MI DESPERTAR SEXUAL ADOLESCENTE
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Me llamo Víctor, soy un hombre mayor y he tenido una vida que podría calificarse de “normal” en relación a los mandatos sociales, es decir tuve dos matrimonios heterosexuales con hijas en ambos y hermosos nietos, también tuve tres parejas mujeres pero sin casarme y de las cuales no tuve hijos. Si bien ya entré en una edad madura en que el sexo pasó a ser prácticamente algo del pasado, no por ello dejo de sentir excitaciones corporales y mentales. En un relato anterior (categoría 1ra vez) conté cómo fue que tuve mi primer contacto sexual, siendo un joven con otro chico de igual edad llamado Carlitos, que entre toqueteos y juegos genitales propios de esa edad finalmente mi amigo me penetró y eyaculó en una situación muy confusa y de muy corta duración pero que a mi me llenó de placer que hasta el día de hoy no pude olvidar y me marcó para siempre, pues si bien Carlitos en medio de esos juegos de contactos genitales logró desflorarme, esto se produjo al mismo tiempo con mucho dolor, placer y excitación que a mi no me dejó ningún trauma ni físico ni psicológico como les pasa a otras personas cuando son desfloradas sean varones o mujeres. Después de que se produjera dicho contacto y penetración, con Carlitos nos comportábamos como si nunca hubiera ocurrido el hecho, e incluso sin hablar del tema suspendimos los juegos genitales, los cuales hasta ese momento eran casi a diario. Algo nos pasó a ambos que en forma sincronizada dejamos de tocarnos entre nosotros pero seguimos frecuentándonos con otros chicos de la misma edad y algunos más grandes para juegos como el basket o el fútbol, etc. Cuando empezamos la escuela secundaria Carlitos ingresó a un colegio de curas y yo a la escuela pública. Yo para esta época ya me masturbaba pero en soledad en el baño de mi casa pero no lo hacía recordando mi época de juegos sexuales con mi amigo. Al finalizar el primer año de secundaria, Carlitos tenía en su colegio actividades de recreación deportiva, algo así como hoy son las colonias de verano. Un día me invita a jugar un partido de fútbol en su colegio entre alumnos de 1ro y 2do año, había chicos que no eran del colegio y que iban como invitados. Era una tarde de verano y jugamos varios partidos, estábamos agotados y nos quedamos con un grupo de chicos que yo no conocía y hablábamos de sexo y contaban supuestas aventuras con chicas. Finalmente nos quedamos Carlitos y yo solos y cabe aclarar que nunca habíamos hablado de aquel episodio en que el me penetrara, lo cual había ocurrido casi dos años antes, siendo chicos de escuela primaria. Esa tarde en que ya estábamos solos nos miramos en silencio y me pide que lo acompañe al baño. Los baños en ese colegio eran inmensos, en aquel tiempo era un colegio de varones solamente. Había mingitorios abiertos y alrededor de 20 cubículos con inodoros, cerrados con puertas. No puedo recordar qué pasó ni cómo fue (tal vez sea un bloqueo mío) pero luego de orinar en los mingitorios abiertos nos metimos en un cubículo y cerramos la puerta, todo esto sin decirnos una palabra, como si todo fuera una conexión mental. Yo, una vez adentro entré en una excitación que no la podía controlar y transpiraba por el miedo a que alguien nos descubriera, pues se oían pasos de gente que entraba a usar los mingitorios, yo estaba entre aterrado y confundido. Recuerdo la imagen de ambos con los pantaloncitos de fútbol bajados hasta el piso y vi que tanto Carlitos como yo ya teníamos nuestos miembros “desarrollados” y con mucho pelo en la zona púbica. La verga de Carlitos era delgada y recta tirando a larga y la mía era bastante más gruesa y algo más corta y un poco arqueada hacia arriba. Ambos estábamos erectos y yo tomé la iniciativa y con un poco de temor le toqué el miembro y le corrí la piel de la cabeza hacia atrás. Carlitos tomó mi miembro e hizo unos pocos movimientos como de masturbación, todo sin hablar. En ese momento -de mucho nervio- percibí que tenía las paredes interiores de mis nalgas como mojadas y sentía como una especie de latidos en el ano, yo transpiraba sin control y sin decirnos nada nos pusimos en la misma posición que cuando me desfloró con su miembro. Me di vuelta y apoyé las dos manos en la puerta del baño y Carlitos me tomó suavemente de las caderas y sin juegos previos, directamente apoyó su verga en el ano y me penetró así como si nada, sin dolor ni esfuerzo alguno y eso que ya tenía el miembro de un adolescente. Los primeros movimientos eran como de prueba, no la introducía toda sino que iba tanteando hasta donde podía aguantar yo con la penetración.Al cabo de un breve tiempo y sintiendo mucho placer, yo en forma intuitiva me agaché un poco más sin sacar las manos de apoyo de la puerta y en ese movimiento simultáneamente sentí que Carlitos introducía el miembro en su totalidad y pasó sus brazos alrededor de mi abdomen abrazándome y me apretaba con fuerza mientras me culiaba como si fuera un adulto con experiencia, no se cuanto tiempo duró pero yo estaba como en un éxtasis total, perdí el temor a que nos descubrieran, era como un estado de locura por el placer, me olvidé de todo. No tenía nada de dolor y sentía perfectamente cómo su verga entera entraba y salía durísima, y me sumaba mucha excitación la forma en que me tenía abrazado con tanta fuerza que me hacía sentir como que no me podía escapar y parecíamos un solo cuerpo moviéndose en forma sincronizada. De pronto yo me percato que de mi verga comienza a chorrear un liquido como si fuera semen pero más cristalino y en mucha cantidad como si me estuviera orinando encima, pero no era orina, primero pensé que Carlitos me estaba eyaculando, le pregunté si estaba acabando y me hizo un gesto de que no. El seguía dándome en la misma posición y sin soltarme y entonces comprobé que el líquido salía de mi verga a medida que sentía las penetraciones en forma acompasada, dejé un charco grande en el suelo y sentí como si yo hubiera acabado en seco, todas esas sensaciones eran nuevas para mi, después al crecer me enteré que ese líquido es algo preseminal que evacúa la próstata a través del miembro cuando el varón está muy excitado y que en algunos casos también sirve como lubricante natural para la penetración. Lo mismo me enteré luego en mi adultez que tanto la verga, la vagina y el ano, frente a una situación de goce y excitación se relajan y dilatan generando esos fluídos para permitir el mejor acto sexual. Creo que eso fue lo que permitió que tanto en la desfloración, como en esta relación en la que ya teníamos más de 13 años, que fue plena con penetración total y eyaculación no me ocasionó ningún dolor ni esfuerzo ni lastimadura. En un momento dado Carlitos detuvo repentinamente el ritmo de la penetración y me apretó con tanta fuerza e intentaba meter la verga más adentro de lo que ya estaba y yo también hacía fuerza hacia atrás para que entrara más profunda y nos quedamos sin movernos unos segundos y el me apretaba más y más. Como yo no tenía experiencia no me di cuenta que ese apretujón desmedido era porque estaba eyaculando. Segundos después retiró la verga y yo me di vuelta y la ví inmensamente grande, todavía erecta y el se la apretaba desde abajo hacia arriba y sacaba por el glande unas espesas gotas de semen que no habían terminado de salir cuando me eyaculó adentro. Yo me toqué entre las nalgas y estaba totalmente mojado pero no me toqué el ano y nos subimos rápidamente los pantalones de fútbol. Sin decir nada, Carlitos salió primero y desde afuera me dijo, “salí ahora que no hay nadie”(fue todo lo que hablamos) Cuando llegué a mi casa me sentía muy raro, como confundido y culposo, estaba como temblando de los nervios. Fui a limpiarme la zona anal que ya me estaba comenzando a doler un poquito, pero no había ni una gota de sangre, estaba si, esos fluidos y el semen de Carlitos casi reseco y pegado en mi zona de atras y en las piernas también. Me toqué con la punta del dedo índice y sentí que tenía el agujero muy inflamado y bastante dolorido. Me asusté pensando que el ano me iba a quedar así hinchado y con dolor, pero con el correr de los días fue volviendo todo a la normalidad, sólo me dolía un poco al ir de cuerpo los primeros días. Durante un breve tiempo me daba como verguenza encontrarme con Carlitos aunque cuando recordaba lo ocurrido me excitaba de tal modo que a veces me masturbaba hasta dos veces por día en el baño de mi casa y si bien deseaba que volviera a ocurrir, no encontraba la forma de lograr un nuevo encuentro ya que ibamos a distintos colegios y teníamos distintos horarios. Fue para esa época la única vez que tuve una relación plena plena con un chico y si bien deseaba repetirlo con él, no encontraba cómo. Era muy difícil encontrar otro chico como él, de confianza y mantener nuestro secreto, porque para aquél entonces las relaciones homosexuales eran poco menos que un delito y objeto de desprecio tanto de tu familia como de los otros chicos. Después, tanto Carlitos como yo comenzamos a salir con chicas, ir a fiestas de colegio, etc. y al poco tiempo nos mudamos a otro barrio y perdí el contacto con él. Igualmente, aunque en la juventud y adultez llevé una vida heterosexual, me casé tuve hijas, nietos etc, tambíen intercalé algunas relaciones esporádicas con varones, tanto en rol activo como pasivo pero siempre con mucho goce y placer, por lo general siempre buscaba hombres mayores que yo y que todo quedara en lo genital pues jamás me sentí atraido afectivamente por hombres y por lo contrario estuve muy enamorado de mujeres y con quienes también gocé mucho del sexo. En mis próximos relatos voy a contar cómo fueron mis relaciones homosexuales que retomé a partir de los 17 años más o menos. Este relato es real, no tiene connotaciones literarias ni de despertar sensaciones morbosas en otras personas, simplemente para mi, ahora que estoy en la edad madura, es una necesidad poder expresarlo pues siempre estas cosas se mantenían ocultas como si fueran pecados o delitos. PD. después de un tiempo de ocurrida esta primera relación sexual plena, comencé a pensar que Carlitos, de algún modo planeó todo lo que ocurrió en el baño del colegio. Si bien yo era unos meses mayor de edad, él era más audaz y se juntaba con chicos más grandes, incluso con dos primos de él que andaban cerca de los 17 años y ya con actividad sexual. Por eso se entiende la forma solapada en que me invitó a jugar en su colegio, esperó que se retiraran los demás chicos a quienes yo no conocía y luego me “llevó” al baño donde completó la “obra” que había iniciado cuando teníamos 11 años y jugueteando con su miembro infantil aún lampiño me penetró y me desfloró pero todo quedó ahí en un juego “inocentes”. Esta vez Carlitos me culió plenamente como si fuéramos adultos, durante un rato largo y con orgasmos y eyaculación de ambos.