Memorias de laura 1 sexo gratis relatos

Autor: Lahechicera | 16-Apr

Heterosexuales

La historia que voy a contar ocurrió cuando tenía yo catorce años, allá por 1985: Conozco a Javier desde que tengo uso de razón, ya que nuestros respectivos padres se conocen son amigos de infancia. Cuando era pequeñita, hasta los diez años, compartí colegio con él, hasta que el centro cerró por falta de dinero. Mis padres, conservadores ellos, y recelosos con la educación mixta me internaron en un colegio femenino custodiado por unas monjas de película, todas ellas viejas y odiosas, dispuestas a encandenarnos a las silla con tal de que no ensañáramos las piernas. Al finalizar aquel verano me despedí de Javier llorando, sabiendo que no volvería a ver a mi único y verdadero amigo hasta las Navidades.

Bueno, la historia ocurrió cuando, un día, al salir Sara (mi compañera de habitación) y yo de la aburrida clase de matemáticas de Sor Obdulia, la puerta de la sala de proyecciones se abrió dejando ver la cara de Javier: - ¿Qué haces aquí? -inquirí sorprendida a mi amigo, con ganas de abrazarlo.

- Tenía que verte -respondió él con una dulzura que nunca antes había percibido en su voz.

Las risitas contenidas de Sara me recordaron que ella estaba detrás, así que viré y le dije: - Oh, no, no, no, sólo es un amigo, anda sigue que ya te cogeré.

- Sí un amigo, lo que tú digas -ironizó Sara mientras se alejaba caminando por el pasillo.

Entré en la sala de la mano de Javier y una vez dentro le volví a preguntar: - ¿Me vas a decir qué haces... -las palabras se ahogaron bajo el dedo que Javier posó en mis labios, después separó mis cabellos de mi cara y, apoyando la palma de su mano en mi mejilla me besó. A mi nunca se me había ocurrido pensar en Javier como algo más que un amigo; de hecho nunca me había parado a pensar seriamente en chicos (¡ni siquiera había besado a uno!). Pero ninguna protesta brotó de mi boca, así que correspondí su beso. Prolongado el contacto, nuestros labios se movieron hasta que él introdujo su lengua entre mis dientes. Nuestros órganos del gustp jugaron intercambiano saliva. Entonces noté como sus mano, ahora sobre mi cintura, bajaban hasta mis nalgas para, después de haberlas acariciado, asirlas con fuerza, pero sin dolor. Siguiendo su camino, sus manos se deslizaron hacia mis muslos, sobre el repliegue de mi falda. Aquí Javier se detuvo, sonrojado, probablemente pensando que había ido demasiado rápido, pero no fue esa la idea que pasó por mi mente, así que l! evanté mi falda para que sus manos quedaran bajo ella, y después sujeté sus muñecas instándole a que subiera hacia mis ingles, las cuales acarició con sus pulgares para, acto seguido comenzar la osada tarea de masajear mi clítoris por encima de mis braguitas. Yo creía que iba a explotar cuando de pronto me acordé de una escena que vi en una película porno (la habiamos visto en casa de una amiga, ya que la película era de su hermano, que no encontraba en ese momento en casa; y todas nos sonrojamos muchísimo); así que desabroché su pantalón, le bajé el calzoncillo y así su pene con mi mano derecha, masturbándolo con suavidad. Ahora, mientras Javier con una mano seguía dándome placer, con la otra, que retiró e la falda, empezó a tocar uno de mis pequeños pechos, haciendo que mis pezones se endurecieran.

Seguimos así durante unos minutos hasta que él, con cuidado, se desembarazó con delicadeza de mi mano y, alzándome por la cintura, me tumbó en la amplia mesa de proyecciones. Yo no sabía que iba a hacer, y sentía una curiosa mezcla de incertidumbre, miedo a ser descubierta y excitación que me hacía hervir la sangre. Él introdujo su cabeza bajo mi falda y, al momento, noté como me quitaba las braguitas; después su lengua separó mis labios y se hundió en mi vagina repetidas veces, sus labios se movieron arriba y abajo, de izquierda a derecha durante un buen rato hasta que exploté, y mis brazos y piernas cayeron fláccidos, completamente relajados, a ambos lados de la mesa. Mi vista se perdió en la penumbra de la sala, pero pronto tomé conciencia de que Javier sufría una gran erección, y lo invité a poseerme.

Él acarició mi clítoris con la punta de su pene y después me penetró suavemente, manteniendo un vaivén constante, lo que me hizo recordar otra escena de la película que en su momento me había dado asco pero que ahora me excitaba muchísimo. Me retiré y Javier, con un brillo de decepción, comenzó a subirse los pantalones, pero yo le dije: - No, no, déjate los pantalones donde están -acto seguido señalé mi ano, a los que Javier adujo: - ¿Estás segura? -inquirió indeciso.

- Lo estoy.

Así que él humedeció su pene con saliva y con jugo de mi vagina para, seguidamente, introducirlo con muchísimo cuidado por mi ano; yo no pude contener un gemido. Así estuvimos un par de minutos, golpeando carne con carne, excitándonos cada vez más, hasta que él se retiró y movió de nuevo su miembro a mi vagina. Sus embestidas estaban a punto de provocarme otro orgasmo, y lo consiguió, mi espalda se arqueó para volver a posarse con suavidad sobre la mesa.

Bajé entonces de la mesa y situándome de rodillas frente a él (vi brillar sus ojos con gran excitación) comencé a lamer su glande. En ese momento decidí hacer como una chica de la película e introduje completamente su pene en mi boca, hasta la garganta; contuve la arcada y repetí la operación varias veces. Seguí chupando su órgano erecto hasta que noté cómo se convulsionaba y un callado gemido salía de sus labios. El semen se esparció por toda mi cara, sobre mis labios, lengua, dientes, mejillas y párpados. El sabor era fuerte, pero no me desagradó. La relajación total me sacó de mi estupor y me acordé del viscoso líquido que cubría mi faz, busqué en los bolsillos de mi falda y en mi bolsa, pero no había traído ningún pañuelo, así que recogí mis braguitas y me limpié con ellas. Después, al volverme a poner la prenda, noté como se me pegaban a las piernas y a los labios de la vagina, recordándome el buen rato que acababa de pasar. Besé a Javier en la mejilla y, al despedirme de él, le prometí que nos volveríamos a ver...

Relatos relacionados

[Confesiones] Era un fin de semana común y corriente, yo me llamo Mariela tengo 43 años, soy una mujer atractiva para mi edad, digo que era un fin de semana normal porque como buen viernes salimos con un amigo que se llama Juan, fuimos a tomar unos tragos a un Pub y para rematar me invito a la playa para conversar de nuestra relación (él era casado), yo separada llegamos alrededor de las 4 AM. conversamos pero lo nuestro no tenía solución y discutimos, nos encontrábamos a 22 kilómetros de la ciudad de Antofagasta, Chile. Con tan mala suerte que el vehículo que nos trasladábamos quedó en pana. Juan molesto me dijo que iba a buscar ayuda, y que lo esperara en la camioneta.
10-Feb
18702
Yo soy el mayor de mis primos, tengo 19, y los demás nos separamos por un año. Entre estos primos hay una prima que tiene 16 años y cabe decir que es una niña espectacular, no es muy alta pero tiene unos senos del tamaño de un pomelo y duritos, y tiene un culito que pareciese hecho a mano muy paradito y redondito. Bueno sigo. La cosa es así, ella siempre me ha atraído físicamente, y yo también a ella, pero nunca había tenido la oportunidad de demostrárselo ya sea por...
27-Jun
77994
Hola mi nombre es Diana estoy casada hace 20 años y nunca le fui infiel. Soy médica de profesión pero creo que muy puta y reprimida. Tuve una primera experiencia con un paciente y a partir comprendí lo que es la libertad del deseo sexual. Lo cierto que mi marido es muy bueno pero no me satisface sexualmente. A partir de una primera experiencia veo que mi profesión me permite tener un conocimiento mas detallado de los hombres. Tengo 45 años, me considero que a pesar de mi edad...
14-Nov
24941
Marina siempre fue una mujer muy extrovertida y solía usar un lenguaje muy audaz; desde que yo era un adolescente, ella solía decirme cosas bastante atrevidas; mi madre se escandalizaba y yo tenía fantasías con ella imaginando que alguna vez se hiciera realidad alguna de las cosas que me decía. Lamentablemente las circunstancias nunca me permitieron averiguar hasta donde su actitud era broma o si sería capaz de hacer conmigo lo que tantas veces dijo.Después de muchos años nos encontramos entrando a la casa de una amiga mía y me...
03-Jul
86895
[Heterosexual] Teresita tenía unos 15 años más que yo cuando la conocí. Llevaba sus 40 años con garbo y prestancia. Éramos compañeros de Teatro y con el tiempo y la relación me enteré que era separada desde hacia tiempo, con una hija, Clara, de 19 años y un varón, Martín, de 21. Con el tiempo nuestra relación primaria de amigos se fue transformando en íntima.
10-Apr
28096
Hace poco fui de vacaciones a cancun por unos 15 dias con un grupo de trabajo que incluia persona de las trasnacionales asociadas a la empresa de toda america en la que trabajo.Estando haya inmediato medi cuenta que era un grupo muy grande y sobre todo las mujeres superaban en numero a los hombres, los dos primeros dias mediante las relaciones social conoci a una pareja mexicana, una mujer muy joven como de 22 a;os de edad muy hermosa y el marido un tipo como de 36 a;os muy pedante...
11-Aug
27603
Esta historia es real y me ha ocurrido a mi personalmente. Soy un chico de 16 años y vivo en una provincia de Barcelona. Desde hace tiempo, poco mas de 3 años, hay una nueva propietaria en la librería del frente. Es una mujer preciosa, 1,63 metros mas o menos, con un culo precioso y unas tetas grandiosas. Ella y yo siempre tenemos muy buen rollo, pero hace cosa de 2 meses tenemos mas buen rollo. Todo empezó así:     Una tarde, cuando el sol ya empezaba a caer,...
16-Jan
16031
Esto me sucedió cuando estaba en un bar con mi primo y con varios de sus amigos, cuando yo ya me sentía mareada, sentí como uno de ellos empezó a acariciarme mi pierna debajo de mi falda, subiendo poco a poco su mano, deslizándola de mi pierna hasta mi entrepierna, yo no sabía que hacer, así que decidí dejarlo y disfrutar del momento, la verdad es que aquellas caricias se sentían muy bien, uno de sus amigos se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y de pronto, sin siquiera...
11-Feb
58277
De haber sabido cómo era mi sobrina (que a todo esto es la hija de mi medio hermano) le habría ofrecido un trato mucho mucho antes. Primero que nada tengo que aclarar que mi sobrina tiene 21 y yo 30 (para que los que son medio beatos no se escandalicen), la historia comienza una semanas antes de concretar lo que he llamado ?el trato?. Por motivos que no vienen al caso, mi sobrina vive junto con su abuela en una casa que está en el mismo terreno que la mía,...
06-Mar
140548