La mejor experiencia de lucha libre mixta que tuve
Un día en mi apartamento me encontré haciendo ejercicio en mi departamento cuando vi el calendario, que ya estaba cerca la fecha de mi viaje de vacaciones, era tan solo en unos días, aproveche en ejercitarme bastante para estar en forma, tengo 25 años, mido 1,70 peso unos 75 kilos y si bien no soy musculoso, tengo algo de musculatura y la fuerza suficiente para defenderme solo.
Llega el día de mi viaje y yo emocionado y feliz me subo al avión sabiendo que será unas 2 semanas de vacaciones de lujo, en el asiento me encuentro al lado de una mujer bastante exuberante y algo madura, de unos 35 años aproximadamente si se le puede llamar madura, se llamaba Rebeca, tuve un buen rato para charlar con ella y congeniar bastante, me conto que hacía de réferi en unos eventos de lucha libre super amateur. Me dijo que podía ir gente que no tenía entrenamiento en lucha libre, solo tenía que pasar un pequeño cast. Le conté que me gustaba desde pequeño la lucha libre y siempre me intereso alguna vez participar en un ring de combate. Ella me dio su tarjeta y me dijo que la llamara estando en una determinada dirección.
Al día siguiente de llegar me diriji a la dirección y llama el numero de la tarjeta, una señorita muy cordial me invito a pasar a su oficina para esperar al que supervisa todos estos eventos, llego un señor trajeado a la oficina y me explico y advirtió que los combates en ese tipo de eventos eran peculiares ya que todos los combatientes del ring no poseen entrenamientos para luchar ahí. También me dijo que no había reglas en el combate, solo unas pocas que no eran la gran cosa como romper huesos o así. Me dijo que toda valía. Me quede atónito al escuchar su afirmación ya que mi curiosidad solo aumento por participar, desde luego escuche que la paga por participar ya era bastante alta y encima más por ganar. Era mucho mejor para mí, vivía mis vacaciones y un sueño que tenia de niño y encima ganaba dinero, acepte inmediatamente. Como dije no tenía mal cuerpo así que pase el cast muy fácil.
Me explican que mi participación si era buena, tendría oportunidades de volver a participar como luchador, cosa que se oía bien y que había un castigo por perder. Básicamente el castigo es ser sometido y ser el esclavo del ganador en el ring de combate. Eso me puso un poco en duda de si debía dar el paso, pero me mire a mí mismo y me sentía en la condición para ganar el combate, después de todo nadie tiene entrenamientos en estos eventos. Así que firme y acepte.
Llega el día y yo emocionado entro al camerino a usar una fantástica ropa de luchador que soñaba con usar (básicamente un calzoncillo y ya) me sentía como un luchador en todas las de la ley. Pasa luego un asistente a mostrarme con quien voy a luchar, yo me esperaba a un hombre de mi porte o un poco más musculoso si tenía mala suerte, pero sabia también que era rápido en mis movimientos así que en el caso de que llegará a perder al menos habrá ganado algo de dinero.
Mi sorpresa fue al ver a una mujer madura llamada Sonia de unos 40 años aproximadamente con un cuerpo escultural, no tenía una cinturita o brazos musculosos. Si no que, si bien no era gorda y no tenía barriga, era una barriga muy ancha y tonificada, sus brazos no eran delgaditos o musculosos, solo veía que tenía unos brazos anchos y ya, tenía unas piernas algo musculadas y un trasero normal pero aun así muy sexi. Lo que me llamo más la atención eras unos pechos gigantescos como talla G y muy rimbombantes. Fue bastante excitante verla en video, tendría que ser fuerte para mantenerme centrado en el combate.
Luego se me mostro varias de sus pelas con varias mujeres e incluso hombres. Lo primero que note es que ella tenía una fuerza excepcional, pero era lenta al dar los golpes, también que su resistencia al castigo que recibía por parte de sus oponentes lo resistía casi siempre. Otra cosa es que gano muchos combates, casi no tenía muchas derrotas, y también note algo, que los hombres perdían muy fácil contra ella, básicamente porque se abalanzaban a sus pechos o a su vagina y ella muy fácilmente los noqueaba de un golpe. Yo sabía que tenía que mantener la calma, pero esos hombres que perdieron lo hacían porque se excitaban viéndola tanto que perdían la calma. Lo tenía muy claro ahora, y por último que mi réferi iba a ser Rebeca, cosa que me sorprendió también, pero bueno supongo que así son las casualidades.
Me dispongo a entrar al escenario con mucha gente observando, gritando y todo muy espectacular, era un nuevo luchador y para su sorpresa alguien joven comparado con mi rival que estaba a punto de entrar al escenario. La gente le silbo, le lanzo piropos y fueron más hacia ella como una muñeca cosa que note que le incomodaba de sobremanera. Sube al escenario y se quita la bata mostrando únicamente un sostén que cargaba semejante peso de pechos y un calzón bastante normal para mi sorpresa ya que esperaba que usara alguna pantaloneta o short. Bastante excitante para mí y el público, más me centré en atacar sus puntos como estomago o costillas para derribarla de una llave.
Sonia miro de arriba a abajo y me dijo que me largara de aquí si no quería que le estrujara los testículos, me di cuenta de ahí que tendría que tener mucho cuidado con que no me agarrase ahí o seria mi fin. A lo que yo le dije que me quedaría y que diera su mejor esfuerzo. La verdad es que estaba bastante emocionado todavía.
Suena la campana que indica el inicio del combate, mi rival propone hacer un duelo de fuerza mostrando sus dos manos frente a los míos, mi fuerza no estaba a la altura de ella, yo finjo seguirle la corriente levantando ambas manos frente a frente, estando muy cerca de chocar ambas manos trato de embestirla para tenerla en el piso, mala mía. Apenas logre hacerla retroceder unos pasos, me sostiene realizando el abrazo del oso más fuerte que haya sentido nunca, siento como mis huesos sucumben ante tal fuerza, por más que me esfuerzo en liberarme solo logro chocar mis dientes mientras ella me estruja entre sus brazos y el público se empieza a calentar. Sus enormes pechos que pensaría uno serian tan suaves como para amilanar su técnica, en realidad son tan duros como una roca que hace que mi cuerpo empiece a calentarse y a excitarse mientras siento como pierdo mi fuerza. Para mi sorpresa ella decide soltarme en lo que me susurra al oído: “Ya que no te fuiste, me divertiré contigo”.
Caigo como una roca mientras siento como el aire y mi fuerza regresan hacia mí, jadeo con mucha intensidad mientras comienzo a sudar y sentir un calor dentro mío. Me quedo en el piso observándola de abajo hacia arriba notando como los pezones de Sonia mi rival se marcan a través del prominente sostén que lleva puesto, está claro que a pesar de que se mostraba como alguien ruda, le resultaba excitante el contacto físico que tuvo conmigo.
Trato de levantarme en lo que siento una mano sobre mi cuero cabelludo que me jala hacia arriba, en lo que estoy levantando la mirada noto como otra mano con el puño cerrado impacta contra mis costillas, ese puño se transforma en dos y tres, golpes en el costado. No puedo evitar soltar gemidos de dolor mientras soy castigado por mi rival. Lo que más trataba de evitar de entrada era ser debilitado por esa fuerza inmensa y esos golpes infernales. El público abuchea: “¡Acaba con ese idiota ¡”. El dolor no me deja responder, esto va mal.
Perdí la cuenta de los golpes que recibí por el costado, por mi cabeza pasa la opción de rendirme. Pero otra parte cree que puedo ganar esta batalla, solo debo aprovechar mi velocidad, debilitarla y finalizarla con alguna llave. Me aferro a esa posibilidad mientras no paro de gritar gemidos de dolor. Sonia lo disfruta mucho, al ver que muy ligeramente sonreía con algún tono malévola y dominantes, y a ver esos pezones cada vez más erectos abultándose por ese sostén.
Tal parece que se cansó de golpearme y me suelta de sus manos, nuevamente caigo con más fuerza impactando con la cabeza hacia arriba y con muchas expresiones y gestos de dolor conmigo. Se detiene y comienza a levantar sus brazos frente al público recibiendo aplausos y ovaciones de parte del público, al fin un poco de descanso para mí, pero sé que volverá a castigarme así que debo apresurarme en levantarme.
Me duele mucho mis costillas y mi espalda, tanto que levantarme se me hace un martirio, pero aun con la confianza de poner ganar me pongo de pie temblando, por un lado, ella se voltea y se empieza a reír mientras dice: “Eres más débil de lo que pensaba, no debiste venir aquí”. Su ancha y fuerte figura me recrea los ojos por un momento mientras que trato de tomar aire para lanzar mi ataque. Alla voy.
Ella levanta sus brazos para retarme a la fuerza otra vez, esta vez no dejare que me agarre. Estando ya cerca hago uso de mi velocidad y le propino una patada en el rostro antes de que pudiera reaccionar, creí que eso la tumbaría, pero solo retrocedió apoyándose en una esquina mareada, aprovecho la oportunidad y me acerco propinándole varios golpes en la misma zona de las costillas donde me castigo, su expresión comenzó a cambiar a una donde gruñía apretando los dientes. “Ahora me toca a mi” le digo cerca de su oído.
Empiezo a soltar una ráfaga de puños por todo su estómago, ella se trata de cubrir con sus brazos, pero a ellos también los golpeo, se sienten como un saco de boxeo bastante duro, pero el dolor empieza a apoderase de ella. Trata de hacerse la que no le duele, pero no es así, se le empieza a enrojecer toda la zona abdominal de tantos golpes que recibió, pero aun así intenta mantenerse serena y dar fuertes respiraciones para recuperarse, pero no puedo dejar que eso ocurra. Ahora me toca darle castigos a esos prominentes morros que lleva.
Ver aquellas dos redondas y firmes tetas desde cerca hace que se endurezca mi pene, me empiezo a calentar con la idea de follarla una vez vencida ya que el ganador puede hacer lo que quiere con el perdedor. Pero aún no puedo cantar victoria, debo centrarme en aprovechar esta ventaja que tengo. Cierro mi puño con toda mi fuerza y dirijo un golpe de lateral a una de sus ubres, esta se va disparada a chocar con la otra ubre. El golpe hace que ambas se sacudan con mucha fuerza como las bolas de entrenamientos que utilizan boxeadores para entrenar dando golpes. El impacto hace que se salgan de su sostén y queden en evidencia, eran preciosos, excitantemente grandes y sobre todo carnosos, con una aureola marrón gigante a su alrededor y unos pezones erectos y gordos. Ella ya no puede resistirlo y suelta un fuerte gemido de dolor. Mi pene parece querer salirse de mi calzoncillo de la duro que esta al ver semejante imagen. Siembro otro golpe de lado por la otra teta y estas vuelven a rebotar majestuosamente, ella se los agarra por el intenso dolor que siente. Aun así, sigue de pie, recostada sobre la esquina del ring, no puedo creer que no callera al suelo por lo menos de tal castigo que le doy. Aun así, sigo con la ventaja y puedo hacer más con esas tetas que expulsaban sudor a chorros.
Le retiro las manos que tenía en sus pechos de golpe y retiro su sostén que tiro fuera del ring. Mis manos se acercan a sus tetas con la intención de hacerles de todo. Primero los manoseo lentamente, se menean y rebotan mientras aumento la intensidad del agarre, miro su rostro y la veo con el cuello doblado y la cabeza apuntando hacia arriba jadeando y gimiendo por el dolor y la excitación que empieza a sentir. Los agarros con más fuerza como si fueran dos balones de futbol y los empiezo a aplastar y retorcer, se enrojecen muy rápidamente y ella comienza a temblar, “al fin te estoy debilitando”, le digo.
Sigo manoseando una de sus tetas mientras que mi boca se acerca a un pezón totalmente erecto, lo empiezo a chupar como si nunca hubiera tenido sexo. Luego paso a morderlo como si fuera mi chupón de juguete. Ella exhala jadeos y gemidos cada vez más fuertes. Cambio de posición y los sigo chupando y mordiendo mientras mi pene lucha por querer salirse. El público no paraba de gritar de emoción y gritar que la pusiera en su sitio a esta madura prepotente. Ahora debo de tirarla al suelo del ring y terminar de debilitarla para derrotarla con la llave.
Tengo que ir a su vagina.
Me detengo unos segundos a verla de panorama completo. Temblando de pies a cabeza con sus pechos ya rojos colgando de ella y con la mirada arriba gimiendo fuertemente. Me excita tanto. Pero aún no, debo finalizarla de una vez por todas. Cuando me dirigía a agacharme para liberar su calzón siento que por atrás alguien me detiene con un golpe inesperado. Era Rebeca, el arbitro
Siento un golpe con toda la fuerza hacia mis testículos que venía desde abajo, sin embargo, lo termina rosando y el impacto lo recibe el pene. sentí como casi era derrotado por un golpe mortal. Sin embargo, el impacto en mi pene se repartió entre mi zona genital y me hizo caer de rodillas. Rebecca me da vuela al rostro y recibo un derechazo implacable en los cachetes que me hace caer. El público se sorprende y se queda en silencio por unos segundos.
Cuando me trato de levantar, la veo a ella frente a mí con si traje de arbitro y su figura plana por delante pero colosal por detrás que se impone ante mí. “Pero por qué?” Le reprochó a la que creí que era podría convertirse en mi amiga. Cambia su expresión a una más picara y me dice: “No tenía esperanza en que ganaras, te quería ver derrotado y siendo follada por mi amante Sonia. Y si, aquella rival a la que tu estuviste cerca de ganarle era mi amante. No sabes cómo me molesto ver que le dieras la vuelta a la tortilla y la sometieras a tu antojo. Pero como ahora te habrás dado cuenta, no hay reglas en este combate. ¿Así que yo puedo controlarte un rato y darle espacio a Sonia de que se recupere y te destruya, lo entiendes amigo?”
Me quede de piedra al escuchar las palabras de Rebeca, por un momento pensé que la organización de este evento había conspirado para que yo perdiera, pero ahora me doy cuenta de que mi “amiga” es una sucia traidora por quitarme la victoria de las manos. No sé si pueda aguantarla un poco más y luego volver con Sonia. Me siento acorralado.
Rebeca me da una fuerte patada en el estómago haciéndome vomitar saliva, enseguida da otra patada a mi costado lastimado y me manda al suelo del ring. El público no se lo podía creer, comienzan a abuchear a Rebeca, pero ella estaba más concentrada en debilitarme todo lo posible para que su amor Sonia me finalice. Procede a ponerme un pie en las costillas y comienza a hacer presión sobre ellas, el dolor se incrementa de 0 a 10, comienzo a gritar de dolor y a tratar de retirar su pie, por fortuna lo consigo y ruedo hacia afuera del ring para escapar y ganar algo de tiempo.
Estoy temblando y fuera del ring totalmente desnudo, el público me observa gritándome cosas a mi favor y en mi contra. Solo trato de levantarme y rodear un poco el ring para escapar de Rebeca. Ella se baja imponentemente haciendo rebotar esas dos pelotas que se hacen llamar nalgas, con sus piernas gruesas y su pisada fuerte me persigue. No lo costó mucho trabajo hacerlo, me manda a volar con sus fuerzas a una de las esquinas del ring, su fuerza no es tan grande como la de Sonia, pero ya estaba bastante débil como para resistirme así que recibo el golpe de frente y caigo de frente. Me levanta y me empuja hacia parte del público que estaba sentada adelante, ellos me reciben suavemente y me ayudan a levantarme a volver al ring, siento que me derrumbo.
Rebeca me hace subir al ring, lo primero que noto al subir me quito esperanza, ver a Sonia ya de pie y acercándose a mí, “este es mi derrota” ya estaba pensando. Trato de arrastrarme hacia una esquina del ring para levantarme cuando soy sujetado de los brazos por Rebecca por atrás, inmovilizado totalmente, verla caminar frente a mí ya recuperada a quien me costó tanto debilitar me desanima sobremanera, agacho mi cabeza hacia abajo.
Después de quedarme un par de segundos mirando al suelo del ring siento las enormes tetas de Sonia sobre mi mentón, hace un movimiento de abajo hacia arriba con ellas y sube mi mirada hacia Sonia que estaba sorprende mente relajada. Esperaba ver quizás una cara de rabia y enojo hacia mí, pero no. Tomo mi rostro con mi su mano aplastándome ligeramente los cachetes observándome. Escucho a Rebeca atrás decirle y su amor. “Lo retuve y te salvé del mi amor, la victoria es tuya mi poderosa mujer”. Sin embargo, escuche algo de Sonia que me sorprendió bastante. “Que esta sea la última vez que interfieres en mi pelea, encárgate de tu trabajo como referí únicamente y no lo vuelvas a hacer”.
Rebeca puso una cara de enojo y posteriormente de sumisión considerando lo dominante que intento ser conmigo y me soltó volviendo al ring. No sabía que pensar al respecto solo que a los segundos de aquel acontecimiento sentí una mano sobre mi escroto y de repente escuché: “Ahora estas bajo mi control con tus bolas en mis manos”. Lo entendí a la primera: “estoy derrotado”, con su fuerza me destrozaría mis testículos dejándome fuera de combate y hasta lesionado. Desde luego volví a mirar abajo como derrotado, así que se acabó.
“Al final si resulto ser una buena pelea” me dije a mi mismo tratando de tranquilizarme, había logrado someter a semejante mujeron y si no fuera porque jugaron sucio habría ganado, “pero al menos lo intente me dije a mi mismo”. Sonia no estaba haciendo nada conmigo todavía, supongo que me estará dando tiempo a sentirme derrotado antes de que me acabe, a perder las esperanzas de ganar y de disfrutar y saborear ese exquisito cuerpo que tiene, pero no se pudo. Aunque….
Se me vino una última cosa antes de rendirme del todo, ella me estaba tocando mis pechos con sus ubres, tenía una mano en mi escroto y otra en mis cachetes, así que aun sabiendo que estaba perdido lo hice. Levante mi cabeza y le dije, “más allá del cuerpo que muchos te ven y te desean, tienes el espíritu de lucha más fuerte que vi, no cediste a pesar de que te intente someter con todo lo que pude, y supongo que por eso has ganado aquí, te felicito” terminando de decir dichas palabras acerque mis labios a los de ella y le di un beso.
Rebeca me quería destruir con su mirada, estaba furiosa al ver lo que había hecho, así que le grito a Sonia que me acabara y que apretara mi saco escrotal para quedar lesionado de por vida, pero ella solo me miraba, bajo la mirada unos segundos y comenzó a ejercer algo de presión sobre mis testículos, comenzaría mi tortura. Eso fue lo que pensé.
Pasaron los segundos mientras hacía eso y esperaba con temor que los fuera a aplastar muy violentamente, pero esa pequeña presión que hacía fue cambiando a una caricia a mis asustados testículos. Los estaba masajeando. Fue tan relajante que sentí como mi miedo se transformaba en calma, las manos que sostenían mis cachetes con intensidad se suavizaron y se volvieron caricias hacia mi rostro y posteriormente un beso de ella hacia mí, no lo podía creer. Y esos pechos que presionaban fuertemente contra mí en la esquina se empezaron a mover y a convertir en masajes hacia mis tetillas.
Yo estaba de piedra, ¿que estaba pasando? ¿No era mi final? Porque quiere darme placer ahora, debería destruirme. Todo eso paso por mi mente rápidamente mientras esas manos de rival que tanto dolor me causaron hace un rato se volvían manos suaves de caricias y calma, paso un largo rato que ella no dejaba de masajearme, todo mi estrés y miedo se caían a pedazos, me derrumbe sobre su hombro, ahí fue cuando escuche: “Gracias por verme como algo más que un cuerpo que ven como uno de lucha y sexualidad” “Luchaste muy bien contra mí y ambos nos castigamos muy fuerte, pero sé que el ganador eres tú, así que te daré la victoria esta ocasión”
No podía creer que estuviera escuchando eso, Rebeca no entendía lo que pasaba al igual que yo, pero con el accionar de sus manos sentí que iba en serio. Esas ganas de castigarla fuertemente al derrotarla se habían ido, solo quería hacerle el amor placenteramente. Supongo que ella pensaba lo mismo, así que hizo algo que me dejo atónito de nuevo.
Se dirigió hacia quien supuestamente era su amor Rebeca y de una embestida la tiro al suelo, ella casi desnuda se posó frente a ella y le dijo: “Solo me ves como un juguete sexual y jamás me viste como persona, ni siquiera pudiste respetar mi pelea, a partir de hoy terminamos”. Ni Rebeca ni yo dábamos crédito a lo que veíamos y escuchábamos, Sonia se agacho y levanto una pierna de Sonia, el público igual de asombrado que nosotros gritamos la cuenta de la derrota, 1 ,2 y 3. Sonaron las campanas del ring quedando ella como la derrotada,
Inmediatamente apareció otro arbitro de tribunas y declaro a Rebeca como la derrotada y a Sonia como la ganadora, más en eso ella me jalo a mí y le dio la mano al árbitro declarándome como ganador a mí, lo que significaba una cosa. Que la perdedora seria castigada a gusto del ganador o ganadores como fue en esta ocasión.
Sonia se acercó a Rebeca y le empezó a quitar el polo mientras ella gritaba: “¡Qué diablos te pasa a ti¡?”, “Es que esos golpes que recibiste por este idiota te dejaron estúpida?” “¡Como que rompes conmigo ¡” “¡Eres una maldita egoísta ¡”, y siguió blasfemando cosas por ese estilo.
Sonia paso a decirme que primero le diera su merecido por traicionarme y atacarla por la espalda. Que hiciera lo que quisiera, que después iba ella. Como mencione antes Rebeca era plana de pechos y muy cinturona y culona por detrás, así que me dejo la labor de quitarle el pantalón jean que tenía y su calzón ya que polo ni brasier tenía. Me acerque a quitarle el dicho pantalón cuando ella me dio una débil patada en el brazo diciendo que eso no pasaría jamás, a lo que el nuevo arbitro saco unas esposas y se las puso en ambas muñecas reiterando que tiene que abstenerse a las reglas. Estuvo retorciéndose en el piso del ring un rato hasta que se calmó y se quedó boca arriba. El árbitro me invito a proseguir.
Saqué su pantalón que estaba de más decir muy apretado para mostrar esa cintura y culo que tiene, era una vista espectacular, le di la vuelta para ponerla de espaldas y mi pene se erecto al ver semejante tamaño de culo, mis manos se acercaron a masajearlo y a darle fuertes y duras nalgadas cargadas de excitación, ella no quería gritar, sin embargo, se le escuchaba como balbusueba y soltaba lágrimas de humillación y dolor. Cuando le abrí los cachetes del culo para verle el ano se me acerco Sonia y me dijo: “Déjamelo esa parte a mi luego que tengo asuntos pendientes con ella y este órgano” Así que le hice caso y me fui a lamer toda su cintura y sus piernas hasta llegar a la depilada vagina.
Comencé a chupar su clítoris muy intensamente hasta que llego a un inesperado squirt en mi boca mientras chupaba, no quería hacer esperar mucho a Sonia así que la penetre y la folle con la poca energía que me quedaba. Lo di casi todo de mí que ya estaba por desmayarme de cansancio cuando sentí que me iba a correr. Así que lo hice, pero fuera de su cuerpo que no se merecía mi leche. Ella estaba llorando de humillación y excitación, pero no era el fin, sino más bien la mitad.
Me levante temblando y se acercó Sonia a sentarse sobre las piernas de Rebeca, le pidió al árbitro un dildo gigante y mostrándoselo le dijo: “Fuiste una mala pareja, después de los combates yo estaba hecha polvo y tú te aprovechabas de mi para hacerme sexo anal y castigarme como si fuera una maquina sexual” “Te ibas luego de esa noche y yo al día siguiente tenía que reponerme de los golpes y el dolor sola” “Me veías como una maquina y eso me dolió mucho, eras la única a quien pensé que le importaba” “Nunca pese que un rival más joven que yo me hiciera sentir importante y valorada” “Algo que tú nunca me diste” “Ahora que solo haces lo que quieres, pues ahora me toca a mí”.
Rebeca lloraba muy fuerte cuando Sonia le dio la vuelta y le puso en pose de perrito, comenzó abriendo los cachetes de su culo y le introdujo varios dedos con saliva para prepárala, duro un rato ahí, cuando le introdujo el dildo en el ano hasta el fondo para castigarla, ello solo se aguantaba el llanto mientras decía: “Hasta para castigarte soy buena” “Tú me introducias el dildo sin preparación haciéndome sufrir horrores”. Estuvo así un rato hasta que de tanto meter y sacar el dildo por el ano de Rebeca, esta tuvo un último squirt y se desmayó. El árbitro la analizo y dijo que estaba bien, que solo era agotamiento. Y despues de ello comenzaron las ovaciones del publico emocionado por lo que acaba de ver. Se habia acabado.
Le ofreci una mano para dársela a Sonia a levantarse, ella me ofreció el hombro para bajar del ring, salimos del muy adoloridos y agotados hasta que llegamos al camerino, nos sentamos juntos mientras nos poníamos la ropa nuevamente cuando al terminar ella se levantó, se fue hacia la puerta y el cerro apagando la luz. No sabía que pasaba en realidad cuando ella se volteo, camino hacia mí, se sentó en mi regazo y me beso largamente y románticamente, fue algo mágico e increíble para mí. El rival quien me hizo vivir horrores hace una hora, ahora sentía algo por mí, y, lo que es más, más allá de la atracción que me generaba su cuerpo yo también me sentí atraído hacia ella. El beso que tuvimos fue eterno, ni se cuánto tiempo paso, pero al terminar ella me saco sus labios y me pregunto: ¿Quieres ser mi novio? A lo que yo respondí con un si fuerte y emocionado, seguido de eso continue besándole hasta la garganta, hasta nos cansamos de estar sentados y nos tiramos al suelo en total oscuridad con el beso, no se sentía como algo sexual si no como algo romántico. Esa fue una noche increíble, la invite a mi hotel en el que me hospedaba, era bastante grande y la invite también a quedarse todo el tiempo para cuidarnos las heridas de los golpes y posibles lesiones que podríamos tener. Sin más que decir que cada noche nuestras noches de sexo eran apasionantes e increíbles. Éramos pareja en la vida real y en el ring
Esta es la primera parte de mi relato de lucha libre, si te gusto o quieres darme algún consejo o historia que se te ocurra escríbeme al correo: [email protected]
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