Mi primera mamada

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 Cuando mi vecina llegó a mi bloque, yo era pequeño y ella al rededor de los 25 años, recién casada.  Al año siguiente se quedó embarazada y tuvo una hija que empezó a cuidar mi hermana mayor cuando la madre comenzó a trabajar de enfermera en el hospital. Dos años después el marido la dejó por una compañera del trabajo, quedándose sola con su hija.

 Una noche de verano, que estaba en la ventana de mi habitación fumando un cigarrillo, yo tenía 18 años, observé su balcón, que estaba frente a mi ventana, y vi sus tangas en el tendedero. Eran de pequeños, que casi no taparían mucho de su coño. Pero la sorpresa me la llevé cuando salió mi vecina a recoger la ropa, solamente con uno de sus tanga y sus tetas, que a sus 36 años aun se le notaban firmes, desnudas. Se veían deliciosas, morenas por el sol, pues hacia topless en la playa, y con sus aureolas marroncitas y sus pezones erectos. Me miró sonriente, recogió la ropa y me saludó como si nada.

 Unos días después, me levanté sobre las 10;30 de la mañana con la tienda de campaña armada y solo con mis boxer. Al salir de mi habitación, para ir al servicio, me llevé una grata sorpresa, pues mi vecina estaba sentada en el sillón, con una minifalda y la pierna apoyada en el brazo del asiento, por lo que estaba abierta de piernas y se le veía el triangulo rubio de vellos a través de las bragas, que eran semitransparentes. Mi polla quería estallar.

 .- Buenos días… Saludó mi vecina, mirando mi paquete… ¿Eso es tuyo o estas quebrado?

 .- Buenos días… Contesté… Tú que eres enfermera, entra y lo compruebas.

 Volví a mi habitación pensando en lo directo que había sido y un poco avergonzado por mi contestación. Cuando iba a salir para disculparme, mi vecina entró en mi habitación.

 .- Voy a hacerte una revisión… Comentó en broma, mordiéndose el labio inferior… Estamos solos, tu madre ha ido al super y tu hermana está con mi hija en el parque.

 Acto seguido, sin darme tiempo a reaccionar, se agachó y tirando de mis boxes hacia abajo, desnudó mi polla que saltó como un resorte hacia su cara.

 .- Parece que todo está bien… Comentó mientras palpaba mi polla… No está mal.

 Yo tenía los ojos cerrados, disfrutando de la revisión, hasta que sentí una suave humedad. Al mirar, me estaba besando el glande y pasando la lengua, hasta que se la metió entre sus labios y comenzó a bajar hasta casi la mitad. Estuvo un tiempo subiendo y bajando, metiendo y sacando mi polla de su boca mientras acariciaba mis huevos, hasta que sin poderla avisar solté varias descargas de leche que le inundaron la boca y que tragó relamiéndose.

 .- El resultado de la revisión… Comentó mientras se limpiaba con el dedo un resto en la comisura de los labios… es que todo está perfecto.

 Se levantó y sin tiempo a que reaccionara, salió de mi habitación, dejándome con los boxes bajados, mi polla fláccida y satisfecho.

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Sevilla1972
Sevilla1972
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