Como atraer a la hembra de tus sueños

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Para la gran mayoría de los hombres, la hembra constituye un enigma. Con algunos puntos aclarados, podremos brevemente entender un poco más cómo entrarles y ningún perro es lo suficientemente viejo como para aprender un par de trucos.

1) Prestarles poca atención: ellas tienen atención de todo hombre que se cruza en su camino. No las ignores completamente, porque entonces ellas se darán cuenta de que estás escondiendo algo. Sólo préstales menos atención de la que comúnmente están acostumbradas a recibir. Haz como si no tuvieras ningún interés en ella, al menos al principio. Así estableces que no eres uno más de los miles que sucumben a su belleza femenina, y que harían cualquier cosa por poseerla.

2) Sé el líder: Si bien nosotros somos quienes pagamos a la hora de ir a un cine o a un evento cualquiera, tenemos entonces la elección de decidir adónde vamos, qué película vemos, abrirles la puerta, sentarlas, ver que estén cómodas. Toma las riendas de la relación desde el comienzo, sin esfuerzo, sin discusión, como si todo estuviera decidido de antemano. Ser el líder significa ser el que decide y el que la guía, quien la protege cada vez que sea necesario y castiga con indiferencia cualquier imprudencia femenina.

3) Habla con la mirada: En vez de hablarle mucho, escucha y mírala a los ojos siempre hasta que sea ella quien evada tu mirada. Una mujer se solicita ante un varón con el solo hecho de mirarlo fijamente por unos segundos. Los ojos, dicen, son el espejo del alma. Olvida los temas de conversación tan interesantes que tienes pues matarás el misterio que surte un efecto tan atractivo en las mujeres. En una conversación, mantén su mirada el 80% del tiempo y sólo habla el 20%. Cuando lo hagas, hazlo con énfasis y en un tono masculino, pausado, sin buscar su apruebo.

4) Nunca busques su apruebo: Las mujeres te probarán y te reprobarán una y otra vez para determinar si en realidad eres el hombre más hombre con el que ella puede estar. Ellas aman a los hombres decisivos, los que no titubean, los que son autónomos y no piden disculpas ni tratan de darles la razón o acatarse a sus constantes caprichos.

5) Mantenla en dieta emocional: no la busques mucho, no la llames más de cuatro veces por semana, sácala y gástale con moderación, no le des de un sólo el plato fuerte. Tienes que controlar tu apetito. Ser más selectivo. No embutirle todo de un sólo y que se atragante, porque entonces se va a hartar de ti como quien se sacia de un banquete. Aliméntala emocionalmente como quien alimenta a un pez o a un pájaro y no como quien mima a un gato o ama a un perro. Incluso entonces, a nuestros más queridos animales, les damos usualmente las sobras y somos nosotros quienes comemos a plenitud. ¿Por qué servirles más de lo que le servimos a nuestras mascotas? Ellas son huéspedes en nuestras vidas, no dictadores ni amas.

6) Enfócate en ti: en vez de gastarte un dineral en cortejar a hembras que no te darán más que vueltas y después te dejarán por otro más bruto (hombre) que tú, gástate tiempo en tu apariencia. Córtate las uñas, lávate los dientes tres veces al día, usa listerene, colonia de buen gusto, y hazte un corte de pelo al menos una vez por mes. En vez de comprarte tres pares de pantalones en especial, ahorra un poco y cómprate un solo par de muy buena calidad. La ropa de marca es cara porque es más preciada, de mejor material y más llamativa. Haz ejercicios, nadie vago o pasado de peso, que son señales de la mala vida que llevan, puede triunfar en este campo sin dedicarse algo de tiempo. No es necesario tener el cuerpo de un físico culturista, pero sí ocuparse de uno, vestir siempre limpio, bañarse a diario, dormir bien, en definitiva, quererse uno antes de querer que otro lo quiera. Así incrementa tu atracción y los demás te buscarán porque no los necesitas tanto como antes. Deja que sean ellos quienes vengan a ti la mayor parte del tiempo y de vez en cuando celébralos brevemente para que veas que serás mucho mejor visto que aquel pesado simpático que quiere ganarse a todo el mundo. En vez de defender un punto de vista, hazte la vista gorda, como quien no está detrás de ese triunfo. ¿Qué gana uno con ganar una discusión? Recuerda: tú estás detrás de un tesoro mucho más valioso que nada ni nadie te puede arrebatar: tu indestructible confianza en ti mismo.

7) Empieza con la de arriba y desde abajo: Me explico: los hombres tienden a ir por mujeres que le sean favorables y que respondan a su interés en ellas. Las mujeres que los hagan sentir más seguros de sí mismos, y no la que represente un dolor de cabeza para ellos. En vez de ir por la más bella, tientan alrededor y se conforman con cualquiera que devuelva sus favores. Hay que empezar de arriba en este sentido: de la más hermosa a la que le sigue, y no contentarnos con cualquiera que no signifique correr un riesgo. Tenemos que perderle el miedo al miedo. Ahora, una vez conseguimos la mejor de las mejores disponibles para nosotros, la tarea es de empezar de abajo. Me explico: usualmente damos toda la atención al principio de la relación, para agasajar a la hembra que está en nuestras vidas y después, con el tiempo, nos tornamos distantes y poco dispuestos a celebrarlas como antes hasta que la relación se enfría. Hay que hacer lo contrario: llevarla de la mano por una acera menos transitada, un parque de diversiones, algo que sea físico y no estático, y que nuestras citas se vuelvan cada vez más íntimas, más espectaculares. Desde abajo, elevarla para dejarla caer de vez en cuando o para darle un hueso cuando se porte bien.

8) Rodéate de amigas: La manera más segura de tener éxito con las mujeres, es relacionarte con ellas a diario. Ten presente que no todas estarán disponibles o responderán a tu galantería, pero relacionarte sin mostrar hambre sexual y ofreciendo tu sincera amistad sin convertirte en su cura al que acuden para confesar los pecados cometidos con otros machos, procura que tus relaciones sean desinteresadas, mantén tu hombría (timbre masculino de voz, de pocas palabras, firme pero relajado) intacta; en lo posible, vacila, bromea con ellas, pon atención a lo que dicen y a lo que está sucediendo alrededor y no te involucres tanto contigo mismo ni lo que sientes o lo que significa. Es un acto de abandono, nada premeditado, como manejar una bicicleta o hablar bien un idioma extranjero, uno no piensa en la acción sólo se rinde ante ella. Lo más importante es que estés completamente inmerso en un dinamismo relajado, alerta pero no emotivo.

9) Deja las emociones para las nenas: Ellas buscan en ti el hombre que no tienen en ellas. Así como a ti no te gusta una mujer musculosa de cabeza rapada y toda tatuada, sino una hembra dulce y bella, de la misma manera a ellas no les atraen los hombres ensimismados (pues ese es el lugar de ellas, no el tuyo), inseguros, débiles de carácter, afemenizados, de pelo largo (algunas hacen excepciones). No muestres tu rabia y vencerás, no les des el gusto de que te vean sentimental aunque es perfectamente normal que hagas sentir tu autoridad y vetes con silencio alguna insensatez verbal. Parte de no mostrar tus emociones, es que no deberías tenerlas en primer lugar. Tú eres el macho, no la nena, y debes mantener un aura de impenetrabilidad e insensibilidad que nadie ha tenido jamás antes de ti. No te pongas nervioso en su presencia, ni lejos de ellas, pues ellas pueden detectar miedo a grandes distancias. Recuerda, son niñas, ¿Qué peligro pueden representar para un prototipo de varón como tú? Coloca el miedo que ellas quieren despertar en ti con sólo demostrarles que no te asustan y verás cómo las seduce tu hombría y tus agallas.

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AlfredoTT
AlfredoTT
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