El destino me tenia reservada una gran sorpresa

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Dicen que uno nace ya con un destino predeterminado. Yo nunca creí en eso hasta que transcurrió parte de mi vida y no tuve mas remedio que empezar a creerlo.

Cuando entré a Prepa, yo me moría por tener novia y pensé que la escuela era buen lugar para conseguirla.

Yo era un chico delgado, cara muy linda, demasiado linda para un chico, la mayoría pensaba que era una chica, solo me diferenciaba el uniforme, y mi corte de cabello tampoco parecía de chico.

Así que las chicas me consideraban una buena amiga, nada más, cosa que me complicaba hacerme de una novia.

Además, mis compañeros solo me andaban molestando, haciendo bromas acerca de mi aspecto de chica.

Un día, un chico mayor se acerco a nosotros y me defendió de mis compañeros que me estaban molestando.

Le di las gracias y se marchó.

Mas tarde, a la hora de salida, me lo encontré a la puerta de mi salón, yo pensé que era solo una casualidad, la cosa es que me dio mucho gusto verlo y al parecer a él también. Nos quedamos junto a la puerta platicando, en eso, se acercó a mí y me tomo la cara con las manos diciendo que yo era muy linda, que le gustaba mucho.

Yo me quede sorprendido, ya que todos sabían que yo era un chico.

Antes que pudiera reaccionar ya me estaba plantando un tremendo beso en plena boca, yo no supe que hacer, me quede paralizado. Lo peor de todo es que me gusto ese beso, me gusto mucho, así que me quede quietecito a ver qué pasaba.

Lo que paso es que me tomo la mano y me la puso sobre su enorme miembro sobre el pantalón. Yo asustado, quise retirar la mano, pero el era un chico más grande, más fuerte, así que me sujetó la mano firmemente sobre su bulto hasta que sentí como se le paraba y se le ponía duro, ya no hubo necesidad que me sujetara la mano, yo solito ya me estaba dando gusto acariciándosela.

Se tuvo que marchar y quedamos de vernos otro día.

Esa noche, no pude dormir pensando en el y sobre todo en su bulto, me emociono tanto que me tuve que masturbar jalándome mi pequeño pene.

Empezamos a vernos a escondidas, buscábamos un salón vacío y repetíamos la situación, me besaba tremendamente y yo le acariciaba el pene, hasta que un buen día, me pidió que lo chupara.

Era mi primer pene y lo disfrute tremendamente, pero mas disfrute tragarme toda su leche caliente que me tiro dentro de la boca.

Esa fue una tremenda experiencia, muy agradable, pero sobre todo muy excitante. Sentí como moje todo.

Pasaron los días, en una ocasión, un profesor me dijo que, si quería tomar clases particulares con él, ya que andaba mal en una materia.

Yo le agradecí y acepte de buena gana, entonces el me cito en su casa y quedamos para el siguiente viernes en la noche.

Ese día, ya en su casa, luego de la lección, me invito a tomar unas copas, aunque yo no tomaba, yo acepte y así estuvimos un rato tomando.

Cuando yo ya estaba un poco mareado, me enseño un video que tenía en su celular.

Me quedé helado, muerto de miedo, por la sorpresa no supe que hacer. Era yo chupándole la verga a mi novio, o sea el chico mayor. No supe que hacer, estaba todo colorado muerto de vergüenza.

El me abrazo y me dijo con ternura, no te preocupes, es natural, tu eres una chica muy hermosa y comprendo que tengas necesidades.

Habiendo dicho esto, me empezó a besar la cara, la boca, el cuello, ufff. Sentí como me super excitaban sus besos, sus caricias.

El me agarraba las nalgas y me jalaba hacia el frotándome su pene contra el mío, besándome en la boca. Eso me calentó tremendamente, así que me deje hacer.

Se saco la verga y me la dio a chupar, yo ya no lo pensé dos veces, con lo caliente que estaba y los efectos del alcohol, me arrodillé y me dispuse a complacerlo, al fin que yo ya le había encontrado el gusto a chupar pene.

Cuando me di cuenta, ya me había desvestido, me recostó sobre el sofá, me abrió de piernas y me ensalivo el culo.

Eso si no lo había experimentado, pero me encontraba tan excitado que lo deje hacer, me metió los dedos, primero uno, luego dos y hasta tres dedos dentro, moviéndolos frenéticamente, mi pequeño penecito estaba escurriendo jugos a mas no poder.

Finalmente, me empezó a meter la verga, solo entro la cabeza y yo pegue un grito de dolor. El la saco, busco un frasco y me puso un lubricante especial, me dio otra buena dedeada y se dispuso a meterme nuevamente la verga.

Otra vez entro la cabeza, pero ya no sentí dolor, se empezó a mover despacio, yo levante las piernas y las recargue en sus hombros, el me tomo de las caderas y jalándome hacia el me empezó a dar tremendas embestidas que me hizo eyacular, el siguió cogiéndome un rato mas y finalmente se termino dentro de mi llenándome todo de su leche caliente.

Esa fue mi primera cogida, mi primer profesor y la disfrute, la disfrute mucho. Muy en mi interior supe que vendrían más.

Así fue, yo empecé a vestirme de nena, ya descaradamente, ya no me importaba nada. Los chicos me empezaban a buscar más, ya no me molestaban.

En la Uní, experimente con casi todos los profesores y muchos de mis compañeros.

En verdad me veía yo muy linda con ropa de Colegiala, además de que me sentía muy sexi, muy cachonda, muy femenina.

Así paso el tiempo, terminé los estudios, y empecé con mi primer trabajo, así que tuve que dejar mi uniforme de Colegiala guardado y empezar a llevar saco y corbata.

Ahora me veía mas linda, mas atractiva, aunque vestido de hombre, resaltaban más mis cualidades femeninas.

Paso el tiempo, en una ocasión me invitaron a una reunión de trabajo y asistimos todos los empleados y los jefes, era costumbre reunirse cada tres meses para presentar los informes de la empresa.

Luego de la reunión, se sirvieron bebidas y bocadillos. Yo la estaba pasando de lo mas alegre y divertido, así que, sin darme cuenta, me tome unas copas de más.

A la hora de retirarnos, mi jefe se ofreció a llevarme, lo cual acepte de muy buena gana, ya que mi casa estaba un poco retirada y no tenía auto todavía.

Al llegar, lo invite a pasar y tomarse otra copa. El accedió y entramos a la casa. Estuvimos un rato tomando y platicando.

El me dijo que le permitiera entrar al baño, le indique donde estaba y se dirigió hacia él.

Yo me metí a mi habitación, me puse lencería femenina, me veía yo super linda, super sexi…super puta, es la verdad. Apague las luces dejando solo una lamparita, que daba una penumbra muy cachonda.

Cuando mi jefe, salió del baño, me busco y al entrar a mi habitación, se quedó petrificado, mudo por la sorpresa, eso sí que no se lo esperaba.

Instantes después, ya que se repuso un poco de la impresión, sin decir palabra, se desvistió y se lanzó sobre mí, abrazándome, besándome, manoseándome. Me froto mi pequeño penecito, que ya se encontraba super excitado tirando jugos.

Me quito la panty, me puso en cuatro, se montó detrás de mí y me metió toda la verga en el culo de un solo empujón, sentí como entraba toda y sentí como chocaban sus huevos sobre mis nalgas.

Se empezó a mover frenéticamente, hasta que, no aguantando más, por la tremenda excitación y el alcohol haciendo efecto, se terminó tremendamente dentro de mí. Nos quedamos así recostados un rato, yo toda ensartada y el a un lado mío.

Al siguiente lunes, me presente al trabajo vestido de mujer, me veía increíble, super linda, muy atractiva, sexi, cachonda.

Salió mi jefe de su oficina para recibirme y, para sorpresa de todos, les dijo en voz alta, les presento a mi nueva secretaria Particular.

Fin

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MaduroHot
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