El mito de que las chicas no se masturban
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Hoy vengo a desterrar el mito de que las chicas no se masturban y a contaros la historia de una noche que acabo con 5 chicas tocándose. Fue hace tiempo, tenía 18 años y una amiga mía nos invitó a mí y a otras tres buenas amigas a dormir a su casa.
Al llegar todo iba normal, nos invitó a cenar y después nos metimos en su cuarto, extendimos los sacos de dormir, pero nos subimos a las dos camas que había en su cuarto, estaba sola en casa por lo que teníamos más libertad. Comenzamos a desvestirnos para ponernos el pijama, todas nos habíamos traído nuestro mejor pijama para la ocasión, pero todos eran del mismo estilo, muy cortitos y ajustados, cuando nos quitamos la ropa para cambiarnos me fijé en qué tipo de ropa interior usaban mis amigas y me sorprendí al saber que cuatro de las cinco chicas usábamos tanga.
El mío era un tanga negro, fino, de hilo y sin trasparencias, otra de mis amigas lo llevaba rojo y un poco más ancho que el mío, otra lo llevaba negro igual que el mío, pero también más ancho y otra un tanga blanco con lunares rojos, la restante llevaba unas braguitas rosas y se quedó sorprendida de ser la única con bragas, así que yo la pregunte que si ella nunca usaba tanga, ella me dijo que a veces sí, pero que sólo tenía 3 y sus padres no estaban muy de acuerdo con que lo llevara tan joven, por lo que salió el tema de la ropa interior, de si era más cómodo el tanga y apenas molestaba que se meta por el culo y fue subiendo de temperatura la conversación.
Hasta que salió el tema de la masturbación, al principio solo yo y otra amiga dijimos sin problemas que si nos masturbábamos, las otras lo negaron, pero dijimos que estábamos en confianza y que lo podían contar, que las encuestas dicen que la mayoría de las chicas se masturban, por lo que fueron desvergonzándose hasta que finalmente las 5 lo admitimos, hablamos de cómo lo hacíamos, del placer que daba, de donde lo hacíamos, en que pensábamos o que veíamos, lo más frecuente era en la habitación, estando solas en casa y viendo videos, los favoritos de sexo oral, anal y normal, pasional, tan en confianza estábamos que una amiga dijo en broma que si lo hacíamos ahora, lo que alguna no nos tomamos como broma y empezamos a retarnos hasta que finalmente accedimos todas.
Mi amiga puso en su ordenador un video de una página porno, era una chica rubia, parecida a mí, por cierto, y un hombre musculoso, con la polla enorme, y tenían sexo oral, anal y vaginal, en distintas poses. Todas nos fuimos quitando la ropa hasta quedar completamente desnudas, la habitación de lleno de ropa por el suelo y todas pudimos vernos el coño mutuamente, todas depiladas o medio depiladas, algunas ya tenían algo de pelo, las más rasurada era yo que me había depilado el día anterior.
Empezamos todas a frotarnos el coño, casi todas el mismo método, nos acariciábamos el clítoris y introducíamos uno o dos dedos, las vaginas se iban mojando y la temperatura subiendo, yo me frotaba rápido el clítoris y después me metía los dedos, el placer nos fue inundando una a una, todas más o menos en el mismo tiempo, con pocos minutos de diferencia, fuimos llegando al orgasmo, excitaba oír los gemidos de mis amigas, sobre todo las que llegaban antes, cuando se corrían, yo acabe la penúltima, era la que más gemía.
Al acabar nos fuimos vistiendo, yo preferí dormir sin la ropa interior para estar más fresquita y así se acabó la noche, entre risas y todas cachondas.