Primera vez por el culo. Desvirgada

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Como todos los días, íbamos a un lugar apartado y rodeado de arbustos, donde iban las parejas a follar. Aparqué el coche, y después de hablar un rato, comenzamos a acariciarnos. Mientras ella me desabrochaba el pantalón y dejaba escapar mi polla dura, yo metía mi mano por debajo de la falda y bajando sus braguitas, comenzaba a jugar con su coño.

Ella era rubia, 1´70 de estatura, un poco rellenita, con unas tetas (.)(.) grandes de la talla 100 y un delicioso culo que pedía a gritos ser follado.

Después de sobarnos un buen rato, reclinamos los asientos y con nuestra ropa y los parasoles del coche, tapamos los cristales para evitar las miradas indiscretas de los pajilleros que sabían que íbamos las parejas a ese lugar y echamos los seguros de las puertas. Ya desnudos comenzamos de nuevo a acariciarnos por todos los rincones de nuestros cuerpos, sin dejar un centímetro que no fuera besado o lamido.

Mientras ella me mamaba la polla, yo jugaba con mis dedos en su coño, metiéndole, a veces, hasta tres dedos. Cuando llegó al orgasmo, mi mano se mojó con sus jugos, los cuales, para su sorpresa, utilicé para lubricarle el ojete y poco a poco, pues era virgen por el culo, comencé a meterle el dedo anular. Al principio le molestó un poco, pero cuando se fue acostumbrando a mi dedo, ella misma movía su culo a la par de mi penetración con el dedo, mientras seguía mamándome la polla.

Después de un buen rato, dejó de chupar y la coloqué en el asiento boca arriba, puse sus piernas en mis hombros y de un solo empujón le metí mi polla en su coño, soltando un gemido. Poco a poco comencé el bombeo y ella movía sus caderas acompasadamente con mis embestidas, hasta que los dos llegamos al orgamo a la par, sintiendo la mezcla de nuestros jugos resbalar por mi polla, cuando la saqué.

Nos recuperamos fumando un cigarrillo, y comencé a besarle las tetas, lamiendo y dando suaves mordisquitos a sus pezones, mientras jugaba con mi dedo dentro de su coño y ella me pajeaba.

Cuando volvió a ponerse dura, la coloqué de perrito en el asiento y volví a insertarle el coño, mientras jugaba con sus tetas. En un momento dado, mientras la follaba, le escupí bastante saliva en el ojete y volví a meterle un dedo, ante la nueva sorpresa de ella, pero siguió meneando sus caderas al ritmo de la follada. Cuando se acostumbró a un dedo, metí un segundo y seguí jugando en su ojete, haciendo círculos con mis dedos, ella seguía gimiendo entre molestia y placer, hasta que llegó al orgasmo.

Saqué mi polla de su coño, y lubricando su ojete aun más con sus jugos, coloqué mi polla en su asterisco y poco a poco comencé a empujar hasta que entró el glande. Ella se quejó un poco, pero me dijo que siguiera, por lo que muy despacio continué la penetración, hasta que estuvo la mitad de mi polla dentro de su culo.

Esperé a que se acostumbrara, mientras acariciaba su clitoris, y poco a poco comencé el bombeo. Soltaba de vez en cuando unos gemiditos entre dolor y placer, pero movía su culo al ritmo de mis embestidas, hasta que poco a poco se la metí hasta que mis huevos chocaron con su piel. En ese momento soltó un quejido y unas lagrimas rodaron por sus mejillas. Yo seguía jugando con su clitoris, hasta que llegamos al orgasmo, casi simultaneamente, llenando mi mano con sus flujos y yo su culo con mi leche.

Cuando la saqué, morcillona por la corrida, restos de mi corrida se mezclaba con un poco de sangre. Le limpié el ojete muy despacio, con una toallita húmeda que siempre llevábamos en el coche, acariciándolo suavemente, hasta que dejó de escurrir mi leche.

Nos vestimos, destapamos las ventanillas y mientras nos recuperábamos fumando un cigarrillo, observamos a una pareja entre los arbustos follando desnudos, con ella de bruces en el capó del coche y el dándole desde atrás, agarrándola por las caderas. Nos comenzamos a reir al ver a dos pajilleros masturbándose entre los arbustos, ante tal escena.

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Sevilla1972
Sevilla1972
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