Mi madre y yo terminamos cogiendo de nuevo

Me llamo Antonio. Esto sucedió hace un tiempo. Actualmente ya estoy independizado, pero entonces aún vivía con mi madre.

Era sábado y yo tenía un compromiso con unos amigos para ir a un bar y pasarlo bien. En casa, mi madre tenía una reunión con mis tíos, también interesante, porque esas reuniones siempre terminaban con todos borrachos. Lo único bueno era que, cuando se emborrachaban, se iban a sus casas. Para no hacer muy largo el relato, a las 17:00 h salí a mi compromiso. Mi madre se quedó con mis tíos, que ya estaban borrachos.

Regresé a casa sobre las 12 de la madrugada y mi tía me estaba esperando para no dejar sola a mi madre, que estaba muy borracha. Se fue y nos quedamos mi madre y yo solos. Yo también estaba borracho. Pero me levanté, cerré todas las puertas, dejé a mi madre en su cuarto y me dispuse a descansar en el mío. Siempre tengo la costumbre de no cerrar con llave mi cuarto por cualquier cosa. Era de madrugada y me acosté en mi cama. Como dormía solo, me gustaba dormir en bóxer para estar más cómodo. En fin, me acosté y, a los cinco minutos, escuché que abrían la puerta de mi cuarto. Era mi madre. Me dijo: «Hijo, ¿puedo dormir contigo? Me siento sola». Le dije: «Sí, mamá, no hay problema. Yo me iba a poner un short, pero no te preocupes, duerme así como estás, soy yo la que está de invasora». Me reí y me acosté, ella a un lado y yo al otro.

Por un momento, pensé en tocarla, pues no era la primera vez que follábamos (aclaro que las veces que mi madre y yo lo hacíamos era porque estábamos borrachos y al día siguiente no parecía que hubiera pasado nada). En fin, me quedé de su lado cuando ella se giró hacia mí y me abrazó. No dije nada, pero poco a poco su mano fue bajando hasta mi polla. Ufff, eso me excitó. La dejé que me la masajeara un rato. Después de un rato de tanto roce, llevé yo mis manos a su vagina, quería tocar y sentir con mis dedos esa vagina húmeda. Para mi sorpresa, no llevaba ropa interior, solo un vestido que utilizaba para dormir. Empecé a meter mis dedos poco a poco y se empezó a calentar.

Yo ya tenía la verga bien dura. En eso, le levanté el vestido y pude ver su vagina, tan linda y jugosa, y me puse a chupársela. Ella daba unos gemidos de placer que me excitaban más. En eso, la acomodé para que mi verga quedara justo enfrente de su vagina y le pasaba la verga por su clítoris. Escuchaba cómo se estremecía y, en eso, me dice: «Métemela, quiero que me folles». Uffff, eso me encendió.

Le metí la verga lentamente y empecé con el movimiento despacio, y después más rápido. Solo se escuchaba cómo gemía de placer y pidiendo más. La puse en cuatro y empecé a lamer esa conchita tan rica, y pedía más. En eso, la ensarté y la cogí de perrito. Era mete y saca, y lo hacía duro. Solo se escuchaba cómo se estrellaban mis huevos.

Estuvimos un rato así, y después nos pusimos de misionero. Así estuvimos un buen rato, mientras ella decía que le gustaba mi verga y gemía de placer. Ya no pude contenerme y me vine dentro de ella.

Suena algo sucio, pero después de venirme, le empecé a chupar su vaginita. Después de eso, se paró y se fue a su cuarto.

Ese día dormí bien deslechado y gracias a mi madre.

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Antinio
Antinio

Alguien que a vivido relatos incestuoso con familiares hombres y mujeres 🥵..........................................

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