Emputecida durante una separacion con mi esposo
Me presento, tengo 36 años y soy casada. Bueno después de leer algunos relatos me anime a contar mis vivencias, así que este será mi primer relato y viendo si les gusto y si hay comentarios seguiré contando más.
Empezare por describirme, soy una chica de estatura media, menos de 1,70 y más de 1,60 jiji y pues tengo una buena figura, a mi esposo siempre le han gustado mis pechos y mis nalgas. A pesar de ello siempre fui bastante discreta, nunca fui de las que se vestía coquetamente, pero en mis relatos voy a contar como es que me fueron cambiando y emputeciendo pasando de ser una mujer fiel a una esposa infiel.
Pues como muchas parejas con mi esposo pasamos por un periodo bastante complicado donde finalmente tuvimos un distanciamiento y separación de algunos meses. Ojo no fue un divorcio.
En este tiempo apareció uno de los enemigos de mi marido, un hombre con el cual tuvieron problemas y al enterarse de mi breve separación no perdió el tiempo y comenzó a hacerse muy cercano, me decía cosas como que mi esposo no me merece, que es un idiota y que si necesitaba algo el estaría para mi. Yo empecé a salir con el pero en un principio solo por no sentirme sola. Después de un par de semanas comenzó a mostrar sus verdaderas intenciones a las cuales yo no hacía caso.
Una noche, era la fiesta de cumpleaños en casa de una amiga, y como estaba frecuentando mucho ya al enemigo de mi esposo que se llama Rodrigo fuimos a la fiesta juntos. Por lo general no me gustaba vestir de manera llamativa, y aquí es donde Rodrigo empezó con su proceso de emputecerme sin que me diera cuenta. Para la fiesta me compro unos zapatos de tacón stilettos y un vestido con abertura en una de las piernas, con halagos me convenció de llevarlo esa noche.
Ya en la fiesta era muy obvio sus intenciones, se notaba lo caliente que estaba, seguramente por el atuendo que el mismo me compro.
Transcurriendo la noche, bailando y con unos tragos encima Rodrigo fue muy claro y me dijo que quería llevarme a un motel, a lo que yo me negué, pero como estaba en casa de una amiga nos fuimos a una habitación vacía y finalmente dejé que se desquitara todas las ganas que me tenía en la cama.
Debo admitir que el sexo fue muy bueno, Rodrigo me beso muy apasionadamente, succionando mi lengua, sentía que me devoraba, me hizo darle sexo oral, y ya en la cama me abrió las piernas y me hizo su mujer de manera muy intensa. La verdad es que me gustaba mucho como me lo hacía, mi marido no era tan intenso ni duro como el así que la diferencia era muy notoria. Al final lo hice eyacular muy fuerte, lo cual me causo mucha satisfacción como mujer.
Salimos de la habitación y volvimos a la fiesta, algunas amistades por se dieron cuenta que acabábamos de tener sexo. Recibí algunas miradas juzgadoras de personas que sabían que recién me había separado de mi marido, pero la verdad en ese momento no me importo.
La noche siguió avanzando y con ello más bebida y baile, a Rodrigo ya no le importaba nada y delante de todos me tomaba de las nalgas, cuando podía me subía el vestido, lo cual debo admitir que me gustaba esos avances y lo que yo le provocaba.
Después de un par de horas mientras bailábamos Rodrigo me besaba el cuello y me susurraba en el oído que quería llevarme otra vez al cuarto para comerme toda.
A lo cual acepte, no sé por qué pero por un instante mencione a mi esposo diciendo que no está bien lo que estaba haciendo, lo cual simplemente encendió más a Rodrigo, me llevo de vuelta a la habitación y ya se imaginaran la clase de sexo que tuvimos. Me empujo contra la cama, me subió el vestido, me bajo el calzón y básicamente me penetro mientras me volvía a comer la boca. Fue un sexo quizás más fuerte que el anterior, sus penetradas en un principio eran lentas pero profundas, después cobraba velocidad y dureza y ya se escuchaba fuertemente en la habitación el sonido de piel contra piel chocando, por su puesto también mis gemidos fuertes que a veces ya eran gritos. Rodrigo no paraba de preguntarme si mi marido me cogía así, y yo sin mentir le decía que no, y al oír eso me penetraba con más fuerza.
Cuando ya estaba a punto de eyacular me dijo que le suplicara por su semen, que le pidiera ser llenada sin protección, obedientemente le hice caso y le pedí que se corriera dentro mío. Mientras el gruñía derramando su semen me decía que con eso oficialmente me estaba marcando como suya, como de su propiedad. Yo sabía que era verdad porque incluso podía embarazarme y no habría marcha atrás. Luego de terminar el sexo, estaba toda maltrecha no podía ni moverme así que ya no volvimos a la fiesta y nos quedamos dormidos hasta el día siguiente.
A la mañana siguiente al salir de la habitación, mi amiga me miraba con una expresión que no sabía si era sonrisa o me estaba juzgando, pero ella sabía muy bien lo que había hecho y con quien.
La verdad es que me sentí mal al día siguiente, la verdad me sentí como una puta y una cualquiera, recién me había separado de mi marido, como dije no era divorcio así que las posibilidades de reconciliarse estaban ahí, pero al mismo tiempo si soy sincera el sexo que tuve fue muy delicioso.
Al final mi esposo y yo regresamos aproximadamente cinco meses después, él sabe algunas cosas que pasaron en ese tiempo como que salí con algunos de sus amigos mientras estuvimos separados, pero no sabe nada de Rodrigo, creo que si supiera no me hubiera perdonado.
Bueno como les dije este es mi primer relato, si veo interés o comentarios les contare más sobre lo que paso en esos cinco meses y lo que sigue pasando ahora.
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Hola bueno relato tienes
Espero que vas a contar mas
Que rica putita, son las mas cachondas cuando son casadas y les arriman una verga nueva.
Me imagino que después de esa aventura tendrás muchas más no creo que te puedas aguantar
Hola yo fui casada y tienes razón a mi me encanta la verga y engañaba a mi esposo el sabia y dejaba que me cogieran
Uy, pues en mi caso no lo sabe. Con permiso y todo de coger con otros y aun asi te divorciaste?
Yo igual, me encanta la verga pero sigo casada y a mi marido le encanta ver mi panocha y mi culote escurriendo de mecos
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