El masaje de una mujer lesbiana

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Ya el asunto de la depilación se había convertido en un juego erótico, y pude por fin pude filmar un par de sesiones, pero como el compromiso que si se depilaba, después tendríamos que ir a darnos un sauna y un masaje los dos.  Al mes de haberse depilado y haber ido al masaje, nuevamente le toco cita para depilación (era paquete) y yo por supuesto le recordé de nuestro trato.

Ella no se inmuto y al ver su reacción, me puse a preparar toallas, bebidas, cremas, aceites, y por supuesto la video y el vibrador.😍🤣

La lleve a su cita, y al salir, nuevamente nos dirigimos al mismo lugar de la otra vez. Al llegar, fui a pedir la masajista, y tuvimos la suerte de que la misma masajista de la vez anterior estaba disponible. Esto estuvo bien porque así mi esposa se sentiría mas en confianza que si hubiera sido otra persona y además después de los acontecimientos pasados, si la cosa se ponía caliente, ya ella (la masajista) sabia más o menos que hacer y a mí se me facilitaría filmar, ya sin dar explicaciones.

En esta oportunidad la masajista si se desvistió desde el principio, pero se dejó el top y la tanga que tenía puesta. Mientras tanto, mi esposa se estaba desnudando totalmente y al estar desnuda, se dirigió al baño a ducharse. Después de la ducha, se dirigió a la cama, y como nuevamente estaba recién depilada, prefirió iniciar el masaje boca abajo, para que no se le fuera a irritar la cuquita por la fricción y el aceite.

Yo, en lo que mi esposa se colocaba en posición, había estado preparando la cámara para iniciar desde el primer pase.

Mi esposa se acostó con los brazos cruzados bajo la barbilla, viendo hacia un espejo (para ver lo que le hacíamos) y con las piernas ligeramente abiertas, como a la misma distancia de sus hombros. Estaba completamente desnuda, ni siquiera con la toalla sobre las nalgas. La masajista inicio por sus hombros y parte de los brazos, luego bajo por su espalda, masajeando y acariciando su espalda hasta la parte baja de esta, donde iniciaban sus nalgas, y después de darles una suave acariciada, prosiguió  por una de sus piernas hasta llegar al pie.

Le hizo masaje en los pies, con la pierna flexionada, lo que provocaba que la pierna se abriera un poco más, y al terminar el masaje del pie, y volver a colocar la pierna en su lugar, esta quedaba más abierta. De un pie se pasó al otro haciendo la misma operación, por lo que al terminar con los dos pies, ya tenía las piernas bastante más abiertas.

Al terminar el segundo pie, empezó a subir con su masaje por toda la pierna, y al tener las piernas más abiertas, se podía ver perfectamente bien su  cuca depilada y sus labios hinchados. Ya el morbo de la situación había hecho que se notara un cierto brillo en su raja, señal de excitación.

Al ir subiendo, se fue acercando hacia su cuca, ya sin ningún pudor, pues sentíamos, sin decir una palabra, que era lo que queríamos cada uno.

Al terminar el muslo, y antes de pasar a la otra pierna, como para terminar, al hacer los pases para arriba le paso sobando la cuca 3 o 4 veces, a lo que mi esposa no se dio por enterada. El proceso fue igual en la otra pierna, y nuevamente al llegar a la entrepierna le volvió a dar otras pasadas iguales a su cuca, que cada vez brillaba más, y no era por el aceite.

Como ya dije antes, el culo de mi mujer me encanta, así que cuando me di cuenta que ya era la hora de darle masaje a su culo, deje la cámara de video a los pies de mi mujer, al mismo tiempo aproveche para abrirle un poco más las piernas, ahora estaba abierta como dos veces su espalda, y me incorpore al masaje de culo que le íbamos a dar.

Para empezar se lo amasamos, cada uno agarrándole una nalga, para luego friccionárselo, pero con caricias al mismo tiempo, lo que provocaba que se le abrieran las nalgas y dejara ver su ano, arrugadito y cerradito.

Con las piernas así de abiertas y al mismo tiempo abriéndole las nalgas con las manos, se veía en una exposición total, pues se le veía toda la cuca hasta el inicio del estómago y con las nalgas bien abiertas, yo jalándole una y la masajista la otra, el ano se abría obscenamente, pero para hacerlo aún mejor, sin decirnos nada con la masajista, solo nos miramos, con una mano le abríamos las nalgas, y con la otra, cada uno le agarro un labio vaginal interior y se lo abrimos también cada uno para su lado. Así estaba mi esposa con el ano abierto y la cuca súper abierta.

La visual era exageradamente erótica, pues otra persona le estaba viendo el hoyo de la cuca completamente abierto, rosado, jugoso, y al mismo tiempo le miraba el hoyo del culo que se arrugaba y se dilataba por la tensión y la excitación. Mi mujer debe de haber sentido delicioso, al sentirse y verse tan abierta y tan expuesta.

Mostrándole todos los hoyos más privados a una desconocida, enfrente a su marido. Mientras la abríamos y tocábamos ya descaradamente, la cámara seguía filmando a los pies de la cama. Yo no aguante más, de verla en esta posición, mientras le teníamos abiertas las nalgas, me incline y le di unas 5 lamidas a su ano, lo que provoco primero que cerrara el ano, para luego relajarlo y dejarme meterle la lengua en su hoyo hasta lo más profundo que podía llegar mi lengua.

Mientras yo le lamia el culo a mi mujer, la masajista ayudaba abriéndole aún más las nalgas a mi mujer, como queriendo que su ano se dilatara aún más. Ella solo miraba sin intervenir directamente. En todo este tiempo, ninguno de nosotros decía nada. Qué maravilla.

Después de esta gran tocada que le dimos, yo me levante y volví a tomar la cámara para seguir con mi fantasía.

Al levantarme y dejar sola a la masajista, empezó a meterle mano de una forma que definitivamente calentó a mi mujer, pues introducía las dos manos entre las piernas de mi mujer, y las sacaba una primero y otra después sobándole la puso y el ano en el movimiento hacia arriba, que se repetía constantemente, y luego le agarraba las dos nalgas al mismo tiempo y se las abría, para quedarse viendo por unos instantes ese anito arrugadito que se iba abriendo poco a poco mientras le tenía las nalgas abiertas. 

Así estuvo como 5 minutos, hasta que continuo hacia arriba, a la espalda, que empezó a masajear, solo que esta vez le tocaba los laterales hasta el nacimiento de las tetas, que salían por los costados, en donde pasaba más tiempo del normal, para luego subir a los hombros y el cuello.

Al rato de hacer esto, volvió a bajar dirigiéndose a las nalgas, y al intuir esta operación, nuevamente me acerque a la cama, y tomándole primero una y después la otra pierna, se las volví a abrir. En esta ocasión se las abrí lo más que pude y que daba, pues ya los pies los tenía al borde de la cama, ya parecía gimnasta.

No se podía abrir más. Coloque nuevamente la cámara a los pies, e iniciamos un masaje aún más osado que el anterior, tocándole todos los hoyos y friccionándoselos impúdicamente, mientras la masajista ya se había apoderado del clítoris de mi esposa, al que le estaba dando un masaje vibratorio con los dedos que estaba dejando sin respiración a mi mujer, quien abierta completamente y tocada por todos lados, no decía nada y solo se dejaba hacer lo que quisiéramos.

Nuevamente tome la cámara y empecé a filmar, pero me di cuenta que la masajista cada vez que le abríamos las nalgas, se quedaba mirando como hipnotizada el ano de mi mujer, y en un momento, empezó a abrirle las nalgas, solo que en esta ocasión, se las dejo abiertas, y le empezó a hacer un masaje directamente en el ano.

Al ver esto me acerque, y pude observar que al abrirle las nalgas, el ano estaba cerrado, apretado y fruncido, pero después de pasarle los dedos un par de veces, este se relajó, y podía ver perfectamente el músculo del anillo del ano completamente relajado, expuesto para dejarse tocar aún más profundamente. La masajista se estaba dando un agasajo, pues podía verle la cara de placer y gusto que tenía.

Al mismo tiempo observe que mi esposa no se perdía detalle de lo que le estaban haciendo por el espejo lateral. También pude ver que ya su cuca estaba completamente mojada, y que su clítoris estaba completamente parado.

Mientras tanto, la masajista le sobaba el ano por todo el rededor, la parte estriada, en círculos, solo con el dedo índice, y luego se lo sobaba de arriba hacia abajo en movimientos lentos, para después colocarle la punta del dedo en la entrada del ano y allí le hacía caricias en la entrada del hoyo, presionando un poco, solo para meterle la punta del dedo, y luego lo sacaba, e iniciaba nuevamente el movimiento de arriba abajo pero ya llegando a tocarle el hoyo de la cuca, en donde se lubricaba los dedos para volver a subir a tocarle el ano.

En este punto, yo no aguante más, y volví a colocar la cámara a los pies de la cama, y me dirigí verga en mano a la cara de mi mujer, quien al verme, se prendió de mi verga como un náufrago a una botella de agua.

Me la mamaba de  una forma golosa, la lamia desde la base hasta el glande y luego se la tragaba toda, mientras me acariciaba los huevos. Para poder mamarme la verga, tenía que levantarse sobre sus codos, lo que hizo que quedaran expuestas sus tetas, las que inmediatamente agarro la masajista, quien a la vez de hacerle masaje en la cuca y nalgas, con el otro mando introducido bajo mi esposa le amasaba las tetas.

Ya había llegado el momento de no retorno y, estando en esta posición, saque de debajo de la almohada la verga de látex que tenía escondida.

Mi esposa se dio cuenta, pero no dijo nada y siguió mamándome la verga, cada vez con más entusiasmo, si es que fuera posible, mientras yo le pasaba  la verga de hule a la masajista, que al tomarla le brillaron los ojos de deseo y la toco de punta a punta y luego la baño de aceite, que no hacía falta por la lubricación que ya tenía mi mujer, pero el acto de hacerlo, solo despertaba más el morbo.

Como el matador que limpia la espada antes de la estocada, para calibrar el arma en sus manos. Yo a todo esto ya casi no aguantaba, y tuve que hacer uso de todo mi esfuerzo para no acabar, por lo que tuve que quitarle la verga de la boca a mi esposa, que no quería dejarla ir y me la chupaba más fuerte. Al fin logre quitársela de la boca para poder ver la penetración que le iba a dar la masajista con la vergota a mi esposa que también estaba a más no poder.

Empezó a frotarle la verga por las nalgas y la cuca y al llegar a esta, se la frotaba por todo el exterior en círculos y de un lado a otro, pero sin metérsela. Todo este movimiento hizo que mi esposa casi acabara allí mismo, y empezó a levantar las nalgas, como ofreciéndose para que se la metiera de una vez, lo que entendió la masajista y empezó a metérsela poco a poco hasta que le introdujo por lo menos 8 pulgadas ve verga, que mi esposa acepto con un gemido profundo de placer y a los pocos instantes ya estaba teniendo su primer orgasmo.

La masajista le metía y le sacaba la verga lentamente, casi hasta el final, y luego se la volvía a encajar completa. Yo tome la cámara, y pude ver que mientras la masajista le metía y le sacaba la verga de la cuca, mi esposa movía el culo como queriendo encontrar el ritmo de la embestida que le daban, ondulando sus caderas y echándose hacia atrás anticipando la metida. Este movimiento lento de meter saca, volvía loca a mi mujer, quien me pedía que me quería volver a mamar la verga.

Yo como todo un caballero accedí a su petición, y nuevamente me la agarro como si su vida dependiera de ello. Me la chupaba con gran fruición, cada vez más rico. Yo le sobaba la teta derecha, mientras la masajista le estaba sobando la izquierda al mismo tiempo que la barrenaba con la verga artificial. La cara que tenía mi esposa de calentura en ese momento es indescriptible. Era una cara de calentura pura. Por un lado mamando verga, por el otro, perforada por una vergota y siendo tocada en sus tetas, espalda y culo por otra persona. El placer y la sensación deben de haber sido indescriptibles.

Estando en esto, yo mamado y mi mujer penetrada, se me ocurrió que podía meterle un dedo en el culo a mi mujer, así que me incline como pude y abriéndole las nalgas, le di un beso profundo a su ano, para después lamérselo profundamente y así dejarlo lubricado.

Al hacer esto, a la masajista casi se le salen los ojos de pura lujuria. Después de lamérselo, me incorpore, mientras mi esposa no dejaba de mamármela, y así, empecé a jugar y friccionar su ano poco a poco hasta empezar a meterle el dedo poco a poco. La masajista al ver esto, y no queriendo perderse nada, le agarro una nalga con su mano libre y se la abrió, mientras yo le abría la otra con la mano libre que no estaba tocando su ano.

Al sentir esto, mi mujer lo que hizo fue parar el culo y ponerlo en pompa, lo que yo aproveche para empezar a introducirle el dedo poco a poco. Por la posición en que estaba, se me dificultaba un poco, así que deje a mi mujer con la boca vacía y me dedique completamente a meterle el dedo en el culo, que fue entrando suavemente hasta que mi dedo medio llego hasta los nudillos.

A través de la membrana que separa su cuca, podía sentir perfectamente la verga de hule entrando y saliendo de su puso, y entonces empecé a meter y sacar el dedo de su culo tratando de mantener el ritmo igual que el de la masajista.

Mi esposa se estaba volviendo loca de placer. Ya había tenido por lo menos 4 orgasmos y quería más. Estábamos taladrándole el ano y la puso al mismo tiempo y mi esposa lo estaba disfrutando a lo grande, hasta que ya no aguantando más, me pidió casi con desesperación que le metiera la verga (cosa que se había negado siempre enfrente de alguien más) de una vez.

La masajista retiro la verga de látex y yo la sustituí por la mía. El gemido de placer de mi mujer se debe haber escuchado a una cuadra. Empecé bombeándola lentamente, y como a muchos, después de lograr contenerse a la eyaculación inicial, me podía aguantar más tiempo sin acabar.

Se la metía y se la sacaba lentamente y hasta el fondo, tratando de disfrutar hasta el último segundo de este momento, cuando sentí unas manos acariciándome la espalda y las nalgas. Era la masajista que tremendamente excitada por lo que veía, quería participar, pero nuevamente, el momento era solo de mi esposa y mío. Ella, era solo parte de la fantasía.

Luego, revisando el video, pude ver que mientras me cogía a mi mujer, la masajista quería introducir la verga de látex también empujando la cabeza de esa verga en la entrada de la cuca rosada que yo estaba penetrando, y trataba de forzar la entrada para que tuviera las dos vergas metidas pero a pesar de sus esfuerzos  obviamente no logro.

Entonces se dedicó a friccionarle el clítoris a una velocidad prodigiosa a mi mujer, y se alternaba sobándome las nalgas, hasta que en un momento siento que me las abría y me tocaba el ano, primero suavemente, y después la fricción creció, con la intención de meterme un dedo, supongo. La sensación de esta maniobra, me excito aún más, pues no solo me estaba cogiendo a mi mujer, después de un espectáculo increíble, frente a otra mujer y además, esta última me estaba acariciando todo el cuerpo de una forma súper sensual.

Al final, ya no pude controlarme más y tuve un orgasmo interminable, que me dejo vacío por la cantidad de semen que saque. Mi esposa después de que la penetre, termino como 2 o 3 veces más.

Después de acabar yo, me quede bombeándola suavemente, hasta que en un movimiento encontrado, ya que mi mujer también se seguía moviendo, se me salió la verga, y como los dos estábamos boca abajo, mi verga le quedo entre las nalgas, mientras que de su cuca, que estaba completamente abierta, empezó a salir todo el semen que le había metido.

Yo abrazaba y besaba a mi esposa y ella a mí, mientras nos relajábamos, pero la masajista, como no había tenido su ración aun, al salirse mi verga y quedar expuesta, me la empezó a sobar y agarrar y con la otra mano, le abría la nalga a mi mujer, para que ella metiera mi verga entre las nalgas y allí, la friccionaba contra el ano de mi esposa.

Estábamos hechos un charco y parece que esto le gustaba a la masajista, pues tomaba de nuestros líquidos y los sobaba por las piernas, nalgas espalda de nosotros y el pecho de ella, que se imaginaba que venía su turno después, pero eso ya es otra historia.

By: Furia ❤️😁

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AlfredoTT
AlfredoTT
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