Cuando me hicieron cornudo primera vez

Hola, cómo están, quiero contar cómo mi esposa me hizo cornudo con un moreno compañero de trabajo. Somos una pareja, hace 15 años nos casamos, hace 6 años tenemos una hija. Yo, Roberto, 38 años, pos ya los años me han pasado factura, soy marino, paso mucho tiempo ocupado. Dayana, tiene 29 años, una mujer espléndida, hermosa, bella, culito respingón, senos pequeños, con lo que hacía notar, bien excitante y ricos. Ella es rubia, una muñequita, muy hogareña, una dama. Mi amigo es Marcos, un moreno alto, tipo dominicano, buen cuerpo atlético, se mantiene bien y, sobre todo, muy guapo, joven, 26 años. Todo comenzó aquel día, era el cumpleaños de aquel joven atlético, pos me invitó a casa, ya que era de su admiración, él tenía ganas de conocer a mi esposa, ya que le había hablado mucho de ella.

Ese fue mi Gran error, pos accedí a su invitación con mi esposa, pos ese día mi esposa se puso hermosa, bella, vestido ceñido al cuerpo, tacos, sin brasser, me admiró, le dije: «Estás preciosa», sonrió, dijo: «Gracias», nos besamos y nos fuimos a la fiesta. Al llegar, nos dimos cuenta que no había casi invitados, éramos el 4 chicos, 2 parejas y nosotros. Bueno, Marcos salió, saludamos, él quedó impresionado al ver a Dayana, y Dayana al ver aquel mulato guapo, joven, lo pude notar, sonrió, dio un beso en su mejilla y agradeció la invitación. Pasamos, nos sentamos, Marcos no dejaba de mirarla y piropearla a cada momento, lo cual, hasta el momento, pos todo transcurría con normalidad, me parecía gracioso, pos bebíamos, bailábamos, nos divertíamos. De pronto, Marcos me pide poder bailar con mi esposa, a lo que ella, sin pensarlo, alarga su mano y Se va a la pista. La verdad, yo estaba un poco ebrio.

Mientras bailaban, observaba que mi esposa no dejaba de reír. Aquel semental hablaba a su oído; ella no paraba de sonreír. Notaba por su cara cómo Dayana, bailando de espalda, sentía la polla de Marcos en su culo sin dejar de hablarle al oído. Así estuvieron como tres músicas, hasta que Dayana volvió a mi lado. Me besó, preguntó: Amor, ¿qué te pasa? Solo respondí: Nada, amor. ¿Te divertiste bailando? Me alegra verte contenta, ¿reías, amor? A lo que procedí a meter mi lengua dentro de su boca. Marcos, por el otro lado, no dejaba de mirarnos cómo nos besábamos apasionadamente. Posiblemente mi mujer se había puesto muy caliente al bailar con Marcos.

Al rato, ella me dice: Voy al baño, amor, quieres acompañarme? A lo que digo: No, amor, te espero aquí, no demores. Al decir eso, ella camina con rumbo al baño. Para mi sorpresa, Ya no lo veía a Marcos por ninguna lado, ya todos se estaban marchando de la pequeña fiesta. Me recorrió un frío por el cuerpo, que caminé a buscar a mi esposa. Al posar la casa era demasiado grande, pos salí a un patio con una ventanilla que salía del baño. Me acerqué y, para mi sorpresa, era Dayana y Marcos conversando muy pegados. La verdad, sentía rabia y a la vez excitación al ver a mi pequeña esposa con aquel muchacho. Pos caminé sin que me escucharan y me puse a un lado para poder escuchar y tener buena visión de lo que ocurría. Al acercarme, escuchaba a Marcos decir: Has pensado lo que te he dicho? Mi esposa solo sonreía coquetamente. La verdad, nunca la había visto así. Veía que Marcos tenía sus dedos en su escote mientras le decía: anda, solo un ratito, déjame darte un besito en esos pechos deliciosos que tienes. A lo que mi esposa decía: No soy casada y usted es muy amigo de mi esposo.

M: anda, Dayana, mira, te lo juro, que si te chupo los senos, saldrá leche.
D: Q va, oye, ya mis hijas no toman senos, así que no me sale nada.
M’, hagamos la prueba, si no sale nada, te juro que no molesto más.

Uffff, para mí era un alivio, ya que ese momento no sabía si estaría enojado o excitado. Pos para mi mala suerte, Dayana hace a un lado su vestido, donde quedan sus senos a plena vista de aquel semental. A lo que Marcos dice: Uffff, qué deliciosas tetas tienes, no parecen que las haya utilizado tu hija. Mi esposa sonríe. Mi sorpresa fue cuando agarró la cabeza de Marcos y la puso en sus tetas y dijo: anda, muchacho malcriado, comeme las tetas. Donde estaba no se veía bien, pero veía la cara de mi Dayana, como sentía placer. Sentir la lengua, la boca de otro hombre en sus lindos senos, solo gemía cada vez más fuerte. Se notaba que Marcos estaba hambriento por Dayana. Su chupada de pecho continuaba, cada vez más fuerte. Se escuchaba a Dayana, al ver que no cumplía con sacar leche de sus senos.Os bajo su mano y agarró su polla y dijo: Quieres ver que yo sí te saco leche, a lo que Marcos procedió a besarla, metía su lengua en la boca de mi esposa, la verdad, la lengua de mi esposa era pequeña para la de aquel muchacho, se le comía la boca mientras desabrochaba su pantalón.

La verdad, al sacar aquella polla de su pantalón me caí del susto, la verdad, el muchacho estaba bien dotado, era una verga de 21 cm, gruesa, pos mi esposa al ver eso sonrió, dijo: Qué polla más deliciosa, parece los chocolates que lleva mi esposo cuando está de viaje, y sonrieron. Pos Dayana comenzó a masturbar aquel pedazo de carne masivo, Marcos solo gemía, metió sus manos en las bragas de Dayana, al sentir mojada, comenzó a jugar con sus dedos, empezaron a masturbarse mutuamente, sus gemidos eran cada vez más fuertes. Dayana se había olvidado de mí completamente, pos seguían jugando entre los 2, cuando marcos agarra la cabeza.

Le dice Dayanna: ahora te vas a comer la polla de un verdadero hombre. La agacha y mi esposa, sin más preámbulos, le daba lenguetazos a aquella verga. En la posición que estaban, no perdía detalles: veía cómo le daba lenguetazos de arriba abajo, le comía los huevos, que de verdad estaban grandes. Nos dejaba de chupar. La verdad, estaba muy salida. Primera vez que la veía así. Comía la verga de aquel muchacho como una diosa. Marcos decía: qué golfa eres, Dayana, qué rico me comes los huevos. Sí, uffff. No me digas que tu esposo no tiene una así como la mía. Eso me enojó. Yo esperaba que mi esposa me defendiera, pero Dayana sonreía. La verga de mi esposo es pequeña, escuché que decía. Eso me rompió el corazón, mientras ella le daba mordiscos a la cabeza de la verga. De Marcos todo. Una profesional chupando, ufff. Marcos se moría de placer, lo que le estaba dando Dayana.

No dejaba de chuparla, cada vez más fuerte metía y sacaba aquella verga de su boca e intentaba meterla toda en su boca. Marcos solo gemía de placer, gustoso por la labor de mi esposa. Comenzó a sentir deseos de correrse, a lo que, para mi sorpresa, mi esposa pide que se corra en su boca. A mí jamás me dejaba hacer eso, pensé, quizás el alcohol. Cuando la corrida de Marcos fue impresionante, pues se corrió mucho en la boca de mi esposa, si quiera medio litro de leche votó ese muchacho, que le salpicó en la cara de mi Dayana. Pos con sus dedos terminaba de meterla a su boquita, pos se tragó toda la leche de Marcos. Pos sentí, es hora de parar esto, pero Marcos quería seguir la fiesta. La giró, la puso. en 4 y comenzó a darle una comida de coño. Él era perfecto para Dayana, se escuchaba a mi mujer gritar de placer pidiendo que se la comiera y otra vez me rompió el corazón diciendo que jamás se la habían comido así, que era la primera vez que sentía placer.

La verdad que para ese instante yo estaba con mis 15 cm en la mano, masturbándome, mirando como mi esposa se retuerce de placer. Marcos decía: qué coño más delicioso tienes, mujer, uffff, qué coño más rico. La adulaba, le decía que era su puta, princesa, que era una delicia, todas esas palabras la hacían sentir más excitada. Solo ella decía: comeme, cabrón, el coño. De un momento vi como temblaban sus piernas, estaba por llegar un super orgasmo, cuando gritaba: me vengo, me vengo, uffff. Eso me hizo excitar al 1000, que también terminé viniéndome. Marcos, por su lado, también generoso, se comió la corrida de mi esposa. Pos marcos, al terminar su trabajo, no dejaba de mirar y decirle lo linda, bella que era mi esposa. Pos ese muchacho tenía erección descomunal. Nuevamente, marcos le dijo: Vamos, Dayana, es hora de comerte ese coñito.

A lo que Dayana, muy excitada, después de la comida de coño y su corrida, se puso contra la pared entregando su lindo y hermoso coño. Pos Marcos la tenía completamente emputecida y se clavó sin ninguna dificultad. Veía aquel semental joven, cada embestida que le daba, ella solo se dignaba a gemir y decir que era la primera vez que un hombre la hacía sentir mujer. Pos me sentí tan mal, pero excitado, veía cada movimiento de penetrada que le daba. Pos luego se sentó en el escusado y le dijo: anda, putita, ven, montate encima de tu potro, al cual Dayana hizo caso y se sentó encima de aquel semental. Pos veía como se la clavaba, como le entraba y le salía ese pedazo de carne masivo.

Le daba fuertes nalgadas, la agarraba del cuello, la escupía, le hablaba sucio, pero a ella eso más le excitaba, hasta que al fin volvía a correrse dentro de mi esposa. Escuchaba los gemidos de Dayana, satisfecha por aquel semental. Volvieron a juntar sus labios, sus lenguas, muy apasionados, agarrando sus tetas. Escuche decir: ahora sí, eres una buena puta casada; ahora alístate, que pronto viene el cornudito de tu esposo. Mi sorpresa fue que Dayana dijo: hay, papi, esto fue lo más rico que me ha pasado, follar contigo. Marcos se volvieron a besar. Pensé: es hora de cortar esto. Sali y grite desde afuera: Dayana. A lo que ella, en instante, salio arreglada.

Me beso, metió su lengua en mi boca, sentí claramente el semen de Marcos por su boca fresca. Nos besamos, salio Marcos, nos despidió, nos dimos un abrazo.Fue a lo que el le dice a mi esposa: gracias, guapa, me debes una. Yo solo mire a mi esposa, sonrió y nos fuimos a casa. Desde aquel día, mi vida cambió completamente. (Continuará, si ustedes quieren y me ayudan, es primera vez que relato algo), espero sus comentarios, no me juzguen, es mi primera vez, a comparto algo que ocurrió.

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damian41
damian41

casado con dayana una mujer hermosa bella sexy mi matrimonio era perfecto hasta q se convirtió en una pesadilla. no la puedo acabar

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