Ensayo Sobre La Inhumanidad (Octava Parte) relatos de xxx

Grita, grita, y si no sigue gritando es por que acaba de reventar en llanto, y empieza a llorar lo que no había llorado ni cuando atacaba el ano de su hermana frente a sus ojos ni cuando le llenaba la boca de mis fluidos, llora y no tanto por la deshonra de ser follada de tal manera como por el dolor de mi pene en su adormecida vagina de niña.

Graciela ya ni llora, esta como loca tapándose la cara de pena. De pena de ver a su hermana ser violada por mi, de pena de saber que ella la trajo y de pena de haberlo hecho por dinero, misma razón por la que ella se entrego a mi hace dos años, por el dinero que yo gano de manera estúpida y que tanto detesto, el dinero, símbolo de una sociedad sin pena alguna de injurias.

Todo mi pene esta dentro ya de ella, su vagina no esta hecha para recibirlo y sus gritos y lagrimas de dolor lo comprueban, saco un poco de el en un acto de piedad y realmente ya no se que hacer, no se por donde empezar, pero se siente bien, demasiado bien así que arrepentirme no sera el siguiente paso.

Tras pensarlo unos segundos me doy cuenta de la calidez del cuerpo de Lorena, su dulzura, su ternura total. Comienzo a moverme, afuera lentamente, dentro de golpe de nuevo, lo mismo, un poco mas rápido y en menos de dos minutos ya tengo el ritmo. Lorena sufre, jadea, gime, grita, llora, disfruta un poco tal vez, vuelve a sufrir, pide a gritos que pare, suda, todo; Lorena todo.

Pero yo sigo, y sigo aun. Tras casi siete minutos de follarla cae rendida, se desmaya y lo siento hasta en mi pene pues su cuerpo se enfría y aprieta un poco.

- Ayudala - le ordeno a Graciela y ella lo hace apurada, con la naturalidad y preocupación de cualquier hermana.

Entonces Lorena recobra el conocimiento, tose y levanta la cabeza hasta donde su posición le permite, Graciela le pregunta si se encuentra bien y Lorena responde que si, que si esta bien, entonces yo continuo, a decir verdad, en ningún momento saque mi pene de su cuerpo. Sigo, y sigo al mismo ritmo y consigo los mismo jadeos, los mismos gritos, las mismas lagrimas ahora de parte de ambas, los mismos gemidos, la misma Lorena en una pasión dolorosa y cruda.

Continuamos así por casi cinco minutos mas y por fin, tiene su primer orgasmo, el peor que he visto, su cuerpo tiembla y succiona con un poder tormentoso, como si no hubiera sido uno sino cinco orgasmos que se dejaron ver al mismo tiempo, entonces su cabeza cae de nuevo pero no es un desmayo, es excitación hasta el cansancio. Sigo pues aun falto yo, continuo por tres minutos y ella vuelve a tener otro orgasmo pero sigue pidiendo que pare, por fin, llega el momento y disparo mi semen, y al igual que con su boca, la relleno de mis fluidos hasta que no caben mas y su sexo vomita esperma.

Se desmaya de nuevo, con mi pene aun dentro de ella. Fue buen sexo, muy buen sexo. Pagaria lo que fuera por tenerla de nuevo.

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NOTA: El relato es ficticio. Manden comentarios al e-mail.