Mi novio venezolano
Soy un chico gay 100×100 pasivo. Me encanta ser mujer en la intimidad. Ser tratada como tal. Prefiero los hombres totalmente activos y mayores que yo.
Mi novio es un hombre muy macho. Le gusta hacer sexo anal y recibir mucho sexo oral. El tiene 44 años. Es venezolano. Desde que nos vimos por primera vez en mi barrio, al cruzar nuestras miradas me sentí turbado. Literalmente desnudado por sus ojos oscuros y profundos.
Fue el quien dio el primer paso.
Me habló como si fuese yo una chica. No usó palabras groseras, halagó mis caracteres femeninos. Y con firmeza mirándome a los ojos dijo que le gustaría que fuésemos novios en la intimidad. Debí ser sincero. diciendo que me siento una chica y deseo ser amada como tal. llámame Roberta. Dije y pregunte su nombre. El respondió sonriendo:- Soy Mauricio.
Acepté llena de emoción sintiendo mariposas en la barriga. Esa noche no podía dormir por la excitación. Me revolvía en la cama y me acariciaba el ano con los dedos. Imaginando cómo sería Mauricio en la intimidad.
El me llamó al celular todos los días antes de encontrarnos ambos solos y desnudos entre cuatro paredes.
Tengo 22 años. y poca experiencia. Es la primera vez que tendré novio permanente. hasta ahora he tenido encuentros esporádicos.
Soy menudo, de piel blanca lampiño natural. Me quito todo pelito de la zona íntima. Mi estatura 159 con 60 quilos.
Me quitó la ropa con delicadeza y suavidad. Luego se desnudó.
Mí primer impresión al verlo desnudo fue de susto, dado el tamaño de su miembro.
Él es morocho, robusto y su pene es acordé a su cuerpo.
La visión de su miembro levantado, grueso con enorme cabeza. Me apabulló. Traté de disimular mi zozobra. Sonreía nerviosamente.
Luego de varios minutos de charla llena de mimos y caricias, beso mucho mi cuello. Lamio tiernamente mis orejas. Chupó mis pezones hasta que me dolieron hizo cambiar mi espíritu y comencé a desearlo. continuó lamiendo mi vientre. Tomó entre sus labios mi pequeño pene estirando. Apenas se endureció un poco. Mauricio me dijo:- Me encanta tu clítoris, mi nena. Luego se expuso boca arriba y me brindo su pene. Cuando abrí la boca para intentar meterlo se puso totalmente erecto. Muchos minutos estuve jugando con su grueso pene en mi boca.
El, con experiencia de seducción y sexo, mediante muchas caricias y masajes logró conseguir que se dilate un poco mi esfínter. Mauricio había llevado un pomo de lubricante. Sus dedos acariciaban mi ano y lo penetraron. primero fue uno, luego fueron dos.
Mauricio me indicó ponerme en cuatro sobre la cama. dio un par de palmadas en mis nalgas, diciendo: Roberta, tienes una cola preciosa. Te deseo tanto, que si dices NO. Te violo.
Sus palabras sonaron divinamente en mis oídos movilizando mi sexualidad femenina. Ardientemente deseaba ser penetrada. El se posiciono de rodillas a mi espalda. presiono con la cabeza de su verga, mi esfínter. ante el menor quejido mío se detenía. luego volvía a empujar su cadera. minutos después ya estaba ensartada en todo el largo de su miembro. Mauricio comenzó con un mete y saca arrancándome pequeños gritos mezcla de dolor y gozo. eso me llevó a experimentar un hermoso orgasmo anal. Un instante después, él descargó su semen en mi interior profundo.
Desde ese día nos encontrábamos cada tres días. Y nuestros encuentros son cada vez más ricos y deliciosos hasta hoy . Hemos comenzado a convivir en mi departamento. espero su llegada vestida como una chica y uso siempre tanguita.
Roberta
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