Descubrí que mi novio es adicto al sexo

Nuevamente en Buenos Aires con mi novio, luego de haber convivido por pocos meses en Río de Janeiro

Sintiendo el alivio de haber blanqueado está relación frente a mi mamá. Me siento mujer.
Luego de desayunar juntos, despedí Gregory vestida con un liviano babydool rosa
Nos besábamos y él, rodeando mi cintura con un brazo. Hizo un pellizco en mi cola con su mano libre.
Esa caricia bastó para mantenerme encendida y deseosa hasta su regreso. Mientras tanto.
Yo ordené y limpié nuestro dormitorio. Alisté la cama. Perfumándola para nuestro próximo descanso íntimo.
Escuché música romántica y caribeña .
En mi celular guardaba pocas fotos íntimas, las que miré una y otra vez. Recordaba con una sonrisa la vez que vi el pene de Gregory. Casi que retrocedí en mi deseo de ser suya. Pero él estaba tan excitado y deseoso de poseerme, que llegué asustada al acto de entregarme a su hombría. Hoy celebro no haber retrocedido pero percibo que es adicto al sexo
Gregory, desde el primer encuentro me hizo sentir una mujer amada en sus manos y con mucha delicadeza y paciencia me penetro por primera vez. Al cabo de tres encuentros, fue distinto
Una vez bien acoplados nuestros cuerpos y sincronizados los movimientos. Llegué a gozar lo que nunca antes. Me ha cogido hasta tres veces por día. Sin darme tiempo a recuperarme de la batalla anterior.
 A las 13.30.llegó Gregory del club donde trabaja. Deseoso de ducharse para refrescar su piel. Gregory ingresó al baño. Mientras yo alistaba su ropa interior para cambiarse y lo esperé para servirle un vaso de jugo de frutas.
Cuando él me llamó desde el baño, sabía de antemano que deseaba tener sexo.
Abrí la puerta e ingresé .Su pene estaba erecto. El me pidió un beso.
Me aferre a su cuello y ofrecí mis labios. El agua mojo mi liviana ropa haciendo que se pegue a mi piel.
El, hace girar mi cuerpo. Su verga se apoya en mi espalda. La siento caliente . Comienzo a ponerme de rodillas. Su verga sube por mi espalda hasta apoyar el glande en mi cuello.
Giro mi posición para tenerla ante mis ojos.
La devoró con desesperación. Intento meterla toda hasta mi garganta. Es imposible lograr meterla.
Gregory me sostiene la cabeza.
Suspira. Su pene palpita, su dureza es de roca
Con sus manos me ayuda a ponerme de pie.
Luego se sienta sobre las tapa del inodoro, mirándome a los ojos .
No intercambiamos palabras.
Hago resbalar las livianas y mojadas prendas hasta el piso.
Y me siento a horcajadas en su regazo.
Lo abrazo por el cuello
Entrelazamos nuestras lenguas intercambiando saliva. Me derrito en sus brazos
Sus hábiles dedos trabajan sobre mi esfínter y orientan la gruesa cabeza morada hasta mi ano. Lo recibo con mucho deseo y amor aunque sea un poco doloroso pero con la certeza de gozar hasta quedar rendida penetrada por su bastón de hombría.
Diez minutos de su intenso meter y sacar, haciendo chasquear mis nalgas en sus piernas bastaron para que yo llegue al orgasmo anal y me derrame untando su vientre.
Luego él suspirando profundamente, tensó su cuerpo. Aprisiono mi cintura, empujando mi culo sobre sus bolas. Siento las contracciones de su verga descargar mucho semen en mis entrañas. Mi esfínter muy dilatado intenta ceñir su grueso cilindro carnal, sin éxito. No tengo control sobre el anillo anal. Lentamente bajamos la colina de nuestra excitación.
 Limpio con una toalla su pene y mi ano que escurre semen .
Caminamos desnudos hasta la cocina.
Bebemos un vaso de jugo de frutas.
Luego nos acostamos en la cama e intentamos dormir prolongando por una hora la deliciosa sensación de hacer el amor.
Yo acostada de espaldas a su pecho..
El apoyando una de sus pesadas manos en mi cadera.
Me llegó el sueño, oyendo su respiración profunda y pausada junto a mi cabeza.
Dormí profundamente por el terminó de dos horas.
Al despertar, estaba un poco transpirada por el calor que me transmitía Gregory al estar pegado a mí espalda.
Al moverme, despertó.
Busque besarlo. El se volteo mirando el techo. Su verga estaba nuevamente levantada.
Sonreí, lo miré.  Vi brillo de deseo en sus ojos..
Sin decir palabra. Deslice mi lengua por su pecho y vientre hasta encontrar su sexo. Y lo mamé como si fuese una cerdita hambrienta. El posiciono luego su tremenda verga sobre mi inflamado ano y bombeo a fondo por diez minutos. Totalmente desflorado y con tremendo ardor en el culo, sonreí y saque la lengua para recibir su semen.
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Roberta
Roberta

Me llamo Roberto, Tengo 22 años, mi estatura 163. peso 58 kilos. blanco, lampiño natural. Me inicié (pasivo) hace 5 años. Me siento mujer, con la ayuda de mi novio estoy intentando ser totalmente mujer. Gracias por leer mis relatos sobre mis vivencias junto a él.

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