Una noche con mi vecina

Estaba una tarde con unos amigos tomando cerveza en un bar, cuando entró una antigua vecina que hacía años que no veía. Venía acompañada de unas amigas. Cuando pasó por mi lado, me saludó muy efusiva, ante el asombro de mis amigos. Carmen, era una deliciosa madurita de 50 años, 1.70 de altura, y a simple vista sus medidas podrían ser 100-70-90. Ella y sus amigas se sentaron cerca de nosotros y de vez en cuando cruzábamos miradas.

En un momento dado, fui al servicio y cuando salí, ella estaba esperándome.

.- ¿Te vas a quedar mucho rato?… Me preguntó

.- El tiempo de tomarme una última cerveza… Contesté… Mañana mis amigos tiene que trabajar, yo estoy de vacaciones.

.- ¿Te importaría llevarme a casa?… Me comentó… Mis amigas se están marchando, y la que tenía coche ya se ha ido.

.- Claro que no… Contesté… Me avisas cuando te quieras ir.

.- A una de mis amigas le gusta uno de tus amigos… Me confesó… podríamos irnos los cuatro.

.- Dime quien es y se lo digo… Comenté.

.- El que lleva un polo azul… Contestó.

.- Vale, se lo comento… Contesté y me despedí de ella.

Cuando llegué con mi grupo de amigos, le hice señas a José, y le dije al oído lo que me dijo mi vecina. Se asombró, y aceptó irnos los cuatro.

Busqué a mi vecina y le hice señas indicando que mi amigo estaba de acuerdo.

Vi, como le decía a su amiga que mi amigo estaba de acuerdo y ésta se mordió el labio inferior. Yo, disimuladamente, le señalé a mi amigo quien era la madurita y por su cara le encantó.

Pasado unos minutos, salimos mi amigo y yo. Esperamos en el aparcamiento, y a los 5 minutos aparecieron mi vecina y su amiga.

.- Ella es Yolanda… Nos presentó.

.- Hola… saludé, presentándonos… Yo soy Fran y él es José.

Nos dimos el beso en la mejilla, como saludo, y nos montamos en el coche. Ellos detrás y yo con mi vecina delante. Por el camino, se notaba que había química entre Yolanda y José, pues se acariciaban mutuamente. Aunque iba conduciendo, yo hacía lo propio con mi vecina. Llegamos al bloque de pisos donde vivían y subimos a casa de mi vecina. Después de unas copas, mi amigo y Yolanda se fueron a casa de ella, y yo me quedé con mi vecina. una vez solos nos empezamos a besar y a desnudar. Una vez, los dos completamente desnudos, fuimos a su habitación y comenzó lo bueno.

Una vez entramos, la tumbé sobre la cama y sin esperar, la abrí de piernas y comencé a comerle el coño, pasando mi lengua entre sus labios vaginales y llegando a su clítoris, dándole suaves succiones con mis labios y lengua, hasta hacerla estremecerse con un orgasmo, deleitándome con sus jugos. Me incorporé besando su vientre hasta llegar a sus tetas, grandes y firmes. Mientras las acariciaba con una mano, con la otra cogí mi polla y la puse en la entrada de su coño, penetrándola de una sola embestida hasta el fondo, haciéndola soltar un gemido. Mientras bombeaba, jugaba con sus tetas, besándolas, chupándolas y mamando de sus deliciosos pezones.

Se la saqué y colocándola de perrito, se la volví a insertar en su coño caliente, mientras la agarraba de las caderas, para que la penetración  fuera más profunda.

.- Ummmm, asiiiii… Gritaba ella.

.- Toda tuya… Le decía yo… Te voy a romper el coño a pollazos

.- Siiii, aaaaah… Gemía… No paareeess, ummmm

Al cabo de unos minutos, solté toda mi descarga en su interior.

.- Ummmm… Gruñí, mientras me corría.

.- Ummmm… Gimió ella… Que caliente.

Nos dejamos caer sobre la cama, con mi polla aun dentro de su coño, hasta que descargué la última gota y salió sola debido a la flaccidez.

.- Cuando te vi, me acordé de como follábamos… Me confesó… Mi marido está de viaje y necesitaba una polla. Que bien que te vi a tí.

.- Yo también me alegré de verte… Contesté… pero no esperaba esta sorpresa.

Dicho esto, me agarró la polla y comenzó a pajearme, para acto seguido metérselo en la boca y comenzar con una suave mamada. Me acordé de la primera vez que me la chupo. Yo me coloqué debajo de ella e hicimos un delicioso 69, saboreando cada uno los jugos del otro. En esa posición me incorporé, me lubriqué la polla con saliva y escupí en su culo, colocando mi polla en su ojete y poco a poco abrirle el culo con la penetración. Ella gemía y se acariciaba el coño, llegando juntos al orgasmo, dejándole el culo lleno de mi leche. Nos quedamos dormidos abrazados. Sobre las 5:00, me despertó el wasap. Era mi amigo, para irnos.

Me despedí de mi vecina con un 69.

Me encontré con José en el rellano y por el camino a casa comentamos como habían sido nuestra noche de sexo.

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Sevilla1972
Sevilla1972
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