Mi insaciable amiga

Autor: Anónimo | 17-Jan

Heterosexuales
La conocía hace tiempo, casi un año atrás, pero lo que se suele decir, nada mas que amigos. De repente una noche mientras intentaba dormir, oía unos ruidos en la habitación de al lado. Al cabo de la media hora, mi curiosidad pudo con el sueño, y me levante con la excusa de siempre. Ir a la cocina a beber agua. Cuando subí, seguia escuchando los ruidos, y me vi sorprendido por la puerta, que estaba entreabierta. La curiosidad me pudo y asome un ojo mientras empujaba la puerta con la cabeza. Ella estaba ahí. Desnuda encima de las sabanas. El ruido procedía de la calle, pero ella no se percataba. No paraba de mirar su cuerpo mientras iba a cerrar la ventana, casi la despierto tropezando con su ropa. Llegue a la ventana y mientras la cerraba, sentí como se movía de la cama. No quise mirar. Pero antes de que me diera cuenta, se habia levantado y notaba como estaba detrás de mi rozando con sus pechos mi espalda desnuda.

sentí escalofríos de placer por mi cuerpo, me volví despacio mientras sentía el roce de sus manos a medida que giraba. Por fin acabe enfrente de ella, la luna la iluminaba y veía como mis manos iban a sus pechos y los estrechaba sintiendo como sus pezones surgían dentro de ellas. Me cogió las manos en sus pechos y los apretó más. Note como "junior" se despertaba de su letargo. Ella tambien se dio cuenta y decidió usar sus manos para quitarme la única cosa que llevaba y parecía ser que la molestaba, mi pantalón. De nuevo los dos enfrentados y desnudos, quise tocarla, pero ella retrocedió hacia la cama, incitándome a mi a seguirla como si de un hilo estuviera atado a ella.

Hizo que me tumbara boca abajo en la cama, ella se sentó sobre mis nalgas, recorrió toda mi espalda con sus pechos, sentía como dos agujas me recorrían. Estaba realmente excitada cosa que me susurraba constantemente a la oreja, mientras su lengua recorría mi oreja y cuello. Acto seguido noté como se movía suavemente, estragándose contra mis nalgas, sentía cierta humedad, eso me excitaba cada vez más. Prosiguió con su lengua a recorrer mis pies, piernas, nalgas, espalda y cuello, el escalofrío que sentí fue de un placer extremo, quería que me pidiera darme la vuelta, pero ella estaba al mando de la situación y no gozaba pedirla nada, sino que hiciera cuanto quisiera. Sentí como se levantó, quise girar la cabeza para ver su cuerpo, pero volvió con algo que había cogido de la silla, me dijo que echara hacia atrás mis brazos... había cogido mi cinturón y me cogió las manos. Me dijo que esa noche me iba a hacer todo lo que siempre había imaginado que una mujer podría hacerme.

Sus pechos seguían erguidos, los noté cuando me maniató, ella estaba igual de excitada que yo, nunca me lo habría podido imaginar, la dominación de la mujer frente al hombre, ella mandaba sobre mi, y yo era su banco de pruebas. Seguía boca abajo, hizo que abriera mis piernas, quería encontrar algo entre ellas, y realmente estaba ahí, erguido, esperando a que lo encontrase, "junior" estaba humedecido, tanta excitación era inusual cosa de la que ella se dió cuenta, y me volteó en la cama, cogió mi miembro erecto con su mano y lo empezó a sacudir con fuerza, llevándoselo a sus carnosos labios.

Contemplaba desde mi punto de vista como me poseía poco a poco, parecía una serpiente reptando por mi cuerpo resbaladizo, su sudor y el mío se entremezclaban, y una ligera brisa con olor a sexo se podía percibir en el ambiente. Seguia húmeda y yo excitado, mis manos no podían hacer nada, solo con mirar conseguía excitarme, y ella solo con rozar mi cuerpo se excitaba mas aun. Me cabalgo en el cuello, llegue a pensar que me ahogaría, pero tenia la suficiente firmeza en sus muslos y piernas como para no ahogarme y poder disfrutar de su sexo húmedo, caliente y excitado. Yo ponía los ojos y mi boca, y ella su sexo y sus manos. Se tocaba con sus dedos, la tocaba con mi lengua, el sudor se mezclaba con sus fluidos, el terreno era resbaladizo. De repente se levanto, no sin antes agacharse delante de mi cara, poniéndome sus pechos en mi boca para que degustara el sabor de su sudor. No pude evitar pellizcar con mi boca sus pezones, cosa que la hizo estremecer con un quejido silencioso que note al quedarse ella ahí unos segundos retenida. Se dio la vuelta y veía como giraba. Ante mi tenia su espalda y sus nalgas abiertas de par en par enfrente de mi cara. De repente note como sus pechos rozaban mi vientre, y sus labios besaban mis muslos, como sus manos acariciaban mis piernas sudorosas de placer y como levantaba su trasero acercándomelo a mi boca despacio. Mientras yo rozaba con mi lengua su sexo, ella con la suya hacia lo mismo en mi miembro. Cosa que yo hacia, ella la repetía, era mi alumna. Pero el placer era mutuo, era extremo, era mi amiga, era mi amante.

No podía aguantar mucho más, estaba tremendamente excitado y quería correrme, así se lo dije y consintió. Me levantó hasta los pies de la cama, yo no tenía movilidad, ella se sentó en el suelo y me miró lascivamente, quería que la inundase con mi semen por su cuerpo, procedió a continuar la felación más excitante jamás vivida, de la que ella era parte importante y consiguió que me corriera, eyaculando tal viscosidad que jamás había podido ver recorriendo por su cuello y deslizándose por sus pechos. No podía creerme lo sucedido, seguía igual de excitado parecía que no me hubiera corrido, ella procedió a limpiarse su cuello y su pecho, y luego limpió a "junior", él seguía erguido y ella quería más, por supuesto sentía tremendas ganas que me dejase libres las manos para poder acariciar tal bella escultura de piel. Conseguí deshacerme del cinturón, por fin estaba libre y sentía deseos irrefrenables de penetrarla, sentirla gemir, y sentir su calor en "junior".

Se puso de pie delante de mi, mientras seguia sentado a los pies de la cama. Se acerco a mi y note como su sudor limpio tocaba mi nariz. La olí, la lamí y la cogí con mis manos acercándola mas, podría haberla atravesado pero ella me agarro del pelo y tiro de mi cabeza para atrás. Fue entonces cuando con una pierna empezó a abrazarme y note como me empujaba para la cama. Note su sexo aun húmedo y puse mi mano sobre el, frotando despacio y viendo como se estremecía hacia atrás arqueando su espalda, dejando que sus pechos fueran lo único que viera en mi horizonte visual. Con esa mano humedecida de sus fluidos comencé a masajearla los pechos, siempre rectos, los agarre con mis manos y la atraje hacia a mi. Tumbados, ella encima de mi, se deslizaba y notaba como "junior" la sujetaba por las nalgas, impidiendo que bajara más. Mis manos la cogían por lados, y poco a poco notaba como empezaba a penetrarla, primero con la punta, metiéndola y sacándola notaba el cambio de temperatura, caliente y húmedo, frió y seco, bien dentro, mal fuera, y cada vez un poco mas hasta que... entro toda, y sentí como me iba a correr de nuevo. Esta vez seria dentro, se mezclarían sus fluidos y los míos. De repente ella se levanto, y se sentó encima de mi miembro, entrando de una sola vez, profundamente. Fue cuando ella empezó a moverse en círculos, a los lados, arriba y abajo y mis torpes manos solo conseguían acariciar sus pechos y apretarla hacia mi agarrándola de las caderas resbaladizas.

El final os lo podéis imaginar, sudorosos, excitados, desnudos, insaciables, al menos ella. Yo me dejaba. Pero cuando acabamos tan magnifica faena, me fui a mi cuarto para intentar dormir, me lleve mis pantalones en la mano, los deje encima de la silla y caí en la cama rendido de placer. Cerré los ojos y debí quedarme dormido. Cuando me desperté, me di la vuelta y a mi lado estaba ella mirándome, esperando a que despertara para... continuar donde lo habíamos dejado. Esta vez no use el cinturón, use el pantalón del pijama para taparla los ojos, y no pararon sus orgasmos hasta bien entrada la noche.

Lo que dan de si 24 horas.

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