El Pastor de la Iglesia Cristiana

Me presento, mi nombre es Juan,  soy un carpintero de 30 años, casado con María de 26 hace  6 años, con dos hijos.

Tengo  un problema, estoy siempre caliente, y por día tengo que coger al menos dos veces, la verdad  no tenia problema,  mi mujer siempre dispuesta, me sacaba las ganas todos los días, me la cogía, en todas partes y me entregaba todo,  tanto la conchita, cola y boca, no le hacia asco a nada, todo lo contrario era tan viciosa como yo.

Un día vino su hermana mayor, que tenía problemas con su esposo por motivos de alcohol y la invito a una iglesia cristiana, y ahí cambio todo, ella empezó a estar más distante, a querer cada vez tener menos relaciones, y cuando la teníamos, estaba mucho más apagada,  ya no quería sexo ni oral y menos anal, lo veía como pecaminoso, solo una vez por semana, vaginal y tapados, la verdad no lo disfrutaba.

Llegué a despachar que andaba con otro, pero me llego a decir que el señor se lo pidió, que sea más recatada, y ya que teníamos dos hijos, que su labor como mujer tenía otro rumbo, no el de satisfacer a su marido sino de criar a sus hijos y llevarlos por el camino de Dios.  Yo enfurecido le pregunte de donde saco eso, y me respondió que el pastor Jorge  se la había explicado.

Camine rumbo a la iglesia,  pregunte quien y donde estaba el pastor,  fui directo a su oficina,  entre sin golpear, cerré la puerta a mis espaldas y me encontré con el pastor, un hombre de unos 60 años, cabello entrecano,

• Usted  es el pastor?
• Si, soy el pastor Jorge,  usted quien es ?
• Soy el marido de la Maria, y culpa suya hace una semana que no cojo.
• Mira hijo, no es así como lo vez, tu esposa encontró la luz, estaba viviendo en un mundo de placeres terrenales, que no la llevan a ningún lado, yo le guíe para que encuentre el camino  nada más.

Sentí que explotaba, lo tomé del cuello y del hombro,  de un solo golpe lo hice arrodillarse, en un solo segundo me desabroche el jeans, y sacando mi gorda verga de 18cm le dije, si mi mujer no se traga la leche, te la vas a tener que tragar vos.

Al principio se resistió, pero al tenerlo tomado  el  cabello, tubo que abrir la boca, lo que fue resistencia al principio, se transformó en pasividad, y colaboración, en un momento él ya me tomaba por las piernas y mamaba como un ternero hambriento mientras más lo dejaba más entusiasmado estaba, yo solo le decía así, seguí, mm, y el se entusiasmaba más, se las saque de la boca y le dije que mientras me ojeara me chupara las bolas, y wow que los hiso, me las chupaba una por una, llenándome de saliva, para después volver con mi pija y luego seguir con mis bolas, su saliva iba chorreando por mis piernas, llego un punto que no aguante más, lo tome por la nuca y le llene la boca de leche  que se la trago toda sin protestar .

Le ordene que se se desnude  y que haga lo mismo conmigo, ya desnudo, le dije que apoye su pecho en el escritorio y se abra las gordas nalgas con las dos manos, entonces le empecé a mamar el culo, que delicia era ese culo blanco, gordo y peludo le metía la lengua lo más profundo que podía, en sin decir palabra solo gemia, le mordía esas montañas de carne, no me podía cansar nunca de ellas, las amasada y mordía, y mi lengua abría  camino, me pare y le metía un dedo de la mano derecha, en su boda, y el mismo dedo de la mano izquierda  se lo metía en el culo.

Después le hacia chupar dos dedos y le metía dos dedos, hasta tres el entusiasmado chupaba yo con tres dedos jugaba dentro suyo dilatando lo que iba penetrar, y así fue, me pare detrás de él, apunte la cabeza de mi verga, a su culo y despacio pero sin pausa, entre hasta lo más profundo fe el chocando mis huevos con los suyos, que placer era ese culo apretado y carnoso, al principio fue lento y delicado, pero cada vez las estocadas eran más profundas, le clavaba mis dedos en sus carnes y empujaba más fuerte, el resoplaba  como un animal ruido y entregado, yo me deleitaba, con su culo hasta que empecé a cogerlo con violencia y le preguntaba di le gustaba y el me decía, sii mi príncipes así más fuerte, te vos a presas, si, préñame con fuerza llename con tus hijos, quiero tener tus hijos , asiiiii, y le llene su vientre con mis leche así lo preñe marcandolo para mi.

Me senté exhausto en su sillón mirando como brotaba leche mía de su culo, me abrí de piernas, y le dije que venga de rodillas y me limpie la verga, le pido la lengua delicadamente, y me la empezó a chupar hasta dejarme la brillante, luego paso a mis huevos  mientras me pajeaba suavemente los lambda y chupaba casi con devoción,  era el placer total, sentir esa boca y esa lengua en mi cuerpo, su saliva lentamente se iba a mi trasero así que mientras me pajeaba, despacio fue bajando hasta mi culo, primero con delicadeza como midiendo permiso,  entonces levante mis piernas, y ahí me lo empezó a devorar de verdad, esa lengua era un vicio, me taladraba abriéndose camino para hacerme gozar cada ves mas, sin mediar palabras sentí su primer dedo que entro sin problemas comenzando un mete y saca, luego vino el segundo, entrando en mi interior mientras su boca se ocupaba de mi pija, el tercero entro con más esfuerzo,  pero  chupaba mi pija.

Sus dedos se movían con tal maestría que no tardo mucho para que yo mismo le pida un cargo dedo  para dilatarlo bien, no hubo dolor solo placer y mucho, como sabía usar su boca y mover sus dedos,  así como estaba me levanto las piernas, apunto su pija en mi agujerito y se dedico a romperme bien el culo, que placer indescriptible, solo quería más y más pija, más y más fuerte, era muchísimo placer pero quería más, mi culo estaba hambriento de pija y no lo sabia, Jorge me preguntaba, quien es la putita ahora, y yo sin nada de vergüenza  le decía, yo, yo soy tu putita, ahí fue nuestro primer beso, mientras sentía latir su verga dentro mío llenándome de leche caliente.

Nunca me hicieron sentir tanto placer, nos quedamos tirados sobre la alfombra, besándonos y acariciándonos, prometiendo el silencio de ambos ya que somos casados.

Lo que si le iba a decir a Maria  tres veces por semana, pero dos veces por lo menos tengo que  estar con el. Así fue que el pastor tiene otro cordero más en su rebaño.

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