FANTASIA CUMPLIDA, ver a mi mujer con otro
Escribo este mi primer relato para contarles lo que sucedió hace ya cinco años, cuando mi esposa, sin proponérselo en un principio, cumplió mi más anhelada fantasía, decidirse a tener relaciones con otro hombre.
Hace cinco años trabajaba yo para una empresa en la cual se vendían materiales para aligerar las construcciones, por lo que con frecuencia me tenía que trasladar a diferentes partes del país, así que con cierta frecuencia me ausentaba hasta por una semana, tiempo en el que mi esposa se quedaba junto con nuestros hijos en casa. Pero una de estas ocasiones coincidió con la temporada vacacional de mis hijos por lo que sus abuelos se los llevaron de vacaciones, no pudiendo en esa ocasión llevarlos de vacaciones mi esposa pues en su trabajo le había hecho tomar un curso de actualización.
Este viaje a mí me tomo un poco de sorpresa y a mi esposa le causo cierto enfado ya que habíamos hecho planes para pasar unos días a solas en casa y poder tener mayor libertad de hacer el amor en cualquier parte de la casa según se nos ocurriera.
En esta ocasión se suponía que estaría yo tres días fuera pues era una obra donde no había mayor problema y solo requería de un día de estancia más un día para ir y otro para regresar.
Ya estando yo en la ciudad de León donde se llevaba a cabo la obra me encontré con la novedad de que no estaba terminado el trabajo previo y eso provoco que tuviera que quedarme tres días en lugar de uno por lo que mi ausencia se prolongaría a una semana, cuando le avise a mi esposa que en lugar de regresar ese día por la tarde regresaría hasta el fin de semana, ella me dijo que se sentía muy aburrida, pues recién habíamos regresado a la ciudad después de vivir por cinco años en otra ciudad, y aun no tenía amistades, le sugerí que saliera a ver tiendas para que las tardes no se le hicieran tan pesadas, ella dijo que las tiendas no le quitarían las ganas de coger que tenía, pues ella había hecho planes para recibirme cachondamente esa misma noche, le pedí disculpas y le dije que el viernes por la noche desquitaríamos el retraso en mi regreso.
A partir de aquí les escribo lo que mi esposa me relato:
Decidió ir al centro de la ciudad a mirar aparadores después de salir de su curso por lo que llevaba la ropa que había elegido para recibirme por la tarde, falda corta de vuelo, tanga de hilo dental, un sostén de media copa que le va de maravilla a sus pechos 34 C y una blusa con cierre al frente. Luego de ver los aparadores y comer se metió a un cine para ver una película y así pasar el tiempo pues apenas era media tarde.
Una vez dentro del cine en varias ocasiones al verla sola se acercaron a tratar de entabla platica con ella varios hombres rechazándolos ella y cambiándose de lugar por lo que cada vez se fue recorriendo más hacia el fondo del cine, después de varios cambios de lugar decidió que si se acercaba algún hombre que le agradara aceptaría la compañía pues comenzaba a pensar en lo que yo tantas veces le había pedido, hacer el amor con otro hombre y contarme después como lo había pasado.
Por fin llego un hombre de aproximadamente 45 años de buen aspecto quien le agrado a mi esposa y permitió que se sentara junto a ella y comenzaron a platicar, luego de saber el motivo de la presencia de mi esposa en el cine paso un brazo por encima de los hombros de mi esposa y la atrajo hacia sí, mi esposa acepto el abrazo y le dijo que solo serían unas caricias mientras veían la película y nada más, el tipo acepto y siguieron viendo la película.
Poco a poco el tipo comenzó a bajar la mano para poder tocar los pechos de mi esposa, ella al sentir la primera caricia trato de apartar la mano, pero el insistió y le dijo que solo serían caricias, empezó a masajear el pecho de mi esposa quien, comenzó a sentir alguna excitación y permitió que le bajaran un poco el cierre de la blusa para con la otra mano sacar el pecho del sostén y poder tocar libremente el pezón, mi esposa comenzó a jadear un poco y su compañero aprovecho para guiar la mano de mi esposa y colocarla sobre su erecto pene, ella al sentir que la verga de aquel comenzaba a crecer, bajo el cierre del pantalón y metió su mano dentro para poder sacar la verga y comenzar a sobarla suavemente, los gemidos de mi esposa que ya tenía los pezones completamente duros por la excitación eran cada vez más audibles por lo que su acompañante le sugirió ir a otro cine en el cual proyectaban películas para adultos y además tenían una sección reservada para parejas, ambos se arreglaron la ropa y salieron rumbo al otro cine.
Una vez dentro del cine Juan abrazo nuevamente a mi esposa y bajo el cierre de la blusa para poder sacar uno de los pechos y comenzó a tocar el pezón, sacándose el mismo la verga para ofrecerla a mi esposa quien comenzó a pajearlo suavemente, a continuación Juan comenzó a chupar el pezón de mi esposa excitándola lo suficiente para que ella no pusiera objeción alguna cuando el levanto la falda para poder tocarle el clítoris primero por sobre la delgada tela de la tanga y después hacer a un lado esta y tocar la ya bastante mojada vagina de mi esposa, ella por su parte dejo de tocar la verga de Juan y se recostó sobre el respaldo para dejar que le mamaran los pechos y le tocaran el clítoris hasta que logro tener su primer orgasmo de la tarde, luego de lo cual se levantó para dirigirse al baño en donde se quitó el sostén y regreso a la sala de cine.
Cuando regreso había terminado la película por lo que espero a que terminara el intermedio y cuando comenzó la siguiente película ella misma bajo el cierre de su blusa mostrándole a Juan que podía tocar libremente sus pechos, el de inmediato comenzó a besarle los senos y mi esposa saco nuevamente la verga para comenzar a tocarla, luego de un rato de estar mamando los senos de mis esposa, Juan le pidió que le mamara la verga, ella en un principio se negó pero las caricias sobre su clítoris terminaron por vencer su resistencia comenzando a mamarle la verga a Juan, quien disfruto por un rato la rica mamada que mi esposa le proporcionaba y cuando sintió que estaba a punto de venirse le pidió a ella que parara pues no quería terminar en el cine, ella le pregunto qué entonces donde quería terminar a lo que él le respondió que mejor fueran a un hotel en donde podrían disfrutar más cómodamente, mi esposa le dijo que no quería tener relaciones , que solo habían acordado que serían caricias y que mejor le volvía a mamar la verga para que él se viniera y hasta ahí terminaban las cosas, Juan insistió y siguió tocando el clítoris de mi mujer para luego comenzar a meter primero uno y luego dos dedos dentro de la vagina de mi mujer, quien ya no aguanto más y luego de su segundo orgasmo acepto ir a un hotel.
Al salir del cine mi esposa se acordó que no llevaba puesto el sostén por lo que trato inútilmente de cubrir sus pechos, ya que aun cuando ya había obscurecido un poco la blusa que utilizaba permitía que se transparentaran sus pezones, vieron entonces unos puestos tras los cuales podían refugiarse para que mi esposa desabrochando completamente la blusa mientras Juan la abrazaba intentara colocarse el sostén, al sentir mi esposa la verga aun dura de Juan sintió ganas de colocarla entre sus piernas por lo que la saco del pantalón de Juan y se la coloco entre las piernas sobre la tela de la tanga, Juan intento acomodarla haciendo a un lado la tanga y al primer movimiento casi logra penetrar a mi esposa por lo mojada que se encontraba su vagina, pero ella le pidió que esperara a que estuvieran en el hotel.
Ya con el sostén en su lugar caminaron hacia un hotel cercano en donde una vez que cerraron la puerta Juan comenzó a desnudar a mi esposa al mismo tiempo que ella lo desvestía a él. Juan comenzó por bajar el cierre de la blusa y luego quitar el sostén dejando a la vista los pechos de mi esposa los cuales comenzó a besar mientras bajaba la falda para dejarla únicamente con la tanga puesta.
Mientras tanto mi esposa ya había despojado a Juan de la camisa y el pantalón sacándole la verga a Juan para volver a ponerla dura, él una vez que admiro la semidesnudes de mi mujer procedió a bajarle la tanga para poder comenzar a mamarle su aun mojada panocha para lo cual la recostó sobre la cama y le pidió que abriera las pernas, dando así un bello espectáculo.
Enseguida mi esposa le pidió a Juan que se despojara de su trusa para que se acomodaran y practicar un delicioso 69, con la mamada que le estaban dando, mi esposa no tardó mucho en tener un nuevo orgasmo después del cual le dijo a Juan que ya deseaba tener su verga dentro. Juan se acomodó en medio de las piernas de mi esposa y comenzó a rozar con su verga el clítoris de mi esposa, quien con las caricias de la verga continuo excitándose, hasta que ya no pudo más y ella misma tomando en su mano la verga de Juan y la coloco en la entrada de su vagina y con un movimiento de cadera la introdujo en su caliente y mojada panocha, lanzando un suspiro de satisfacción al sentir como en su interior se alojaba por fin una buena verga, la cual ella esperaba recibir ese día y así lo había hecho.
Juan comenzó a bombear lentamente dentro de la mojada panocha de mi esposa pero con firmeza llegando en cada penetración hasta el fondo, dándole de esta manera una gran satisfacción, ella por su parte complementaba la penetración moviendo de manera circular su cintura, luego de un rato de estar gozando con la penetración Juan le pidió a mi esposa cambiar de posición, ella le pregunto qué en que postura quería seguir cogiendo, a lo que él le contesto que se le antojaba verle las nalgas mientras cogía, ya que como verán en la foto que les envío, las nalgas de mi esposa son de muy buen tamaño y forma, por lo que le dijo que se acomodara de a perrito, mi esposa accedió y se colocó en la forma solicitada, una vez que estuvo lista nuevamente fue penetrada iniciando con movimientos lentos para ir aumentando la intensidad de la cogida, ella alcanzo uno o dos orgasmos más antes de que Juan le tocara la vagina para lubricar uno de sus dedos y comenzar a introducirlo en el ano, mi esposa al sentir la doble penetración se zafó de la verga de Juan y le dijo que por el ano solo que la lograra calentar lo suficiente. Ante este reto el comenzó a tocar el clítoris de mi mujer al tiempo que se la cogía, provocando con esto que la calentura de ella aumentara y aceptara que le introdujeran un dedo en su ano, el cual al estar cogiendo se abría y cerraba como invitando a ser usado, cuando él noto que el ano de mi mujer ya estaba un poco relajado comenzó a introducir un segundo dedo para irla preparando y cogérsela por el ano.
Después de ver que ya no provocaba ninguna molestia a mi mujer el hecho de tener dos dedos dentro de su orificio anal, Juan le saco la verga de la panocha y se la coloco a la entrada del ano, iniciando una lenta pero firme penetración, mi mujer mientras tanto se tocaba el clítoris con una mano para aumentar el placer que sentía y consentir la entrada de la verga en su ano, ya que aunque no muy grande la verga de Juan estaba un poco más gruesa que la mía, a la cual mi mujer ya está acostumbrada, pues con frecuencia me la cojo por el chiquito aun sin penetrarla vaginalmente. Una vez que mi mujer se acostumbró al tamaño de la verga que tenía adentro comenzó a mover sus caderas para ir al encuentro de la verga cada que Juan empujaba dándole al mismo tiempo un apretón a la verga con su ano, lo cual agrado mucho a el quien le pedía que apretara en cada embestida pues no había cogido con ninguna mujer que fuera tan buena cogiendo analmente.
Mi esposa accedió gustosa a la petición de su pareja y también aumento la rapidez de los movimientos provocando que él no tardara mucho tiempo en venirse dentro del ano de mi mujer, luego de haberse venido intensamente dentro del orificio anal, Juan creyó que mi esposa estaba satisfecha, lo que no sabía es que ella no queda satisfecha hasta no recibir una buena dotación de tibia leche en el interior de su panocha, por lo que mi esposa al ver que la verga de Juan perdía dureza procedió a limpiarla cuidadosamente y luego volvió a mamarla hasta ponerla en posición de firmes para enseguida montarse sobre su compañero y cabalgarlo hasta que tuvo un nuevo orgasmo, luego del cual ella descanso un momento pero sin dejar de acariciar la verga de Juan para que no perdiera dureza, ya que descanso unos minutos se colocó boca abajo y abrió las piernas colocándose una almohada debajo del vientre para así elevar sus caderas y pedirle a Juan que se colocara entre sus piernas y le metiera la verga en su panocha, Juan, ni tardo ni perezoso accedió y le clavo la verga hasta el fondo de un solo golpe provocando que mi esposa gozara al sentir su panocha nuevamente llena de carne, Juan comenzó a bombear nuevamente y mi esposa a girar las caderas para darle placer a su amante, quien se deleitaba viendo las carnosas nalgas de mi mujer las cuales se veían aún más apetitosas por la almohada que tenía debajo del vientre, luego de un rato de estársela cogiendo así el no resistió más y nuevamente se vino inundando ahora si la panocha de mi mujer quien al sentir la tibieza de la leche que le inundaba su cavidad tuvo un largo y placentero orgasmo que termino dejándola satisfecha.
Luego de bañarse y arreglarse salieron del hotel y mi esposa se dirigió a la casa para descansar y al día siguiente ir a su curso nuevamente.
El viernes por la tarde cuando llegue a la casa mi esposa me esperaba con un pequeño y transparente baby doll, en cuanto la vi así vestida deje mi equipaje en la sala y nos fuimos directamente a la recamara para hacer el amor, y compensarla según yo, por los días de abstinencia sexual a la que la había sometido, cuando terminamos de hacer el amor ella me pregunto que si me gustaría escuchar una fantasía que se le había ocurrido, le conteste que sí, pues ya sé que de esa forma ella me excita cuando quiere tener más sexo, me platico la aventura que ya les relate y al terminar le dije que eso era lo que yo quería que ella hiciera, me pregunto nuevamente que si en verdad me habría gustado que fuera realidad, yo le conteste que sí, fue entonces cuando ella me dijo que se había sentido tan frustrada el miércoles anterior que se fue al cine y se decidió a darme el gusto de hacer el amor con otro y luego platicármelo, está por demás contarles la noche que pasamos, pues mientras cogíamos le pedía que me platicara más detalles de cómo se la habían cogido.
Espero que le haya gustado este primer relato, más adelante le comentare algunas otras aventurillas que hemos tenido desde que mi esposa entendió que darle alguna variedad a la relación no es necesariamente señal de falta de amor.
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