El nuevo sexy y sabroso socio de Carlos

 ¿Recuerdan a Carlos? ese jefe que me sodomizaba a placer en CDMX antes de que me viniera a Playa del Carmen? bueno este relato gira en torno a él, estaba a punto de cerrar un gran negocio y me adelante a cerrarlo yo sola.

Era una tarde cualquiera y Carlos es un hombre de negocios y justamente esa tarde no salí con él; continuamente está en desayunos, comidas o cenas con clientes o con posibles inversionistas, viaja varias veces al mes y se la pasa muy ocupado. Pero yo como su esclava consensuada, esa tarde me quede en su casa por un pendiente de unos pagos, además de atender llamadas y correos, siempre me decía que pronto me enseñaría los secretos del negocio, esa tarde aprendí rápido con su nuevo socio cuando aún era un prospecto.

Esa tarde me quedé sola en su casa/oficina, como casi siempre Carlos estaba fuera y no pude acompañarlo por los pendientes que tenía. A mis tiernos 19 años para una chica guapa, sexy como yo es muy aburrido estar sola sin hacer nada, ya había terminado mis pendientes, unos trabajos de la Universidad, esperando que dieran las 7:00 pm para irme y quizás desviarme a medio camino para irme al cine con mi novio o a su casa y pasar una noche de buen sexo como otras veces.

A las 5:40 pm me me prepare un café y empecé a preparar para irme, me hice una cola en el cabello y retoque mi maquillaje super ligero; ese día traía un top negro, una minifalda de mezclilla y unos tenis, hacía muchísimo calor y la ventaja de trabajar con Carlos es que si yo quería, podría estar desnuda en su casa y el no tendría problema alguno, anduve en tanga y top algunas veces jejejeje solo para provocarlo y vaya que aprovechábamos las ocasiones; así que decidí solo ponerme eso, además de que así sería más fácil desvestirme con mi novio, estar mas accesible para el. En eso estaba cuando sonó el teléfono del despacho, contesté:

  • Bueno
  • Si Bueno, Alexandra soy yo
  • ¡Ah! Hola Carlos, ¿Cómo estás?
  • Bien, oye ¿ya te vas?
  • No, hasta las 7pm como quedamos, ya falta poco.
  • Lo que pasa es que va a llegar una persona a buscarme pronto a la casa a las 6:30pm, necesito que lo atiendas mientras llego, porque estoy muy atrasado y no creo llegar.
  • Pero… ok ok ok no te preocupes, yo lo atiendo mientras llegas.
  • Alejandra, es una persona muy importante con él que vamos a hacer grandes negocios y no podemos perderlo, por favor Alexa, distráelo en lo que llegó, haz lo que sea necesario para que no se vaya, te compensare.
  • Mmm
  • Anda, hazme ese favor, te daré más dinero este día de pago y boletos en primera fila para 2 conciertos que quieras.
  • ¿En serio? ¡va!
  • Gracias Ale, por favor te lo suplico haz todo lo necesario, pero que él no se vaya.
  • ¿Lo que sea?
  • Si, Lo que sea. Gracias, te mando besos, bye.
  • Bye.

Llamé a mi novio y le expliqué, quedamos de vernos en su casa más tarde y me senté en el sillón a ver la TV mientras llegaba.

A las 6:30pm en punto sonó el timbre. Abrí el portón para que entrara a la casa, era un coche elegante, un Grand Marquis Negro hermoso, se abre la puerta y delante de mí estaba un tipo de unos 40 a 42 años, mas alto que yo, delgado, guapo, con unas ligeras canas y una barba perfectamente recortada que le daban un toque interesante. Su ropa era pulcra, vestía un traje de marca, perfectamente planchado y su trato era gentil y amable.

Buenas tardes, vengo a ver a Carlos

No ha llegado, pero me pidió que por favor pasará a esperarlo, ya no tarda.

Él entró y pude ver que intentó ser cortés, su vista recorrió mi cuerpo como devorándolo. Eso me gustó, que un hombre maduro e interesante además de Carlos se fijara en mí, me dejó pasar primero y sentí su mirada clavada en mi culo que casi lo traía al aire, se me había subido un poquito la falda.

Entramos, lo invité a sentarse en el sillón y lo hizo, le ofrecí una bebida, me pidió un Martini, le dije que no sabía prepararla y él río un poco, entonces me pidió un whisky en las rocas. Le serví y yo también me serví uno tratando de parecer interesante. Me senté junto a él y comenzamos a platicar. Me preguntó quién era yo y le dije que Alexa y era la asistente de Carlos desde hace unos meses atrás, me dijo que jamás imaginó que él tuviera una asistente tan hermosa además de joven, pensó que era su hija, sentí como me sonrojé cuando dijo eso y le sonreí. Después hablamos del clima, de las noticias y de otras tonterías. El tiempo pasó rápido, él vio su reloj y me dijo que ya habían pasado treinta minutos y tenía que irse. Yo le dije que me permitiera llamar a Carlos para avisarle, él asintió y yo fui al despacho para hablar por teléfono.

  • Bueno
  • Bueno, ¿Carlos?
  • Si, que pasó
  • Oye, el señor ya se quiere ir, dice que tiene prisa
  • No! dile que me espere por favor, ya estoy en camino
  • ¿Cuánto tardas? Porque ya está como desesperado
  • No sé, hay mucho tránsito y estamos detenidos, treinta minutos a una hora yo creo
  • ¿Una hora? No inventes!!!
  • Ayúdame princesa por favor, y te compro algo, anda
  • Bueno, a ver qué hago
  • Ok, gracias, entretenlo como puedas
  • ¿Cómo pueda?, ¿seguro?
  • Si, haz lo que sea, pero que no se vaya
  • Bueno, que conste, bye

Regresé con él y le expliqué lo que sucedía. Ya se veía molesto y me dijo que solo esperaría media hora más. Le serví otro trago y yo también me lo serví. Poco después me sentí algo “contenta”, supongo que por el whisky y me desinhibí un poco.

Ya que se acercaba la media hora de plazo, vi que él miraba constantemente su reloj y hacía cara de fastidio; entonces me decidí, al fin desde el principio él me pareció guapo y yo quería una tarde de sexo, además ayudaría a que Carlos no perdiera el negocio, además era parte de mi contrato.

Me acerqué más a él, pegándole mi cuerpo y le pregunté por qué tenía tanta prisa; él me respondió que tenía negocios importantes que atender, entonces yo acerqué mucho mi cara hasta sentir su aliento; coloqué mi mano en su pierna y le dije: “me daría mucha tristeza que te vayas tan pronto”. Empecé a subir y bajar mi mano por su pierna desde su rodilla y casi hasta su entrepierna y de nuevo hasta su rodilla; noté de inmediato cómo él se excitó y se puso un poco nervioso; pero se repuso pronto y con su seguridad de hombre de experiencia me dijo: “solamente que hubiera algo que me gustara o me entretuviera aquí podría quedarme”. No lo pensé más; rápidamente me abalancé sobre él y lo besé en la boca mientras mi mano ya no recorría su pierna, sino que comencé a acariciarle el paquete por encima de su pantalón; sentí como su pene crecía hasta tener un tamaño bastante considerable. Le susurré al oído: “¿hay algo que te guste o te entretenga aquí?”; él respondió también susurrándome: “si… tu”.

Ya sus manos también me acariciaban por todos lados, había comenzado por la espalda, pero luego bajó a las nalgas y las piernas y ahí dejó una acariciándome, mientras la otra se posó sobre mis tetas y comenzó a masajearlas lentamente.

Nuestras lenguas se entrelazaron en un beso largo y profundo mientras nuestras manos recorrían nuestros cuerpos ya calientes; sin esperar más me subí en él abriendo mis piernas. Quedé sentada abierta de piernas sobre él y pude sentir su duro pene contra mi vagina; me moví para restregarlo mientras nos seguíamos besando y él levantó mi top para liberar mis tetas para seguir acariciándolas ya sin tela de por medio. Me estremecí al sentir sus manos varoniles tocando mis pezones erectos.

Dejé de besarlo para quitarle la corbata y desabrocharle la camisa. Pude sentir sus vellos en el pecho fuerte un segundo, porque de inmediato él se apoderó de mis senos con su boca, sus manos se posaron, una en mis nalgas y la otra buscaba la manera de desabrochar mi falda, lo cual no le fue muy difícil. Luego metió sus dedos mágicos debajo de mi tanga y comenzó a acariciarme el clítoris mientras la otra mano buscaba mi vagina desde atrás pasando suavemente por mi anito.

Mientras tanto, yo había bajado ambas manos para desabrocharle el pantalón; en cuanto lo logré metí una mano para acariciarle esa linda y venuda verga que tenía; pude sentir que era grande y gorda y de inmediato la imaginé dentro de mí, por lo que mi panochita, que ya estaba bastante húmeda, se mojó aún más y en ese momento sentí un dedito entrar en mi; primero uno, luego dos dedos entraron en mi vaginita bien depilada como siempre, volviéndome loca de placer.

No se escuchaba ningún otro sonido más que nuestros jadeos y gemidos de placer; él seguía lamiéndome los senos y chupándome el cuello y sus manos expertas me llenaban de caricias todo el cuerpo.

Como ya su verga estaba fuera y lista para la acción, no esperé más y me senté sobre él; poco a poco a mi ritmo me fui sentando y sentía como cada vez que bajaba era más profunda la embestida, despacio, con calma, gozando de ese rica verga metiéndose hasta que quedó totalmente dentro de mí. Yo tenía los ojos cerrados y al abrirlos pude ver su cara de gozo con los ojos cerrados y la boca abierta; comencé a moverme; arriba y abajo, arriba y abajo, haciendo que me cogiera primero despacio, luego más rápido y nuevamente lento, otra vez rápido y nuevamente lento, era tan rica la sensación que yo no quería que terminara.

El placer era tanto, que experimenté pronto mi primer orgasmo, sentí como el placer corría por todo mi cuerpo como una descarga eléctrica repetitiva y grité tan fuerte que creo que se oyó en toda la casa, afortunadamente y como siempre esta sola.

La boca del futuro socio lamía mis pechos alternándolos y a veces subía a mi cuello, mientras su mano derecha, que hasta ese momento se había posado sobre mi nalga tranquilamente, comenzó a buscar mi ano y uno de sus dedos aún húmedos con los líquidos de mi vagina comenzó a penetrar lentamente, provocándome un escalofrío de placer.

Así, mientras yo brincaba gustosa en esa rica verga del nuevo socio, él seguía metiendo un dedito en mi ano y no dejaba de lamerme el cuerpo. El grado de excitación era tan grande que yo sentía como mi conchita seguía mojándose más y más y su verga hacía un ruido fuerte de “chancleo” al entrar y salir de ella.

Seguí brincando sobre ese monstruo babeador del tipo y unos minutos después me llegó un orgasmo tan grande que grité fuertísimo, por mas que quise ahogarlo creo que se oyó otra vez en toda la casa; aún sentía la vibración de mi vagina cuando él me dijo: “Voltéate”. Obedecí sin chistar y entonces él me tomó de las nalgas y me ayudó a sentarme sobre su pene, quería entrar por mi culito, pero un movimiento de cadera hizo que entrar por mi panochita ya hinchadita, y le dije al oído:

  • Si firmas con Carlos, mi culito será nuestra cláusula adicional

Se le dibujó una sonrisa malévola, lujuriosa y sexy a la vez, empezó a cogerme con fuerza y el placer era demasiado para mi.

Ahí me tenía sentada sobre él dándole la espalda, me recargo en él para poder masajear mis tetas a placer, apoye mis brazos en sus piernas y seguí brincando en su verga, era mucho placer y mi panochita ya estaba adolorida, sentía que me iba a partir en dos, ya estaba cansada y no tenía piernas para seguir brincando en el, pero el placer era tan grande que unos segundos después vino otro orgasmo: “¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhh yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!” fue mi grito de placer con el que yo terminaba satisfecha.

No podía más, mi cuerpo estaba muy cansado con tantos orgasmos y quise sacarme su verga, pero él me sostuvo diciéndome: “Sigue, sigue asistente, termina tu labor y haz que me venga”, pero ya me dolía mi panochita y en un momento pasó por mi cabeza darle el culito, yo estaba súper lubricada y embarrada, por lo que le dije que prefería hacérselo con la boca; él estuvo de acuerdo y entonces me di la vuelta y me hinque frente a ese animal que me estaba destrozando; comencé a lamerlo y luego lo introduje en mi boca; le hice una mamada de antología, era notorio que la estaba disfrutando mucho, él colocó sus manos sobre mi cabeza, cerró los ojos y gemía de placer, mientras me decía: “Así Alexxita, así, chúpamela toda”.

No pasaron ni tres minutos cuando él soltó un gran grito y se vino en mi boca; me tragué gran parte del semen de los primeros espasmos, pero era demasiado y entonces lo saqué, pero él se seguía viniendo y los últimos chorros cayeron en mis tetas.

Agotada, coloqué mi cabeza sobre sus piernas, su verga flácida apuntaba a mi mientras él me acariciaba el cabello y me preguntó: “¿Y aún tardará mucho Carlos?”. Entonces recordé ¡¡¡CARLOS!!! Me senté en el sillón, tomé el teléfono y lo llame:

  • Bueno
  • Bueno, ¿Dónde estás?
  • No te preocupes, ya casi llego
  • ¡¡¡¿¿¿Ya casi???!!! Pero… ¿Cuánto tiempo?
  • Cinco minutos
  • Ok, adiós.

Colgué y le dije al nuevo socio (ni su nombre le pregunte jejeje): “llega en cinco minutos”, él sin inmutarse se levantó, me preguntó donde había un baño, le dije donde y con toda calma con la ropa en mano se fue hacia allá, a mí me entró el nervio, rápidamente recogí mi ropa y me fui al despacho; entre al baño que tiene y con una toalla húmeda, me limpie tetas y entrepierna, me vi en el espejo y estaba despeinada, sin maquillaje y desnuda; creo que nunca me arreglé tan rápido y salí a la sala. El próximo socio de mi Carlos ya tomaba tranquilamente otro trago que él se preparó. Apenas salí y Carlos estaba entrando por la puerta principal.

Ellos se vieron y se saludaron cortésmente, me asombró el aplomo del tipo al demostrar una tranquilidad como si no hubiera pasado nada, además de que su ropa no mostraba ningún signo de lo sucedido; en cambio yo sí estaba muy nerviosa, pero me tranquilicé al ver que Carlos no sospechaba nada al momento, pues me saludó normal y me dijo que luego hablaríamos de lo prometido.

Me despedí de beso en la mejilla y dijo que había “disfrutado la compañía” con una asistente tan lista y que esperaba verme pronto cuando firmaran el contrato. Carlos le dijo que si lograban negociar, tendría muchas oportunidades cuando se organizaran las juntas, dentro de mí pensé: ¡ay, si supiera a lo que se refiere! Para no verme nerviosa me despedí y me salí volando a casa de mi novio para otra sesión de sexo que ya iba tarde, mientras vi que ellos se sentaban a hablar de negocios.

Poco tiempo después Carlos logró hacer negocios con el tipo, Carlos es un tipo exitoso, me cumplió todos mis caprichos, uno de ellos fue darme el dinero para mi mudanza a Playa del Carmen, claro que yo tuve que cumplir un par de caprichos de él y de su socio también.

Recuerden son vivencias, y espero sus comentarios para mejorar mis relatos, besitos. 

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Alexa
Alexa

Chica loca con la cabeza al reves modelo '94 contadora en la cocina cocinera en el jardin jardinera y en la cama...

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