Después de probar al primero, ahora solo quiero ser cogida por hombres negros

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Hola soy Mia, tengo 20 años, soy bajita de 1.55, blanca, con una cinturita sexy y un bonito trasero.

El relato que les comparto es de una vez que fui a la casa de campo de mis padres para las vacaciones de la universidad, antes de irme estuve escribiendo con un chico que desde que era pequeña me había gustado, ya que era moreno y ahora de grandes su cuerpo era genial, musculoso, alto de 1.85, así que me superaba en 30 centímetros.

Nos escribimos antes de mis vacaciones normalmente teníamos conversaciones hot donde me enviaba fotos de su enorme verga, yo me mojaba de tan solo ver las fotos y deseaba con ansias el día en que pudiera comerme esa verga tan enorme.

Finalmente el dia llegó, un sábado por la tarde me quedé sola en casa y lo llamé para que llegara a mi casa a hacerme totalmente suya, se presentó en casa a eso de las 5 de la tarde, guapo y muy elegante, yo lo esperaba con un sexy vestido corto y ajustado al cuerpo que se me veía divino, y unos tacones que me hacían ver cómo si estuviera pidiendo a gritos ser cogida como todo una puta.

Al entrar me besó apasionadamente y solo me deje llevar, al fin pude poner mis manos sobre su hermosa y descomunal verga, me sentía completa en ese momento, estaba tocando por encima de su pantalón una descomunal verga de 25 centímetros, la cuál sin duda alguna más tarde me haría gritar de dolor y placer cuando entrara por completo en mi pequeña vagina.

Unos minutos después subimos a mi cuarto y empezó a quitarme el vestido dejándome en ropa interior y con mis tacones que me daban un toque espectacular de puta queriendo ser cogida, así que empecé a quitarle la ropa, al llegar a su boxer no pude contener arrodillarme frente a él para comerme su enorme vergota, la saqué del boxer y casi me da un infarto, era la verga más enorme que mis ojos podrían ver, era la más larga y la más gruesa, su cabeza era enorme.

Cuando la metí a mi boca no me cabía pero ni la mitad, me estaba ahogando mientras le mamaba la vergota a ese espectacular hombre que disfrutaba verme tan sumisa a sus órdenes de mamarle su verga, cuando ya no pude más me acostó y me abrió las piernas y empezó a meterme su tremenda verga, mis piernas empezaron a temblar de tanto placer.

La metía al suave pero con fuerza, me estaba haciendo completamente suya y yo no podía estar más feliz con tremenda verga haciéndose paso en mi pequeña vagina, sentía como si era mi primera vez a pesar de que mi primera vez había sido igual con un hombre negro super mayor, este chico era solo unos 6 años mayor que yo y disfrutaba de que él fuera mayor y me dominara a su gusto y antojo y que me cogiera y cumpliera sus deseos en mi cuerpo.

Después de unos minutos me puso de perrito y me dio dos nalgadas ante las cuales solo alcancé a gemir del dolor y el placer que eso me provocó, y empezó a cogerme de perrito, sus deseos embestidas eran con gran velocidad y muy fuertes, sentía que me iba a partir en dos, al haberme cogido de perrito unos 5 minutos tuve un orgasmo descomunal.

Los vecinos debieron escuchar mis gemidos pero no me importaba, estaba con el hombre que siempre me había gustado y solo quería disfrutar que me cogiera con su descomunal verga, tres minutos después de mi orgasmo el se corrió dentro de mi vagina y pude sentir sus chorros de semen calientes dentro de mí.

Nos acostamos cansados y nos dormimos, a las 8 volvimos a hacerlo y así pasamos toda la noche, cada vez me ponía en posiciones diferentes y me hacía sentir una verdadera puta estando en sus manos.

By: Mia

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AlfredoTT
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