Vicente me hace su putita
Hola, cuando tenía 27 años y ya había definido mi identidad sexual, me consideraba gay, me gustaban los hombres, era 100% pasivo. Miguel (compañero de trabajo), durante 6 meses de relación me había formado la cola y me había puesto en mi lugar. En la oficina donde trabajaba ya se había corrido el rumor, en realidad Miguel se había encargado de contarles a los otros tipos de la oficina nuestros encuentros y todos ya sabían que era gay y pasivo.
Vicente de 33 años, compañero también del trabajo había empezado a tirarme indirectas, me decía que cuando quisiera podía “hacerme el favor”, que si necesitaba un hombre podía contar con él, me decía que me podía comer el potito y que tenía una buena herramienta para darme, yo no lo pescaba mucho, me hacía el tonto.
Un día, por temas de trabajo, tuvimos que salir a terreno en la mañana con Vicente, estaríamos toda la mañana fuera de la oficina y llegaríamos después de almuerzo.
Estuvimos en terreno, realizamos las inspecciones que teníamos que hacer y luego, como las 12:00 del día, cuando ya nos íbamos de la obra que estábamos inspeccionando, estando en el auto de Vicente él me dice directamente que me invitaba a un motel que estaba cerca, que me invitaba a “comernos un pollito al velador” como se dice.
Vicente: “Oye Rodri, te tinca ir a un motel que hay a la vuelta?”
Yo: “Por qué me dices eso?, para qué quieres ir a un motel conmigo?”
Vicente: “Yaaa, no te hagas el tonto, yo sé que a ti te gusta que te pongan las cosas en su lugar, Miguel ya me contó lo que pasó entre ustedes y que te gusta que te hagan parar las patas, a mí me gustan los putitos como tú, yo igual he tenido experiencia como activo y podemos ir a pasarla bien los dos, podemos ir al motel, la hacemos rápido y volvemos a la oficina, total nadie va a saber, cualquier cosa decimos que andábamos almorzando”
Yo: “Oye, nada que ver, no te pases rollos, lo que paso con Miguel fue un desliz mío, fue un momento de debilidad nada más”
Vicente: “Un momento de debilidad que duró como 6 meses, jajaja, reconoce que te gusta que te den por el culo y no te hagas el tonto conmigo, o más bien la tonta, jajaja, vamos, yo te invito, te lo pongo como tú quieras”
Yo: “Bueno, es verdad, me gustan los hombres, lo reconozco, pero eso no quiere decir que me ande acostando con cualquiera”
Vicente: “Yo no soy cualquiera, nosotros nos conocemos, a parte que ya te he pillado mirándome el paquete en otras ocasiones, o me lo vas a negar, el otro día en la oficina cuando estábamos solos te paseabas al lado mío y te inclinabas haciendo como que tenías que recoger algo del suelo solo para mostrarme la cola, reconoce que quieres que te lo ponga?, a parte que a ti no te gustan tan solo los hombres, te gustan los hombres por detrás, te gusta ser la minita, jajaj. Después de Miguel creía que ya lo tenías asumido o no?, Miguel, según lo que me contó, te tuvo en su cama como quiso y las veces que quiso, muy recatada y difícil no fuiste, que me dices?, vamos?”
Yo no podía negar nada de lo que me decía, todo era verdad, no me podía hacer la tonta frente a lo directo que estaba siendo Vicente conmigo. Vicente me puso entre la espada y la pared y cuando, ahí en su auto, tomo mi mano y la puso sobre su paquete y me dijo:
Vicente: “Este tengo para ti, te lo puedo comer como quieras, o ¿acaso no te gusta?, está durito para ti, jaja”
Yo: “Ayy, si, se siente rico, no lo puedo negar, me gusta!!!, lleva a ese motel, pero solo te lo chupo, no quiero pasarte el poto, y no le cuentas a nadie por favor, que quede entre nosotros”
Vicente: “Vale, no te preocupes, no le contaré a nadie, jajaj”
Ahí Vicente hecho a andar el auto y me llevo al motel.
Cuando ya estábamos llegando, yo le volvía a decir a Vicente que fuera discreto, que por favor no le contara a nadie en la oficina porque me iba a hacer una mala reputación (ya todos sabían que a mí me gustaba por detrás pero igual yo aún quería salvar algo de mi reputación y hacerme la recatada aunque no lo fuera) y que solo le iba a dar sexo oral. Él me decía que no me preocupara, que me quedara tranquilo.
Cuando llegamos al motel me di cuenta que era un edificio donde arrendaban departamentos por hora, no era un motel, y que ha Vicente el conserje lo conocía.
Conserje: “Cómo está don Vicente, otra vez por aquí?”, el conserje me saludo también y luego le decía a Vicente: “nueva conquista?, jajaja,”
Vicente: “Jajaja, no, es un amigo, venimos a una reunión de trabajo, jajaja, me da la llave del Departamento 506, por favor.”
Conserje: “Ahí la tiene, páselo bien, jajaj, que sea fructífera la reunión, jjaja”, “qué le vaya bien joven”, me decía a mí, “gracias”, le respondí. Me sentía un poco avergonzado y algo intimidado por la situación, nos fuimos al ascensor y subimos al Depto. 506.
Una vez ahí Vicente fue al baño y luego yo, al salir Vicente estaba totalmente desnudo sentado en un sillón con su verga erecta (era una verga de tamaño normal, ni muy grande ni muy chica, tenía el escroto echado para atrás y su cabeza relucía).
Vicente: “Ya mi chiquilla, sáquese la ropita, póngase de rodillas y se aplica a lo suyo, ahí tiene la verga para que le dé una probadita”, yo obedecí y entera desnuda y de rodillas me puse a darle sexo oral a Vicente. Mientras recorría mi lengua por su pene, le saboreaba la cabeza, le besaba el tronco, él me daba instrucciones.
Vicente: “Esooo, pásale la lengua a la cabeza, bien, bien, así, dale besitos a mis cocos, uuuhh, qué rico”, yo obedecía en todo, “sube por el tronco, pásale la lengua al tronco, ayayai, así me gusta, métetelo a la boca como toda una perrita, uuhhh, lo haces bien, eres una maestra del pene, realmente te gusta, límpiame la cabeza con la lengua, ayayayi que bueno”, yo hacía sumisamente todo lo que me decía y me encantaba escuchar como gozaba Vicente, “yaa, métetelo hasta la garganta, OOhhh, qué cosa más rica”, yo me lo metí hasta el fondo de la garganta mientras Vicente me presionaba desde la nuca y no me dejaba levantar la cabeza hasta que me dieron arcadas y me soltó.
Yo: “Aggaggg, uff, me ahogue, no me presiones la cabeza que me dan arcadas”
Vicente: “Bueno, no te presiono la cabeza pero dale nomás, no dejes de chuparlo, Rodriguita, jajaj, la putita de la oficina, jajaj, dale que lo haces rico, uuufff, ayayayi, mastúrbate dentro de la boca, frota mi verga y succiónala, OHHhh, dale, así”, yo se lo estaba chupando con locura, me encantaba y Vicente lo gozaba mucho y eso me excitaba aún más.
Yo: “Te gusta?”
Vicente: “Siii, está muy bien, ayayai, se nota que es lo tuyo, ves que te gusta el pico,uffff, gózalo, ahí está todo para ti”, yo seguí un rato y de repente Vicente me dice que pare, que estaba a punto de irse.
Vicente: “Para, para, me voy a ir, para”, yo pare y le dije:
Yo: “Si quieres puedes acabar en mi boca”
Vicente: “No, ponte de pie”, me decía, yo obedecí, me gustaba obedecer lo que me pedía Vicente, él era dominante y a mí me gustaba tomar un rol sumiso.
Vicente: “Ponte contra la pared, te voy a follar el culo, quiero acabar en tu poto”
Yo: “Pero si dijimos que solo te daría sexo oral, no quiero que me culees, no ahora!!”, Vicente se puso de pie, me tomo con fuerzas y me puso contra la pared y puso su pene entre mis cachetes en la entrada de mi ano.
Vicente: “Yo decido si te culeo o no!!, no te traje para acá para puro meterte el pico en la boca, te voy a abrir los cachetes y te voy a preñar como a una vil puta”
Yo: “Pero Vicente!!!, no quieroo!!!, no lo hagas, no estoy listo aún, necesito que me lubriques primerooo, ayayayi, no, no, no lo hagas por favoooor, AYYYY, me dueeleee!!!”, ahí Vicente me penetro y aunque le pedí que no lo haga me tenía contra la pared y fuertemente me estaba haciendo sentir toda su hombría. Yo sentía dolor y no podía zafarme de las manos de Vicente, no ponía mucha resistencia a aquello, Vicente ya estaba adentro y ahí contra la pared me estaba poniendo las cosas en su lugar.
Vicente: “Toma, si te duele aguántalo, ahh, qué rico. No vengas ahora a hacerte la que no te gusta, esto te pasa por andar moviéndome la cola en la oficina, aquí tienes lo tuyo y no te quejes porque yo sé que te gusta putita”
Yo: “AAyyy Vicente, más despacio por favor, ayayayi, me estás rompiendo, aaayyy, aaaayyy, basta”
Vicente: “Voy a terminar cuando te deje el culo mojado, maraquita!!!, así que deja de quejarte o te voy a dar más fuerte, ahora aguanta nomás, toma!!, toma!!, putita!!, ahh, que rico darte, eres toda una nenita, ahí lo tienes, yo sé que te gusta”
Yo: “Ayyy Vicente, como eres, eres un bruto, ayayai, por favor más despacito, ayyy, está bien, te dejo que me culees todo lo que quieras pero más despacito por fa, ay, ay, ay, ayayaii”
Vicente: “Quién es tu papito?!!, toma, toma”
Yo: “Tuuu, tú eres el papito, tu mandas, ay, ay”
Vicente: “Me vas a decir que no te gusta acaso?, toma!!, toma!! Ahí tienes lo tuyo, que rico culiarte”
Yo: “Siii, si me gusta, ay, ay, para por fa, me duele… si me gusta, me encanta, soy tu puta, ay, ay, dale, te doy permiso, culéame todo lo que quieras, me encanta, ay, ay, lo reconozco pero culéame más despacio”, Vicente siguió culiandome sin compasión , luego empezó a levantarme un poco del suelo, me tenía contra la pared y yo tenía que empinarme porque Vicente, que es un poco más alto que yo, me atrincaba hacia arriba contra la pared, yo a esas alturas me deje caer en las manos de Vicente y deje que Vicente siguiera culiandome como quiera, hasta que en un momento siento como Vicente empieza a acabar dentro de mí.
Vicente: “Toma!!, toma!!, aquí tienes a tu macho, OOOHHH, tomaaa!!, putita mia!!, OOOOHHHH, ahí tienes lo que mereces mariconcito rico, AAAAHHHH, putoncito, perritaaa, AAAAHHHH, así que no querías, jaja, ahí tienes lo que te gusta, AAAAhhh”, mientras Vicente acababa depositando toda su leche dentro de mí dajándome lleno de él, yo acababa sobre la pared.
Yo: “aaaayayai, ahh, oohh, Vicenteee, me tenías que preñar, ayyy, ay, ay, ohh…. Sácamelo con cuidado, por favor”
Vicente me saco el pico de manera brusca, me pego una palmada en la nalga, se agacho y me dio un beso en una nalga, se paró nuevamente me volvió a dar una palmada y mientras me acariciaba la cola me decía:
Vicente: “Ya mi perrita, póngase la ropa que nos vamos, fuiste la nenita de Miguel pero ahora este culito es mío y lo quiero para mí cada vez que salgamos a terreno, vas a ser mi putito ahora ¿estamos?”
Yo: “Si, está bien, cómo tú quieras”
Luego nos vestimos, durante el viaje de vuelta a la empresa nadie dijo nada, yo sentía como me chorreaba el semen de Vicente entre las piernas, no me limpie ni lave, sentía mi poto mojado, sentía mi ano y entremedio de mis cachetes húmedo, sentía la marca que Vicente había dejado en mi culo como la marca que un macho deja en su hembra.
Cuando llegamos a la oficina vi que Vicente se puso a conversar con Miguel y con los otros chicos, vi que se reían. Vicente les estaba contando, había traicionado nuestro secreto, todos ya sabían. Yo me senté frente a un escritorio para redactar el informe de la inspección que habíamos hecho con Vicente, me dolía el culo y eso me recordaba que ahora mi poto tenía nuevo dueño, me recordaba que ahora mi poto era de Vicente.
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Lindo relato de tu experiencia en la oficina. Me apena el maltrato que recibes de tus compañeros. Disfruto siendo bien hembrita y putita en la intimidad para mi novio. Soy afortunada en tener a mi lado un hombre bien macho y reservado en comentarios.
Roberta