Mi mujer empalada por atrás

📋 Lecturas: ️16221
⏰ Tiempo estimado de lectura: 11:00 min.

Las cosas suceden cuando tienen que suceder. Mi esposa de 32 años, alta delgada, piernas torneadas, colita parada, ojos azules bellísima, yo soy moreno alto, 33 años, bien parecido, nos casamos hace tres años, sucedió el hecho de una manera muy inesperada.

Por razones de colaboración, tuvimos que alojar en nuestra casa a un muchacho americano de 21 años, que vino a recibir entrenamiento en asuntos de petróleo en nuestra casa a pedido de unos amigos, nosotros hablamos inglés, este muchacho no hablaba ni una palabra de español.

Era mi mujer la que tenía que atenderlo, yo un poco incomodo, pero poco a poco nos fuimos encariñado con él, su estadía no sería más de un mes. A las casi tres semanas de estar viviendo en casa, un viernes por la noche, decidimos compartir los tres y abrimos una botella de vino, el muchacho era en realidad muy tímido y extremadamente respetuoso con nosotros, mi mujer en cambio, era una eximia bebedora social de vino, se podía controlar y beber más que nosotros dos juntos, nos terminamos la primera y luego la segunda, y empezamos la tercera, cominos unas galletas con quesos, y empezamos a conversar libremente, a lo que mi mujer empieza a preguntar abiertamente a Roger si no extrañaba a su novia y que si podría esperar un mes sin estar sin ella o mejor dicho sin hacer el amor, se sorprendió, y yo creo que debido al alcohol, a esta altura tanto yo como el estábamos bastante mareados, le dijo que era imposible esperar tanto, y que él hacía el amor casi todos los días, lo cual era un eterno sufrimiento en este caso pero que no tenia solución.

Roger se paró frente a mi mujer, y sorpresa, se le notaba un tremendo bulto, no me quede atrás, yo también estaba excitado, lo cual Fátima noto muy rápidamente tenia a dos tipos en erección máxima, estuvo con nosotros, coqueteando un rato largo, sentada en la silla, con la piernas en constante jugueteo mostrando parte de sus encantos, lo que yo suponía quería Fátima era excitarme a mí al máximo, ya que ella lo estaba y que yo le diera un buen polvo lo que siempre hacíamos cuando bebíamos, ella ya también a esta altura, la cuarta botella a casi terminar.

Me hiso un guiño y me dijo te espero negro en el cuarto, pero yo sabía que si me demoraba ella se dormiría, conversé un rato con Roger, a quien se notaba todavía su excitación, realmente me apenó pero no podía hacer nada, a pesar que estaba borracho, no me hacía ninguna gracia compartir el apretado culito de mi mujer, pero al despedirme, realmente me dio pena, porque yo me iba a satisfacer inmediatamente y él no, consideré la posibilidad de salir e ir a buscar la solución afuera, pero era imposible, no estaba en condiciones de manejar, y quizá por los tragos, se me ocurrió ayudarlo muy fácilmente, le dije que tenía que ser sigiloso, que entraría yo primero a mi habitación, si Fátima estaba dormida yo le dejaría entrar y mirar mientras me la culeaba y el podía masturbarse y satisfacerse, era lo máximo que podía hacer por el esa noche, que mañana lo llevaría a algún sitio y que así se sentiría bien,

Sonrió de oreja a oreja y me agradeció muchísimo, prometiéndome que seguiría mis instrucciones, creo que ya le tenía ganas al culito de mi mujer desde hace tiempo, fuimos a mi habitación, entré y abrí la puerta, el cuarto a media luz, Fátima definitivamente dormida, boca abajo, sobre la cama, revelando toda la exquisitez de sus curvas y mostrando sus voluptuosos encantos, me acerqué sigilosamente, y la conozco perfectamente estaba totalmente dormida, luego después de tanta bebida.

A a pesar de ser mi mujer, y hacerle en amor continuamente, ella nunca deja de excitarme, y ahora menos, me luciría ante un espectador, y todo quedaría allí, en secreto, dejé entrar a Roger, y se veía su expresión, el deseo lo carcomía, no hubo más preámbulos, me quite el pantalón y los interiores, y lucí erecta en toda su magnitud mi magnifica verga, 12 centímetros de carne dura y palpitante, me subí a la cama con cautela y le remangue a Fátima su pijama, puse al descubierto sus bellas nalgas y el camino que lleva hacia su apretado coñito, se me ocurre aquí, voltear a mirar a Roger de quien casi me había olvidado, y lo que vi casi me hace saltar hacia atrás, se había quitado también el pantalón y estaba masturbándose, muy lentamente como esperando que yo arranque la acción, pero la sorpresa era realmente lo que tenía entre sus dos manos, una verga enorme, brillante en la punta, con una cabeza descomunal, en toda su erección, apuntando hacia arriba, debía medir al menos 20 centímetros y repuesto de la sorpresa y de la envidia.

Proseguí con el asunto, le di un salivazo a mi miembro abrí suavemente las nalgas de Fátima y procedí a penetrarla lenta pero sostenidamente, lo hice en dos empujones, se la metí hasta las bolas, Fátima ni se movió, ya una vez adentro, empecé a darle con movimientos rítmicos, firmes, pero sin violencia para no despertarla, luego me quite la camisa, y allí yo todo desnudo, la cabalgue como por 10 minutos, Roger a mi costado de la cama parado, en una masturbación frenética que daba la impresión que estaba a punto de acabar, no puede aguantar más, y saqué mi caliente miembro de la conchita de Fátima y procedí a eyacular tapándome el miembro con mi camisa para no ensuciar a Fátima.

Roger estaba en lo suyo masturbándose fuerte, me bajé lentamente, y me dirigí al baño para limpiarme, allí cometí un gravísimo error, por los movimiento de Roger, pensé que estaba terminando, y allí lo dejé mientras me aseaba, así lo hice, estuve en le baño no más de tres minutos limpiándome y otra vez sigilosamente regresé no esperando ver a Roger en la habitación y a mi esposa en los brazos de Morfeo, pero no fue así, lo que vi fue que el hijo de su madre se había subido a mi cama, Fátima todavía de espaldas y se suponia durmiendo estaba siendo empalada por aquel monstruoso pene, parecía que le había crecido una cola por el pedazo de miembro que quedaba por entrar, los movimientos de Roger eran fuertísimos, tenía todas las nalgas de Fátima completamente al aire, se le notaba que para penetrarla estaba haciendo un esfuerzo supremo, la tenía enterrada por la menos la mitad de aquel monstruo, tan pronto me vio, lo retiró asustado y ahí mismo, empezó una eyaculación poderosísima que parecía no acabar nunca, embarrando las nalgas de Fátima, la cama y todo.

Cuando se paró de la cama y se retiró del cuarto el hijo de su madre, todavía estaba eyaculado, en eso Fátima se voltea como asustada, y entre dormida, con voz suave, me dice, amorcito que bárbaro! fue delicioso, primera vez que me la entierras por culo, tantas veces que te lo había negado, fue delicioso y doloroso, por allí me pareció que tu verga había crecido dos veces su tamaño y que eyaculada me dejaste toda empapada, una vez dicho esto volvió a quedar dormida con una amplia sonrisa dibujada en sus carnosos labios.

El tipo le había quitado la virginidad anal a mi querida esposa, tantas veces que se la pedí, quise ir a vengarme me contuve, el alcohol, hizo su efecto quedándome completamente dormido, dejé el asunto para el día siguiente sacaría al tipo de mi casa.

A la 6 am me levanté y lo fui a buscar a su cuarto, y no se encontraba, aún los sábados, lo venían a buscar a la 5 am par ir al trabajo, entonces por la noche seria que lo botaría, regresa como a la 11 pm normalmente.

Estuve con mi mujer junto a ella todo el día, creo que caminaba diferente, como no lo iba a hacer, después de aquella embestida brutal, daba la impresión y así lo demostraba de que ella no había percibido nada la noche anterior, aunque yo le había manifestado que Roger había decidido irse esta noche de la casa y mudarse al de otra familia, le sorprendió pero no hiso mas cometarios.

Como a las 9 pm, se puso su pijama tipo minifalda, seda negra, y se trajo otra vez el vino, y allí entre los dos acabamos dos botellas, me sorprendió porque nunca bebíamos dos días seguidos, yo tengo mucho menos aguante para el licor que mi mujer, tuve la impresión de que me quería emborrachar, por la tercera botella yo ya casi me dormía, sentí entre penumbras que me murmuro (creo que esta vez ella se encargó de que bebiese muchísimo más que ella) amorcito quiero que me culees como anoche, quiero que me des con todo por el culo, aquí en el sofá de la sala… yo estaba y no estaba, no me podía mantener en pie, se desnudó completamente, me desnudó y tiró toda mi ropa por la sala, luego se prendió a mi verga como una ventosa, y la empezó a succionar lentamente, y me volvió a murmurar, pidiéndome la misma función de la noche anterior, me dice muy quedamente… amor cierro los ojos y me imagino el pedazo de tranca que me casi me traspasó anoche y casi estoy y ahora que te estoy mamando la tuya no creo que fue esta la que tenia enterrada anoche, habrá sido un sueño? no creo porque me dejó el culito ardiendo de dolor y deseo.

Dicho lo anterior me pidió que le hiciera patas al hombro, que carajo, yo ya no me podía ni pararme, se me montó entonces y empezó a moverse muy agitada, repentinamente se detuvo y me dio la impresión que hablaba con alguien, allí perdí la noción del tiempo quizá por unos minutos, cuando me recobré Fátima estaba empalada en mi miembro moviéndose muy despacio con la cara arqueada hacia atrás y la cola levantada como queriéndose zafar de mi verga, la sostuve con mis brazos por la espalda, y empecé a mantenerla firme agarrando sus nalgas, quise meter mi dedo en su culito, pero algo me lo impidió, cuando oh sorpresa! abro la mano y lo que percibo es que algo duro, caliente y palpitante está enterrado en el culo de Fátima, apenas puedo percibir y abro los ojos, y veo a Roger arrodillado, detrás de la cola de Fátima, quiero reaccionar, pero no hay fuerzas y los tengo prácticamente a los dos encima mío, y luego escucho los gemido de Fátima, pidiendo más verga, que le demos más duro, mi cabeza decía una cosa pero mi verga otra cosa, aceptemos el reto! y démosle duro! Y por unos minutos eso fue lo que hicimos.

Sentía los movientes violentísimos de Roger y Fátima, ella gemía fuertísimo, y yo en máxima erección, no pude aguantar mucho y eyaculé violentamente, luego vi la desconexión de Fátima con la verga de Roger, esto no duró un par de segundos, la volteó y la agarró patas arriba y volvió y en esta nueva posición, se la volvió a clavar por el culo, y a darle durísimo, allí si pude ver claramente como el monstruoso miembro la llenaba en plenitud, entraba y salía, parecía no tener final, luego la volvió a poner de perrito y la empezó a dar lo que yo llamo zapatero, doble puntada, una metida por delante y otra por detrás.

Fátima ya no gemía, gritaba de placer , se había venido por lo menos un par de veces, y en la tercera se vinieron parece juntos, porque también Roger gemía y por el frenesí de los movimientos tan fuertes era el final, Roger sacó el miembro para eyacular, no veo por que hiso eso, y otra vez la ,manguera fuera de control, chorro a discreción, de esta no se salvó nadie, llenó de leche a mi esposa, el suelo y también salpicó en mi pierna y cuando se fue a su cuarto todavía estaba eyaculando.

Quedamos allí cansados los dos, a los 5 minutos salió Roger con su maleta, nos dijo thank you y desapareció de nuestras vidas para siempre, a Fátima le quedó no solo el culito trajinado, sino también la adicción por el sexo anal, y a mí a no invitar a vivir a nadie en mi casa.

Compartir en tu redes !!