Reto a mi novia a publicar sus nudes – I, II
Hola de nuevo a todos,
Este relato es breve y tal vez no tan emocionante como los anteriores. Sin embargo, cuenta algo que sucedió y que me excita muchísimo y por el título ya deben saber sobre qué va.
Para empezar quiero decir que mi novia, Sara, es una mujer por momentos muy tímida. Muchas veces tiene problemas de confianza y no se siente atractiva. Dicho esto, hay ocasiones en las que casualmente Sara se siente muy guapa y a gusto con su cuerpo. Cuando esto ocurre, a ella le gusta tomarse fotos. Selfies, fotos de sus outfits, y sí, bastantes imágenes subidas de tono.
Lo que más me excita es cómo cambia su mirada cuando lo hace. Sara pasa de ser la chica dulce y reservada a una mujer segura, coqueta, atrevida. Esa noche fue especial: llevaba un top negro ajustado que dejaba ver el inicio de su escote y un pequeño short que apenas cubría sus muslos. Se colocó frente al espejo y empezó a tomarse fotos, al principio normales, pero poco a poco fue subiendo el nivel.
Primero fueron gestos sensuales, luego una pose más atrevida levantando el top para mostrar un poco más de piel. Yo, sentado en la cama, no podía dejar de mirarla. Ella notaba mi mirada y sonreía, como si el saber que la deseaba aumentara su confianza. Entonces, sin decir palabra, se bajó lentamente el short, revelando una lencería negra que le quedaba perfecta.
El ambiente cambió. Ahora Sara posaba para mí, no para la cámara. Me miraba por encima del hombro, mordiéndose el labio mientras dejaba caer uno de los tirantes de su top. En cada foto que tomaba se veía más desinhibida, hasta que su mano desapareció bajo la tela de la lencería.
“¿Te gusta verme así?” – susurró.
Yo solo pude asentir, ya completamente excitado. Me acerqué y la abracé por detrás, besando su cuello mientras ella seguía tomando fotos. La cámara capturaba su rostro de placer mientras mis manos recorrían su cintura y subían hasta acariciar sus pechos por encima del top.
Cuando no aguanté más, le quité el teléfono de las manos y la giré hacia mí. Su respiración estaba agitada, sus mejillas encendidas, sus ojos brillantes. Nos besamos con hambre, con deseo contenido, mientras mis manos exploraban cada rincón de su cuerpo.
La llevé hasta la cama, y cada prenda que caía era una foto mental que no olvidaré jamás. Ella, la mujer tímida, ahora estaba encima de mí, segura, atrevida, mostrándome una versión que pocas veces dejaba salir. Y yo, completamente entregado, disfrutaba cada segundo de esa transformación.
Desde esa noche, cada vez que veo esas fotos, recuerdo no solo lo hermosa que es, sino lo excitante que puede ser cuando se siente segura de sí misma. Y ahora, cada vez que se toma una foto, sé que algo intenso puede suceder.
PARTE II
Una carpeta llena de imágenes de Sara en su máximo esplendor y mi profundo deseo de exponer la sensualidad de mi novia solo pueden significar una cosa: un amplio repertorio de posibilidades para satisfacer mi anhelo voyeur.
Ya antes había comentado cómo empujé a Sara para publicar algunas historias sensuales. Pero nada excesivo o diferente de lo que muchas chicas publican en Instagram para conseguir likes. Algunas fotos en brassier disimuladas y que por cierto no duraron mucho arriba. Sin embargo, con el reciente gusto de Sara por tomarse fotos sexys se ha juntado una buena cantidad que a mi parecer es un desperdicio que nadie pueda ver.
Esta idea me entró un día en que Sara me contó de un accidente que tuvo en el trabajo. Resulta que ella tiene una carpeta secreta. Para que se den una idea, ahí hay cerca de unas 100 fotografías de Sara. Todas ellas con algún grado de exhibicionismo. Algunas en pijama de frente al espejo, en ropa interior mostrando el culo y una que otra con las tetas de fuera mostrando esos ricos pezones enormes que tiene. En alguna ocasión me ha dejado husmear en su galería y la carpeta no está tan escondida como uno esperaría. Probablemente Sara nunca pensó que alguien llegara a ver esas fotos, hasta ese día en el trabajo…
Mi novia se encontraba en su turno de la noche. Este trabajo requiere que tome con su celular fotos de evidencia. Pues estaba por enseñarle unas fotos a una de sus compañeras. Cabe recalcar que esta compañera es lesbiana. Sara es muy distraída y cuando estaba entrando a su galería para enseñar las fotos por accidente entró a su carpeta secreta, que como dije de seceta no tiene mucho porque lo que ella hace es poner una foto común y corriente al principio del álbum para que no se sospeche cuál es el carácter de su contenido. Eso es todo, sin contraseña ni nada. Pues Sara tenía en pantalla las últimas fotos que se tomó. Para colmo, no se dio cuenta pues en ese momento estaba hablando con alguien más.
El espectáculo que se llevó su compañera… Me contó que se alcanzaban a ver dos fotos. Una de espaldas con un short muy corto, sin ropa interior y acercando el trasero a la cámara. Y otra con el mismo short pero acostada boca arriba, sin mostrar el rostro, con una blusa gris delgada y sin bra. En esta segunda foto, Sara levantaba ligeramente la blusa mostrando la parte de abajo de sus senos. Sus pezones se transparentaban bastante y con las piernas ligeramente abiertas y sin calzón casi se alcanzaban a ver sus labios húmedos.
Ella tardó unos segundos en reaccionar. Suficiente tiempo para que su amiga viera perfectamente el cuerpo de mi novia. Ésta no dijo nada y Sara al darse cuenta se apenó muchísimo y bloqueó el celular. Desde ese día puso una contraseña para no poder entrar tan fácil a su carpeta. Pero estoy seguro que su compañera no la ve del mismo modo desde entonces. Esto en lugar de molestarme me excita bastante. Me encuentro a mí mismo deseando que hubieran visto las fotos más explícitas, o que las hubiera visto algún hombre de los que le traen ganas a Sara. Lo que me ha dado algunas ideas.
En una ocasión encontré a Sara viendo sus fotos. Me encanta ver todo ese contenido así que me puse a observar con ella e inmediátamente eché a volar mi imaginación. Le sugerí que subiera una de sus fotos en sus historias de Instagram; una no tan explícita pero en las que se le ve muy sexy. Ella al principio se negó, pues como he dicho es muy penosa. Me dijo que esas fotos no eran la gran cosa y que nadie querría verlas. Yo se que eso no es cierto, así que le propuse algo: Si subía una historia conservadora pero sensual y no recibía ninguna respuesta, descubriríamos que en efecto, las fotos no son la gran cosa. Pero si alguien le contestaba algún piropo, entonces tendría que subir una foto más subida de tono. Sara aceptó; aún no sé si en realidad pensaba que iba a ganar o si me estaba siguiendo el juego. Elegimos una foto de ella acostada en la cama usando un brassier rojo de encaje.
Estaba algo oscura pero la poca luz que había dejaba ver sus tetas de buen tamaño cubiertas por la prenda, sus clavículas y parte de su sonrisa traviesa. Sara dijo que la foto no era para tanto, puesto que era como estar en traje de baño. Ella posteó la foto y solo quedaba esperar. Al principio nada, algunos likes de sus amigas pero acordamos una respuesta por mensaje. Había pasado casi una hora y yo ya me estaba dando por vencido. Sin embargo, por fin sucedió… Llegó el mensaje de un hombre de unos 40 años al que tiene agregado (sabrá Dios porqué). El clásico mensaje: “Estás muy bonita amiga, a ver cuándo me aceptas una salida”. Sara molesta de ver que había perdido no le contestó al hombre y borró la historia. Era lo de menos, porque se venía lo bueno. Nos pusimos a escoger su castigo. Me decidí por una foto de su culo.
Ella con un cachetero negro de encaje. De espaldas e hincada en la cama y con las nalgas sobre sus talones y top corto que dejaba ver su espalda. A veces me sorprende la habilidad que tiene Sara de tomarse fotos tan provocativas. Pues era hora de publicar. Ella prefirió ponerla en close friends porque no quería que su mamá viera semejante imagen. Yo acepté y publicamos la foto. Esta vez no hubo que esperar tanto, pues en sólo unos minutos Sara recibió 3 respuestas. Una de una amiga muy sorprendida: “¡¡Amigaa, qué atrevida!!” Uno de sus amigos del trabajo de contestó con un emoji de fuego y otro muchacho que por lo visto disfrutó mucho le dijo: “Qué rico culo. 😋 Cuándo me dejas tenerlo para mi?” Además, recibió bastantes likes; la historia fue un éxito.
Sara no podía esconder su emoción. Pues, aunque le daba mucha pena lo que acababa de hacer, ver tanta gente reaccionando a sus fotos la llenaba de confianza y podría decir que hasta la excitaba. Era el momento perfecto para llevar esto al siguiente nivel. Le dije a mi novia que en vista del éxito de la historia anterior, debería subir una más, no pasa nada. Después de un breve momento en el que Sara se negaba, por fin pude convencerla de lo siguiente. Encontramos una foto de ella de frente sin blusa ni brassier. Se tapaba los pezones con uno de sus brazos. Como he dicho sus pezones son muy grandes así que taparlos no fue tarea fácil. Se apretaba las tetas contra su cuerpo haciendo que se vieran más grandes y manoseables. En cuanto vi la foto tuve una erección y no me imaginaba lo que pensaría la gente que estaba a punto de verla, pero me causaba mucho morbo. Sara subió la foto de nuevo a CF y la lluvia de reacciones no tardó en llegar… “Qué ricas tetas”, “a ver sin taparte”. Los comentarios no dejaban de llegar.
Sara estaba que no cabía de la pena y yo excitado a más no poder. Aún así, notaba en su rostro cómo le prendía tener tanta atención. Sus pezones comenzaban a ponerse duros bajo la playera. Nada detenía a Sara de borrar sus historias, pero no, ella continuaba con el juego. Comencé a besar su cuello mientras tocaba sus muslos. No me pude contener más y le quité la playera. Empecé a chupar sus tetas con un hambre insaciable. Mientras mordisqueaba sus pezones Sara gemía de placer. “Me encanta cómo me los muerdes”, decía entre gemidos. “Sería una lástima que nadie los pueda ver, así paraditos y duros.” No lo podía creer, mi novia en realidad me estaba diciendo que quería enseñar sus pezones.
No tuvo que decírmelo dos veces y le dije que lo hiciera. La muy maldita ya sabía qué foto subir. Una imagen de ella acostada usando únicamente un short guinda. Sus dos pezones completamente erectos y una pierna ligeramente levantada. Traía varios collares ajustados que contrastaban con su piel blanca y sus tetas con pezones oscuros. No sé qué tan estrictas sean las reglas de desnudez en Instagram así que le sugerí a Sara subirla a su estado de WhatsApp. Yo tenía su celular listo con el pedazo de foto que escogimos a punto de subir un nuevo estado. Sin embargo, Sara me dijo: “No! Espera! En WhatsApp tengo a todos los contactos del trabajo.” Olvidamos que ya no estábamos en los close friends de Insta. Miré a mi novia a los ojos casi pidiendo perdon por lo que estaba por hacer. Publiqué el estado para que todos sus contactos lo vieran.
Sara inmediatamente saltó sobre mi para quitarme el celular. Sus tetas rebotaban de tanto brinco. Cuando por fin me quitó el celular, entró a borrar su estado, solo para ver que era demasiado tarde. Un compañero del trabajo que por cierto ya le había tirado los perros a Sara lo había alcanzado a ver. Ella de nuevo apenadísima borró el estado, lo cuál al parecer no le gustó a su compañero pues recibió un mensaje directo. “Compañera, qué buena foto subió y qué poquito tiempo nos dejó disfrutarla”. A Sara se le caía la cara de vergüenza y le contestó: “Fue un accidente 😰, creo que sólo tú la alcanzaste a ver”. Él rápidamente intentó ganar ventaja: “Pues ya le vi todo compañera.
No creo que haya mucho problema si me manda otra foto”. La cara se Sara se transformó en ese momento. Conozco su expresión cuando le gana el morbo. Ella me volteó a ver como pidiendo permiso. Yo la empujé a esto, así que me tocaba aguantar. Le asentí con la cabeza, a lo que ella prosiguió por tomarse una selfie. Con los codos se apretaba los senos mientras sostenía el celular. Se mordía el labio inferior y arqueaba las cejas poniendo cara de sumisa. Sus pezones volteando hacia el frente le daban el toque perfecto. Le mandó la foto a su compañero para ver sólo una vez y le dijo: “Que esto quede entre tú y yo solamente”
Aunque en realidad quedó entre 3 personas que tienen algo en común. Les gusta ver expuesto el cuerpo de Sara.
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