos te tremendo pene que tiene, realmente no conocía algo así.  Cuando estamos completamente desnudos me tira en la cama y se propone, creí a besarme la concha, pero realmente me la come, muerde, mete su lengua hasta los más profundo que puede, me da vuelta y lo que nunca me había pasado, un beso negro y su lengua ahora en el agujerito de mi culo, nunca me lo habían hecho, nunca, y lo disfrute, no acabe pero lo disfrute. 

Segundos después estaba encima mío, reconozco muy dulcemente me la fue metiendo y sacando una y otra vez hasta que acabamos juntos en un estertor de placer, lo último fue que se la limpie a lengüetazos.

Volvimos al casino como a las cinco de la mañana, los fuimos a buscar y otra excitación para mi es cuando me di cuenta que todos miraban mi pelo mojado, el pendejo se había cogido a la socia, esposa, madre, mojigata.

A partir de ese momento, empezó otra vida, otro sexo diferente en mi vida, por ejemplo, me excitaba que se dieran cuenta que me estaba cogiendo un pendejo, por supuesto no entre los míos, pero me llevaba a ver a sus amigos de los barrios periféricos, me cogió en casa de su padre y cuando este volvió, seguramente avisado por él, me vio totalmente desnuda en su cama, paja se abra hecho el viejo, cuando íbamos a ver a sus familiares también me hacía quitar el corpiño y tengo pezones grandes y excitados se ponen duros. 

En la oficina ya cuando la sacaba se la chupaba y me excitaba mi marido afuera, eso me ponía loca, quitarme la ropa interior y quedársela.  Ir de compras y que se dieran cuenta que entraba al vestidor cuando yo estaba desnuda.

Duro un año, si tenía ganas de sexo excitante, lo tuve, y pude volver a la normalidad, o casi, me gusta que me calienten así, mi marido lo está logrando y dudo que no sepa donde lo aprendí.

By: Merce 💕💕

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AlfredoTT
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