Mi alumna de la universidad

Hola, he decidido escribir mi experiencia como una manera de desahogo a un hecho que me atormenta y que aun no he podido superar. Tengo 30 años, felizmente casada desde hace 8, con un esposo ejemplar y al que adoro, sin hijos, trabajo como Docente Investigadora en una reconocida universidad venezolana. Tratare de contarlo de una manera sencilla, tal como ocurrieron los echos.

Una tarde entré a uno de los baños de la universidad y cual seria mi sorpresa al encontrar a dos alumnas besándose apasionadamente, quede petrificada, congelada ante lo que atónitamente veían mis ojos, a una de ellas la tenia como alumna en uno de mis cursos y por mi mente nunca cruzo la idea de que fuera lesbiana, al contrario, siempre la veía rodeada de muchachos que la cortejaban. Era tanta la pasión de aquellos besos que no se dieron cuenta de mi presencia, las observe por unos instantes que me parecieron eternos y salí apresurada de allí con el corazón latiéndome aceleradamente. Esta imagen quedo grabada en mi mente y por mas que quería no lograba dejar de pensar en esa escena. En la noche quise comentárselo a mi esposo pero no sé que fuerza me lo impidió.

Al día siguiente me dirigí a la universidad y casualmente mi alumna tenia clases conmigo, cuando la vi, una corriente extraña pero muy fuerte invadió mi cuerpo, un escalofrió me sacudió y mi corazón parecía que estallaría. La clase transcurrió normalmente pero no dejaba de observar la actitud de aquella muchacha que no pasaría de 24 años, la miraba de reojo, o cuando estaba distraída, en verdad era bastante simpática, pero no paso nada fuera de lo común. Debo confesar que fui criada bajo una educación muy formal, casi rigurosa, provengo de una familia sumamente católica al igual de la de mi esposo, por mi mente jamás ha pasado la idea de traicionarlo con nadie y mucho menos he tenido inclinaciones lésbicas. Hasta llegue a pensar que el ser lesbiana nacía con la mujer y que era imposible que después de estar casada se podía llegar a desear a otra del mismo sexo, cuando leía ese tipo de relatos los veía como algo producto de la fantasía pero hoy tengo que aceptar que estaba equivocada.

La imagen de aquel beso continuo atormentándome a tal punto que cuando hacia el amor con mi esposo pensaba en ella e imaginaba que era mi alumna quien me besaba y acariciaba y esto lograba en mi una excitación intensa y un orgasmo increíble.

La relación con mi alumna era normal, nunca se comporto de manera diferente, en un par de ocasiones la vi por los pasillos o en la biblioteca con la muchacha de los baños, y era allí cuando me asaltaba la excitación. Comencé a tratar de acercarme mas a ella, la atendía con mucho cariño para ganarme su confianza. Una tarde la salude con un beso en la mejilla y en ese instante unos alumnos que venían jugándose entre si por los pasillos, nos hicieron tropezar y nuestros labios sin querer rozaron entre si, fue como si una corriente atravesara mi cuerpo, le ofrecí mis disculpas y ella me dijo que no me preocupara, mas tarde se acerco a mi cubículo para que le aclarara ciertas dudas que tenia con relación a un trabajo asignado, la sentía mas suelta, yo llevaba una blusa con escote algo pronunciado y pude observar que miraba mis senos cuando me inclinaba para leer sus apuntes, esto me daba mucha calentura y me producía cierto nerviosismo, cuando se despidió me dio un apretón de manos fuerte y luego me la tendió de una forma delicada, eso me estremeció a mas no poder. Me decía a mi misma: "Que té esta pasando, reacciona, piensa en tu esposo y en tu hogar", pero no me podía controlar, deseaba el contacto de aquella linda muchacha.

Antes de irme a casa, pase por la iglesia y le pedí a Dios que me orientara y me perdonara por lo que estaba pasando, que me sacara de esa situación. Cuando llegue a mi hogar sentí que traicionaba a mi esposo y el sentimiento de culpa comenzó a atacarme. Paso el fin de semana, yo entretenida con los quehaceres propios de toda esposa, llego el lunes y en la tarde mi alumna entra nuevamente a mi cubículo, me sentí desfallecer no sé si del miedo o la emoción que sentí en ese momento. Sus visitas se hicieron más frecuentes y de verdad las esperaba con emoción.

Un viernes me pidió la ayudara con un proyecto educativo en el cual estaba trabajando pero como ya era tarde le dije que si podía ir al día siguiente a mi casa que allí con gusto la atendería. Lo hice como algo muy normal porque es usual en mi que atienda a mis alumnos en mi casa los fines de semana cuando estos me requieren y tenga tiempo para ellos, por supuesto que no les cobro esas asesorias. Llego puntual a la hora acordada, vestía una falda muy corta y por primera vez me fije en lo hermosa de sus piernas, su blusa casi transparente reflejaban unos senos muy bien formados, sentí nuevamente un extraño escalofrió recorrer mi cuerpo. Mi esposo se encontraba viendo la televisión en el corredor muy cerca de mi escritorio y pude darme cuenta que no le era nada indiferente, a juzgar por las miradas que disimuladamente le daba, a la media hora se nos acerca, allí se la presente, la saludo con mucha amabilidad y nos dijo que saldría a visitar a su madre.

Quedamos solas, entonces me atacaron los nervios, mis manos sudaban y mi corazón palpitaba fuerte, me dijo, que le pasa profe, nada, le conteste, es que esta haciendo mucho calor, me di cuenta que me miraba de una manera extraña, casi que me comía con sus ojos, en eso se me acerca y me dice que una basurita ha de haber caído en uno de sus ojos, que por favor se lo revisara, me le acerque para ver lo que sucedía y fue allí que me tomo suavemente por la cintura, intente no darle importancia y le tome su carita para ver sus ojos, justo en ese momento se acerca a mis labios y me dio el beso mas tierno que jamás haya recibido, mi primera reacción fue de rechazo, quise alejarme pero no me dejo, decía: “Déjese llevar profe, déjese llevar, sé que lo desea tanto como yo”, mis piernas no me respondían y poco a poco nos fuimos hasta el sofá, me dejaba llevar por esa muchacha que me besaba con ternura y pasión a la vez, nunca recibí tanto placer, era como si de repente me transportara a otra dimensión, ni mi esposo me había echo sentir tanto como esta mujer, paso sus labios, por mi cuello desabrocho mi blusa y luego apretó mis pezones suavemente para seguidamente meterlos en su boca y chuparlos con delicadeza. Fue cuando metió sus dedos en mi vulva que reaccione, no creía lo que me estaba pasando, sus dedos completamente mojados por mis líquidos los paso por su boca y luego por la mía, allí le dije que parara, por segundos tenia la imagen de mi esposo reprochándome, la de mi familia insultándome y la de mi Dios mirándome con compasión. Ya, ya, para, no sigas le rogaba, la amo, me respondió, sé que me ama, sus besos me lo comprobaron. No, no sigas, soy una mujer casada, no soy lesbiana, te quiero mucho pero ya basta, compréndeme, atine a decirle. Dejo de besarme, estaba totalmente aturdida, fui al baño y no se cuanto tiempo estuve sentada en el bidet con el chorro de agua bañándome toda la vagina, luego salí y le pedí que se marchara, que hiciera que esto nunca había sucedido, le pedí por favor no lo contara a nadie, respondiéndome que me amaba tanto, desde hacia mucho tiempo y que jamás haría algo que me hiciera daño.

Esa noche no pude dormir pensando en lo sucedido, el sentimiento de culpa era muy grande, veía a mi esposo dormido a mi lado y las lagrimas se me salieron pensando en que de alguna manera lo había traicionado. El lunes al ir a clases y verla nuevamente, me puse muy nerviosa, creía que todo el mundo me delataba, era insoportable lo que sentía en esos momentos, pero fue muy natural su trato, de verdad como si nada hubiese sucedido. Debo admitir que deseo nuevamente sus besos, sus caricias, su cercanía y este deseo me consume poco a poco, no sé hasta donde llegare, pero cuando esta cerca de mí siento desfallecer, a veces me saluda con un beso en la mejilla y de verdad desearía que fuera en mis labios, mi condición de casada no me deja seguir adelante.

Betzi