Por fin convencí a mi mujer!! – I, II, III, Final

📋 Lecturas: ️15414
⏰ Tiempo estimado de lectura: 36:00 min.

PARTE I

Este es el relato original está dividido en 4 partes, es mío, es mi experiencia verdadera, obviamente he cambiado algunos datos, nombres escenarios etc; pero es completamente real, espero que les guste para seguir publicando las siguientes partes.

Por fin había convencido a mi esposa de cumplir mi fantasía, verla con otro en la cama gozando mientras yo los observaba. Fueron años de convencimiento en los que solo me daba vanas esperanzas. Cuando follábamos y estaba bien caliente me decía que si, que ya quería probar otra verga y que se le antojaba verme ahí sentado mirando cómo se la follaban, pero cuando pasaba la calentura solo me daba evasivas y largas, siempre me decía que si, que se le antojaba mucho pero no era solo cosa de invitar a algún tipo, abrir las piernas y ya. Ponía miles de excusas y yo me tenía que aguantar para no incomodarla, pero siempre insistía, hasta que el destino se encargó de armar el momento propicio y me puso todo en bandeja de plata.

En mi negocio de Ferretería, uno de los empleados de más antigüedad sufrió un accidente de coche y estaría por lo menos tres meses en recuperación, él se encargaba de la pequeña bodega que estaba conectada con mi casa y me había puesto en aprietos, pues aunque tenía todo en orden y de forma impecable, necesitaba de urgencia alguien que lo reemplazara. Otro empleado me habló de su sobrino, un chico de 23 años con experiencia en almacén y en ferretería, lo llamé de inmediato y por suerte estaba libre porque había abandonado temporalmente los estudios.

Cuando llegó al negocio demostró mucha eficiencia, era rápido para el trabajo, continuó el orden que había dejado Carlos, el empleado anterior y todo marchó como relojito. Esteban era un chico moreno, casi mulato, alto, fornido, musculoso y muy simpático, siempre sonreía y trataba a todo mundo con cortesía, era muy respetuoso con sus compañeros y no había queja alguna de su trabajo.

Como dije anteriormente la bodega tenía una puerta que conectaba a mi casa, por ahí entraba y salía yo a cada rato, y también lo hacía mi mujer, Imelda. Tengo una hembra deliciosa por esposa, bajita, rubiecita de ojos claros, pelo largo y un cuerpo de lo más hermoso, tiene de todo, unas piernas que hacen juego con su redondo y duro trasero, unas tetas largas y puntiagudas y una cara de lujuriosa que todos los hombres desearían llevarla a la cama.

El primer día que Esteban llegó al negocio, estábamos precisamente afinando detalles sobre el inventario cuando apareció Imelda por la puerta, no quiso interrumpir y solo sonrió como intentando regresar a la casa, yo la detuve- Imelda, mi vida ! El es Esteban, sobrino de Julio, y estará supliendo a Carlos por un tiempo. Mi mujer se acercó sonriendo y extendió la mano al chico que la miraba embobado.

Una descarga eléctrica me recorrió por todo el cuerpo cuando se saludaron y vi el nerviosismo y la excitación que Esteban había provocado en mi hembra, su cara se puso roja y su sonrisa era diferente, titubeaba al hablar y pude notar sus manos temblorosas acicalando su cabello. Esteban mientras tanto se presentaba y se ponía a sus órdenes mientras disimuladamente veía esas tetas que se contoneaban, y esos maravillosos muslos blancos y firmes que asomaban en el corto vestido que traía mi mujer.

Una sonrisa maliciosa brotó instintivamente de mí hacia mi mujer. Después de eso mi morbosidad llegó a límites inusitados. A partir de ahí comencé a maquinar lo que ahora si sería una realidad, estaba seguro que por fin conseguiría hacer que mi mujer cumpliera mi fantasía, pues había notado, había sentido, había palpado la excitación que ese muchacho había despertado en ella y tuve el cuidado de no hacer ningún comentario al respecto para no verme tan obvio.

De ahí en adelante me emplee a fondo en la cama, no solo en las noches, a veces me daba mis escapadas y la encontraba en la cocina, con el delantal puesto preparando la comida, y tomándola por detrás , la empinaba en la mesa y ahí mismo la follaba hasta hacerla gritar de placer. –Que escándalo que hacemos cariño, estamos muy cerca de la bodega, nos puede escuchar Esteban.- Hummm, que rico, para que muera de envidia si nos escucha, seguro se morirá de antojo imaginando como te hago gozar, – ja j j a j aja ¡! Eres el demonio mi amor, no tienes vergüenza ¡!!. Al mismo tiempo, le fui dando y soltando toda la confianza a Esteban, cuando estábamos en la parte de enfrente del negocio y pasaban vecinas del sector, nos poníamos a hacer comentarios sobre esas hembras, que hermosos traseros, que rico ha de comer polla, que jovencita y que buena que está….en fin, nos hicimos “Cuates”, como decimos aquí en México.

Los Sábados hacíamos revisión de materiales y existencia en la bodega, así que Esteban era el último en irse, ese día le pedí que se quedara, tenía algunos planes que revisar para reubicar unos estantes y le ofrecí cervezas para trabajar más relajados.

Ya por la quinta cerveza llamé a mi mujer con el pretexto de que opinara sobre el color que íbamos a poner en las paredes de los nuevos estantes, un pretexto absurdo a todas luces pero ella apareció como siempre, enfundada en un mini vestido floreado, de gasa transparente en tonos cafés, que hacían resaltar sus maravillosas piernas y un escote que le cortó la respiración a Esteban cuando Imelda se agachó a mirar los muestrarios del catálogo de pinturas, se le iban los ojos y pude ver el enorme bulto que se formaba en su entrepierna, no cabía duda que el chico estaba bastante bien proporcionado pues el bulto era descomunal, tanto que mi mujer toda sonrojada no pudo evitar desviar su mirada hacia dicho bulto, cosa que me puso aún más encendido.

Me hice el disimulado y los dejé un momento para ir al baño, cuando regresé, el rostro enrojecido de mi mujer me decía que la plática entre ellos era más que de color de pintura una plática caliente de otro tema, pude ver sus miradas y la respiración agitada de mi mujer que se disculpó y entro de nuevo a la casa.

Ya tenía prisa por quedarme a solas con mi hembra, así que en cuanto Esteban se fué, sin mediar palabras la tome firmemente del brazo, la tendí en el sofá y le bajé los pantys negros de satín, puse cara de asombro al ver que estaba escurriendo y mirándola a los ojos comencé a devorar su almeja. Que cara de puta que tenía! solo cuatro o cinco chupadas y explotó como una perra, se comenzó a retorcer enloquecida y yo bebí todo ese jugo al que me había acostumbrado durante todos esos años.

No la dejé reaccionar, levanté sus piernas sobre mis hombros y de un solo golpe la penetré hasta el fondo, toda mi verga dentro de ella de una sola metida, comencé a bombearla despacio pero con firmeza, sus ojos se volteaban de placer y comencé mi obra maestra de convencimiento.

– Así me gusta verte zorrita, que disfrutes mi verga con locura….Ahhh, que linda te ves gozando…ahora entiendes por qué tengo esa fantasía de verte follando con otro? es porque gozas delicioso, te ves como un sueño…Mira que culo tienes, que lindo sexo y como te mojas, le dije mientras arreciaba mis movimientos y clavaba mis dedos en sus muslos.

– Estabas caliente mamita ?…estabas toda mojada…..verdad que estabas caliente ?. Quiso negarlo pero la interrumpí.

– –Siiii, claro que estabas caliente, no se te antoja complacerme? no se te antoja cumplirle su fantasía a tu marido?, como siempre que estábamos follando, solo decía , – Si, si se me antoja, pero ese día lo dijo diferente, mirándome a los ojos, ya no por seguirme la corriente sino como una súplica, la bombee más fuerte mientras me dejaba caer sobre su sexo con mi verga y seguí con mis argumentos. – pues ya es tiempo mamita, por favor haz realidad mi fantasía, quieres?, no podía mantener sus ojos mirando los míos, los volteaba en cada estocada y tuvo su segundo orgasmo, se retorcía como nunca y aproveché para dar el siguiente paso.

– No quieres probar otra verga mi amor? no te apetece ?

– que te parecería una verga mucho más grande y gruesa que la mía, que te coja sin piedad, que te llene y te haga gozar en la cama doblemente….

– Mis movimientos aumentaron y su locura también.

– – Siiiii, si mi amor, si quiero.

– – Verdad que estaría rico mi cielo?….estás bien buena y quiero mirarte coger como una zorra. Eso la puso a mil, se volvió a correr y como pudo me sostuvo la mirada mientras se tensaba todo su cuerpo.

– Peee….ro con …quie…n, mi a…mor…Ahhhhhh!!!, di…me con qui…eeen, y teniéndola rendida en mis manos, dije las palabras mágicas.

– Quiero que te coja Esteban, quiero que cojas con él en nuestra cama…..

Y aquello fue un detonante que nunca voy a olvidar, aún no terminaba la frase cuando explotó en otro tremendo orgasmo que coincidió con la explosión de mi herramienta y me vine dentro de ella, seguí bombeando sin dejar de insistir.

– Así mira, así te va a follar ese moreno, seguro tiene una verga enorme y te va a llenar todita, ya tengo todo planeado….verdad que si quieres?… con sus fuertes espasmos y con el rostro enrojecido, las venas de su cuello marcadas como si fueran a reventar y mirándome con los ojos entrecerrados enloquecida solo atinó a decir.

– Ahhhh, si papá ¡!, siiiii, que m…e co….ja Estebaaaan, quiero su verga….siiiiii….asíiiii, siii, quie…ro que me co…..ja y que tu me veaaas, go…zandooo….Ahhhhh!! y como una sinfonía de placer, rematé con fuertes estocadas que llevaron a mi hembra al éxtasis total.

Poco a poco fui aminorando mis movimientos para tenderla suavemente mientras nos besábamos y recuperábamos el resuello. Ahora era mi turno, sin dejar que dijera nada esta vez ya no le permití evadirse, aún a medio vestir la tomé de la cara, le pedí que me mirara a los ojos y teníamos que hablar seriamente, ya no estaba jugando y esta vez era un momento decisivo.

-No te voy a permitir que me dejes como siempre, lo oyes ?Ahora me tienes más caliente que nunca y tú estás que te mueres por esa verga, así que , vamos a hablar claro….de acuerdo?

Y con un brillo en los ojos que yo no le conocía acercó sus labios y con un beso suave, solo murmuró susurrando a mi oído – Si papi…. claro que si….. ahora si…. te lo juro.

Desde ese día se abrió el paraíso para nosotros, el siguiente sábado fue nuestro debut en un delicioso trío, y eso se los contaré en el siguiente relato.

PARTE II – Nuestro debut

Toda la siguiente semana fue planear y planear, ir y venir, por las noches o durante el día me empeñaba en mantener y aumentar la calentura de mi mujer, pero ya no era yo quien la follaba, le pedía que pensara en Esteban, nuestro moreno semental, le pedí que imaginara que era él quien la follaba y la muy zorra sin pensarlo dos veces, como si estuviera de verdad gozando con él, mascullaba entre gemidos….- Siiii papi….siii Esteban, mi negro siiii, dame maaas….. Aggghhh que rica vergaaaa….y se corría como una zorrita caliente, la sentí como nunca y ese preámbulo me hizo sentir que las cosas iban bien.

Mientras tanto durante la semana también trabajé a Esteban, invariablemente le sacaba plática acerca de las hembras hasta que se soltó contándome algunos aspectos de su vida íntima y sexual. Había debutado desde muy joven, con una de sus tías maduras. Me contó que había tenido muchas mujeres, jóvenes, maduras, casadas, que tenía mucha suerte con ellas y había hecho algunos tríos MHM y HMH, era muy solicitado por el tamaño de su herramienta, según me confesó y me di cuenta que no estaba fanfarroneando. Hurgando un poco más lo interrogué discretamente para ver con quien estábamos tratando y descubrí que no era un promiscuo y que siempre se cuidaba, yo me solté contándole algunas indiscreciones de ciertas vecinas y él ahondó en el tema diciendo que le encantaban las maduras, cosa que como comprenderán me puso a mil.

El viernes fue un día decisivo, lo hice que se quedara hasta muy tarde y volvió la plática acerca de las hembras y los tríos…… y solté la dinamita, como veía el enorme interés que él mostraba por el tema le dije mirándolo a los ojos y con actitud seria.

  • Te voy a contar algo por que te he tomado mucha confianza, mi mujer y yo somos una pareja muy pero muy caliente, hemos disfrutado en la cama como no te imaginas, y yo en lo personal tengo la fantasía de hacer un trío con mi mujer y otro hombre.

Sus ojos se desorbitaron y abrió la boca volteando para todos lados.

  • Como señor? ustedes son swingers? –
  • No, no lo somos, nunca lo hemos hecho, se lo he pedido muchas veces a mi mujer, a ella la calienta mucho la fantasía y me ha prometido infinidad de veces que me la cumpliría pero nunca lo ha hecho. Ella no quiere correr riesgos, quiere hacerlo con alguien de mucha confianza, con toda discreción, entonces siempre me ha puesto mil excusas.
  • Ahora te diré otra cosa Esteban, le dije sin dejar de mirarlo a los ojos, – tu me has despertado mucha confianza, me pareces un buen tipo, sano, discreto, y sobre todo respetuoso- . El me miraba nervioso y con las manos temblorosas, – dime….. si convenzo a mi mujer de que cumpla mi fantasía…..le entrarías?, te cogerías a mi mujer Esteban?-….
  • Se..ñor, no sé que decirle, no me estará vacilando, verdad?-
  • Por supuesto que no muchacho, mira, te voy a hablar al chile, veo que mi hembra te gusta mucho, como a casi todos los hombres, y veo que a ella no le desagradas, yo lo siento, lo percibo…
  • Ella le ha dicho algo señor??-….
  • No, para nada, te digo que ella no se decide a hacerlo, (le tuve que mentir), pero tengo planeado algo y no le quedará más remedio que cumplirme, le daré la sorpresa, pero dime, que piensas?.
  • Guauu, señor, que quiere que le diga?, si no me está tomando el pelo, le diré que la señora Imelda es la hembra más buena que he visto en mucho tiempo, es maravillosa, sexy, y con todo respeto se nota que es una hembra muy pero muy caliente-.
  • Así es Esteban, es toda una perra en la cama, le encanta hacer de todo y estoy seguro de que tú le despertaste la calentura, así que si quieres que mañana sea tu día, después de que termines tu turno ve a tu casa, toma una buena ducha, ponte muy guapo y te espero aquí, llega por el frente de la casa, a ella le diré que se ponga hermosa y Sexy por que la llevaré a una cena especial y cuando estemos los tres ahí en la sala, ya no tendrá escapatoria.
  • Y si se molesta señor, no habrá problema?, no me gustaría causar un disgusto o quedar mal con su esposa….
  • Yo me encargo de ella, tú solo haz tu parte y sigue al pié de la letra lo que yo te digo.-

Esa noche puse todo en orden, le dije a mi esposa que lo había invitado y le había propuesto lo del trío, pero obviamente le dije que le había aclarado que ella no sabía nada.

  • No vaya a pensar que soy una puta que se muere por tener dos pijas-, me dijo mi mujer mientras me abrazaba golosa y agradecida en nuestra cama. Esa noche le pedí que guardáramos nuestras ganas para el día siguiente, y así, abrazados, nos quedamos dormidos pensando en lo que nos esperaba con Esteban.

El sábado estuvo muy ajetreado, mi mujer no salió de la casa pero la sorprendí mirando a Esteban por la ventana, eso indicaba que se moría por tirárselo, también el chico estuvo nervioso y trataba de hablar lo menos conmigo. Cuando cerramos el negocio lo acompañé a la salida y para inyectarle confianza le dije: Te esperamos más tarde, ella está que se derrite de caliente y yo también, vamos, no titubees y no faltes, te esperamos como a las ocho, solo recuerda que ella no sabe nada y es una sorpresa.

  • Claro que no faltaré señor, no se va a arrepentir, de verdad no me lo creo pero aquí estaré en unas horas-.

Mientras tanto, tuve que encargarme del nerviosismo de mi esposa, le hice ver que tenía todo bajo control y juntos elegimos lo que se pondría esa noche sobre su delicioso cuerpo. Nuestra recámara se encuentra en el segundo piso y la casa está bastante separada de las casas vecinas, pero aún así mi esposa insistió en que pusiéramos cortinas dobles en las ventanas, bien gruesas y oscuras para evitar ruidos y sospechas hacia el exterior, luego se metió a la ducha y al terminar comenzó a transformarse en una diosa. Sólo imaginen, mi mujer mide 1.55 de estatura, es de piel blanca, suave y nacarada, sus pechos son largos y puntiagudos, su cintura es breve y sus caderas redondas, firmes, carnosas, sus piernas suaves y firmes y un culo lleno, redondo que se ensancha con solo inclinarse un poco. Su cara linda enmarcada por unos ojos aceituna y su pelo castaño la elevaron a otro plano cuando se vistió con un liguero negro, unos panties de satín y encaje del mismo color, haciendo conjunto con su delicado sostén, se enfundó en un sexy mini vestido también negro con escote pronunciado que se apretaba sobre sus puntiagudos senos que pugnaban por salir, y que hacía que sus piernas, sus deliciosos muslos parecieran un sueño. Para rematar, unos tacones altos y un peinado elegante que me puso a mil…..era toda una reina, una hembra de primera clase lista para entregarse a sus machos, dispuesta a complacerme, a cumplir mi fantasía de verla en la cama con otro hombre.

Cuando sonó el timbre le di un caliente beso de lengua, y propinándoles una fuerte nalgada le dije que subiera a la recámara y que no bajara hasta que yo le llamara, que ahí estaba su semental y no había vuelta atrás, respirando profundo solo sonrió y como una gatita en celo se retiró subiendo con graciosos saltitos la escalera.

  • Que onda Esteban ¡! Pasa hombre, pasa, le dije hablando quedito y cerrando de inmediato la puerta, te estoy esperando-.

Educadamente me saludó y me extendió una botella de vino con mucha cortesía.

  • Traje un poco de vino, señor.
  • Gracias, pasa, yo estoy tomando cervezas, quieres que abramos el vino o lo dejamos para más tarde?-
  • Si tiene una cerveza se lo agradecería-.

Regresé con la cerveza y nos sentamos en el sofá, me levanté y acercándome a las escaleras le grité a mi esposa, -Imeldaaaa, baja mi amoooor- ,tenía las luces de la sala completamente encendidas para que cuando descendiera pudiéramos contemplarla en todo su esplendor y así fué. Mi hembra bajó lentamente dejando a Esteban con la bocota abierta y a mí con una sonrisa de orgullo, cuando estaba a media escalera se hizo la sorprendida y miró a Esteban frunciendo el ceño, el muchacho se puso nervioso y yo lo tomé del brazo para tranquilizarlo.

  • Que pasa cielo?, Hola Esteban, buenas noches…..amor, no sabía que estaba alguien contigo, que pasa?.

Sonriendo, esperé que bajara y estuviera frente a nosotros, Esteban temblaba y estaba pasmado, pude ver como discretamente respiraba profundo y a pesar de eso se ponía tenso mirando embelesado a esa hembra que le cortaba el aliento, yo, mirando fijamente a mi mujer y sonriendo complacido le pedí que se acercara, con mis ojos clavados en los suyos y hablando pausado pero firme le dije.

  • Cariño, esta noche no vamos a ninguna cena elegante, esta noche no saldremos de casa-.
  • N…o, entiendo amor, entonces por qué me pediste que….
  • Lo sé Imelda, pero no hay cena, escucha mi amor, he esperado este momento por mucho tiempo, Esteban está aquí porque he hablado seriamente con él, nos hemos hecho amigos, es un muchacho serio, respetuoso y me cae muy bien-.
  • Pero….q…ue…-
  • Espera cariño, este es un momento decisivo, no vamos a ir a ninguna parte-, la halé suavemente del brazo y acercándola muy pegadita a nosotros susurrando en el espacio que quedaba entre los tres le dije quedito
  • Esta noche, amor mío, quiero que cumplas mi fantasía, he hablado con Esteban cada detalle, hemos hablado de hombre a hombre, largo y tendido, y esta noche no quiero que me dejes soñando, es ahora o nunca nena-.
  • Ay Gonzalo!!, me dijo abriendo desmesuradamente los ojos. – Que va a pensar Esteban!!
  • Esteban está ansioso de tenerte….y yo estoy ansioso de verlos en nuestra cama….
  • Eres un loco cariño-, me dijo con el rostro marcado por la lujuria dándome un beso suave, y sonriendo, se dio vuelta rápidamente y contoneando su hermoso trasero comenzó a subir a nuestra alcoba.

Esperé dos minutos y tomé del brazo a Esteban.

  • ok amigo, sin rodeos, vas a subir y a lo que vas, no comiences con miedos ni a disculparte por todo, nada de charlas absurdas ni escarceos bobos, ya todo está hablado, llegas y directo al grano, despacio y suave, o rápido y salvaje pero tómala, empléate a fondo amigo, es tu hembra….. vé y cógetela que yo los alcanzo en un momento-.

El Moreno subió como bala, lo vi entrar abriendo suavemente la puerta de nuestra alcoba y yo, con mi verga a punto de estallar, apagué la luz de la sala y esperé cerca de diez minutos sentado en el sofá, luego abrí otra cerveza, me quité la ropa y lentamente subí la escalera, mi corazón latía como potro desbocado y conteniendo la respiración me acuclillé temblando sobre la puerta entreabierta.

Cerrando los ojos, esperaba escuchar los gritos de mi esposa y las fuertes embestidas de Esteban, pero para mi sorpresa solo se escuchaban gemidos y frases entrecortadas. Mientras me acostumbraba totalmente a la oscuridad, abrí un poco más la puerta sin que ellos lo notaran, y gateando como un polizonte sobre la alfombra, cerré la puerta con sumo cuidado y me arrastré hacia un lado del closet, los tenía a casi a tres metros de mí, me hice espacio entre el closet y la pared y al sentarme, totalmente acostumbrado a la oscuridad de la alcoba y camuflado por la estructura del mueble comencé a disfrutar el espectáculo sexual más caliente de mi vida.

No había gritos por que estaban comiéndose a besos, Esteban estaba sobre mi esposa, quien tenía las piernas enrolladas sobre sus caderas, ella conservaba sus panties y él su bóxer, estaban completamente entrelazados devorándose, ella lo tenía aprisionado con sus piernas y él disfrutaba golosamente sus labios mientras se decían de todo.

Enseguida les narro todo lo que vi y escuché desde mi palco privilegiado como un espectador de primera fila, espectador que ellos no tenían ni la más mínima noción de que se encontraba como mudo testigo agazapado en la penumbra.

  • Que rico besas papi….mmmmmh-
  • Es que estás deliciosa, quisiera fundirme contigo…..
  • Mmmm…siii …así quería tenerte cariño…que caliente estoy…(su respiración era agitada y entrecortada)
  • Mi verga está enorme corazón, creo que 23 centímetros y muy gruesa ….te va a gustar mamita….(le decía mientras hacía movimientos circulares por encima de la ropa interior, restregando su enorme paquete contra la vulva caliente de mi mujer)….Ella suspiraba y le daba toda su lengua, suspiraba y se enredaba rodeando con sus brazos el cuello del moreno.
  • Ya lo estoy sintiendo papi….tu bulto está enorme…..te quiero dentro de mi….
  • Dime nena..…tu le pediste a tu marido que yo te cogiera???- Le dijo susurrando Esteban….
  • Si papi, ya no hay nada que ocultar, sí, yo se lo pedí, se lo supliqué, me tienes caliente desde el primer momento en que te vi…..él me lo pedía hace mucho tiempo pero nadie me había hecho mojar el coño como tú.
  • Pues ahora vas a ser mía chiquita, le dijo mientras con sus gruesos labios devoraba los labios calientes que le devolvían todo el placer acumulado durante esos días.

Acto seguido, Esteban comenzó a bajar con su lengua por el cuello de mi esposa, lamió suavemente mientras ella llenaba la habitación de dulces gemidos, luego posó su boca en las largas y puntiagudas tetas y devorando los hinchados pezones comenzó a mordisquearlos haciéndola retorcerse presa de la lujuria.

  • Papiiii, ahhhh…muér….demmeee…asiiii…mjjjjj…ayyyy. pa…..piiii….cómeme maaass…..Es..tebaaaan…du….e…leeee amooor……siiii, que ricoooo….más….muér….de…me más l…os pe….zo…nesss….asiiiii mi amoooor.

Así estuvo cerca de cinco minutos, podía adivinar que le estaba dejando marcas alrededor de las tetas, pues ella emitía unos chillidos deliciosos y apretaba la cabeza del moreno tomándolo de los cabellos. Bajó por su vientre, se detuvo en su ombligo y deslizando los delicados panties comenzó un concierto de lamidas y besos en esos muslos hermosos que bien se notaba que lo tenían fascinado desde que los vio por primera vez.

Después de hacerla enloquecer con sus caricias y besos en los muslos, abrió suavemente el paraíso de su vulva y hundiendo su lengua mientras aprisionaba los muslos con sus manos, comenzó a exprimir la jugosa fruta de mi mujer quien en menos de un minuto alcanzó su primer orgasmo.

  • Es….te…ban….AHhhhhh….amor…..cómeme pa….piiiii, siiii….le decía mientras asía los cabellos del macho y giraba violentamente sus caderas.
  • Quee riiii……coooo, siiii, cari…..ñooooo…..siiii, me ven….goooo…asiiii…m…ass papaaaaa…teeeen…..siiii-

Esteban aceleró los movimientos de su lengua y se escuchó el chispeteo de los jugos de mi hembra contra sus labios, su espalda se arqueaba y soltando la cabeza del muchacho apretó fuertemente con sus uñas la almohada y girando sus caderas siguió disfrutando de la experta lengua de su amante, le conté cinco orgasmos de los buenos, Esteban se separó suavemente sin dejar de besar sus muslos mientras ella recuperaba el resuello.

Luego, se quitó él mismo el bóxer y se sentó en la orilla de la cama, Imelda se acuclilló suavemente y aunque no pude apreciarlo por lo oscuro del cuarto, adivinaba el rictus de lujuria que tenía en el rostro cuando con sus dos manos palpó por primera vez aquella enorme herramienta. Susurrando con un nudo en la garganta solo atinó a decir.

  • Papi….que verga cariño!!, que enorme…nunca había tenido una de estas, ni siquiera había visto una real de este tamaño. (eso me encendió la sangre de lujuria y morbo). Con una mano comenzó a acariciarla de arriba abajo….
  • Si mami….es toda tuya….cómetela, disfrútala….pruébala mamita….te va a encantar y después te la voy a meter toda…..te voy a coger toda la noche….

Fueron las palabras que encendieron a mi caliente hembra quien golosamente se introdujo en la boca todo aquél pedazo de carne y sosteniendo las endurecidas bolas con su otra mano, comenzó a subir y bajar con su boca propinándole unas tremendas mamadas que la hacían ahogarse por momentos, Esteban levantaba la pelvis para hundir más hondo su herramienta y mi mujercita ahora lamía con su lengua la tranca de arriba abajo.

  • Glrrpppp, papiii…que deliciosa verga…..hummm…que ricaaa….Ahhhh… sabe delicio….saaaa…..hummmm- ….y como una perra en celo siguió chupando por largos minutos hasta que en la penumbra, pude ver que Esteban con la respiración agitada y gruñendo levemente, comenzó a lanzar chorros de semen en la boca de mi mujer mientras tomándola de los cabellos hundía su verga hasta el fondo de su garganta hasta casi ahogarla.
  • Ahhhh….Im…eldaaaa….Siiiii. Ahhhhh…teeen…..cómete mi leche putaaaaa-……y haciendo movimientos lentos de mete y saca, la siguió bombeando por la boca hasta sentir que depositaba en ella hasta la última gota de semen.

Lo que siguió después lo contaré en el siguiente relato para no hacerlo tan largo y para que no se aburran. Lo que siguió después es más caliente y lujurioso. Si quieren comenten o envíenos correo a: [email protected] nos encantará saber que piensan de nuestra experiencia.

PARTE III

Después de descargar toda su leche en la boca y garganta de mi mujer, Esteban se recostó un momento sobre el lecho, para entonces yo me había corrido por segunda vez y aguantaba lo más que podía la respiración mientras me recargaba contra la pared para que no se distinguiera mi silueta detrás del closet. Sin hacer un solo movimiento, pude ver como volvían a los besos y cómo mi mujer se acomodaba en el centro de la amplia cama mientras Esteban ya recuperado blandía su dura herramienta acercándola a la empapada concha de mi Imelda. Enseguida comenzó a tallar su grueso glande a lo largo de la raja caliente de mi hembra quien con agitados bramidos empezó a girar sus caderas sintiendo como desde el nacimiento de la raja hasta el abultado clítoris, esa cabezota la hacía temblar de todo el cuerpo, pues eran talladas de abajo hacia arriba y viceversa, acelerando con firmeza hasta que, nuevamente apretando la almohada con sus uñas comenzó a explotar como una zorra….

  • Aggggg….paaaa…piiiii…ooootra…veeeez…..siiii,. a….mor…..me mataaaas…..ahhhhh….Siiii…no pareeessss….aaam…..oooor…..Siiiii…

Mi corazón quería salirse del pecho, no podía creerlo pero enfoqué bien mis ojos hacia donde la enorme tranca se tallaba sin piedad contra la raja, y lleno de envidia, de celos, pero al mismo tiempo de lujuria y morbo deduje y escuché algo que fue música para mis oídos y una descarga eléctrica para mi verga……Estaba eyaculando!! …la muy puta estaba eyaculando como sólo lo había visto en algunos videos y pelis pornos, el chasquido que hacía la enorme cantidad de líquido que expelía su coño se escuchaba en toda la habitación. Esteban se acomodó, le abrió la vulva con los dedos y siguió restregando la gruesa y dura tranca, ahora un poco más adentro, me imagino que de tal forma de que los labios sintieran más atrapada la caliente brasa, pero sin entrar demasiado. Pude ver los enormes chorros que le caían a Imelda sobre las tetas y en el vientre, y pude ver como ella….mi amada, conocía la eyaculación femenina por primera vez en su vida.

Durante largo rato estuvo exprimiendo las entrañas de mi mujer y en un momento en que sintió venir otra descarga de su vulva, se acomodó sobre sus rodillas, colocó rápidamente las piernas de Imelda sobre sus hombros, y sin piedad……. sin siquiera un poco de delicadeza…….de un solo golpe, de una sola estocada y en el momento que ella iniciaba con el goce de otra eyaculación….hundió su enorme pedazo de carne en el caliente y hambriento coño de su hembra…..porque ahora era toda suya, la estaba poseyendo y estaba llenando todas sus entrañas por completo.

El grito que lanzó mi mujer estuvo a punto de hacerme salir de mi escondite, fue una mezcla de dolor y placer que yo nunca hubiera siquiera imaginado que iba a escuchar en boca de ella. Con la enorme y profunda estocada, Esteban atrapó el cuerpo de mi amada debajo del suyo, le tenía bien aprisionadas las piernas con sus hombros, sus manos a los lados sobre la cama, y su pelvis pegada al cuerpo lujurioso que, sin moverse y sintiendo aún la mezcla de dolor y deseo de la estocada, sintió como su amante, dándole un momento para que calculara la dimensión de todo lo que sus entrañas habían alojado, se quedó quieto girando solo un poco su cadera en círculos mientras acercaba sus labios a los de mi querida esposa…….y casi al borde de las lágrimas, gimiendo desesperada….Imelda…..mi Imelda se estaba corriendo….empalada por toda esa verga que la hería profundamente y al mismo tiempo la transportaba al paraíso.

Yo conocía sus orgasmos, sus gemidos ahogados me indicaban que se estaba corriendo de forma descomunal, arañó con desesperación los brazos de Esteban y durante casi dos minutos resollando, y adivino que con los ojos completamente en blanco estuvo regalándole un delicioso y sorprendente orgasmo a su nuevo amante.

  • Es….pe…ra….a…moooor…….haaaa….tee….qui…eroooo…ca…..ri….ñoo….es…peraaaa-….duuuueeeleeee pa…piiii….Ahhhh….siii, si, sii…..-. Sollozaba con el cuerpo tenso y quemando con sus jugos el tolete encendido de Esteban.

-Estoy todo dentro de ti mamita…..ya eres mía Imelda….toda mía, dijo sosteniendo otro momento aquella posición embonando perfectamente con el cuerpo caliente de mi mujer.

Después de un breve respiro, sacando por completo su herramienta, volvió a hundirla con fuerza, volvió a tocar hasta la matriz de mi hembra y comenzó con penetraciones lentas pero firmes y profundas, y comenzó también el concierto de ayes, gemidos, sollozos y gritos de la puta de mi esposa.

  • Toma perrita!!, Ahhhh, toma!, todo para ti, uffff….que rica estás ¡! Eres una puta…….ahhhhh.
  • Ahhh, siii, no pares Estebannn, Cógeme papiiii!!…AYyyy, Siiii. Así!, Así!!, du…e..leee papiii…cógeme, soy toda tuya ¡!
  • Te gusta nena?, toma! Toda para ti, te la voy a dar siempre, ahhh, que rico coño!!.

El maldito se levantaba por completo sacando sus 23 centímetros de las entrañas de mi mujer, y con toda su fuerza los volvía a hundir con precisión llenándola por completo mientras ella llenaba nuestro nido de amor con sus desgarradores gritos y sus orgasmos. Nunca se había corrido de esa forma ni tantas veces seguidas, lloró, gimió, suplicó y pidió más, me di cuenta que había despertado la fiera que mi hembra llevaba dentro al meter en nuestra cama a ese macho, y ahora me estaban dando solo una probadita de lo que iba a ser nuestra caliente vida sexual de ahí en adelante.

-Ahora venía lo más fuerte, yo sabía que de un momento a otro la iba a poner en cuatro, la iba a poner como una perrita en celo para follarla empinada. El no sabía que mi Imelda tenía vicio por esa posición, era la que más disfrutaba y siempre, en nuestras noches de lujuria fantaseaba con que un hombre muy dotado como aquél la poseyera de a perrito, que la cogiera con fuerza y la hiciera llorar de placer……. sus deseos ahora se iban a hacer realidad….y los míos también.

Después de interminables minutos encima de mi esposa, Esteban aminoró la intensidad de sus estocadas y dejándola temblorosa y adolorida, se levantó un momento para tomar aire, luego con sus manazas la tomó de la cintura y la hizo ponerse boca abajo, con sus manos nuevamente la tomó de la cadera y la hizo ponerse en cuatro.

  • Ayyy papi, me vas a matar así, te juro que no sé si aguante, me vas a volver loca-.

Mientras la acomodaba a ella, se acomodaba él y acomodaba su enorme herramienta en la hendidura hambrienta de Imelda el moreno le dijo con lujuria.

  • Así que te gusta empinada zorrita?-
  • Sii mi amor!- contestó emocionada mi golosa mujer.

Y nuevamente como al principio, con una perfección maestra, con sus grandes manos atenazando las voluptuosas caderas de mi mujer, Esteban taladró de un solo golpe con su verga aquel tesoro divino. Imelda mordió la almohada, quiso retirarse un poco al sentir el castigo delicioso de la verga de Esteban, quien sabiamente entró hasta el fondo y estático, dejó que nuestra hembra sintiera por primera vez lo que es estar llena por completo.

  • Ahhhhh!!, Es……peeee….raaaa!!. Ahhhh, Ahhhh…MJm,….Ahhhhh. Espe…ra cariño, no te muevas……A…y…….Siiii, es…pera….tan….titoooo. Chi…quittooooo….Siii papáaaa.

Y comenzó a bombearla de forma por demás increíble, fuertes estocadas que ella recibía con desgarradores aullidos, olvidándose del cuidado de que se filtrara al exterior de la casa. Como posesa mordía y apretaba fuertemente las almohadas, luego, fue levantando el cuerpo poco a poco y sin dejar que su macho se despegara de sus calientes pliegues, tomó con fuerza los barrotes de la cabecera para sentirse más sodomizada ante cada embestida. Para mi fué la gloria ver entre las sombras como aquel pedazo enorme de carne salía por completo y se volvía a meter con fuerza dentro de la golosa almeja de mi amada.

  • Arggg…..Papaaaaa…..Ahh! Ahh! Ahhh! Siiii!!, Más papi!!…Asiiiiii…Ahhhh. Arggg….-

La cosa no terminó ahí, mi mujer tal vez sintió calambres en las piernas de tantas corridas y el aguante maravilloso de ese semental. Se fue enderezando poco a poco y llenándolo de besos se apoderó nuevamente de esa fascinante tranca y así, en el centro de nuestro lecho, le prodigó otra deliciosa mamada al moreno hasta hacerlo correrse como un potro desbocado.

Y la noche no terminaba, en la parte final les contaré de que forma la zorra de mi mujer cabalgó a su amante, mientras yo, aunque parezca increíble, seguía agazapado entre la pared y el closet sin que ellos, de verdad, se los juro, se dieran cuenta de que no estaban solos en la habitación, algo que constaté cuando me escabullí nuevamente a la salida mientras ellos se comían a besos.

FINAL

Pues esta es la cuarta y ultima parte de mi relato, nuestra primera experiencia con un trío, la primera vez que compartí a mi mujer, gracias a todos los que me siguen y me regalan sus comentarios.

Era maravilloso ver entre la penumbra la forma en que se devoraban sus bocas con desesperación y después con ternura, cómo mezclaban con sus lenguas el sabor de sus sexos. Después de haberla hecho suya de forma por demás excitante, y después de correrse en la boca de mi mujer, nuestro amigo volvió a prenderse de aquellos deliciosos pechos, los lamía por completo, los magreaba y remataba con fuertes mordiscos en los hinchados pezones. Imelda se colocó de lado, frente a Esteban para brindarle aquellas delicias firmes y puntiagudas, movía la cabeza para todos lados lanzando suaves gemidos mientras él continuaba prendido con su boca y sus manos a aquellos deliciosos pechos que yo tanto conocía.

Lentamente fueron girando hasta que Esteban quedó tendido en la cama y mi golosa mujer encima de él, el moreno seguía embelesado saboreando esas tetas, ¿cómo no iba a engolosinarse con ellas? unas tetas largas, firmes, suaves, puntiagudas con unos pezones cafecitos y unas aureolas hinchadas y deliciosas. Sin dejar de saborearlos levantó de la cintura a mi Imelda y ella, abriendo sus piernas de lado a lado y acomodando su empapada vulva sobre la punta de aquel fierro incandescente, de un solo golpe, como una ramera, lanzando un grito, una bufada, un resoplo enardecido se ensartó deliciosamente sobre su macho, así….hasta el fondo de sus entrañas.

  • Ahhhhhhh….mjjjjj… Ahhhhhh…que ri….cooo me lle….nasss pa…piiiii….. Ahhhhh….mi amoooor…..De….ja…mee asiiiiii…..mjjjjjj….déja…. me sentir….la to…daaa….. Ahhhhh…siiiii.

Quiso sentirse empalagada, quiso disfrutar aquella sensación de sentirse llena por completo, con fuerza dejó caer sus caderas y su pelvis contra aquella tranca mientras su macho seguía mordiendo, chupando y saboreando sus deliciosas carnes. Ella se quedó unos segundos ensartada suspirando, luego retiró sus tetas de aquel hambriento macho y con esas redondas y lujuriosas caderas comenzó a cabalgarlo, las manos de Esteban se prendieron fuertemente de sus cintura y tomando un ritmo maestro y excitante, siguió poseyendo a mi mujer quien ya comenzaba nuevamente a sentir sus siguientes orgasmos de la noche.

  • Siiiii….ahhh ahhhh…te quie….rooooo….. Ayyy…Estebannn,….mi amoooor….. Asiiiii….Ahhhhh. mjjjj…Siii…Siiiii…
  • Toma putita!!…comete toda esta verga!! Ahhh…que ri…co….coges Imelda….. que buena estás chiquita ¡!
  • AHhhh…pa..piiii… Ahhhh….da…meee…m…aaas…. Ahhh…Ahhhhhh…..

Sus redondas caderas se movían endemoniadamente mientras su concha bañaba la pelvis de aquel macho con un orgasmo tras otro, en la penumbra podía ver como se bamboleaban sus puntiagudas tetas, todas sus curvas se veían maravillosas en un cuadro lujurioso que eran un regalo para mis ojos y mi verga. Así estuvieron incontables minutos, en ratos ella se ensartaba por completo y con aquel pollón dentro los aprisionaba y giraba sus caderas gimiendo como posesa, luego Esteban la tomaba fuertemente de la cintura y la levantaba un poco para dejarla caer con fuerza sobre su polla mientras le daba fuertes estocadas levantando la pelvis, entonces eran gritos desgarradores que ya me habían sacado tremendas pajas en solo unos instantes.

Yo ni siquiera tenía cuidado de mi respiración ni de mis movimientos, pues aquel concierto de gemidos, gritos y palabras calientes nuestra habitación estaba inundada de sexo y lujuria, pero cuando escuché los gruñidos de Esteban y nuevamente los gritos de mi Imelda, supe que ambos estaban corriéndose al mismo tiempo y yo no quise quedarme atrás, hincado y pegado a un lado del closet lancé sobre la alfombra mis chorros de leche para acompañarlos en el éxtasis al que estaban llegando.

  • Pa…paaaa…. me…. ven….. gooooo…. Siiiii…. Ahhh…AHhh….Ah,Ah,Ah,…. Asiiii….Arrrrg……Ahhhh….a….siiiii…. to….daaa…..tu….yaaa……. AHhhh
  • Si, Si, Si….Mami….. Ahhhh….. que ricoooo…..

En el momento que se corrían ella bajó su cuerpo tensando toda su parte baja y él se prendió nuevamente de sus tetas, castigándola con una deliciosa mordida sobre uno de sus pezones mientras llenaba su interior con otra enorme descarga de leche, los lloriqueos y orgasmos lujuriosos de mi mujer me tenían embelesado, fueron casi tres minutos de fuertes embestidas y ensartadas por parte de los dos con aquella corrida, yo tenía mi verga caliente entre las manos y había disfrutado como nunca esa corrida como espectador de nuestra primera vez, la primer vez que otro hombre poseyó a mi adorada esposa en mi propia cama, con mi consentimiento, cumpliendo así mi anhelada fantasía.

Cuando Imelda se levantó y se dejó caer a un lado de Esteban, se abrazaron suspirando y recuperando el resuello, suavemente se prodigaban caricias por todo el cuerpo, pude escuchar algunas nalgadas de las manazas de él sobre las deliciosas nalgas de mi esposa, y disfrutando aquel momento continuaron con los besos que al parecer les habían encantado desde el principio. Antes de que comenzaran los susurros y se dijeran cosas al oído, a gatas me deslicé nuevamente hacia la puerta y con sumo cuidado la abrí solo un poco, dando el suficiente espacio para escabullirme, afortunadamente las bisagras son de calidad y no hubo ni un solo rechinido, como todas las luces estaban apagadas, la recámara sellada con gruesas cortinas y toda la casa en penumbra, no había manera de que se filtrara alguna luz que los alertara, así que rápidamente giré y tomando la perilla nuevamente volví a cerrar la puerta lanzando un suspiro enorme, estaba sudoroso, impregnado de las manos y las piernas por mi propio semen, me arrastré un poco y acomodándome tembloroso me senté sobre la alfombra del pasillo recargado en la pared, feliz por haber compartido por primera vez a mi mujer.

Aquello era solo el principio, en mi mente comenzaron a brillar una y mil ideas para esa aventura que acababa de comenzar, ya repuesto me levanté y bajé las escaleras para buscar mi ropa, cuando estaba bajando el segundo escalón escuché la voz de mi mujer….-Amoooor…..ya puedes venir papi !! Subeee……..Amooooor….y sonriendo maliciosamente, volví mis pasos hacia la recámara y ahora sí, abriendo con toda libertad la puerta, encendí la luz y suspirando pude disfrutar esa imagen que jamás se borrará de mi mente, mi mujer, desnuda en mi cama con aquel macho a su lado, me regaló una mirada de satisfacción y un suspiro que casi la llevó a las lágrimas de emoción.

Gracias por sus comentarios, por leer mis relatos, escriban a mi correo si quieren saber sobre lo que ha pasado con nuestra vida sexual. Luego compartiré muchos relatos reales y calientes de todo tipo de aventuras que me ha tocado vivir solo y en compañía de mi mujer.

Compartir en tu redes !!
rokkokafe
rokkokafe
Relatos: 1