Tener una buena verga no siempre es beneficioso
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Es real, no siempre es beneficioso tener una pija grande, hay veces que suele traer problemas. Yo les voy a contar lo que me sucedió hace cosa de 15 días.
Inés es la empleada que trabaja en casa, mis padres trabajan ambos en un hospital todo el día. Mi padre es cirujano cardiovascular y mi madre es pediatra. Viven ambos para su trabajo, por lo que desde hace ya años me he criado casi solo o con una empleada.
Doña Vilma es la mujer que prácticamente me crio. Pero ya se hizo muy grande y se jubiló. Una pena, más que una empleada para mi fue como mi abuela. Me crio, me educó, me consintió como si fuera su nieto. La quiero mucho.
Su retiro obligó a mis padres a buscar otra persona que se hiciera cargo de la casa, ya que como yo estoy casi todo el día en la escuela técnica, en casa no hay quien limpie u ordene. Así llegó Elena a casa. Tiene 19 años recién cumplidos, es una chica oriunda de Venezuela, la verdad es que es una señorita de muy buena presencia, casi diría que está muy buena para mi gusto. Y yo que a mis 18 años vivo como bebe en brazos, todo el día alzado, eso era como poner chocolate en la boca de un bebé.
A todo esto hay un solo gran problema, y tiene que ver con que mis novias nunca me duraron mucho tiempo, es que luego de nuestra primer sesión de sexo ya ninguna quiere saber más nada. Y les cuento el por qué. Mi miembro es desproporcionado, otros estarían orgullosos de tener una verga de las proporciones de la mía, pero para mi es un gran problema, les cuento, las dimensiones son: 26×6.8cms y la verdad es que ninguna de las señoritas que han salido conmigo han querido tener relaciones conmigo. Por lo que mi vida sexual se ha limitado a masturbarme, y lo cierto es que lo hago bastante seguido.
En definitiva, no estoy tan agradecido al tamaño de mi verga. Pero eso cambiaría con la llegada de Inés. Desde el primer día pegamos onda. Ella es una muchacha muy linda, con caderas anchas, sus pechos llenos me atraen mucho, su generosa boca de labios gruesos me hacen pensar que debe ser lindo que te la mamen con esa boquita. O sea que desde el primer día que conocí a Inés, ya estaba caliente con Ella. Y para mi satisfacción, a Ella se notó enseguida que le caí bien, o sería por obtener el trabajo, no lo sé, pero me sentía cómodo con Inés. Luego de transcurrida una semana ya nos manejábamos como amigos, cabe acotar que la contrataron modalidad “Cama adentro”, con lo que Inés estaba las 24 horas del día en casa, salvo si salía a hacer las compras u otros menesteres.
Lo que sí noté que Ella no tenía amigos, ya que nadie la llamaba por celu, o la invitaba a compartir nada. Lo que me generó cierta obligación de ayudarla para que no estuviera tan sola. Es así que logramos contactar, Ella estaba sola y yo también. Nos empezamos a hacer amigos y a contarnos nuestras penurias y secretos. Ya pronto parecíamos hermanos.
Todo cambió cuando en una tarde de secretos le conté mi problema debido al tamaño de mi pene. Eso enseguida la puso en situación de intriga. Noté el cambio de actitud, más de una vez la descubrí observando mi entre pierna. Llegó a tal grado la confianza entre nosotros que me contó que todavía era virgen. Que había tenido dos malas experiencias con unos novios por lo que nunca se había entregado a ningún hombre. Ese mismo día me propuse brindarle el placer de una buena verga pero con cariño.
Es así que comencé a salir del baño en calzoncillos, obviamente ella limpiando el pasillo no podía dejar de ver el bulto en mi partes pudendas. Tanto la presioné que una noche en que estábamos solos debido a que mis padres se fueron a una recepción del trabajo, luego de cenar nos pusimos a ver una película, y de pronto tomamos noción de que estábamos solos, uno cerquita del otro y que había algo de atracción entre nosotros. Me acerqué y le propongo un beso, acepta y nos entrelazamos en un momento de pasión único, era meternos manos por donde fuera, sus pechos fueron míos, sus nalgas también y mi verga fue motivo de una calibración por parte de sus manos.
Viendo que los dos estábamos de acuerdo nos fuimos a mi habitación, procedimos a desnudarnos y allí descubrí lo hermosa que es Elena. Su cuerpo sin ser el de una modelo tiene todo lo necesario, sus pechos son medianos pero llenos y turgentes. Sus nalgas redondas y plenas, y su pubis totalmente depilado, lo que me agradó sobre manera. Yo solamente tenía para mostrar mi badajo, que a esa altura estaba totalmente erecto y duro.
Elena al descubrir por primera vez el tamaño de mi verga se sorprendió. Se acerca y lo toma en sus manos, lo acaricia, mueve el pellejo adelante y atrás, lo sacude, mientras yo acaricio sus pechos y sus nalgas. Nos recostamos en mi cama, y me bajo a su entrepierna, procedo a darle una exquisita mamada de concha que la lleva al borde del orgasmo.
Pasado un rato de lamidas y metidas de dedo, me recuesto y le pido que me la mame, al principio no sabe bien como hacerlo pero luego de un par de indicaciones procede a tragarse media verga y no lo hace tan mal.
Pronto estoy listo, le comento que podríamos probar de tener sexo convencional a lo que asiente con algo de miedo, me pide que por favor sea delicado, que mi verga es muy gruesa y ella todavía es virgen. Le confirmo que no seré rudo, y procedo a levantar sus piernas hasta mis hombros.
Su vagina está brillosa de lubricación, pongo bastante saliva en la cabeza de mi pija y se la acomodo entre sus pliegues vaginales, ella suspira fuerte esperando la penetración, se la empiezo a meter, ella gime suavecito, la pija se va abriendo camino pero cuesta, llego a su virgo, y me quedo quietecito, de pronto sin aviso, se la meto profundo, perforo su himen y sigo penetrándola hasta que la punta pega en su útero, para esto observo las lágrimas de dolor en la cara de Elena.
No me muevo, dejo que transcurra el momento, luego suavemente comienzo a cogerla, de a poquito, saca y mete. Cada vez más afuera y cada vez más adentro, pronto noto que su vagina ya se adaptó al tamaño de la verga, ella participa, pronto me está tomando de las caderas e intenta que la verga le entre más adentro, imposible.
Y así llega a su primer orgasmo, yo estoy ahí de acabar, se lo hago saber, no me deja salirme, y se mueve más rápido y así logramos ambos llegar al unísono al orgasmo. Le llené la concha de semen y ella acabó junto a mí.
Nos relajamos, le saco la verga y su cocha resume jugos, la miro y sonríe feliz, toma mi verga y la sacude despacito como jugando, y me dice, Señor, su pija es una delicia. Espero que otra vez podamos disfrutarla. Yo estoy feliz, por primera vez pude poner mi verga en una concha. Ya amo a Elena.
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