Mi amiga y yo nos atrevimos a algo con nuestros maridos

Mi amiga y yo, ambas casadas, una noche habíamos dejado a nuestros hijos con mi mamá y salimos las dos con nuestros esposos en pareja. Regresamos ya tarde a mi casa y continuamos tomando, la noche siguió y creo que todos en realidad bebimos demasiado. Las cosas iban a empezar a ponerse interesantes y ninguno podía imaginarse lo que iba a suceder.

Mi amiga y yo empezamos a bailar sexy en el medio de la sala y como estábamos borrachas, ambas comenzamos a quitarnos la ropa: la falda, la blusa, los tacos… nos quedamos en calzón y brasier en el medio de la sala. Nuestros esposos se nos unieron, se quitaron las camisas y empezamos a bailar entre los cuatro. Fue aquí donde todo se salió de control, porque bailando a veces intercambiábamos de pareja y le bailábamos sexy al marido opuesto. Empezaron los toqueteos. En un momento me volteé y le meneé el trasero encima del pene de mi “cuñado”, y mi amiga hizo lo mismo con mi esposo. Ellos nos agarraron por la cadera… sabíamos que estábamos haciendo algo completamente incorrecto, pero nos estábamos divirtiendo.

En un momento sentí que el esposo de mi amiga se puso loco conmigo, me agarró por los muslos y me pegó contra su cuerpo, me hizo sentir su pene entre mis piernas y al mismo tiempo empezó a besarme el cuello y el pecho. No voy a hacerme la inocente: cuando miré hacia mi amiga, mi marido prácticamente ya le estaba chupando las tetas mientras le tocaba todo.

Solo recuerdo que hubo un instante en el que entendimos que ya no había marcha atrás. Nunca antes habíamos hecho algo así, pero siempre habíamos sido muy cercanas; si íbamos a permitir que nuestros maridos se cogieran a otra mujer, al menos nos sentíamos cómodas de que fuera entre nosotras dos. Algo que iba a quedar simplemente en secreto.

La verdad fue que en un momento mi “cuñado” ya me estaba agarrando todo el culo y me bajó el calzón por las piernas. Me acostó en un sillón y me abrió las piernas. No lo pude creer, pero sentí que empezó a penetrarme con todo su miembro.

No sé qué pareja fue la que empezó primero, porque mientras él ya me estaba cogiendo fuerte, miré hacia el otro sillón y mi esposo también ya se estaba follando a mi amiga en posición de perrito contra el respaldo. Ella gemía y le meneaba el culo como una puta.

Verlos así me encendió todavía más. Yo también quería que mi “cuñado” me cogiera duro y sucio. Lo acariciaba con los pies, le lamía el pecho y los hombros, quería portarme sumisa para provocarlo. Funcionó: me empezó a penetrar más firme, más fuerte, y yo le movía las caderas para darle más placer. Quería que sintiera que conmigo era más rico.

La escena en la sala parecía sacada de una porno: dos parejas en sillones opuestos, cogiendo duro y sin frenos, nosotras comportándonos como putas con el marido de la otra.

El sexo duró como 20 minutos. Creo que al final hasta sincronizamos: cuando uno empezó a coger más fuerte, el otro lo imitó, como si se estuvieran avisando que era hora de venirse. Yo estaba en cuatro cuando mi “cuñado” me agarró de las caderas y me penetró durísimo. Gemía y gritaba como loca, mientras escuchaba los gritos de mi amiga con mi esposo. ¡Estaba que la rompía toda!

Yo tomo pastillas anticonceptivas, así que no había problema en que él se viniera dentro de mí. Sentí toda su leche caliente y me encantó. Mi amiga, en cambio, no se estaba cuidando y mi marido se vino dentro de ella también, cosa que pudo ser un desastre, aunque al final no pasó nada.

Cuando todo terminó quedamos los cuatro desnudos en los sillones, sin saber qué decir. Mi amiga y yo nos miramos y nos fuimos a la habitación a limpiarnos y ponernos la ropa. Allí nos hicimos una seña de “mejor no hablar de esto”. Y así lo dejamos.

A las semanas, ya más tranquilas, sí hablamos del tema. Ninguna le echó nada en cara a la otra. Incluso nos reímos: yo le dije que parecía una puta con mi marido, y ella me respondió “la puta eras tú”. Las dos coincidimos en que los que más gozaron fueron ellos, pero al menos nos quedó la tranquilidad de que todo quedó entre nosotras y nadie más.

Quién sabe si vuelva a repetirse, no creo que se vuelva costumbre, pero la puerta ya quedó entreabierta.

Compartir en tus redes!!
Luz Marina
Luz Marina
Artículos: 1

2 comentarios

  1. Par de putas riquísimas, ojalá en el próximo relato cojan entre ustedes 2, hasta venirse ricooo

  2. Como me gustaria que mi mujer tuviera una amiguita asi como tu y asi entre jugueteos que me la lleve a un lado para cogermela ufff que rico, toda la leche adentro por supuesto a la amiguita, y luego asi como tu que no pase nada

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *