Soy un cornudo y me encanta serlo

📋 Lecturas: ️
⏰ Tiempo estimado de lectura: min.

Cristina y yo nos casamos muy jóvenes, mis padres nos regalaron un piso, en una ciudad periférica a madrid, aunque tanto ella como yo trabajábamos en la capital, ella en un restaurante y yo en una fabrica, yo tenia la suerte de que la empresa tenia autocares, para llevar a los empleados al trabajo, y había una parada cercana a mi casa, pero cristina tenia que tomar tres medios de transporte, así que la mayoría de las veces, por no decir casi siempre, nos quedábamos en casa de sus padres, que vivían en madrid, y a mi no me importaba ya que por allí también pasaba una línea de la empresa, yo libraba los fines de semana, pero cristina solo un día y era entre semana, así que yo aprovechaba esos fines de semana para llevarme alguna amiga a mi casa y montarnos una pequeña fiesta, después dejábamos la casa recogida y allí no había pasado nada, y solo íbamos a dormir la noche en la que ella libraba al día siguiente, y así hicimos una noche en la que ella tenia que librar.

sonó el despertador a las seis de la mañana, no me hizo mucha gracia ya que habíamos estado follando, hasta altas horas de la madrugada y tenia sueño y me encontraba algo cansado, pero cristina como hacía siempre se levantó y me preparo un café que me llevó a la cama, encendí un cigarrillo mientras me lo tomaba y miraba como cristina se paseaba por la habitación completamente desnuda,¡ venga!, me dijo, que se te va hacer tarde,¡ levántate ya!, me levante sin mucha gana y me vestí, me preparé el almuerzo y salí para la parada del autocar, hacía fresco y cuando llegué ya había varios compañeros allí esperando.

llegamos a la fabrica, me cambié y me fui a mi lugar de trabajo, un torno, en la sección de mantenimiento, tenia ya planificado el trabajo para el día, así que fui a preparar el material para el trabajo, tenía que levantar una pieza de hierro para cortarla, se me escurrió y me machacó varios dedos de la mano izquierda, se hincharon y uno se me puso morado,así que me llevaron a la mutua, no fuera que me hubiera roto alguno, según llegué, me hicieron unas radiografías y me miro un traumatólogo, que me dijo que no había rotura, pero que me daba la baja unos días hasta que se bajara la inflamación, me pusieron unas vendas y me inmovilizaron los dedos y ya después volvieron a llevarme a la fabrica, se lo comunique al encargado y jefe de sección, me cambié y me fui para mi casa, no era muy tarde, esto serian las once de la mañana, a esa hora los autobuses, no iban ya tan llenos y el trafico estaba mas fluido, y aunque tenia que tomar varios transportes, no tarde mucho en llega a mi barrio.

mi casa era un bajo y las ventanas de la habitación y el salón daban a la calle, tuvimos que poner rejas en toda la casa, ya que se encontraban a la altura de la calle, cuando pase junto a ellas vi que las persianas estaban bajadas y me imagine que cristina continuaría acostada, pero al llegar justo a la ventana de la habitación, escuché unos sonidos que me resultaron muy conocidos, eran los gemidos de mi mujer, cuando follamos y está gozando a tope, también escuche una especie de gruñidos que no eran de ella, y comprendí que no estaba sola, por mi mente comenzaron a pasar miles de cosas, sentí rabia, dolor, cabreo, pero me contuve y me fui hacía la puerta del portal, no llamé al portero automático, abrí y me dirigí a la puerta de mi casa que era la primera de la izquierda, abrí con mucho cuidado de no hacer ruido, la puerta de la calle daba directamente al salón, la luz estaba apagada, pero se veía claridad por la luz de mi habitación que estaba dada y la puerta abierta, los gemidos se podían escuchar con mucha mas claridad, aunque no podía ver lo que estaba pasando dentro, ya que la puerta aunque estaba abierta pillaba al fondo del salón a mano izquierda, me acerque sigilosamente, para que no me oyeran y pillarlos infraganti, cuando me coloque en el resquicio de la puerta, la visión que tuve me dejo completamente paralizado, allí estaba mi mujer follando con un tío, los tenia frente a mi, pero de tal manera que ellos no podían verme, ya que cristina estaba debajo de él, con las piernas por encima de sus hombros, él encima de ella, de espaldas a mi, con las piernas separadas, follándola como un potro desbocado, ante mi tenia el coño de mi mujer muy abierto, siendo penetrado por aquella polla que pude comprobar que era bien gorda y larga y encima estaba descapullado, ya que se le salio unas cuantas veces, en las que ella le gritaba que se la metiera y la follara sin parar, de su coño no paraba de salir liquido brillante y blanquecino, que la chorreaba en cantidad por la rabadilla del culo y estaba la sabana chorreando, de tal manera que yo pensé que si se le volvía a salir, la podría entrar por el culo sin problemas, vi que él se había corrido por el liquido blanquecino y espeso que envolvía su polla, se podía escuchar aun con los berridos de ella el chop, chop, chop, de su coño siendo perforado sin parar y el plab, plab, plab de las caderas de él golpeando las cachas del culo de mi mujer, me quedé quieto, callado ante tamaña visión y con la tranquilidad de que en aquella posición que ellos tenían, no me podían ver y con los chillidos que ella daba, tampoco me podían oír, mi polla no tardo mucho en ponerse gorda y me entraron ganas de unirme a la fiesta, pero no podía hacerlo, estuve observándolos cerca de media hora en la cual ellos no pararon de follar y follar y después decidí irme como había llegado, no tuve el valor de interrumpir aquel espectáculo, me fui a dar una vuelta, para ver si el frescor de la mañana me quitaba la calentura, estuve dando vuelta hasta que fue la hora mas o menos en que solía llegar de la fabrica, cuando regresé a la casa, cuando llegué cristina se encontraba aún en la cama desnuda dormida, y aquel hombre ya se había marchado. verla allí desnuda volvieron a mi cabeza las imágenes que había presenciado horas antes y mi polla se me volvió a poner dura como el palo de la bandera, me desnudé y me tumbé junto a ella, pegué mis caderas a las cachar de su culo y la arrime la polla para follarla como un loco y cual no fue mi sorpresa que al hacerlo la entró por el culo sin ningún problema y entendí que a la muy puta se la habían follado por todos los lados, y yo como macho alfa, deposité mi semen en su culo y en su coño para cubrir el olor del otro macho.

tiempo después nos confesamos nuestras infidelidades y decidimos follar con otros y otras pero juntos sin engañarnos, pero eso ya son otras historias..

🙂 Baguira1955

Compartir en tu redes !!
AlfredoTT
AlfredoTT
Relatos: 4237